Capitulo I

Se fueron de viaje a los Estados Unidos, un viaje que, pensaban, ayudaría a resolver sus problemas y desacuerdos. Llegaron en la noche y se acostaron temprano.

La mañana siguiente, después de desayunar, salieron a dar un paseo y conocer un poco la ciudad. Media hora después de haber salido, se encontraron en la calle a un escritor famoso. Ella había leído algunos de sus libros y le parecían bastante buenos así que, sin llegar a ningún tipo de persecución o acoso del tipo que muchas personalidades sufren por parte de algunos de sus fans, Kate decidió saludarlo. El escritor, muy amable, se ofreció a firmarle un autógrafo, pero ella le respondió que no era necesario, que a ella simplemente le había hecho ilusión encontrarse en la calle al que consideraba un gran escritor, y había querido saludarlo pero que le parecía que eso de los autógrafos era una tontería que solo servía para poder presumir con sus conocidos y que ella prefería quedarse solo con la experiencia. El escritor quedó sorprendido por la respuesta , pero era una sorpresa agradable ya que, al ser famoso, no solía encontrar personas que actuaran y lo felicitaran con normalidad, sin escándalos ni nerviosismo para después simplemente despedirse con un "mucho gusto". Kate y su novio continuaron paseando el resto de la mañana sin ningún otro incidente relevante.

Alrededor de las 2 de la tarde, decidieron ir a comer a un restaurante que atrajo su atención ya que, después de tanto caminar estaban hambrientos. Una vez acomodados en su mesa, pidieron las bebidas, ella una limonada y él una cerveza. Para comer, se guiaron por la recomendación de la casa, que esperaron en silencio pues, después de casi 4 años de relación, ésta se había deteriorado tanto que ya no tenían mucho que decirse.

Cuando la comida llegó, unos 25 interminables minutos más tardes, alguien se acercó a su mesa muy divertido por habérselos vuelto a encontrar. Era el escritor Richard Castle quien, al ver todas las mesas ocupadas, les preguntó si no les molestaba que se sentara con ellos. A ella le pareció divertido, algo nuevo y diferente, y aceptó encantada; él solo aceptó para no parecer demasiado grosero.

Mientras la pareja comía, el escritor los entretenía con diversas anécdotas divertidas a las que Kate respondía con sonoras carcajadas sinceras y su novio con leves sonrisas forzadas.

Cuando el escritor iba a la mitad de su almuerzo, el novio de Kate empezó a impacientarse y a pedirle que ya se fueran, siempre en francés para que el escritor no entendiera. Ella se negaba alegando que era una falta de respeto dejarlo solo así a media comida y que además se lo estaban pasando como nunca, que no todos los días se podía comer con un gran escritor y quería aprovechar la oportunidad. Él terminó enfadándose ante la negativa de ella y se fue al hotel dejándola con Castle en el restaurante, no sin antes soltarle un "¡Que te diviertas!" en un tono sarcástico.

Cuando se hubo ido, el escritor le preguntó que qué había pasado y ella le contestó con un simple "nada, es un aburrido" acompañado de una sonrisa y un gesto de la mano para quitarle importancia al asunto.

Unos minutos más tarde, cuando se disponían a compartir un rico postre de chocolate recomendación del escritor, llegaron al lugar unos paparazzi, lo que divirtió a Kate e incomodó a Castle que se apresuró a terminar el postre, pagar la cuenta e irse del lugar, no sin antes escribir una nota en la servilleta de Kate que decía:

"Nos lo estamos pasando muy bien, ¿que te parece si no dejamos

que la diversión se acabe por unos simples paparazzi?

Si te decides, me desharé de ellos y estaré en media hora en Central Park

A ella la perturbó la nota, una cosa era echar unas risas en un encuentro casual y otra muy diferente era ir específicamente a algún lugar para encontrarse con él. Permaneció sentada en el restaurante un rato más, reflexionando sobre qué debía hacer: no le apetecía regresar al hotel con el aburrido de John a ver una película en medio de la cual se acabaría durmiendo; pero tampoco le parecía correcta aquella "cita" con el escritor al que a penas acababa de conocer.