Nota del autor: Esta historia esta listada como una historia de Harry y Snape porque: 1) fue escrita originalmente como un desafío para Potions & Snitches, y esos personajes eran pre-requisito; 2) Nadie lee historias de Petunia (suspiro hondo); y 3) Snape aparecerá finalmente cuando los niños vayan a Hogwarts.
Resulta que P&S no recibe historias hasta que están absolutamente seguros que Snape sí aparece (y mientras tanto tienes que postear en otro sitio), así que aquí estamos. En cuanto a si Petunia y él son el 'romance' en la historia, bueno, tendrán que seguir leyendo para descubrirlo.


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EN LA ESTACIÓN DE LA CALLE BAKER, ME SENTÉ Y LLORÉ.

Nombre Original: By Baker Street Station, I Sat Down and Wept

Autor: Deco

Traducido con permiso del autor por BlazeVein.


CAPÍTULO 1: "NUNCA CREER QUE NO ES ASÍ" (ES MAGIA)

En el cual Petunia Dursley cuenta solamente una parte de la verdad. Ella tiene sus razones, por supuesto.

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―¿Usted piensa que esto es una pérdida de tiempo? ―le preguntó la asistente social a Petunia.

Petunia amagó un sobresalto, y dijo con seriedad―. Por supuesto que no.

―Me da gusto escuchar eso ―dijo con sequedad la asistente social―. Su esposo no estaría de acuerdo con eso.

Petunia ahora se encontraba en guardia. No contestó.

―Él me dijo que esto era inútil.

Petunia dijo con suavidad―. Pobre Vernon.

La asistente social alzó las cejas. Petunia continuó, examinando con cuidado su objetivo―. Me temo que él no comprende en realidad lo que está sucediendo.

―Quizás deberíamos comenzar por el principio, entonces. ¿Dónde fue que lo conoció?

Lo conocí en una confitería... él se dio vuelta y me sonrió... ¿se hace a la idea?... sí, nosotros nos miramos... Petunia reprimió una risotada ante la músiquilla anticuada que sonaba en su cabeza y dijo tranquilamente:

―Nos conocimos en la universidad. Ambos estudiábamos contabilidad ―ella notó que la asistente social suprimía una mueca. Eso en verdad no sonaba nada interesante.

Había sido durante uno de los primeros arranques de superación personal de Petunia. Su vida social era virtualmente inexistente, de nuevo, y en un momento de debilidad ella le pidió consejo a su madre.

Su madre le dijo―: Tu eres demasiado aguda, Petunia; eres demasiado aguda ―Petunia sabía que dentro del vocabulario de su madre 'aguda' no significaba 'inteligente'. Quería decir cortante, demasiado sarcástica, demasiado quisquillosa, demasiado crítica. La boca de su madre se abrió y Petunia sintió una sensación de vacío en el estomago porque sabía lo que vendría a continuación. Y seguro que sí―. Se atrapa más moscas con miel que con vinagre ―entonó su madre, mientras Petunia consideraba si repetir clichés sin cesar era fundamento razonable para un matricidio. Aunque no fue en serio, pues Petunia sentía mucho cariño por su madre, la mayor parte del tiempo, y hasta entendía que ella tenia razón. O algo así. Como uno de sus antiguos novios le había dicho con franqueza, ella no era lo bastante bonita para que él tolerara su sarcasmo. Petunia entendió la referencia. Si ella quería casarse y tener hijos, lo que era el caso, tendría que moderar sus expectativas para equiparar sus talentos y apariencia, y pretender ser insípida.

La insipidez, o algo parecido (Petunia nunca supo con seguridad), atrajeron a Vernon Dursley. Entonces él era más joven, más delgado, tenía más cabello, y poseía una educación decente. Un prospecto razonable, dentro de otros prospectos semejantes. Petunia no lo amaba, pero con el optimismo de la juventud, ella pensó que podría cambiarlo a algo tolerable, quizás hasta querible. Él insistía en hablar de temas aburridos, repitiéndose sin cesar, y se indulgia en anécdotas supuestamente divertidas... y vaya si podía arruinar un chiste. Ella sabía que él sería difícil de soportar, especialmente en un largo término. Y él resentiría si ella demostrara más conocimiento en algo que él se preciara ser mejor, o mostrara alguna independencia. Pero él era solícito... en ese tiempo... y Petunia creía que no podría obtener nada mejor. Ella era dolorosamente consciente de su falta de atractivo, y había llegado a la conclusión de que tras haber perdido la lotería genética de su familia, por bastante, esa insipidez era su destino, en mucho más de un sentido.

Y así fue que ellos se casaron, y antes de pasar mucho tiempo ella descubrió ciertos aspectos de Vernon que eran mucho peores que una insipidez.

―¿Ustedes se casaron en 1977, creo?

Petunia asintió.

―Más bien jóvenes.

Y vaya error. Mis padres me advirtieron en contra de eso, aunque ellos no vivieron lo suficiente para llegar a tener el placer de decirme 'te lo dije'. Quisiera que hubiera sido así. Lo hubiera tomado con templanza. En serio.

―¿Y su hijo nació en 1980?

―Sí, Dudley nació a fines de Julio ―una apuesta de la fortuna.

―¿Y usted vive en Little Whinging, en Surrey?

Petunia asintió de nuevo, dio la dirección exacta, y se preguntó vagamente cuanto tiempo llevaría esto.

―¿Y al año siguiente, usted adoptó a su sobrino?

Bueno, esa es una manera de ponerlo―. Sí, después que sus padres murieran en Octubre.

―¿Cómo murieron ellos?

A decir verdad, ellos murieron asesinados por un mago psicópata asesino en serie, en medio de una oleada de asesinatos, Eso es lo que me dijeron, de cualquier modo―. Fue un accidente automovilístico. El niño iba en el asiento trasero, en su transporte, y sobrevivió.

―¿Su esposo estuvo de acuerdo con la adopción?

No le preguntaron. Ni a mi tampoco―. Oh, sí.

―¿Estuvo feliz con ello?

Petunia quedó en silencio, consciente de que tendría que ser cuidadosa―. Bueno... él quería otro hijo propio.

―¿Y resintió el no poder tener uno?

―Me temo que así fue.

La asistente social pareció pensativa―. ¿A él le disgustaba el niño?

Él odiaba al niño. Lo odia, lo desprecia, lo detesta―. Me temo que ellos nunca consiguieron llevarse bien.

Pero no es culpa de un niño si un adulto tiene un prejuicio irrazonable en su contra, ¿o sí? Y trata de explicárselo a ellos de manera que puedan entenderlo.

―¿Y no había nadie más que pudiera quedarse con el niño? ¿Qué hay de los padres de usted?

―Ellos murieron años atrás, durante un incendio en la casa ―provocado por otro montón de magos psicópatas, de los cuales parece haber demasiados corriendo sueltos. Aunque esa es harina de otro costal, supongo.

―¿Y los padres del esposo de su hermana? ¿Él tenía alguna familia?

Dumbledore dijo que no, pero tratándose de magos quién sabe. De todas maneras, nosotros fuimos seleccionados, nominados y elegidos. Ya fuera que lo quisiéramos o no. Y colocados justo en la línea de fuego―. No, él no tenia.

―¿Cuántas separaciones han tenido?

―Esta es la tercera. Hubo una antes, justo antes de que naciera Dudley ―Petunia no quería pensar en ello, no, para nada. Algunas cosas es mejor dejarlas sin examinar.

―¿Y ustedes se separaron de nuevo cuando los niños tenían tres años, no es así? ¿Por cuánto tiempo?

―Casi un año ―Por favor no me haga recordarlo.

―¿Pero ustedes se reconciliaron?

Usted puede llamarlo así, si quiere. Vernon contrató una barracuda como abogado, Marge lo pagó, y yo iba a perder la custodia de Dudley si no accedía a ello. Ellos dijeron que yo era inestable. Bueno, yo estaba tomando anti-depresivos, por supuesto, pero la muerte reciente de todos mis parientes de sangre adultos y la falla de mi matrimonio tuvo algo que ver con ello, ¿no lo cree así? Me gustaría ver que un jurado conviviera con Vernon por un tiempo. Ellos vivirían tomando litio.

―Sí.

―¿Usted se quedó con ambos niños durante la separación?

―Sí, pero Vernon con frecuencia se rehusaba a regresar a Dudley después de sus visitas. Él reclamaba que Dudley no quería regresar a casa a causa de Harry ―decía que Harry también era inestable. Corre en mi familia, según él. De hecho, trota, corcovea y galopa.

―¿Y eso era verdad? ¿Ellos se llevan bien, o no?

―Bueno, al principio no era así, pero ellos han mejorado mucho desde entonces ―Con frecuencia se peleaban como perros y gatos, pero ahora no tanto. Dudley es más grande, pero Harry es más rápido, y pelea sucio de ser necesario. Y yo me temo que con frecuencia es necesario. Pero sí, el día que Dudley cumplió cinco años, las cosas mejoraron entre ellos. Principalmente porque ese día ellos adquirieron un enemigo común: Vernon.

―¿Y cómo es la relación de Dudley con su padre?

―Era bastante buena, antes.

―¿Qué cambió?

Si te digo la verdad, me internarías inmediatamente. De modo que, ¿qué es más creíble? ¿Que Vernon es un imbécil, o que Vernon odia la magia?

―Vernon le tiene antipatía a Harry, y lo culpa por el comportamiento de Dudley ―Vernon piensa que la magia es contagiosa, ese es el porqué. Sí, él así de estúpido. Y al comienzo de su matrimonio, Petunia había llegado a pensar de que el hecho de que ella fuera más lista que Vernon significaba que ella podría dominarlo. Sí, ella había sido *así* de estúpida. Un verdadero matrimonio de idiotas.

―¿De qué clase de comportamiento estamos hablando?

―Bueno, desacuerdo, en su mayor parte. Harry es bastante franco ―y de eso no hay duda.

Hubo una pausa.

―Yo quiero enseñarle un video que tomamos de los niños ―dijo la asistente social. A Petunia se le hundió el corazón.

Primero salia Dudley. Dudley evitaba el lente de la cámara, y contestaba las preguntas en monosílabos. ¿Disfrutaba de las visitas con su padre? Un encogimiento de hombros. ¿A él le agradaba su primo?―. ¿Harry? Supongo ―¿Era feliz con su madre?―. Creo que sí ―Petunia desearía encontrarse en cualquier parte del planeta, incluyendo el fondo del océano.

Si Dudley era evasivo, Harry era inexpresivo. Sencillamente jugó con sus dedos y se rehusó a contestar cualquier pregunta. Petunia podría haberlo estrangulado con alegría.

―Estamos muy preocupados acerca de su comportamiento, y les hicimos algunas pruebas. Ambos fueron muy poco cooperativos.

Oh, y que me lo digan a mi. Pero Petunia no dijo nada... en voz alta.

―El psicólogo cree que Dudley puede tener una dislexia moderada, lo cual afecta sus resultados. Estábamos preocupados de que Harry pudiera ser autista, pero eso no salió en sus resultados. De hecho, creemos que ambos pueden ser superdotados.

Bueno, tiene razón, pero no en la forma en que usted piensa. Y ya puedo escucharlos desde ahora. (Dudley: ¿Y bien, qué se suponía que dijera? ¡Tu no me dijiste! Harry: Era mejor no decir nada. Ellos retuercen todo si lo haces.) Ciertamente la vida con Vernon era instructiva.

―De acuerdo al psicólogo, ambos se encuentran muy ligados a usted, y se sienten protectores hacia usted. Eso no es lo ideal, y no necesito decirlo. No se supone que los niños protejan a sus padres.

Ellos no están protegiéndome... se trata de una alianza defensiva. Y si usted cree que dos niños de siete años no son aliados valiosos, usted no ha conocido a esos dos niños de siete años en cuestión. Excepto que ya los ha visto. Pero no ve lo que esta allí.

―¿Puede describirme a los niños? ¿Sus personalidades?

―Dudley es bueno con máquinas y artefactos electrónicos. Muy avanzado para su edad. Él puede hacer que las cosas más asombrosas funcionen ―él instaló por si solo un sistema para monitorear a su padre, un sistema temprano de alarma. Vernon creyó ser muy listo cuando lo desconectó, pero eso probó ser un desperdicio de tiempo. Ya que resultó ser que Dudley consiguió hacerlo funcionar sin electricidad.

―A Harry le gusta leer, y es bastante atlético ―además puede correr muy rápido, especialmente escapando de Vernon. Petunia no sabia como ella se sentía con respecto a sus voraces hábitos de lectura. Ella también lo poseía en su niñez, alentada por su padre, y ahora se preguntaba si hubiera sido más feliz de no ser así. Con certeza eso le hizo más difícil el encajar. ¿Seria diferente para un muchacho? Tal vez, aunque de algún modo lo dudaba.

―Ellos tienen algunos problemas en la escuela, no voy a negarlo. Esa es la razón de que yo comenzara a enseñarles en casa ―Bueno, eso y los estallidos de magia. Dudley tendía a ser más sutil, pero los de Harry no eran así. Era un poco difícil explicar algunos de ellos; su última profesora dijo que quizás su medicación la había hecho alucinar; eso esperaba ella. Petunia estuvo de acuerdo con ello fervorosamente, y retiró a ambos niños de la escuela antes de terminar la semana.

―Su esposo la acusa de varias cosas. Dice que usted es inestable, holgazana, y que miente acerca de él. Además, que usted ha volteado a los chicos en contra de él.

Petunia se encogió de hombros.

―¿No tiene nada que decir de todo esto?

―Estoy cansada de negarlo, pero no, nada de eso es cierto ―yo no miento con respecto a él, no soy holgazana, y él fue quien puso solito a los niños en su contra; pero sí, probablemente yo sea inestable. De hecho, estoy segura que lo soy. Demándeme.

La asistente social le dirigió una seria mirada―. Los alegatos que usted ha hecho en contra de su esposo son igual de serios, como debe saber.

Petunia dijo―: ¿Alegatos? Solamente estoy diciendo lo que sucedió.

―Sí, y el señor Arcos apoya su historia. Pero usted debe saber por qué hay preocupación acerca de él y su evidencia.

―Él es gitano.

La asistente social le dio una mirada de reproche. Era obvio que esa aseveración no era políticamente correcta, a pesar de lo verdadera que resultaba ser―. Él posee un largo historial criminal por fraude ―dijo ella con censura.

―Estoy segura que así es. Eso no significa necesariamente que esté mintiendo. Después de todo, en este caso ¿que tendría que ganar con eso?

―Eso puede ser cierto, señora Dursley, pero usted también posee un largo historial de inestabilidad mental. El reporte de su doctor es bastante detallado, usted ha estado tomando anti-depresivos por años, y hay varios diagnósticos. Algunos bastante perturbadores, si no le molesta que lo diga. A pesar, o quizás a causa de la historia del señor Arcos, es bastante posible que usted pierda la custodia de los niños de forma permanente.

Petunia no batió una pestaña, y ni siquiera se molestó en contestar. Eso es lo que tu piensas, pequeña burócrata aburrida. Eso no va a suceder. Yo he estado en situaciones malas antes, y siempre he hecho la misma cosa: deshacerme en lágrimas y esconder la cabeza debajo de las mantas. Esta vez no será así. No voy a perder a los niños. Ellos son míos. Le dispararía a Vernon Dursley a quemarropa a mediodía delante de un ventanal de Harrods antes de dejar que él obtuviera la custodia; y le aseguro esto: disfrutaría cada maldito segundo de ello, y un poco más.

Con ese pensamiento en mente, ella sonrió dulcemente a la asistente social, quien lució de repente asustada.

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NdT: Hola, aqui estoy de nuevo traduciendo una historia que creo que se sale de lo común, con mucha intriga e historia antigua. De momento lleva 92 capitulos, así que hay mucho por delante, y esta todavia sin terminar. Gracias por leer :D

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