Este es un two-shot. Recomiendo que mientras lean los capitulos escuchen esta canción: www. youtube watch?v=9oG5_TPwOxs

Era otro día normal en la capilla de Auriel. Los discípulos de Vyrthur estaban haciendo las labores domésticas habituales. Vyrthur estaba en su habitación leyendo un curioso libro que había adquirido hace un par de días por las caravanas khajitas que pasaban cerca del Valle Olvidado. El autor hablaba de una divinidad comúnmente adorada por los humanos que se hacía llamar Akatosh la cual podría considerarse la contraparte de Auriel en sus propias creencias. Fue entonces cuando oyó uns golpes a su puerta.

-Pase. -dijo Vyrthur despegando la vista del libro para dirigirla hacia la puerta.

Un elfo delas nieves que estaba en la etapa de iniciado entró por la puerta. Vyrthur lo reconoció. se trataba de Proditare,un muchacho que recién empezaba a seguir las enseñanzas de Auriel pero parecía entender una gran parte de las enseñanzas teológicas que el archiconductor daba a sus discípulos.

-Hola, muchacho ¿Qué te trae aquí? -lo saludó con tono amistoso Vyrthur. Se dio cuenta que la mirada del muchacho mostraba inmensas cantidades de estres. Se acercó en un intento de ayudarle.

Ese fue su primer error.

No fue sino cuando su cara estuvo demasiado cerca de su cuello que pudo ver sus ojos. Amarillos,sin pupilas. Era un vampiro.

Intento alejarse de aquella criatura corrupta, pero repentinamente pudo ver como de su cuerpo emana una energía de tonos turquesa y recaía sobre el cuerpo del archiconductor. Este repentinamente se sintió relajado, aunque su instinto de supervivencia pujaba por salir a flote e imponer su voluntad, incitándolo a huir.

-Lo siento. -dijo el iniciado con un autentico arrepentimiento y tristeza mientras se lanzaba contra el cuello de Vyrthur.

Todo se empezó a volver oscuro. Extrañamente, esa oscuridad resultaba anormalmente confortable.

Cuando despertó se encontró con un escenario espantoso.

Poriditare yacía muerto en el suelo. Su garganta mostraba un gran tajo que era evidente que se había hecho él mismo. La daga élfica de Vyrthur estaba en su mano derecha.

-No... -dijo Vyrthur mientras se tapaba la hemorragia que rezumaba sangre de su cuello y trataba de ayudar a su aprendiz. este aún tenía vida en los ojos, además de que los seguía moviendo.

-¡No dejaré que mueras! -dijo Vyrtur con decisión, aunque no estaba muy seguro de si pudiese hacer cumplir esa voluntad. Su aprendiz lo miraba con tranquilidad, incluso con una pequeña sonrisa en los labios.

-No se preocupe por mi. -dijo Poriditare. Al haberse cortado la garganta no podía habalr con mucha claridad.-Mi alma la recibirá Auriel... Yo soy quien debería preocuparme por usted... Le contagié mi condición... Lo siento.

Cerró los ojos y su alma pasó al Aetherius.

La sangre se vio ligeramente diluida por las lágrimas de Vyrthur.

Después de enterrar como era debido a Poriditare, Vyrthur consideró su futuro.

-Como pudo pasarme esto. -Miró la capilla de Auriel en el Sancta Santorium.-¿Como pudo permitir que esto me pasase?

Miro hacia el sol poniente y lo encaró. Encaró a Auriel.

-¡ME HAS TRAICIONADO!

Su grito resonó en las montañas.

El archiconductor desvió la mirada hacia la capilla. No tenía la menor intención de prestar culto para curar su condición ¿Si su dios había dejado que eso le pasase en un principio por qué fuese a ayudarlo a ahora? Se fijó en una trampilla que había a los pies de la capilla y con una cerradura de la cual solo él y su hermano tenían llave.

Hizo uso de la misma, la cual siempre guardaba colgada del cuello, para abrir la trampilla. Luego, con un gesto de la mano deshizo los innumerables hechizos de protección que resguardaban el invaluable contenido de aquella bóveda.

Pergaminos Antiguos.

Todos sin escribir. Puede que muchos creyesen que los Pergaminos Antiguos solo podían ser escritos por dioses o por Campeones de los mismos pero realmente podían ser escritos tanto por estos como por cualquier mortal. El único problema era que una vez escrito, no se puede corregir, a menos que quienes participen en la profecía la modifiquen con sus propias acciones.

Ahora usaría las herramientas que una vez había jurado proteger con su vida en el nombre de su dios para vengarse de ese mismo dios.

Disfrutó hasta el último momento el contacto de la pluma, la tinta y el papel, sellando el destino de Mundus, de Nirn... y de Auriel.

El sol se ocultaba tras las montañas...

Y al mismo tiempo la influencia de Auriel se alejaba de este mundo.

COTINUARÁ...