Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de S. Meyer y la autora es Edward's Eternal, yo sólo traduzco.
Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of S. Meyer and the author is Edward's Eternal, I just translate.
Gracias a Isa por revisar y corregir este capítulo.
Edward POV del capítulo 29 – La reaparición de William
—¡Túmbalo, Jacob! ¡Empújalo contra las barreras y gana el disco! ¡Golpéalo! —El grito pareció hacer eco en toda la pista.
Qué. Carajo.
Giré la cabeza y miré hacia las gradas. ¿Quién demonios le estaba gritando a un niño de ocho años para que golpeara a alguien contra las barreras?
Niños. Eran niños.
No les enseñábamos a taclear en este nivel.
Y la mayoría de los padres desearían que nunca les enseñáramos. No querían que sus hijos se expusieran a heridas por un juego de hockey.
Abrí los ojos como platos al darme cuenta de que el idiota que había estado gritando estaba sentado junto a Bella, quien en este momento intentaba hacerlo sentarse y, sin duda alguna, hacerlo callarse. Sentí que mi presión sanguínea se alzaba rápidamente porque supe quien era al darle una mirada. El ex esposo de Bella.
Una noche había investigado en secreto a William Black con Google, preguntándome qué tipo de hombre podría apartarse de dos personas tan maravillosas como Bella y Jake. Sus fotos mostraban una persona sombría y de aspecto serio. Su biografía en la página web de la compañía decía muy pocas cosas personales y ni siquiera mencionaban que tenía un hijo. En lugar de eso, enlistaban su educación y sus atributos para los negocios. La mirada que le dirigía a la cámara era severa y fría. Al pensar en la risa de Jake y en el lado juguetón de Bella, no podía ni siquiera imaginarlo con ellos. Él los hubiera destruido completamente con el paso del tiempo.
Y ahora había reaparecido repentinamente.
Mis ojos se dirigieron a Jake que estaba de pie congelado en el hielo, mirando hacia las gradas. Sabía que su padre estaba aquí. Rompiendo las reglas, pasé las piernas sobre las barreras y patiné hacia él.
—Ven a la banca conmigo, campeón —le dije en voz baja, poniendo mi mano en su hombro mientras le indicaba a Jasper que mandara a otro niño.
—Edward… eso… eso… —La voz de Jake sonaba ahogada.
—Lo sé, Jake. Terminemos el juego y luego iremos a ver a tu mamá, ¿de acuerdo?
Alcé la vista hacia las gradas, preocupado por Bella.
¿Qué estaba haciendo él aquí? ¿Qué podría querer? ¿Por qué había aparecido repentinamente de la nada? Sabía que era algo inesperado al ver lo que estaba ocurriendo entre él y Bella.
Desde donde estaba parado podía ver que estaba ocurriendo una intensa conversación y no quería nada más que ir ahí y alejarlo de ella, pero sabía que no podía hacerlo. Tenía que permanecer en el hielo con los niños, sabiendo que iría con ella lo más pronto posible. De todos los días, tenía que ser hoy cuando Alice tuviera que quedarse en casa con migraña. Y Sam estaba enfermo, así que ni Mike ni Jess estaban aquí para ayudar. Al menos había otra gente cerca y sabía que si Bella lo necesitaba, intervendrían. Miré a Bella darle la espalda a William, ignorándolo. Podía ver el enojo emanar de su postura. Estaba orgulloso porque ella no estuviera retrocediendo. Ya había aguantado suficiente de él durante años.
Pero tenía que admitir que, durante el resto del juego, mi atención estuvo dirigida hacia las gradas y el niño junto a mí más que hacia la acción en el hielo. Cuando vi a Bella ponerse de pie de un salto y dirigirse a las escaleras me sentí aliviado. En unos minutos estaría junto a mí. Podría relajarme entonces.
Podría protegerla.
*()*
—Edward… no quiero verlo. —Los ojos de Jake se veían grandes y acuosos mientras lo ayudaba a quitarse los patines.
Me eché atrás y lo estudié, obligando a mi voz a sonar neutral.
—¿Estás seguro, Jake? Está bien si quieres verlo, sabes. Quizá vino a saludarte. Apuesto a que te ha extrañado.
Sacudió firmemente la cabeza.
—No.
—Bien. Iré a ver a tu mamá y averiguaré qué está pasando. Tú y Em quédense aquí si te sientes más cómodo.
—De acuerdo. Gracias, Edward.
Acaricié su cabello.
—Lo que sea, campeón. —Inclinándome, besé la cabeza mojada de Em—. ¿Estarán bien?
Asintió, su rostro estaba serio.
—Jake y yo nos cambiaremos.
Miré a Jasper, quien me asintió.
—Los cuidaré.
Metí los pies en mis tenis.
—Gracias.
Necesitaba ir con Bella.
*()*
Miramos a William irse y, girándome, jalé a Jake y Bella a mis brazos, consolándolos de la única manera en que sabía… con mi amor y apoyo. Podía ver lo molestos que estaban ambos, y también que Jake estaba avergonzado por su padre y la escena que había causado.
No podía creer lo que había presenciado. La pomposa actitud de William hacia Bella y su prepotente e indiferente despedida de Jake, ambos me enojaron y me lastimaron a nombre de ellos. La frialdad con que trataba a su hijo era increíble, y tuve que controlar la abrumadora urgencia de lanzarme a él y golpearlo hasta que esa arrogante expresión se le quitara de la cara. Disfrutaría demostrarle cómo se sentía ser tumbado; con mucho gusto le mostraría a William cómo se tacleaba de verdad. Pero considerando dónde estaba ocurriendo todo esto, sabía que no podía hacerlo; sin importar qué tantas ganas tuviera.
La única satisfacción que había obtenido fue ver la mirada en su rostro cuando Bella le informó que yo era el contacto de emergencias para Jake.
Sí, así es, cabrón. Yo. Si él necesitaba algo, a mí es a quien llamarían.
Fue difícil no reírme ante la honesta valoración de Jake sobre William actuando como idiota, y supe que incluso Bella estaba intentando no sonreír. Pero fue el comentario de Emmett y la reacción de Jake lo que más me llegó.
—¿Ves Jake? Tu nuevo papá es más genial. ¿No estás contento porque lo compartí contigo?
Jake me miró y sonrió.
—Sí. Mi nuevo papá es más genial. Gracias, Edward. —Los brazos de Jake se envolvieron a mí alrededor y lo jalé más cerca, sabiendo que él necesitaba ser abrazado justo ahora. Sus brazos se apretaron, abrazándome lo más fuerte que podía y mi corazón se contrajo ante su silenciosa necesidad.
Dios, este niño me llegaba. Era un niño tan bueno y yo era muy afortunado por tenerlo a él y a Bella en mi vida. Bajé mi cara acercándola a la cabeza de Jake.
—Está bien, campeón. Todo estará bien. Lo prometo —pausé—. Te tengo, Jake. —Bajé aun más mi voz—. Te quiero.
Jake me miró, sus ojos brillaban, y su voz sonó ronca a causa de las lágrimas no derramadas mientras luchaba por ser valiente frente a su madre.
—También te quiero, Edward. Tú eres mi papá ahora.
No pude detener las lágrimas que sentí acumularse en mis ojos. No quise detenerlas. Sabía lo difícil que era para Jake decir esas palabras. Ofrecer un pedazo de sí mismo estando tan preocupado de ser rechazado de nuevo por otra figura paterna. Pero aun así me las dijo. Las apreciaría para siempre.
Los protegería a ellos y a él sin importar nada. Miré a Bella, que estaba viéndonos, sus propios ojos estaban húmedos y tenía el brazo alrededor de mi hijo.
—Haré lo que sea por mi familia. Lo que sea —les jure a ambos.
Y lo haría.
Lo que fuera.
*()*
Edward POV del capítulo 31 – Su charla con Jake
Toqué y entré al cuarto de Jake.
—Hola campeón.
Mantuvo su espalda hacia mí.
—No quiero hablar ahora, Edward. Vete.
Pausé.
—¿Estás seguro, Jake? Parece que estás bastante enojado ahora y quieres hablar.
Se giró y me fulminó con la mirada, sus ojos brillaban a causa de las lágrimas.
—No quiero verlo. Mamá dijo que no tendría que verlo y ahora tengo que hacerlo. Mintió. Y probablemente tú también mentiste.
Mantuve mi voz suave, pero firme.
—Tu mamá no mintió, Jake. Y nunca te he dicho nada más que la verdad; jamás.
Se limpió la nariz, intentando desesperadamente de verse enojado y no triste.
—¿Entonces por qué tengo que verlo?
Me senté junto a él, estirando el brazo para poner la mano en su hombro.
—Tu mamá está intentando hacer lo correcto, Jake. Se reunió con tu papá y él aceptó permitir que te quedaras con ella, pero quiere verte. Son sólo unas horas de tu día.
Mi mano se apretó en su hombro.
—A veces, Jake, como adultos, tenemos que tomar duras decisiones incluso si no queremos. Tu mamá intenta facilitarte esto lo más que puede. Sé que es difícil que lo entiendas, pero tienes que creerme cuando te digo que hizo lo mejor que pudo.
—¿Él no me va a llevar?
Sonreí tristemente cuando murmuró su miedo.
—Te dijimos que no dejaríamos que eso pasara, Jake. No te irás a ninguna parte. Es sólo una visita, como habíamos dicho.
Sacudió la cabeza.
—Jake… esto tampoco es fácil para tu mamá. Ella intenta ser justa y darle una oportunidad a tu papá. El que le grites y le digas que la odias no ayuda en nada.
—No lo decía en serio.
Lo jalé a mis brazos, odiando el hecho de que estuviera temblando.
—Lo sé, campeón. Ella también lo sabe, pero necesitas disculparte. Te ama muchísimo, Jake.
—¿Sólo tengo que verlo una vez?
Suspiré, pero sabía que necesitaba ser honesto.
—No, Jake. Él quiere verte más. Un par de veces por semana. —Inhalé profundamente—. Quizá el fin de semana ocasionalmente.
Agrandó los ojos al apartarse.
—¿Tengo que quedarme a pasar la noche con él?
—No por ahora, pero quizá él quiera que lo hagas… más adelante. —Le sonreí para darle ánimos—. Puede que tú también quieras, Jake. Y eso también está bien. Es tu papá.
Frunció el ceño.
—No, no lo es. No es como tú, Edward. Tú actúas como un papá. Él sólo actúa… como un idiota.
Reprimí una sonrisa.
—Jake…
—Lo sé —bufó—. Mamá dice que necesito ser respetuoso.
—Tiene razón.
—¿Y si quiere que me quede con él todo el tiempo, Edward?
—Entonces dejaremos que el tío Garrett se vaya a juicio y pelee contra eso, Jake. A menos de que… cambies de opinión y quieras eso.
Rodó los ojos.
—No lo creo.
Yo también lo dudaba, pero tenía que decirlo.
—Lo que sea que tú decidas, Jake. Tu opinión también cuenta aquí.
—¿Mamá está… enojada conmigo?
—No. Está triste, Jake, y necesita saber que lo que dijiste no fue en serio.
—Le diré que lo siento. Y que de verdad la quiero.
—Bien, campeón. Necesita escuchar eso.
—¿Edward?
—¿Sí?
—¿Prometes que no tengo que quedarme?
—Lo prometo, Jake. Pero tú tienes que prometerme que lo intentarás; inténtalo por tu mamá, ¿de acuerdo?
Suspiró.
—Está bien.
—¿Quieres ir a hablar con tu mamá?
—¿Podemos quedarnos aquí por unos minutos, Edward?
—Claro. ¿Necesitas un poco de espacio?
—No… ¿te quedas conmigo?
Estiré los brazos.
—Ven aquí, campeón. Dame un abrazo.
Se lanzó a mí, sus bracitos me agarraron con fuerza.
—Te quiero, Edward —murmuró en mi cuello.
Lo envolví, abrazándolo con fuerza.
—También te quiero, campeón. Todo estará bien. Tu mamá y yo haremos que estén bien —le susurré en forma de ánimos.
Asintió, su cabeza seguía enterrada en mi cuello.
Desearía que no tuviera que pasar por esto. Sabía que esto lo lastimaba y entristecía mucho a Bella. No podía soportar que ninguno de ellos sufriera. Quería arreglar todo para nosotros, pero sabía que no podía. Todo lo que podía hacer era estar ahí para ambos e intentar ser fuerte.
Sólo esperaba poder hacer eso por mi familia.
*()*
Edward POV del capítulo 33 – Convirtiéndose de nuevo en padre
—Es genial, Edward.
Fruncí el ceño ante la tranquila reacción de Bella. Juraba que la primera vez que vimos esa pieza de granito para las encimeras de la cocina ella había babeado mientras pasaba los dedos sobre la fría superficie. No entraba en el presupuesto, pero regresé y hablé con el dueño, descubriendo que tenía dos hijos que querían entrar al hockey, sin embargo eran pésimos patinadores, así que hicimos un trato. Pensé que ella estaría en la novena nube.
¿Ahora era sólo "genial"?
Mi ceño fruncido se intensificó al estudiarla. No estaba durmiendo. Estaba distraída y llevaba así la mayor parte de la semana. Algo la estaba molestando terriblemente y se lo estaba guardando. No estaba seguro de qué tanto podría aguantar verla intentar manejar lo que sea que estuviera en su cabeza por su cuenta. Quería que acudiera a mí, quería ser quien la ayudara.
Intenté captar de nuevo su esquiva atención. Agarré las muestras de pintura que había grapado a los planos.
—No estoy seguro de querer estos colores, Bella.
—Bien.
—Estaba pensando en algo más brillante; fucsia y anaranjado harían un lindo contraste, ¿no crees?
—Claro.
Eso era todo.
Agarré los planos, enrollándolos.
Esto iba a terminar ya.
*()*
Nada me preparó para las palabras que Bella pronunció. Estaba seguro que había estado presionándola demasiado con mudarlos a ella y a Jake aquí, o que todo el asunto de William había dejado de alguna manera un problema que no se iba. Pero no esto…
Embarazada.
Bella iba a tener un bebé.
Mi bebé.
Nuestro bebé.
Mi corazón se aceleró.
Y luego me di cuenta de que estaba llorando.
Lloriqueaba mientras murmuraba una disculpa innecesaria, su mano se aferraba con desesperación a la mía.
Estaba aterrada de que yo pudiera enojarme por estas maravillosas noticias.
Sorprendido. Sí.
¿Enojado? Jamás.
Alcé la mano, deteniendo su balbuceo.
—Déjame aclarar esto. Estás embarazada.
Asintió, sus mejillas estaban húmedas a causa de las lágrimas.
—Con mi hijo.
—Sí.
—¿Y, de alguna manera, en esa tonta cabecita tuya pensaste que estas noticias me harían enojar?
Se veía sorprendida ante mi reacción.
—No lo planeamos.
Le sonreí suavemente.
—Tampoco planeé enamorarme de ti. Eso resultó bastante bien, creo.
Sus labios comenzaron a temblar de nuevo.
Bajé la voz.
—Dímelo de nuevo, Bella. Sin las disculpas.
—Estoy embarazada, Edward. Estoy cargando a tu bebé.
Mi corazón se apretó al escucharla decirlo de nuevo.
Me dejé caer de rodillas frente a ella, la besé gentilmente y puse mi mano sobre su estómago, donde nuestro pequeñito bebé estaba creciendo. Un pequeño milagro hecho con nuestro amor.
Estaba extasiado. Lleno de alegría y admiración. Miré a Bella y vi las dudas que todavía tenía. Estaba tan asustada de mi reacción. Ella pensó que yo me enojaría y la culparía por un error.
Ella lo olvidó. Con todo el estrés que habíamos estado pasando, yo había olvidado una cita con el dentista y una reunión con mi director. De alguna manera, viendo todo desde una perspectiva mayor, esas cosas ya no parecían tan importantes ahora. Ella olvidó tomar un par de píldoras. Dos pequeños circulitos con resultados que te cambian la vida. Resultados de los que yo no podría estar más feliz. Noticias con las que quería que ella también estuviera emocionada. No quería que se preocupara por nada. Ciertamente no era así como yo me sentiría al tener un bebé con ella.
Simplemente tendría que borrarle esas preocupaciones.
*()*
Bella estaba dormida. Había llorado y yo la había abrazado, diciéndole una y otra vez lo feliz que estaba. Sí, fue algo rápido, que no teníamos planeado y salió de la nada, pero eran noticias maravillosas y de alguna manera eran acordes a la forma en que funcionábamos nosotros. Siempre íbamos adelantados a la curva.
Desde el momento en que la vi, ella me había capturado. Entre más la conocía, la certeza de esto, de nosotros, crecía. Con ella vi mi futuro. Nuestro futuro. Festejos y cumpleaños compartidos. Momentos especiales y recuerdos a ser creados entre nosotros. Quería apoyarla en las malas y que ella estuviera ahí para mí también, y quería reír con ella y compartir todos los buenos momentos. Me enamoré tan rápidamente de ella que fue como respirar; involuntario y natural. Quería toda una vida con ella. Quería que nuestros hijos crecieran felices y bien cuidados. Quería hacer crecer nuestra familia y esperaba hacerlo rápidamente.
Ahora ya se había cumplido mi deseo.
Suspiró dormida y mis dedos acariciaron suavemente sus mejillas, todavía mojadas por sus lágrimas de antes. Habían pasado tantas cosas desde que nos conocimos, y el haber lidiado con el pasado había sido emocionalmente exhaustivo para todos nosotros. Bella había sido tan fuerte para Jake durante todo el asunto. Necesitábamos unas vacaciones, algún tiempo en familia donde pudiéramos divertirnos. Necesitábamos salir. Hablaría con Alice para que me ayudara a organizar un fin de semana en algún lugar familiar local. Quizá en el Great Wolf Lodge. Los niños se divertirían en el parque acuático y Bella y yo podríamos relajarnos. Podría consentirla durante todo el fin de semana.
Yo había sido muchísimo más joven cuando Tanya estuvo embarazada y no tan observador, pero recordaba que la mayor parte del tiempo estaba cansada y también emocional. Sería más comprensible y servicial en esta ocasión. Me aseguraría de que Bella descansara mucho y estuviera bien cuidada. Tanya manejaba la emoción apartándome, mientras que Bella tendía a buscarme cuando se encontraba mal, lo cual me gustaba. Sabía por experiencia que Bella ya era una persona emocional; era algo que amaba de ella, la forma en que reaccionaba a la vida con verdadera alegría y risa, y muchas veces lágrimas. También sabía que tenía que prepararme para algunos cuantos altercados. Tendría que asegurarme de que también los niños fueran gentiles con ella.
Los niños.
Sonreí al pensar en su reacción. Una vez hablamos durante una de nuestras charlas de chicos sobre la posibilidad de que se convirtieran en hermanos mayores, y sabía lo emocionados que iban a estar. Apenas podía esperar a compartir estas emocionantes noticias con ellos, incluso aunque sabía que teníamos que hacerlo en el momento oportuno.
Bella se dio la vuelta, su blusa se le movió, exponiendo su estómago y, con una sonrisa, me moví hacia abajo para quedar recostado junto a su estómago. Mi mano cubrió la superficie todavía plana, mi corazón se calentó al saber que debajo de mi palma una pequeña vida estaba tomando forma. Inclinándome, rocé mis labios en la suave piel de su estómago, susurrándole palabras de amor a mi bebé.
Brevemente me pregunté si sería un niño o una niña. Siempre y cuando estuviera saludable no me importaba, pero la idea de una niña me hacía sonreír. Una pequeña Bella a quien consentir.
Dios, me encantaría eso.
Igual que a los niños.
Imágenes de una pequeña niña con los ojos de Bella, mi cabello y, esperaba, mi habilidad para permanecer de pie, correteando por la casa, llenaron mi cabeza. Podía ver sus deditos regordetes cuando me estirara los brazos para cargarla. Ya podía escuchar sus dulces risas en mi cabeza y la idea de una vocecita diciendo "papi" me estrujaba el corazón.
Sí. Me gustaría una niña.
Inclinándome, comencé a hablar de nuevo, mis labios estaban contra la calidez de Bella. Le conté todo sobre sus hermanos. Lo maravillosa que era su madre. Que ya la amaba. Que siempre estaría rodeada de gente que la amaba. Lo bienvenida que era en nuestra familia.
Mientras tanto, mi mente iba corriendo. Había demasiadas cosas en qué pensar. Muchos planes por hacer. Necesitaba hacer avanzar las cosas. Quería a Bella y Jake aquí con nosotros, ahora. No quería perderme ni un solo segundo de este embarazo.
También quería casarme con Bella lo más pronto posible. Miré su cara durmiente y sonreí al pensar en ella siendo mi esposa. En la vida que tendríamos juntos. Mis dedos acariciaron de nuevo su estómago. Esperaba que este fuera el primero de unos cuantos bebés que tendríamos juntos.
Pero, mientras tanto, me quedé junto a la mujer que amaba, viéndola dormir, sonriendo.
Porque hoy tenía muchas cosas por las cuales sonreír.
Este es el último capítulo de la historia. Ya no hay más. No hay secuela. No hay más outtakes. No hay epílogo. No sé sabe si después de los gemelos Edward y Bella tuvieron un niño o niña, o si tuvieron más hijos aparte de ése del que se habla en el capítulo anterior.
Gracias por acompañarme a lo largo de esta historia ;)