Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de S. Meyer y la autora es Edward's Eternal, yo sólo traduzco.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of S. Meyer and the author is Edward's Eternal, I just translate.


Summary completo: Recientemente divorciada, Bella lucha por encontrar una nueva vida para ella y su hijo Jake. Luego llegan Edward y su hijo Emmett. Acostumbrado a estar solo, el encontrar a Bella es una sorpresa inesperada para Edward. Mezclar sus vidas juntas a veces requiere de un tiro extra a la meta para igualar las cosas. Una historia simple y conmovedora de dos padres solteros encontrando de nuevo el amor, curándose y construyendo una nueva familia.


Capítulo 1

Apagué el carro y respiré profundamente. Girándome, le sonreí a Jake.

—¿Listo, peque?

—¡Sí, mamá, vamos!

Asentí y salí del carro con Jake siguiéndome. Estiré la mano hacia la caja de la camioneta y me eché la pesada maleta al hombro, su peso casi me tira. En serio, ¿cómo esperan que él patine cargando todas estas cosas? Estaría sorprendida si es que puede siquiera ponerse de pie. Jake estiró la mano junto a mí y agarró sus patines; su emoción era evidente.

Tuve que sonreír ante su entusiasmo. No lo había visto así de optimista desde antes de que William nos abandonara. Al parecer, cuando dijo que quería divorciarse de mí, lo que quiso decir fue que quería divorciarse de nosotros. William no había visto a su hijo desde ese día. Ahora las llamadas telefónicas eran esporádicas, y cuando lo hacía estaban llenas de tantas promesas rotas que Jake y yo ya estábamos aliviados de que básicamente hubieran dejado de suceder.

Avancé detrás de Jake que parecía saber a dónde iba y entré en la pista de hielo. Miré a mi alrededor con nervios. Aparte de las gradas para sentarse, nunca había sido parte de este mundo. Me habían informado que era una cosa de padre e hijo. William lo llevaba a las prácticas y todas las otras cosas del equipo. Se esperaba que yo viniera y lo animara ocasionalmente, que hiciera grandes cantidades de galletas para las ventas, y que besara y curara cualquier herida pequeña que pudiera ocurrir. William siempre había sido firme con eso, era simplemente cómo debía hacerse. Él siempre insistía en hacer las cosas en la forma en que debían ser hechas, pero ahora yo estaba sola.

Luego de mudarnos a la casa en el pueblo, Jake extrañaba el camino de entrada y la portería de hockey que tenía afuera, y en cuanto escuchó sobre la liguilla local, me rogó por unirse de nuevo. Simplemente no pude decirle que no, así que ahora estaba aquí parada e insegura de a dónde ir o qué hacer. Afortunadamente localicé una mesa para registrarse y avancé torpemente hacia allí, intentando balancear la pesada bolsa, mantener mis ojos en Jake y no topar con ninguno de los otros niños que corrían por aquí. Casi lograba llegar cuando sentí un cuerpo pequeño pero rápido chocar contra mí, haciéndome perder el balance. Escuché mi jadeo y sentí que mis brazos se agitaban con fuerza al caer hacia enfrente, la pesada bolsa me estaba jalando. Cerré los ojos, sabiendo que estaba a punto de golpear la dura superficie del piso.

Excepto que eso no pasó. Un brazo se envolvió en mi cintura para estabilizarme mientras sentía que el peso de la bolsa era levantado de mi hombro, y el brazo me jaló contra un firme pecho. Mis manos encontraron un lugar en un par de fuertes hombros y mis ojos se abrieron de golpe encontrándose con un par de preocupados ojos azules.

—¿Está bien? ¡Lo siento mucho! —Los brazos me enderezaron y el pecho firme se apartó—. ¡Em, te dije que te detuvieras! ¡Ven aquí y discúlpate con la dama! —Mi salvador se giró de regreso a mí—. Perdón, es que está muy emocionado. Es el primer día y todo. ¿Está bien?

Me quedé viendo sus cálidos ojos y asentí en silencio. Me miró con el ceño fruncido. Mentalmente sacudí la cabeza. Se suponía que debía contestar algo.

—Estoy bien —logré decir—. No me hizo daño. —Sonreí—. Gracias por salvarme. Eso hubiera sido vergonzoso para Jake —dije, poniendo mi mano en el hombro de Jake mientras le sonreía para hacerle saber que estaba bien.

Mr. Pecho Firme se rio.

—Vergonzoso para él y doloroso para usted. Estos pisos son jodidamente duros. —Dio un pisotón como para apoyar su punto. Luego extendió su mano—. Soy Edward. Edward Cullen. —Estirándose, acercó más al niño que estaba a su lado—. Y este es mi hijo Emmett. Em, creo que tienes algo que decir.

—Lo siento, señora. No pretendía chocar con usted.

Le sonreí a Emmett.

—Fue un accidente. No hay problema. —Luego le guiñé un ojo juguetonamente—. ¿Es así como frenas a tus oponentes en el hielo?

Tanto Emmett como Edward se rieron. Me presenté a mí y a Jake con timidez. Emmett parecía feliz al saber que él y Jake estaban en el mismo equipo y ambos empezaron a platicar de inmediato. Solté un pequeño suspiro de alivio. Ya tenía un amigo. Para horror mío sentí mis ojos aguarse. Me giré rápidamente, no quería que Jake me viera.

—Oye, ¿estás segura de que estás bien? —La voz de Edward sonaba suave y amable. Al no ser capaz de hablar sin mostrar mis emociones, simplemente asentí, y me sorprendí cuando sentí que presionaba un pañuelo contra mí mano. Agradecida me sequé los ojos y luego me giré hacia Edward.

—Lo siento. Es un día un poco emotivo.

Sonrió, pero no dijo nada. Luego se giró para llamar a Em.

—Vamos, campeón. Tenemos que alistarte y meterte al hielo.

Me agaché para agarrar de nuevo la pesada bolsa, planeando seguirlo. De repente Jake me miró.

—Mamá, no puedes entrar en los vestidores.

Lo miré.

—Pero necesitas ayuda, Jake. Tu papá siempre te ayudaba… —me detuve.

Negó con la cabeza.

—Los chicos no quieren una… mamá ahí adentro. Me avergonzará —siseó—. Lo haré yo solo. Tú ve a sentarte en las gradas.

Me enderecé, mis ojos escocieron de nuevo. No había pensado en eso. No quería avergonzarlo, pero sabía que no podía alistarse solo.

—¿Quizá podría ayudarte en otra habitación? —le pregunté suavemente—. Le preguntaré a alguien.

Edward se adelantó un paso.

—Yo lo ayudaré, Bella. Ve por un café y siéntate en las gradas, luego prepárate para ser deslumbrada por ese juego de piernas que verás cuando entren al hielo.

Vacilé. En realidad no conocía a este hombre. Él sonrió comprensivo.

—Estoy seguro de que muchas personas estarían dispuestas a abogar por mi persona si eso te hace sentir mejor. ¿Verdad, señora Cope? —le guiñó un ojo a la mujer sentada en la mesa de registro que nos estaba viendo.

—Estará bien, señora Black. Edward es muy confiable —se rio entre dientes—. Es muy bien conocido por aquí. Aunque un poco pícaro, si soy honesta.

Edward se rio y se agachó para besar su aterciopelada mejilla.

—Sólo con usted, señora C.

—Oh, fuera de aquí —se rio, pero noté que sus mejillas se coloreaban cuando lo apartó.

Le sonreí.

—Gracias. —Miré a Jake—. Compórtate con el señor Cullen, Jake.

Asintió y siguió a Emmett. Edward se agachó y agarró la bolsa.

—Me aseguraré de que esté bien, Bella. Nos vemos más tarde.

Lo miré irse, sus largas piernas devoraron rápidamente la distancia entre nosotros y los chicos. Se volteó antes de desaparecer por la esquina con un alegre saludo.

Mr. Pecho Firme Cullen era alto. Sin mencionar que era bastante atractivo.

Miré a la señora Cope.

Me guiñó un ojo.

Esta vez yo me sonrojé.


Aquí estoy de regreso con una nueva traducción. Son 39 capítulos, se actualizarán una vez a la semana – ya sea durante el sábado o domingo, al menos de momento.

Gracias a Edward's Eternal por confiarme la traducción de su historia, significa mucho para mí.

Como siempre, gracias a Isa también por sus habilidades de beteo y por aguantarme con mis arranques de impaciencia. Y gracias a Maia por el bello banner, pueden pasar a mi grupo de Facebook para verlo. Traducciones: FungysCullen13.

Espero que les haya gustado ;)