Capítulo XIII

Hola …. Aquí estoy … sí, sigo existiendo y sí, sigo teniendo la intención de acabar este fic … comprendería completamente si ya ninguna de ustedes sigue por aquí porque ahora sí que me he tardado como 5 meses en actualizar :( lo siento estaba terminando la escuela, haciendo mi tesina, mi traducción final, mis ensayos y luego me tomé dos semanas de descanso y regresando una prueba de traducción para una empresa ¡! Justamente ayer la entregué y ya hoy os traigo un capítulo nuevo … lo escribí hace unos días pero no se si ya les dije tengo el inconveniente de solo inspirarme si escribo a mano y no había tenido tiempo de pasarlo pero ya aquí está … le pueden agradecer a guiguita el hecho de tener este capítulo hoy porque no pensaba actualizar hasta no tener el siguiente escrito pero ella me "convenció"

Espero que os guste ¡!

PD: también escribí una nueva historia que voy a tratar de publicar hoy (el primer capítulo) esa probablemente la actualizaré con más regularidad porque ya esta escrita solo tengo que pasarla y esta pues voy escribiendo y publicando así que si alguien quiere leerla adelante ¡! Amm y también publiqué hace unas semanas un OS post season finale por si no lo han leído y se quieren pasar ¡!

Y ahora ya me callo y las dejo leer ¡!


Aquella llamada me había devastado, necesitaba volver a casa lo antes posible, saber exactamente qué había sucedido y cómo. Tenía que recuperarla sana y salva costase lo que costase. Durante muchos años Alexis había sido todo lo bello que había en mi vida y si ahora, por tratar de encontrar a lo segundo mejor que me había pasado nunca, la perdía, nunca podría perdonármelo. Alexis era mi todo, mi roca, mi apoyo, mi consejera … era la luz de mis ojos, el amor de mi vida, mi niña pequeña …

El vuelo se me estaba haciendo eterno, tantas horas sentado imaginando los posibles escenarios del secuestro de mi calabaza me estaban volviendo loco. Extractos de crímenes que había narrado en mis libros acudían a mi cabeza ininterrumpidamente, todos con el denominador común de que la víctima no era otra que mi Alexis.

Afortunadamente el viaje llegó a su fin, pero para mi desgracia las imágenes no cesaron sino que aumentaron su velocidad y violencia; mi mejor escenario en estos momentos era la imagen de mi hija con una bala en el pecho, pálida e inerte con los ojos muy abiertos.

Traté de sacudirme todo ese torbellino macabro de la cabeza y paré un taxi dándole la dirección del loft. Mi madre me había dicho por teléfono que un equipo de la policía se había instalado ahí para estar preparados en caso de que llamaran para pedir un rescate. Entre todos me pusieron al tanto de los hechos. Alexis estaba en el parque con unos amigos cuando dos encapuchados simplemente le pusieron un trapo con cloroformo en la boca mientras la alzaban y se la llevaban sin que ellos pudieran hacer nada más que ver cómo el tercer hombre los apuntaba con su pistola. De eso hacía ahora 15 horas y aun no habían tenido noticias de los secuestradores. La policía estaba tratando de localizar la Van negra en la que se la habían llevado en las cámaras de tráfico pero sin más datos del vehículo era como buscar una aguja en un pajar.

Ya no sabía qué hacer, me estaba desesperando, llevaba más de tres horas en mi casa y no sabía nada nuevo, o la policía no estaba haciendo nada o no querían hacerme partícipe de sus hallazgos porque la única cosa que sabían responder a mis incesantes cuestionamientos era:

- Hacemos todo lo que podemos, señor Castle. Trate de tranquilizarse, si llaman y lo oyen tan alterado, podría ser contraproducente.

No podía seguir así, no podía continuar sentado sin hacer nada mientras que mi niña estaba siendo torturada o algo peor. Tenía que actuar, encontrarla a cualquier precio. Sin pensármelo más, marqué el número de aquel contacto en la mafia rusa que tan útil me había resultado para la investigación de mi libro. Sí, era peligroso, y más aun sin tener ningún dato de los secuestradores que, pensándolo bien, podrían ser incluso ellos mismos, pero no tenía otra opción, ya no podía perder nada, si a mi hija le sucedía algo mi vida habría acabado así que mi mejor baza era poner todas las cartas sobre la mesa para traerla de vuelta.

-Si, ahí estaré- escuché decir a Rick mientras salía de su oficina. –Tengo algo que hacer madre, volveré lo antes posible. Si llaman por favor comunícate conmigo inmediatamente- me dijo antes de agarrar sus llaves y salir del loft.


Todo eso no me daba buena espina, desde que había llegado y le habíamos contado lo que había pasado, se había mantenido sentado en el sofá, hundido, con los codos en las rodillas y las manos en la barbilla, fijando el teléfono como si pudiera hacerlo sonar con la fuerza de su mente. Había rechazado el vaso de agua, el té y hasta la copa de whisky que le había ofrecido. No había querido comer pretextando que lo había hecho en el avión, aunque yo sabía que eso no era cierto. Pero eso era normal, ¡por Dios! acababan de secuestrar a su única hija. Yo estaba en un estado semejante, pero trataba de ser fuerte por los dos porque sabía que él no podía hacerlo y tenía que tratar de que mantuviera la esperanza porque sabía a la perfección que si la perdía moriría con ella: Alexis era su todo. Solo una vez lo había visto realmente entusiasmado con algo que no estuviera relacionado con ella o sus libros, y ese algo tenía un nombre: Kate; esa chica que había conocido hace unos meses y de la que se había enamorado perdidamente, hasta el punto de irse a buscarla a ciegas. Tal vez si él no se hubiera ido, si ella no hubiera aparecido en su vida, Alexis seguiría con nosotros y yo no me habría convertido en la peor abuela del mundo por haberle dado permiso para ir a ver a sus amigos.

Pero todo eso ya no tiene solución, ahora lo que me preocupa es la actitud de Richard. Después de esas tres horas sin moverse de la sala, simplemente había entrado en su despacho y se había encerrado ahí, con paso firme y decidido. Al principio pensé que trataría de desahogarse con la escritura pero al verlo salir tan convencido y asegurando que estaría en algún lugar, todas las alarmas habían saltado dentro de mi: iba a hacer alguna locura y yo no podía permitírselo. Richard haría cualquier cosa por su hija, por encontrarla, por traerla de vuelta a casa, y cuando digo cualquier cosa quiero decir todo tipo de estupideces peligrosas y sin sentido que solo lo llevarían a arriesgar su propia vida sin avanzar en absoluto en el caso de Alexis. No, no podía dejarlo irse, no podía cargar en mi conciencia no solo la desaparición de Alexis sino también la muerte de mi hijo, porque si le permitía salir, así es como acabaría, muerto. Estaba cegado, desesperado y en ese estado no era capaz de medir las consecuencias.


-¡Richard!- estaba saliendo del elevador cuando la voz de mi madre me llegó por el hueco de la escalera, sonaba entrecortada, como si hubiera corrido.

-¿Sucede algo, madre?

-Hijo tienes que subir, rápido- continuó respirando entrecortadamente. Su tono de voz y su agitación me pusieron nervioso, tal vez había alguna noticia de Alexis, a lo mejor lo secuestradores estaban al teléfono. Subí las escaleras de dos en dos, corriendo.

Al llegar arriba mi madre ya había vuelto al loft, así que entré precipitadamente tras ella.

-¿Qué pasó, madre? ¿Llamaron? ¿La encontraron? ¿Tienen alguna pista?

-Tranquilo Richard- me respondió con calma- no se sabe nada nuevo aun.

-Pero… ¡¿pero entonces por qué me has hecho volver?!- le pregunté gritando.

-Tranquilo hijo, yo solo … solo necesitaba que regresaras … no te puedes ir, no puedes ir a esa cita que tienes, no arriesgues tu vida Richard, no vale la pena …

-¡¿No vale la pena dices?! ¡ Es mi hija la que está secuestrada, siendo torturada Dios sabe cómo! ¡¿Qué es eso de que no vale la pena?! ¡Cualquier cosa que me ayude a traerla a casa vale la pena!

-Pero hijo, te conozco, vas a hacer alguna locura, yo no puedo permitirte …

-¡¿Que no puedes permitirme?! ¡No tienes derecho a permitirme o no hacer algo! ¡Y además, ¿sabes qué? prefiero que no trates de cuidarme, Alexis estaba a tu cargo y mira cómo acabó todo! ¡Ahora me voy a mi cita, y cuando vuelva quiero que tengas todo listo para salir de aquí! ¡Alexis y yo no te necesitamos!


Richard salió dando un portazo, él también me consideraba culpable de lo que le pasó a Alexis. Esto sí nunca me lo iba a perdonar.

El sonido del teléfono me sacó de mis pensamientos oscuros y corrí hacia él. Tras la señal del policía que me indicaba que había activado el localizador, la grabación y todos sus demás aparatos, contesté la llamada:

-¿Dónde está mi nieta? ¿Qué le están haciendo?

-Tranquilícese señora- me contestó una voz femenina del otro lado del teléfono- solo soy una investigadora. Oí sobre la tragedia que están sufriendo y quiero ofrecerles mis servicios.


Nada más repetirles que me encantan los reviews, así que si les gustó o no les gustó, si tienen sugerencias o peticiones … estoy abierta a oírlas, tengo una idea de la trama de la historia pero dado que todavía no escribo el siguiente hay cosas que pueden ser modificadas, añadidas o eliminadas, ustedes solo digan y haré lo posible ¡!

Aquí abajito en el cuadrito vacío pueden escribir, solo empiecen y verán que no es tan difícil, acepto todo tipo de comentario siempre y cuando no sea agresivo ni ofensivo … las criticas constructivas siempre ayudan a mejorar ¡!

Guiguita ya cumplí mi parte … ahora te toca a ti ¡!