"Cariño". Me dijo una voz suave, empujando suavemente mi hombro. Salté y mis ojos se abrieron de golpe. Mis ojos miraron la mesa, luego el lugar, y, finalmente, a Pam la camarera.
"Perdón por asustarte corazón." Frunció el ceño "Pero no puedes quedarte aquí por más tiempo. Mi marido se enoja cuando la gente se queda por demasiado tiempo"
"Oh, sí. Lo siento" Murmuré y froté mis ojos "¿Qué hora es?".
"Es la una de la mañana, ¿Tienes algún lugar a donde ir?" Pam me preguntó con preocupación en su rostro.
Asentí con la cabeza, sin mirarla a los ojos "Sí" mentí.
"Pues bien, espero que llegues a salvo. Una chica bonita como tú no debería estar caminando sola por las calles a esta hora." Sonrió con suavidad.
"Gracias por todo." Dije con gratitud.
"No te preocupes cariño." Ella agitó su mano con desdén y se acercó a una pareja en un puesto cerca de mí, y volvió a llenar sus bebidas.
Bostecé y mentalmente me estaba preparando para lo que me esperaba en las afueras de Nueva York a la una de la mañana.
Agarré mis maletas y me dirigí hacia la puerta, mi cuerpo entero empezó a gritar para volver al calor cuando salí del lugar. Había mucho más allá de frío. Y no ayudaba mucho sólo tener nada más que una sudadera con capucha y un par de pantalones vaqueros.
Miré cada camino en el que estaba caminando, de cualquier manera estaba iluminado por brillantes luces de la calle. El camino de la izquierda parecía menos amenazante, por lo que decidí empezar mi búsqueda de un lugar para quedarme por ahí. No me importaba si se trataba de un motel, en este punto sólo necesitaba dormir.
Pero cuanto más caminaba, más oscuro se hacía, había menos luces en las calles, y cada vez los autos eran menos.
Agarré bien mis cosas mientras miraba por encima del hombro. Me tragué el sonido que quería salir de mi boca y un escalofrío recorrió mi espina dorsal recta. Había dos figuras oscuras a varios metros detrás de mí.
"¡Hey dulzura!" Dijo un hombre con un fuerte acento, que daba a conocer que era obvio que era nacido aquí y se crió en esta zona también.
"¿Quieres que lleve las maletas por ti, cariño?" Dijo el otro hombre.
Seguí mi camino pero intentando ir más rápido, en busca de otro lugar. Pero sin duda, sabía que iban a seguirme.
"¿Por qué corres?" Gritaban "ven, camina con nosotros".
Escuchaba sus pasos, y cada vez los escuchaba más cerca de mí. Mi estómago se revolvió y empecé a correr, estaba demasiado asustada como para gritar o llorar. Todo lo que podía hacer era correr lo más rápido que podía, sin dejar mi equipaje.
"Oh, esto va a terminar muy pronto" Gritó uno, su risa rebotó en las paredes de ladrillos de los edificios que nos rodeaban. Yo no sabía que quería decir con eso y tenía miedo de averiguarlo.
No tardé ni un segundo en darme cuenta que había corrido derecho todo el tiempo y estábamos en un callejón sin salida, no tenía ninguna forma de escapar. Intenté correr hacia otro lugar pero antes de que pudiese correr más lejos, sentí que alguien me agarraba por los hombros, grité, y dejé caer mis maletas en el suelo.
"¡Shh!" Siseó uno de ellos fuertemente con su dedo en mi boca. Yo estaba lista para cualquier cosa cruel e inimaginable en este momento.
"¿Qué diablos están haciendo par de estúpidos?" Gritó alguien a los dos hombres que estaban siguiéndome.
"Oh, vamos, ni siquiera sabes quién es ella." Uno se rió entre dientes "Deja de actuar como un héroe."
"No me importa un carajo si sé o no quién es ella" Escupió "¿quieres que tu madre sepa sobre esto? ¿Ah? Sabes perfectamente que romperías su corazón, ¿verdad?".
"¿Vas a decirle a nuestra madre?" bufaron, podía ver sus sombras moviéndose inquietos en el pavimento. Tenían miedo del hombre quien estaba protegiéndome.
"Sabes que lo haré. ¿Qué demonios están haciendo ustedes dos aquí? Deberían estar durmiendo para ir a la escuela. Váyanse los dos de aquí antes de que les dé una paliza, ya lo he hecho antes, puedo hacerlo de nuevo si quiero." Amenazó.
Y en eso, retrocedieron unos pasos y desaparecieron.