Me senté en la esquina. El mismo lugar en el cual me habían citado antes, pero había una diferencia: yo. Sí, mi pelo, mi cuerpo, mi todo. Seguía con las ropas del funeral, no tenía tiempo para cambiarme.

Escuché unos pasos, no giré, sabía que eran ellos. Una mano me tapó la boca, un trapo húmedo. Intenté no respirar, intenté escapar, pero sabía lo que era, no sé porque, pero sabía: cloroformo. Mis pulmones pedían a gritos aire, me paré. El hombre de atrás mío apretó más aquel pañuelo en mi rostro. Lo logró. Mis ojos se cerraron rápidamente y perdí cualquier movilidad de mi cuerpo.

-¿Cuándo despertará? –se oía una voz ronca. Mis ojos se estaban abriendo de a poco. Podía sentir como un viento frió recorría mi cuerpo.

-No seas impaciente, ahí está abriendo los ojos –esa era la voz de Nathaniel.

-Castiel… -Lysandro. ¿Estaban todos?

-okey, me calmo.

Abrí por completo mis ojos. Estaba un poco mareada. Intenté moverme pero estaba atada a una… ¿¡TABLA!? Ni ustedes lo creeran: una tabla de madera en la cual tenía un agujero en mi parte trasera. Recorría toda mi columna vertebral hasta la parte baja de mis muslos. Las manos al igual que las piernas estaban atadas a cadenas de hierro. Y lo más gracioso: estaba completamente desnuda.

-¿Era necesario sacarme mi vincha? –les dije en broma mientras intentaba mantener mi cabeza quieta.

-Pues… le saca el erotismo el moño de niña –dijo Castiel encogiéndose de hombros.

Eché un vistazo a mi alrededor: estaban todos, incluyendo al idiota de Alexy. Arqué una ceja al cruzar miradas con Armin. Él es el único que no me había visto desnuda, inocente.

-Bueno… -dije, mientras movía mis muñecas en círculos

-No seas inocente… ya debes de darte una idea de que queremos hacerte –dijo Castiel, tirado en el sofá con los ojos cerrados.

-Empiecen, entonces. –les dije, quería que esto terminara antes de lo que ellos tenían previsto.

Nathaniel fue el primero en empezar, tomando una de mis tetas en sus manos. Comenzó a apretarlo con fuerza y luego se metió el pezón en la boca. Cerré los ojos fuertemente, estaba avergonzada, todos lo demás se me quedaron viendo, veían como si yo fuera un espectáculo. Lysandro, en cambio, comenzó a masajear mi zona intima, haciendo que esta comience a "calentarse". Alexy reía por lo bajo, pude notar como se escuchaba un "chic"
(n/a: cuando uno saca una foto con el teléfono, este ruido es más común en los BlackBerry). Grité. Todos se quedaron helados con mi reacción.

-¿Qué? –me dijo el rubio.

-No… -dije por lo bajo, lágrimas comenzaron a asomarse –sin fotos…

-Dices… ¿esto? –Alexy mostró su pantalla: yo, siendo acariciada por el albino y el rubio chupándome.

-Sí, eso, bórralo… sin fotos

-Tú no decides aquí.

-Quiero terminar con esto, déjame ir, Alexy. No quiero que sigan haciéndome estas… cosas –mi voz se iba quebrando cada vez más. Estaba "abriéndome" y esta vez no era de piernas.

-Ya cállate –escupió el pelinegro que se escondía. Se acercó un poco y me miró directamente a los ojos. Aquellos azules y fríos ojos -¿Acaso no te gusta?

-Armin, deja que termine… -lo interrumpió Lysandro.

-No, me tiene hasta el piso con todas sus niñerías. Saben, yo seré el primero y ustedes no me detendrán –los demás chicos levantaron los brazos y se alejaron, dejándome a un radio de un metro sola, con él.

En un intante, se bajó el pantalón, al igual que su bóxer y me penetró. Se podía sentir cada centímetro de su piel dentro de mí, una sola estocada fue necesaria para que yo gritara del dolor. Notaba como mi parte intima se iba poniendo colorada por cada embestida. Él solo gritaba del placer "oh si". Lloré, pero silenciosamente. Mi cuerpo me engañaba y hacia que algún que otro gemido se escapara.

-Sabia que te gustaba, puta –me gritó. Los demás observaba, Nathaniel se había "calentado" y se encontraba masajeando su "amigo".

-para… -susurré. –Para… -volví a decir, aquellas palabras escapaban de mis labios. Castiel se estaba masturbando en el sillón, al igual que el pelirrubio. Lysandro, solo observaba, pero se encontraba respirando por la boca.

No vi más. Cerré los ojos para no ver más aquella espantosa situación. Grité, cuatro veces, pude sentir como cada embestida de diferentes penes entraban dentro de mi sin piedad. Fueron cuatro, todos terminaron afuera, dejando que el líquido recorriera mi cuerpo

-¡Abre los ojos y goza! –pude oír que decía el pelirojo

-Mi bella dama –gritaba el albino, cuando fue su turno.

Todos, cada uno, hicieron lo que quisieron con migo, con mi antes cuerpo.

Cuando terminaron el acto, luego de penetrarme, mordisquearme, masajearme, y hacerme otras cosas, me pusieron un trapo húmedo en la zona de la nariz y la boca. Forcé para que me dejaran, podía escuchar risas pero todo fue nulo, ya que de todos modos caí dormida.

Me desperté con las ropas, desarregladas, algunas botellas de alcohol a mi alrededor, sobre el césped húmedo de la plaza.

-Malditos hijos de puta –susurré. Habian armado una escena para que parezca que me había quedado dormida en el parque. Busqué en mis bolsillos del vestido mi teléfono, no estaba. Maldecí por lo bajo. Me senté y miré a mi alrededor, el sol estaba saliendo, debían de ser las… ¿6?. Me paré y agarré las botellas de cerveza y las tiré en un cesto cercano.

Me felicité por mi buen comportamiento con el medio ambiente y luego miré de nuevo a mi alrededor. Tenía curiosidad, demasiada, ¿alguien me habría visto? Un miedo recorrió mi cuerpo. ¿¡Y si alguien me había visto!? Escuché el sonido de un teléfono sonando: era el mio, aquel tono de llamada, solo alguien como yo podía utilizarlo. Me tiré, literalmente, al tacho de basura para recogerlo.

Era un mensaje, va que digo, cinco mensajes: cuatro de mi tía, uno de un número desconocido

"Sucrette, soy tu tía, no vuelvas tarde que mañana hay que madrugar… pequeña, no te mandes macanas ¿si? Recuerda que tus padres te cuidan desde el cielo aunque no pueden estar contigo. Besos"

Abrí otro.

"Linda, contestame urgente, son las doce de la noche… espero que no te hayas quedado dormida, iré para allí para confirmar. No tengas miedo si escuchas un ruido que soy yo. Te amo."

Cada mensaje, era como notar como mi tía se iba preocupando más por mí. Comencé a sentir un dolor en mi pecho.

"Su, ¿¡dónde mierda te metiste!?Pequeña, no me asustes, vuelve a casa, no te castigaré, te lo aseguro… pequeña, vuelve por favor."

Abrí el último.

"Su, Su, Su, Su, ¡SU! Lo siento, tu amigo me ha avisado que te has quedado en tu casa, lo siento tanto. Descansa, ¿si? Mandale saludos a Alexy y dale mis gracias. Y tu pequeña, ¡JA!, no te preocupes, pero te castigaré por no avisarme"

¿Puedo vomitar del asco? Miré mi último mensaje. Un archivo adjunto. Lo descargué. Mientras esperaba, leí el texto.

"Para que recuerdes que nunca te salvarás."

No, no, no, no. Comencé a agitar mi cabeza a ambos lados, rápidamente. Repitiendome una y otra vez que era mentira, que no era nada.

Las fotos se abrieron.

Grité fuertemente.

Mis pies me engañaban y caminaban por si solas para atrás.

Tiré el celular al suelo.

Caí.

Sentí como el frío envolvía mis piernas.

Sentí como el agua fría envolvía todas mis piernas, entraba por mi ropa y por mis fosas nasales.

No sabía nadar.

Entré en la dulce desesperación.

Podía ver a lo lejos una sombra que se acercaba pero se quedó parada en la orilla, cruzándose de brazos.

Avril.

No me salvaría.

Se acercó otra sombra y se puso a su lado.

Alexy.

No me salvaría.

-Ya puedes morirte.

Y caí a las profundidades del lago.

"¿Alguna vez alguien habrá llegado a las profundidades?" ya podía responderme aquella pequeña pregunta.

FIN

-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Mensaje de la Autora

Hola, soy LadyAtenea, espero que les haya gustado el fanfic como a mí. Es el primero que término, pero no será el último.
Dejes su comentario y bueno, tengo algunos agradecimientos que haces:

-La muerte azul: muchísimas gracias, tu fuiste la que ganó el concurso… espero que estés satisfecha con tu personaje :D. Seguirá apareciendo, ya que me gustó mucho la descripción

-chovitap

- morgenstender18

¡Hasta pronto!

-¿No saldrá? –preguntó Avril, siempre tan incrédula.

-No sabía nadar. –le respondí mientras me daba la vuelta.

-¿Me dejaras volver, no?

No le contesté, ya sabía ella la respuesta. Solo la miré y rodee los ojos, seguí sin darle una respuesta, espero que se la dé ella sola

-¡Alexy! Te he ayudado, me merezco un premio…

-Oh sí, lo tendrás.

La dejé en el parque mientras me iba por la avenida. Paré un taxi y me subí. Llegué a mi casa, Armin, como siempre, estaba jugando a los videojuegos. Me senté en mi cama y olí mi almohada, seguía oliendo a ella.

Diario "L´avenue" 12/04/14
El lago de los cadáveres.

Es el segundo año en el cual se encuentra el cadáver de una joven en el lago de la plaza
"Liberté", la policía está buscando pistas en las cuales puedan llevar al asesino, ya
considerado "en serie".
El año pasado, se encontró el cadáver de la joven llamada "Iris Merisi" un sábado a las 5.
Este año, se encontró a la joven "Sucrette", una chica que se encontraba viviendo sola
por la muerte de sus padres, ocacionada por un accidente automovilístico,
su tía, que viajó de España, vino a buscarla para llevársela, pero, luego del funeral, la joven desapareció.
Se investiga a un compañero llamado "Alexy López", pero el antes mencionado, se encontraba, ese mismo día, ayudando a su hermano, Armin López, con sus deberes de física.

La joven fue encontrada por la señora Peterburg, que se encontraba paseando a su perro. Este animal, se tiró al lago para sacar el cadáver de la joven.

Un año después

El caso no cerró por falta de pruebas.
los asesinos sigue suelto