NOTA DEL AUTOR: Muchísimas gracias a todos aquellos que han comentado esta historia.
Este fic ahora entra en su sexto año (llora)
Tuve que releer la historia completa para entender el hilo de la trama (por así decirlo). Había olvidado gran parte; y me sorprendí al disfrutarlo. Sin embargo, vi con claridad que no puedo hacer una trama ni para un ovillo, ni aun con un boceto. Eso es porque sigo gazapos que escapan por la ventana ... por lo que tuve que hacer de nuevo este capitulo. Si, Iscariot, tenias razón. Una historia circonvoluta sin llegar al punto, y por desgracia, no me es alérgica. Aunque si miserable. (Suspiro). Así que, sin mayor preámbulo:
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EN LA ESTACIÓN DE LA CALLE BAKER, ME SENTÉ Y LLORÉ.
Autor: Deco
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CAPÍTULO 142: "ME ECHARON ABAJO" (PERO ME LEVANTÉ DE NUEVO)
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En el cual tenemos a las Reliquias de la Muerte de los hermanos Peverell versus los Horcruxes de Tom Riddle. En otras palabras, Muerte vs. Media-Vida.
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Para su frustración, Petunia descubrió que el mapa no era exactamente representativo. No aparecía marcada la longitud ni la latitud y el señor Crouch le advirtió a ella que si la ubicación había sido hecho Inubicable, como parecía ser, el mapa no era confiable. Mientras que ella sopesaba esa noticia desagradable, y Sholto fruncía el ceño, el resto del grupo se ocupó en tratar de calmar a Amy, quien se encontraba en medio de un ataque de pánico.
Sholto les dio una mirada, bufó un poco, y conjuró una silla―: ¡Déjenla que se siente, por las barbas de Merlín!
Amy se dejo caer en la silla, y el señor Crouch consiguió calmarla lo suficiente con un hechizo calmante. Ella comenzó a llorar, pero eso era mucho mejor que la histeria, cuando menos en opinión de Petunia. Especialmente cuando estabas intentando concentrarte en otra cosa en ese momento.
Una vez que Amy se hubo calmado un poco, Tobias y Petunia se sentaron junto a ella mientras el resto del grupo hacia un registro exhaustivo del lugar. A juzgar por la reacción del señor Crouch y de Sholto, buena parte de la reserva oculta de Cressy se igualaba al material que habían descubierto en el Banco de Puddleborough, aunque de un tipo diferente. Por lo tanto a Petunia no le sorprendió que ellos sacaran una de esas bolsas mágicas de 'puedes-meter-de-todo' y comenzaran a llenarla.
―Pensé que querías volver a la Mansión ―le dijo a ella a Sholto, notando el placer que le daba ver un artefacto de aspecto sospechoso― en algún momento de este siglo, me parece que dijiste.
―No seas descarada, Petunia ―dijo Sholto, con voz alegre, lanzando el artefacto dentro de la bolsa―. Eso no te valdrá de nada.
Petunia apretó los dientes―. Pienso que deberíamos llevar a Amy a casa lo más pronto posible. Ella necesita un sanador.
―Y un cuerno ―masculló Sholto―. Cuando mucho ella necesita un buen trago. Dale uno y deja de quejarte.
―No traigo alcohol conmigo ―dijo Petunia, rígida.
Sholto miro en dirección al señor Crouch, y este último, pareciendo algo avergonzado extrajo un frasco de su túnica y se lo entregó a Petunia. Petunia una vez más se maravilló de todas las cosas que sucedían en su casa sobre las que ella no tenia la menor idea, y tomo el frasco sin hacer comentario. Cuando lo abrió, el aroma le indicó que se trataba de un whisky escocés de muy buena calidad.
Amy protestó que ella nunca bebía licor fuerte, a lo cual Petunia respondió con cansancio que en este caso era medicinal. Amy lo aceptó con renuencia y le dio unos sorbitos con desagrado. Su rostro se aclaro mientras lo hacia. La calidad evidentemente era buena, y como ella dijo "la calentó". También la relajó, hasta el punto que ella se quedo dormida en su silla, para gran alivio de Petunia.
Tobias, sin embargo, desaprobó del todo esta forma de auto-ayuda―. Quizás ella tenga mi problema, ¿se le ocurrió pensar en eso?
No, a Petunia no se le había ocurrido pensarlo, pero ahora que él lo señalaba, parecía bastante probable. Sintió ganas de golpearse la cabeza contra la pared más cercana. Al ver su expresión, Dudley saco su varita y lanzó un hechizo a Amy, de una variedad que ella no pudo reconocer.
―¿Qué fue eso, Dudley? ―preguntó ella sobresaltada.
Él se mordió el labio―. Tan solo algo en que pensamos Harry y yo ―dijo―. En realidad para el abuelo, por si acaso, pero también debería funcionar en Amy.
Petunia notó que Tobias pareció sorprendido. Dudley se puso rojo. Harry sonrió y le dio un codazo.
―Es muy listo, ¿no es cierto? Eso debe haberlo sacado de ti.
―¡Harry...! ―exclamó Dudley.
―Lo inventó él solo ―dijo Harry, ignorando su interjección―. Yo le ayudé sólo un poquito. Es un hechizo para negar el efecto del alcohol.
Al principio, Petunia temió que esta revelación lastimara los sentimientos de Tobias, pero claro él nunca fue muy predecible, ¿verdad? Para su alivio, él pareció tanto conmovido como orgulloso de los esfuerzos de sus nietos en su beneficio―. ¡Bastante listo este par! ―dijo, sonriendo ampliamente, y los abrazó. Dudley se tornó todavía más colorado.
―No sabia que estuvieras practicando la invención de hechizos, Dudley ―dijo Petunia. ¿Cuántas cosas más estaban ocurriendo que ella desconocía? Debo no estar prestando atención. Y en demasía.
―El Profesor estaba dando un curso por créditos extra ―murmuró Dudley.
'El Profesor' era el nombre que los muchachos normalmente empleaban para referirse a su padre, tras haber intentado una gran cantidad de otros motes, tales como El Mentado, Ese Hombre, El Donante, El Murciélago, MacAsco, La Máquina Grasosa, y varios otros que tendrían que escribirse usando varios asteriscos, dependiendo de como se estaban llevando bien con él en determinado momento. O que tan mal. Petunia toleraba que lo llamaran Snape o El Profesor, pero no que lo nombraran con apodos desagradables en frente de su abuelo. «En privado, si me hacen el favor», les había dicho y ellos normalmente recordaban editar la conversación cuando Tobias estaba presente. Por suerte, ellos le tenían suficiente afecto como para tolerar la profunda admiración que sentía hacia su hijo.
―Ambos lo tomamos ―dijo Harry―. No en forma voluntaria, por supuesto.
―Oh, por supuesto que no.
―El Profesor estaba tan ocupado quejándose de mi pereza, que se olvidó de acosar a Dudley, quien en realidad aprendió algo.
―Esas cosas suceden ―dijo Dudley, encogiéndose de hombros.
―Alguna vez tenia que pasar ―dijo Harry―. Dud demuestra un talento verdadero para eso, de hecho. El Mentado no lo reconoce, porque ¿por qué lo haría? Nunca tiene nada bueno que decir de ninguno de nosotros.
Petunia miró con aprehensión a Tobias, y notó que él parecía estar conversando en voz baja (para no perturbar a Amy) con Algy. Tranquilizada, ella dijo―: ¿Y cosa buena tienen ustedes que decir acerca de él?
―Ojo por ojo ―masculló Harry.
―Sin embargo, él debe ser un buen profesor, para que Dudley aprendiera.
―No lo es, pero Hermione sí. Dud repasaba el material con ella.
Petunia de repente se preguntó que consejo le habría dado Snape a Dudley acerca de Ron Weasley. Cualquiera que fuera, parecía estar funcionando, porque él y Hermione todavía seguían juntos. Y al parecer, eran más cercanos que nunca. ¿Me siento celosa por ello? Sí, ciertamente lo estoy. Afirmo que mis quiero que mis muchachos sean más cercanos a su padre, pero el hecho es que en realidad eso no es cierto, y los chicos lo saben muy bien.
En este punto, Sholto la distrajo diciendo―: Esto tendrá que ser todo por hoy; esta oscureciendo, y me imagino que el vigilante nocturno llegará pronto. Dejaremos el resto para más tarde.
El señor Crouch recuperó su frasco, aunque sin encontrar la mirada de Petunia. Petunia no se engañaba; probablemente él sentía más temor de que ella se lo contara a Winky (es decir a Calpurnia) que por temor a su propia reacción. Petunia se preguntó si debería hacer precisamente eso, y deseó que tales decisiones mundanas fueran más fáciles para ella. Empero, si ella alguna hubiera sido buena para predecir consecuencias, nunca se habría casado con Vernon Dursley.
Ellos decidieron que era más fácil el transportar a Amy en su estado actual semi-comatoso, y tomaron la ruta más corta a casa.
El sol descendía cuando ellos llegaron; las ventanas de la Mansión estaban iluminadas, y se veía muy acogedora, o al menos así le parecía a Petunia. Ella estaba cansada, hambrienta, y más que un poco exasperada. Sholto-el-mago era casi tan irritante como Sholto-el-dragón, lo cual era decir bastante. Dicho mago estaba de buen humor, silbando mientras transportaba tanto a Amy como a la bolsa con la reserva oculta de Cressy. Esto conllevaba un equilibrio considerable y una gran habilidad mágica, pero Sholto parecía tener muy poco problema con eso, según notó Petunia con amargura.
Petunia por lo tanto se sintió muy aliviada de ver a Pompeyo en lo alto de los escalones de la Mansión mientras ellos se acercaban a la puerta principal. Él observó al grupo con mirada resignada, y prontamente se hizo cargo. Aleluya, amén, los elfos domésticos eran el mejor amigo de una ama de casa.
Petunia llamó a Titus, Ojo Loco Moody, y a Aberforth a la Mansión tan pronto como pudo, pero no se molestó con enviar una invitación a Snape, Sirius ni a Dumbledore. No estaba segura de la razón. Algo le dijo que no debería. No sé si es cosa de mi magia, cansancio a causa de sus actitudes, o puro rencor. Estamos a punto de descubrirlo. Sirius y el caos vienen emparejados. Snape sin duda es de utilidad, pero te hace trabajar como esclavo por cualquier ayuda, y lo que es más se lo contaría a Dumbledore de inmediato. ¿Y el Director? Pienso que algo ha ido mal allí. No sé precisamente qué.
Por suerte Titus y Moody estaban disponibles, y Aberforth no había comenzado todavía con los tragos de la noche, así que estuvieron de acuerdo en unirse a la fiesta para compartir una comida sencilla. Petunia estaba informándoles acerca de la excursión a Middle Wallop, cuando se dio cuenta que Sholto había desaparecido de la mesa.
―¿Sholto? ―dijo Harry―. Él se ha largado, pero no sé a donde.
Ellos descubrieron a Sholto en la biblioteca, ocupado en descargar el bolso mágico. Él estaba extendiendo su botín sobre la mesa de la biblioteca, haciendo comentarios al respecto mientras lo hacia. El resto del grupo se dispuso a observarlo de forma ociosa conversando entre ellos: Petunia no le prestó mucha atención hasta que él silbo de repente.
―¡Vean esto! ―exclamó.
Ella lo hizo y vio que él mostraba un libro a un fascinado señor Crouch―. ¿Qué es?
Los ojos de Sholto brillaban triunfantes―. He estado buscando este libro por todas partes. Pensé que Riddle había conseguido deshacerse de todas las copias en existencia, y que era imposible conseguir una. Hubiera sido así de no ser por la falta de escrúpulos de mi querida vieja tía. Me pregunto ¿de donde lo habrá sacado ella? Y si acaso él sabria que ella lo tenia. Esos registros a la Mansión sugieren que él lo sabia.
Algy miró el libro y dijo dando una cabezadita―. Ella lo robó. De él. Es la única copia que queda.
―¿Lo robó? ¿De Voldemort? ―Sholto pareció escéptico.
―Cressy dijo que lo necesitaba ―dijo Algy simplemente―. Y que ella sabia como conseguirlo. Ella siempre me dijo que él no era tan listo como imaginaba.
Sholto levantó el libro en su mano―. Concedo el punto. ¿Sabes como ella lo hizo?
―Sí ―dijo Algy―. Pero no voy a decírtelo. ¿Por qué debería? Solamente dices cosas malas de Cressy.
Petunia quedo sorprendida cuando Sholto no perdió su temperamento―. Puede que cambie de parecer ―dijo observando a Algy. Algy se rehusó a mirarlo.
Petunia juzgo que ese era un buen momento para intervenir, y se acercó a inspeccionar el libro en cuestión sobre el hombro de Sholto. Estaba encuadernado en cuero negro, y parecía viejo y decrépito―. No logro ver un título ―dijo ella, dando una mirada al señor Crouch.
Él trazo una linea sobre unas letras medio borradas sobre la cubierta, y leyó en voz alta―: «La Magia Más Vil, Parte Dos» por Godelet.
―¿Quién es ese? ―preguntó ella.
Sholto le dirigió una mirada impaciente―. Godelet era un mago Oscuro de principios de la Edad Media ―dijo él.
―¿Y? ―dijo Petunia―. ¿Qué más? Eso no me dice mucho.
―Sórdido ―intervino Dudley, sombrío.
―Cierto, cría, muy sórdido en verdad ―dijo Sholto.
Moody fue mucho menos despreocupado sobre el tema que Sholto―. ¡Es un libro con un periculo ilícito sobre el! ―gritó―. ¡No deberías haberlo abierto siquiera!
Sholto rodó los ojos, y luego miró a Petunia―. Nunca deja de sorprenderme, prima, lo poco que usted supervisa a su progenie.
Petunia consiguió ignorarlo. Apenas―. ¿Qué es un periculo ilícito? ―le preguntó ella a Moody.
―La mayoría de los libros peligrosos están restringidos ―dijo Moody, mirando con rabia a Sholto―. Unos pocos, y este es uno de ellos, está absolutamente prohibidos el tocarlos, leerlos, o usarlos para el caso. ¡Debería ser entregado de inmediato a los Aurores!
Sholto lo ignoró―. ¿Cómo es que él ha escuchado siquiera de Godelet? ―le preguntó Petunia, refiriéndose a Dudley.
―Nos metimos a la Sección Restringida de la biblioteca de Hogwarts ―dijo Harry, como si esta fuera una actividad cotidiana, y fuera de esperarse.
―Ah, bueno, eso lo explica ―dijo Sholto, dándole una mirada exasperada―. Aunque de ser tu, yo seria más cuidadoso. ¿Recuerdas lo que le sucedió a Catón Mayhew? ―palabras audaces, considerando que él mismo estaba en posesión de un libro que estaba absolutamente prohibido.
―¡Voldemort no estaba allí! ―protestó Harry, mirando a su tía en busca de apoyo, pero esta ocasión Petunia lo decepcionó.
―¿Qué estaban haciendo todos ustedes en la Sección Restringida? ―demandó ella con una mirada de enojo, las manos en las caderas. Si Snape se entera de esto, nunca escuchare el final. Y Sholto bien podría decírselo, porque siendo un dragón disfruta de todo tipo de fuegos artificiales.
Harry intento parecer inocente; por desgracia, no lo consiguió.
Dudley lo salvó del problema―: Estábamos buscando información acerca de los Horcruxes.
―¿Solamente ustedes dos? ―Petunia tenia sospechas.
Dudley suspiró, e ignoró las señales frenéticas de Harry para que no dijera nada―: Hermione también.
―Bueno, eso no es ninguna sorpresa ―dijo Petunia―. ¿Ella encontró el libro?
―Los libros son el departamento de Hermione ―dijo Harry, con un encogimiento de hombros―. Este se llamaba «Magick Moste Evile». Titulo encantador , ¿no es así? Pero no fue de mucha ayuda, tengo que decirlo. Tenia una referencia de los Horcruxes, pero no decía mucho acerca de ellos.
―Encantador ―dijo Petunia. Se dirigió luego a Sholto y el señor Crouch―. ¿Y ustedes? ¿Alguno de ustedes ha leído ese libro?
Ambos magos adoptaron repentinamente una expresión en blanco. Petunia tomó eso como un "sí".
Luego ella se volteó hacia Moody y Aberforth. Moody negó con la cabeza, y Aberforth puso el rostro en blanco. Un "no" y un "sí" esta vez.
Ella elevó las cejas―. ¿Harry esta en lo correcto, entonces?
El señor Crouch tosió, y miró hacia otro lado, y Aberforth continuo luciendo en blanco, pero la vergüenza era una emoción desconocida para alguien como Sholto―. Tiene razón ―dijo él―. No entra en detalles de como hacer un Horcrux, o como destruirlos, aunque sí los menciona.
―¿Y este es el libro en cuestión?
―No, no lo es. Esta es la continuación. La mayoría de las fuentes mágicas claman que es apócrifo. En este caso, no es cierto ―el abrió el libro, y tanto él como el señor Crouch comenzaron a leer el índice. Moody se engrifó, pero Petunia meneó la cabeza en su dirección. Para su sorpresa, él permaneció en silencio.
―¿Salen ahí Horcruxes? ―quiso saber Harry.
―Sí ―Sholto estaba triunfante.
El resto del grupo se amontonó alrededor de ellos, torciendo el cuello para ver el contenido del libro―. Y no solamente Horcruxes ―dijo Sholto―. También veo que las Reliquias. De hecho, en especial la Varita de Saúco, que pertenecía a Godelet. Él clamaba que la Varita fue co-autora de los libros.
―Estas bromeando, Sholto ―dijo Petunia.
―En realidad ―dijo el señor Crouch en tono de disculpa―, no lo hace. Godelet creía que la Varita de Saúco era sentiente, y la describía como su «amigo moste malvado y sutil... que entende el magick moste evile.»
Y este era el objeto mágico que susurraba al oído de Dumbledore en el presente. Eso explica un montón.
―¿Cuándo fue eso? ―inquirió Harry.
―Godelet vivió a mediados del primer milenio ―dijo el señor Crouch―, antes de la fundación de Hogwarts y un siglo antes de la aparición previa de la varita en la historia, cuando fue propiedad de Emeric el Malvado y luego fue tomada por Egbert el Ultrajante. Él murió después de ser encerrado en su propio sótano por su hijo Hereward, quien le había quitado la Varita de Saúco.
―¿Cómo? ¿Su amiga sentiente no lo ayudó cuando eso ocurrió? ―Petunia fue sarcástica, pero los magos y su forma de ser tendían a tener ese efecto en ella.
―No funciona de esa manera, Petunia ―dijo Sholto, con una sonrisa torcida―. La Varita de Saúco se dirige a la persona lo bastante fuerte como para blandirla. Si en algún momento Godelet no fue lo bastante fuerte, entonces la Varita transfirió sus... afectos, supongo que tu podrías llamarlo, a la persona que lo si lo era.
Petunia le dio una mirada―. ¿Cuánto tiempo suele permanecer la Varita de Saúco con un mago? ―preguntó ella.
Sholto no respondió, pero el señor Crouch contestó―. Depende de cuan fuerte sea el mago en cuestión―dijo él―. La Varita es atraída por el poder. Se quedó con Godelet cerca de veinte años. Godelet fue razonablemente discreto acerca de su propiedad, además. Eso ayudó.
―¿Y cuándo la adquirió Dumbledore? ―fue la siguiente pregunta de Petunia.
―Cuando él derrotó a Grindewald en 1945 ―dijo el señor Crouch.
Petunia tamborileo los dedos sobre la mesa―. Eso es bastante tiempo ―dijo ella.
―Bastante ―dijo Sholto , sin expresión.
―Tu trataste de robarla ―le dijo Petunia―, ¿no es cierto?
―Yo no, fue solamente un experimento ―contesto Sholto, evadiendo sus ojos. Esa es una mentira, adivino. Él quiso por lo menos darle un buen vistazo. Después de todo es famosa.
―¿Demasiado poderosa para ti? ―Petunia no pudo contenerse.
Sholto le frunció el ceño luciendo más parecido a su encarnación como dragón que como mago, pero fue el señor Crouch el que contestó―. Es cierto que es una Varita muy poderosa, y muy ingobernable. Usualmente la varita escoge al mago, pero en el caso de la Varita de Saúco, el mago además debe derrotar al dueño anterior. En el caso de Godelet, fue su hijo, Hereward. La discreción de Godelet no se extendía a su propia familia, desafortunadamente para él. Ese siempre es el peligro. Un mago posterior fue derrotado por su madre, quien tomó la Varita.
―¿Su madre? ―dijeron los muchachos al unisono.
Petunia sonrió―. Esta claro que vas a tener que vigilarme con tu Capa, Harry ―dijo ella. Su sobrino no pareció encontrar esto divertido.
―La Piedra de la Resurrección y la Capa de Invisibilidad no parecen tener los mismos efectos malignos sobre sus dueños ―dijo el señor Crouch, dándole a ella una mirada de reproche―. Han sido pasadas en la misma familia por generaciones. Pero la Varita... normalmente las varitas se queman o son rotas cuando mueren sus propietarios. Existe una razón detrás de ello, esto evita que la varita pase a ser demasiado poderosa, porque cuando interactúan con las brujas o magos por demasiado tiempo ese puede ser el resultado. Aprendieron.
―Por los cuernos de la luna ―dijo Petunia―. ¿Y esta ha pasado de mago en mago trayendo todo el conocimiento que ha acumulado en el camino con ella?
El señor Crouch asintió―. Y recuerde, que sus dueños con frecuencia han sido magos volátiles, violentos y ambiciosos.
―Oh, no lo olvidé ―dijo Petunia―. ¿Qué tiene que decir este libro?
―No demasiado ―dijo Sholto en un tono repentinamente decepcionado.
―¿Oh? ―Petunia intentó ocultar su alivio.
―Para comenzar esta en latín ―Sholto miró al señor Crouch. Este último tomó el libro y lanzó un hechizo sobre este. Él y Sholto observaron el resultado. No parecieron complacidos con ello.
―¿Cuál es el problema? ―quiso saber Sholto.
El señor Crouch suspiró―. Es latín arcaico, por lo que puedo ver, con una mezcla de Anglo-Sajón, celta, y algunos otros dialectos locales. Creo que uno es de Cornwall. Voy a necesitar tiempo con esto.
Petunia se dio cuenta que Sholto no estaba feliz con esa idea, pero consiguió suprimir su irritación y decir―: Muy bien; vamos a empezar ahora.
El señor Crouch, quien había tenido un día ya largo, pareció rebelarse brevemente; pero Sholto estaba con sangre en el ojo, así que sentó con el libro y empezó a trabajar.
Petunia fue a sentarse junto a Aberforth y le hizo señas a Titus para que se sentara a su otro lado. Aberforth ignoró a Titus, y le dirigió a ella una mirada de desconfianza―. ¿Qué es lo que quiere? ―le preguntó.
―Algo de información seria un buen comienzo ―dijo ella en forma calmada―. Y pienso que quizás usted podría proveer alguna.
Aberforth no se molestó en preguntarle que clase de información tenia ella en mente; simplemente se le quedo mirando sin decir palabra. Esa es una señal de advertencia.
―Me refiero a su hermano.
―Bueno, de algún modo, no imaginé que estuviera buscando información acerca de mi ―dijo Aberforth. Y aquí viene la vieja rivalidad entre hermanos. Ahora puedo ver el porqué las personas se sentían tan irritadas conmigo cuando me solazaba en ello.
Ella decidió ignorar eso―. Él ha tenido esa varita por bastante tiempo.
―Sí ―dijo Aberforth―. Sé que Albus divulga por todos lados que soy analfabeto, pero yo puedo sumar y restar.
―Cerca de cincuenta años, me parece ―dijo Petunia.
―Veo que usted también sabe sumar. No es una cualidad común en los magos. Ni en las brujas.
Petunia se preguntó por un momento si Aberforth habría estado tomando lecciones de como ser difícil de Sholto, y consideró brevemente el perder su compostura. Sin embargo, capto una mirada de advertencia de Titus, y cambio de táctica.
―¿Piensa usted que él esta controlando la varita o que la varita lo esta controlando a él? ―preguntó de sopetón.
Aberforth le dirigió una mirada vacía.
En este punto, Titus intervino―. ¿Ha hecho alguna cosa poco característica recientemente ? ―inquirió en tono suave.
Aberforth se rio―. No ―dijo él―. Nada poco característico.
―Debe ser un problema para él ―dijo Titus―. Esa varita es algo terriblemente peligroso de mantener en su posesión, y él lo sabe; pero es aun más peligroso dejarla fuera de su control.
Aberforth se encogió de hombros―. Él quería poder, y ahora ve a donde eso lo ha llevado: entre la espada y la pared.
―¿Podría él mismo destruir la varita? ―preguntó Petunia―. ¿O se resistiría la varita si él lo intentara? ―yo tengo alguna idea de como destruir Horcruxes, pero ninguna concerniente a las Reliquias de la Muerte.
En esta ocasión, vio que había conseguido asustar a Aberforth. Él dijo lentamente―: No lo sé. No puedo decir que alguna vez haya pensado en eso. Crouch seria el hombre a quien preguntárselo.
―Lo haría ―dijo Petunia con delicadeza―, pero el señor Crouch a menudo se... confunde un poco. Es decir, en ocasiones. Y él y el Director son amigos, ¿no?
―Lo dudo ―dijo Aberforth―. Y usted subestima la lealtad de Crouch hacia usted, creo.
Petunia nunca había pensado en el señor Crouch en esos términos, y se sintió un poco confundida―. Pero él no lo vería así, ¿verdad?
Esta vez Aberforth la miró directamente a los ojos―. Él podría.
Petunia estaba a punto de discutir esto cuando Titus le dio una mirada inconfundible de "continua con lo siguiente".
Ella dijo, cambiando de nuevo de táctica―. Usted conoció a Grindelwald, ¿verdad? ¿Cuando usted era joven? Usted me lo contó.
―Definitivamente debería haber mantenido mi boca cerrada ―dijo Aberforth. Petunia recordó que él estaba intentando consolarla en ese momento y se sintió culpable. No lo suficiente culpable como para detener esa linea de interrogación, sin embargo.
―¿Tenia él la varita cuando usted le conoció?
―No, no entonces. Él la robó, mucho más tarde, de un fabricante de varitas llamado Gregorovitch. Un famoso fabricante de varitas, debo agregar. Gregorovitch fue afortunado la primera vez; Grindelwald no se molesto en matarlo para llevársela. Sin embargo, no fue tan afortunado la segunda vez; estaba lidiando entonces con Riddle. Cuando Riddle no la encontró, él lo asesinó.
―¿Cuándo fue eso? ―preguntó Petunia, sorprendida.
―Recientemente ―murmuró Aberforth. Petunia se limitó a mirarlo.
―A fines del mes pasado, pienso ―dijo Aberforth encogiéndose de hombros―. Estaba por todos lados en El Profeta.
―Nunca leo ese pasquín.
―Ese es un error. Rara vez es exacto, y es un portavoz del Ministerio sin duda alguna, pero si puedes ver a través de todas las tonterías, puedes aprender algunas cosas.
―Soy dueña de su única competencia ―señaló Petunia―. ¿Riddle se enteró de algo por Gregorovitch antes de matarlo?
―Sin lugar a dudas ―dijo Aberforth―. Descubrió que Grindelwald la robó. Y por supuesto, él sabe que Albus derrotó a Grindelwald. Es sencillo deducir a partir de allí, creo.
―¿Riddle puede contar?
―Oh, sí. Él puede contar; no hay duda con respecto a eso, porque él siempre ha sido un bastardo codicioso. Dinero y poder, eso es lo que le interesa. Debo decir esto de Albus, él nunca ha estado interesado en el dinero ―lo cual dejaba el poder.
―¿Es lo suficiente fuerte para derrotar a su hermano? Me refiero a Voldemort.
―Es posible. Él es realmente fuerte, pero no muy sutil, y Albus conoce todos los trucos que existen en los libros, y afuera de ellos también. Riddle tiene esta ventaja: él puede matar a Albus, pero Albus no puede matarlo.
―¿Y qué hay acerca de usted? ―preguntó Petunia.
―¿Qué quiere decir con eso?
―Usted sobrevivió a un duelo con su hermano y con Grindelwald, ¿verdad? ―señaló Petunia―. Usted debe ser bastante bueno en verdad.
Aberforth no respondió. Se puso de pie, muy lentamente, y luego, volviéndose a Titus, dijo―: Usted, señor, es un hombre valiente.
Volviéndose hacia Petunia, le dijo―: Voy a irme a casa y me emborracharé. Lo que sea que tenga en mente, no estoy interesado.
Salió de la habitación sin mirar atrás.
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A/T: Un millón de gracias a todos quienes fielmente se siguen sumando siguiendo y haciendo comentarios en este fic pese al tiempo que ha pasado desde que el autor ha vuelto a actualizar. Asi como a los que han segudi fieles al pie del cañon XD. Bendiciones a todos , un abrazo y ¡Feliz Pascua!
―x-x-x―
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