Pues sí, no fui raptada por extraterrestres ni nada parecido (mierda). Lamento no haber actualizado en tanto tiempo pero ya dice ese dicho "mejor tarde que nunca" ¿no? Ok…
Bien les traigo el segundo capítulo de este fanfic. Al principio será algo confuso, pero conforme avance, se pondrá interesante.
Dejen Reviews c:
Marañas y dudas
Lo dicho. Shadow no había pegado el ojo para nada después de haberse despertado en la madrugada. No estaba nada afectado por la falta de sueño, pero a veces un bostezo involuntario lo hacía fatigar un poco. Miro su reloj. 8:23 AM. Se puso de pie con rumbo a la regadera. Amy ya no estaba en la habitación, así que, de seguro se encontraba en la cocina.
Se metió a bañar con los recuerdos lagunosos de su sueño, tratando de encajar piezas a la realidad. Pero no. No había similitud alguna, más que los conocidos que se le presentaron y, tal vez, la voz que le habló. Trataba de ver donde la había escuchado pero tampoco. Tenía la intuición de que, encerrado en su mente, vivía ese recuerdo, esa voz, y su portador; solo que este parecía estar encerrado en paredes de aislamiento, paredes que aún no podía penetrar por más que se esforzara. Maldición.
Al salir de la regadera, se puso su uniforme que tanto odiaba, pero era obligatorio para todos los agentes de G.U.N.; era tipo sargento, pero de color negro con las letras de la agencia plasmadas de amarillo en ambos hombros del traje con un complemento de cinturón negro para atorar las armas y botas. Le gustaba más cuando simplemente era una chaqueta negra con GUN en una manga. Con ese traje se sentía… extraño, sin mencionar que no lo dejaban portar sus tenis cohete y que picaba mucho.
Bajó a la cocina y descubrió a Rouge y Cream platicando con Amy desde el comedor, mientras la eriza preparaba el desayuno. Rouge también lucía el uniforme que él llevaba, solo que mostraba características femeninas para hacer diferencia de los otros.
Cuando lo vieron bajar completamente, ambas guardaron silencio por un instante, hasta que la murciélago habló:
—Vaya, vaya, miren quien bajo al fin. Buen día, don sonrisas- la chica sonrió para después dar un sorbo a su taza humeante— ¿cómo dormiste?
Shadow no contestó. Simplemente se dirigió a la cocina donde estaba Amy, y vació algo de café en su taza al momento en que la miraba, pero ella no. Al parecer seguía enojada por lo que había ocurrido hace algunas horas.
—Pues, ni siquiera dormí, Rouge— contestó seco.
Silencio. Silencio. Incomodidad. Sorbos de café apagados. Parecía que nadie diría nada, pero Cream rompió con aquello:
—Amy, yo ya desayune ¿te parece si me adelanto y abro el local? — se refería a la repostería que entre Amy, Vanilla y ella mantenían.
— ¡Claro! —Contestó animada mientras le daba un juego de llaves—. Abran y ahorita las alcanzo. Déjame terminar estos waffles y voy.
—De acuerdo—la conejita tomó el manojo de metal que le ofrecía la eriza y se marchó, no sin antes inclinarse con respeto frente a Shadow y desearle un buen día.
Amy terminó de preparar los alimentos y se los sirvió a Rouge y Shadow, y ella se sentó también. Todos comieron en silencio, el cual solo se veía interrumpido por breves preguntas con sencillas respuestas dadas por la eriza y la murciélago. Pero él no decía nada, seguía pensando en sus sueños ¿o pesadillas? Cómo sea que fueran, trataba de develarlos, pero no podía. Se insultó en su interior por no recordar cosas que pudieran ayudar a resolverlos, y como su ego se mostraba más fuerte y grande que el de todos, era evidente que no pediría ayuda, no hasta que él lo considerara así.
Terminando el desayuno, Rouge dio las gracias a la eriza, y a él le arrebató las llaves del auto mientras le decía que lo esperaba afuera. Shadow tenía que arreglar las cosas con Amy antes de irse. La susodicha recogió los platos y comenzó a lavarlos sin prestar la mínima atención en el erizo.
Shadow suspiró derrotado, aparte de lidiar con sus misterios, tenía que enfrentar las consecuencias de haber lastimado a su amada.
Así que, mientras ella estaba de espaldas, se le acercó lentamente y le envolvió la cintura son sus fuertes brazos, al momento que colocaba su cabeza sobre la suya. Amy se revolvió un poco, pero luego se quedó quieta mientras respiraba agitadamente.
—No tenías que portarte así— le riñó con dulzura y enojo contenido—.Tú sabes que lo único que quiero hacer es ayudarte, y no me dejas, Shad.
—Lo sé— respondió—. Pero así soy, no puedo hacer nada. La vida me ha puesto el pie en demasiadas ocasiones cómo para bajar la guardia y verme débil ante los demás, hasta contigo. Lo sabes.
—Sí…—exhaló cansada Amy quien después de un breve tiempo de silencio, cambió el tema—. Oye, esta noche, Sonic vendrá a cenar. Dice que quiere verte para tratar algo— movió los hombros desinteresada—. No sé de qué.
Un minúsculo "está bien" escapó de sus labios. La bella rosa terminó su labor y se giró para verle de frente, una imperceptible sonrisa pareció colarse en su rostro, pero como llegó, desapareció con la misma rapidez. La eriza le rodeó el cuello y depositó un suave beso en su mejilla.
—Anda, vete ya; Rouge ha de estar esperándote en el auto, y no de forma muy paciente— le sugirió.
Asintió, y de forma vertiginosa, la tomó de la cintura nuevamente para luego acercarse a su rostro y acariciarle los labios con los suyos, permitiéndose saborear la dulzura de estos, al terminar el beso, pasó su lengua por estos lamiendo algo de su labial.
Sin decir palabra, Shadow salió de su casa y subió en el asiento de piloto. La sexy murciélago le hizo un comentario sarcástico que ignoró.
Arrancó a toda velocidad para no escucharla parlotear más.
Al llegar a G.U.N., se encontraron con que el jefe quería verles para atar cabos sueltos, pero a lo que en realidad se refería era a la tarea de archivar y realizar reportes de misión de pasadas operaciones. Al salir de la oficina Shadow arrojaba fuego y comenzó a vociferar de una manera bastante bruta sobre su deber encargado, porque ellos eran agentes de campo y se trataba de una blasfemia que los pusieran a hacer eso cuando arriesgaban la vida en aquello, ese trabajo le confería a los practicantes u oficinistas del edificio, pero después de un golpe de Rouge y una charla con ella, se le podía ver en su ordenador rompiendo las teclas de este al escribir informes.
Después de terminar su larga jornada laboral sentado frente a su computadora –donde se había ganado una dolencia de trasero bastante incómoda–, y de llevar a Rouge hasta su casa, al fin, pudo llegar a la suya, a su "hogar" y lo pensaba entrecomillado porque aún no se acostumbraba a llamarlo su verdadero hogar, un lugar en el cual protegerse y sentirse seguro. Aún no. A pesar de que Amy también estuviera ahí. Faltaba algo para que esa pequeña palabra con gran significado, se grabara en su mente y su pecho sintiera ese calor tan familiar al cual adherirse y sentirse… ¿completo? ¿Bien? No lo sabía, pero lo presentía. Se libró de su telaraña de pensamientos al encontrarse frente a la puerta de su casa y escuchar unas risas provenientes del interior.
Suspiró. Sonic ya había llegado.
Chaos, ayúdame a no matarlo.
Al entrar encontró al erizo azul tirado en el sillón de la sala y a Amy platicando con él desde la cocina. Shadow abrió y exclamó un "ya llegué" aun cuando ambos ya lo habían visto aparecer. Sonic esbozó una sonrisa y se incorporó para saludarle.
—Hey, amigo—le dijo extendiéndole la mano, a la cual, el correspondió con una ligera mueca de desagrado—. ¿Cómo estás? Hace tanto que no te veo— Shadow asintió seriamente—. Ja, ja, sigues igual de frío como siempre ¿eh?, un iceberg queda idiota a tu lado. Claro que te lo digo sin ofender, no te sulfures— concluyó con aquella sonrisa que tanto tenía ganas de romper.
Shadow se obligó a asentir nuevamente y no saltar sobre Sonic a estrangularlo.
—Shadow— Amy salió de la cocina y lo abrazó tiernamente. Un abrazo demasiado rápido que no pudo corresponder a tiempo—. Ven a sentarte, la cena está lista.
Ambos erizos ocuparon su lugar en la mesa y Amy llegó con tres platos de crema de verduras, y pescado a la parrilla sobre una bandeja con té frío de limón como acompañante y tres vasos de vidrio. Puso un plato humeante frente a todos y el pescado lo dejo en medio.
—Bueno, ¡Bon appétit! —exclamó la eriza con una extraña reverencia.
Los tres comenzaron la cena. Amy vertió el té en los vasos y bebió, pasó la lengua por sus labios quitando los restos de azúcar e inició la conversación:
—Entonces Sonic, ¿qué tal va todo? — tomó una cucharada de la crema.
—Pues ya sabes Ames, lo de siempre. Salvar personas, ayudar a veces a la policía y correr, correr libre. Hasta eso, Eggman no ha bamboleado su feo bigote en varias semanas.
Amy sonrió y miró a Shadow.
— ¿Y tú Shad? ¿Qué tal tu día?
—Normal— respondió sin más con su frase típica ante esa cuestión—.Papeleo, misiones menores. Nada fuera de lo establecido.
Quedaron sumidos en un momento incómodo hasta que Amy se puso a hablar sobre Knuckles y Tails con el erizo azul. Shadow solo observaba y participaba de vez en cuando con asentimientos o expresiones faciales que no decayeran siempre en un ceño fruncido.
Al terminar la cena, se sentaron en la sala y siguieron charlando, incluso él se atrevió a incluirse más en la conversación. Dadas las 10:30PM, Sonic se puso de pie dispuesto a marcharse.
— ¿Ya te vas? — preguntó la eriza desde la cocina mientras lavaba platos.
—Sí, ya es tarde y Tails ha de estar esperándome.
—Vale. Deja envolverle algo de cena para que se lo lleves— y se retiró a la cocina a paso apresurado.
Cuando Amy les dio la espalda, Sonic le hizo señas para que lo siguiera. Shadow se mostró sorprendido por un instante, pero luego recordó el porqué de que estuviera ahí.
Salieron juntos al jardín trasero, donde Amy cultivaba montonales de flores, árboles y frutos, haciendo que cada vez fuera más hermoso salir a tomar aire. El jardín estaba iluminado por pequeñas lamparitas en puntos específicos del césped, además de que las luciérnagas brindaban su alumbramiento a aquella madre selva. Sonic se acostó bajo las ramas de un pequeño cerezo, las cuales, reflejaban la luz plateada de la Luna, haciendo que el erizo azul pareciera una cebra con rayas blancas. Shadow quedó de pie, a la espera de que el susodicho exclamara algo.
—Linda noche ¿no? — preguntó Sonic con una sonrisa soñadora.
—Supongo…— contestó seco—. Oye Faker, — Sonic lo miró con los labios fruncidos pero él lo ignoró— ¿qué es aquello que querías decirme?
—Pues, la verdad, no sé cómo explicarlo—jugueteaba con una florecilla que había arrancado—.Tails me dijo un río de teoría y cosas que debía decirte, pero la verdad, se me ha olvidado— se encogió de hombros con una risilla.
— ¿Y no tienes una idea sobre eso? —resopló con desgano.
—No, todo se me diluyó. Mi memoria a veces no es tan buena. De verdad lo siento— se rascó la cabeza—. Pero Tails dijo que si querías que te lo explicara más detallado, fueras con él lo más pronto posible.
Pero inesperadamente en ese momento sus ojos brillaron y chasqueó la lengua al incorporarse súbitamente.
—Espera, espera, ¡recuerdo algo! —Exclamó sumamente extasiado—, dijo… él mencionó algo acerca de Black Doom y Mephiles. Tal vez es más de Mephiles de quien quiera hablarte.
Shadow quedó pasmado, como si le hubieran dado un puñetazo en la cara. Aquellos nombres habían evocado un pasado oscuro, escurridizo, agonizante. Sintió un escalofrío recorrer su columna como una anguila, no haciendo más que revivir sensaciones olvidadas.
Situó su imperturbable mirada carmín sobre el héroe expectante.
— ¡¿Y esa cosa tan importante se te había olvidado?! ¿Cómo? Aghh…— tironeó de sus púas, rabioso— Creí que eras estúpido, pero esto, llega al límite Faker.
Estaba que hervía, ¿cómo Sonic olvido que eso significaba mucho para él? ¿Para su pasado? Y, tal vez ¿para su futuro? Quizás aquellos sujetos tan maldecidos por su ser, tuvieran algo que ver con sus malos sueños. Podría posiblemente encontrar respuestas a aquel callejón sin salida que se había formado en su mente, y ese erizo ¿lo había olvidado? ¿Enserio? Ahora si tenía las ganas de patearlo en las bolas.
Sonic sólo lo miró y volvió a encogerse de hombros.
—Lo siento. A veces no retengo las cosas como tú. Perdón por no ser jodidamente perfecto señor forma de vida suprema— ladró con sorna y con un extraño movimiento de manos.
—Hmph—soltó al final.
—Bueno, mañana Tails estará todo el día en su taller. Puedes aprovechar y preguntarle lo que te plazca—hizo un movimiento indiferente.
Shadow gruñó cuando Sonic comenzó a caminar de nuevo a la casa.
Entraron nuevamente a la casa y Amy le dio un paquetito envuelto en aluminio a su invitado, Sonic se despidió con un beso de ella, y a él simplemente le dedicó un gesto intenso. Puso los ojos en blanco al verlo desaparecer por la puerta en una estela brillante de luz azul.
Ambos se marcharon a descansar. Shadow estaba aún sumido en sus pensamientos, no prestó la más mínima atención hacía lo que su cuerpo ejercía mecánicamente.
Cuando ya estaba en la cama, Amy llegó y se acostó a su lado. Llevaba un pijama completa rosa y, que evidentemente le quedaba grande, decorada con flores, el cabello lo tenía suelto cayéndole por los hombros y una mirada inocente adornaba sus ojos esmeraldas en aquel hechicero rostro que tanto le encantaba. Besó sus labios con suma exquisitez dejando que ella tuviera el control sobre su lengua. Poco a poco la sentía deslizarse por su boca, una lengua pequeña y con sabor a fresa, sonrió para sus adentros al abrigarla con la suya, hasta que se separaron por falta de aire.
—Te quiero— susurró la bella rosa contra su cuello.
Shadow besó su clavícula provocándole risas a su amada, esas risas que adoraba escuchar. Su cuello olía perfecto, ni muy cargado de olor ni muy ausente de esté, era sencillamente magnífico.
Ambos se derritieron bajó las sábanas dejando que la oscuridad los transportara a su mundo antes de que Morfeo los reclamara…
Amaneció. Shadow se había levantado primero, y ahora sostenía una taza de café sobre las rodillas. Estaba sentado al bordillo de la cama, y Amy dormía plácidamente a su lado. Sonrió nuevamente al pensar lo que su rosa le provocaba. Como eso. Como aquellas sonrisas involuntarias que le salían al contemplarle. Se estiró un poco para acariciar su cabeza y bajar lentamente hasta sus pómulos pomposos y detenerse a mimarlos más tiempo, claro, con el cuidado de que ella no despertara.
Hace poco se había comunicado con G.U.N. para avisar que no podría asistir al servicio ese día; ver a Tails era su prioridad.
Se puso de pie a contemplar fuera de la ventana, y al instante se dio cuenta de algo que lo hizo petrificarse completamente. Bajó corriendo por su celular y tomó una foto de aquello que había visto con estupefacción y duda contenida. Salió pitando al taller del zorro. Tenía que llegar lo más pronto posible con él y resolver toda aquella maraña de pensamientos que poseía.
Amy se levantó minutos después de que él se marchara, y leyó la nota que le había dejado pagada en la mano:
«Fui con Tails. Hoy no trabajo. Espero volver pronto. Atentamente: Shadow P.D.: Buenos días; hay café en la mesa.»
La eriza sonrió al ver el recado, lástima que ella sí tenía que trabajar. Al momento de ponerse de pie también se fijó en la ventana. Ahí, escrito con rasguños que dejaban tajas blancas en el vidrio, se leía: Ya llegó.
No entendió aquel mensaje, ya llegó ¿qué? O ¿quién? También divisó otra cosa hecha por los mismos rasguños. Parecía un dibujo. Una rueda con montones de símbolos sin sentido, y una pequeña leyenda con runas que tristemente tampoco pudo entender. Al instante sintió un ardor horrible en el hombro; el dolor la tomó tan desprevenida que cayó de rodillas en el suelo. Se quitó como pudo el pijama y se acercó al espejo, sintiendo el corazón en la garganta y la sensación de llamas recorriendo sus venas. Y vio de lo que se trataba. Plasmado al final de su clavícula izquierda, observó con horror lo que se movía bajó su piel, o más bien, lo que se tatuaba en ella…
Un minúsculo sol negro, que ni siquiera sabía cómo había llegado allí.
Emm… hola jeje. Pues sé que ésta historia no tiene muchos seguidores y no se actualiza mucho, pero hago lo que puedo para hacerlo. De verdad.
Bueno me salió algo más largo de lo previsto, pero helo aquí.
¡Muchas gracias por leerme!
Y
Dejad reviews por favor.
Se despide de vosotros: Amazallag (sip, otro nombre nuevo JAJAJA)