Konichiwa! Gomen por la demora, pero esto de la licenciatura, prácticas, tareas, exámenes, etc, etc, me tienen atada ¬¬, espero que este capítulo sea de su agrado, los que han visto el drama se darán cuenta que cambié algunas cosas, esta vez estoy combinando diferentes dramas basados en el mismo anime n.n (admito que terminé de ver el drama taiwanes y me enamoré). Disfruten de la lectura.


Capítulo 3: under one roof

"Querido diario

Hoy me enteré que viviría bajo el mismo techo que Yamato Ishida, mi príncipe del bosque y la verdad no sé si debo llorar o saltar de alegría, durante los primeros minutos sentí que estaba en uno de mis sueños, pero era real, viviría en el castillo de mi príncipe."

Desde que puse un pie en la casa la madre de Yamato me trató como si fuera el regalo más grande que dios le haya dado en ese tiempo, en cambio él y su hermano menor, Takeru me trataron como si fuera una intrusa, entre los dos se encargaron en hacerme sentir una tonta a los 5 minutos, Takeru, el pequeño de 10 años, estaba en cuarto grado pero estudiaba problemas de razonamiento para niños de sexto, fue tan humillante cuando no pude resolver uno y el me llamó "tonta" frente a todos, claro que se llevó un golpecito por parte de su mamá. Odio las matemáticas.

La señora Ishida me acompañó hasta mi cuarto y me lo mostró con toda la ilusión, como si fuera mi madre y por un momento así lo sentí, incluso me regaló unos zapatos rojos para la escuela, como nuestra casa se destruyó, nuestras pertenencias también. Decidí que me llevaría muy bien con ella y que era una bendición tenerla. Lo más irritante de esa noche fue como era de esperarse Yamato, subió mis maletas al cuarto y se quedó parado en el picaporte mirándome con desdén mientras yo intentaba ignorarlo.

-Esta era el cuarto de Takeru, pero para hacerte sentir cómoda mamá se llevó todo a mi cuarto y ahora los dos estamos muy apretados-

-lo siento, vale, yo no sabía que viviríamos con ustedes- murmuré con una mueca-

-lo siento- repitió- si de verdad lo sientes déjame en paz, has sido una molestia desde hace unos días, lo que trato de decirte es que no me hables en la escuela, finge que no me conoces y no le digas a nadie que vives en mi casa-

-no te preocupes, a quien más le afectaría es a mí así que no pienso decir nada- decir que vivimos juntos sería un dolor de cabeza

Sonrió de medio lado irónicamente, podía escuchar sus pensamientos "sí, claro, tonta" era tan irritante pero… no podía negar que vivir con él me emocionaba.

-no vivimos juntos, tú vives en mi casa- se incorporó- me ducharé primero.


No podía creer que mi mala suerte fuera tanta, no era posible que además de soportar los chismes y habladurías de la escuela ahora tuviera que verla todos los días, esa niña tonta e insoportable, solo venía para torturarme ¿Habré hecho algo malo en mi otra vida? Esa era la única explicación que encontraba.

La odiaba por venir a entrometerse en la tranquilidad de mi vida, la odiaba por tener que soportar su ridícula cara de amor todos los días, la odiaba porque a pesar de todo lo que he dicho y hecho sigue persiguiéndome ¿Cómo alguien puede ser tan tonta y persistente? ¿Por qué lucha por algo imposible?

Salí de la ducha y lo primero que noté fueron sus gritos "es un tonto" "cómo puede gustarme un idiota como él" "le daré su merecido" sonreí de medio lado, era tan patética. La observé desde el picaporte de la puerta, era divertido verla golpeando la cabecera de la cama, se tiró en la cama con una pierna extendida y la otra formando un arco, en cuanto me vio dio un grito y se tapó con la almohada apenada. Ridícula.


Al día siguiente durante el desayuno estuve observándolo, me parecía maravilloso compartir la mesa con él, verlo comer su desayuno, darme cuenta que la indiferencia que muestra en la escuela es la misma que en su casa y Dios ¡los genios también comen pan tostado con mermelada! Sintiendo mi mirada profunda levanto la suya de un azul hermoso y continuó mirándome hasta hacerme atragantar con mi desayuno.

Después nos dirigimos juntos a la escuela –a petición de su mamá ya que yo no conocía como llegar a la escuela desde esta ruta-, ni siquiera me dio tiempo para terminarme mi comida, salí corriendo detrás de él pidiéndole que caminara más lento pero en lugar de eso se detuvo de golpe provocando que chocara con él.

-¿Por qué paraste?- pregunté sobándome la cabeza-

-Solo por hoy- dijo sin mirarme- iré a la escuela solo por hoy. Si alguien lo viera se volvería molesto- comentó mirándome de reojo-

-Vale- respondí molesta y herida-

-ni se te ocurra comenzar un rumor- agregó

-No lo haré-

-no actúes como si me conocieras-

-¡Ya te dije que no lo haré!- le grité enfurruñada

-y camina detrás de mí-

-idiota-

Caminé detrás de él, pateando la calle con mis nuevos zapatos rojos e imaginando que era alguna parte de su cuerpo y sacándole la lengua como una niña pequeña, en momentos como ese, desearía haber aprendido Karate. Después de un rato me olvidé de ver por qué calles pasábamos, mi cerebro seguía preguntándose "¿Cómo pudo tremendo monstruo gustarte por 3 años?", pero a pesar de todo me daba cuenta que de vez en cuando miraba disimuladamente para comprobar que lo seguía. Volví a topar con él, esta vez sí me dolió el golpe.

-¿Por qué vienes tan lento?- preguntó mirándome-

-no te importa- seguía enfurruñada- ¿Algún problema?- no me respondía, solo me miraba como si quisiera arrancarme la cabeza- de todos modos ¿por qué me esperas? Dijiste que caminara detrás de ti.-

-¿Esperarte?- preguntó con ironía e hizo un gesto hacia adelante- ve primero-

-¿Por qué tengo que hacerte caso? ¿No puedes tomar una decisión y seguirla? Tienes que cambiar una y otra vez-

-Eres demasiado pequeña, será difícil que me sigas en el metro, pero es tu decisión solo que si te pierdes no me culpes. Así que ve al frente-

Obseso del control, siempre tenía que hacer lo que él me dijera, lo miré irritada y continué con mi paseo, echaba chispas, maldecía y luego agradecía por estar yendo con él a la escuela, volví el rostro y me detuve un segundo a esperarlo, ¿Qué será lo que veía tan concentrado?.


Le pedí que fuera delante de mí en parte porque no quería escuchar el sermón de mi madre sobre "como dejé a la pobre chica sola sin conocer el camino a la escuela" y en parte porque el tipo que se escondía entre las plantas me causó un mal presentimiento, no era mi asunto, sólo lo hago para evitar que mi madre se ponga histérica.

Abordamos el metro rápidamente, yo me coloqué en un extremo y la dejé a ella batallando con el montón de gente que se aglomeraba a su alrededor, fingí leer mi libro mientras sentía su penetrante mirada ¿No podía voltear a otro lado? Me hacía sentir incomodo saberme observado.

La miré un poco a hurtadillas, parecía incomoda, molesta, preocupada, su rostro pasaba del pánico al llanto, ¿Qué le pasaba, tenía problemas de personalidad? Capté por un segundo su mirada angustiada antes de ver como un hombre intentaba meter su mano por la falda de ella, Mimi esquivaba su mano, intentaba alejarlo pero el metro estaba totalmente lleno. Desvié la mirada, si intervenía en ese momento, tendría que convertirme en su caballero protector y no quería.

Bajamos en silencio, caminé rápido evitándola pero me alcanzó tomándome del brazo. Realmente parecía molesta.

-¿Por qué no me ayudaste?- me cuestionó con toda la cara roja- ¿Por qué?-

-No soy tu caballero de armadura dorada, ni tú príncipe del bosque o cualquier estúpido apodo que desees adjudicarme- respondí tranquilamente-

-sí, no somos nada, lo sé, pero generalmente cuando una persona que conoces tiene problemas ¡la otra debe ayudarla!- me gritó, por primera vez, me gritó con rabia contenida- ¡era un maldito egoísta! ¿Tienes idea como me sentí? ¿¡Tienes idea lo que significa que ha una chica la toque un hombre asqueroso!?-

No dije nada, en realidad no sabía que decirle, una lágrima resbaló por su mejilla haciéndome sentir la persona más ruin del mundo, no volvió el rostro como siempre lo hacía. ¿Debí ayudarla? No, si lo hacía esperaría que siempre estuviera ahí para ella y no estaba dispuesto a hacerlo.


Caminé furiosa hacia la escuela, por supuesto que no esperaba que me demostrara su amor, o que se convirtiera en mi héroe, pero al menos pensé que tendría la consideración de ayudarme cuando un asqueroso tipo me manoseaba, al principio pensé que no se había dado cuenta del problema en el que estaba pero ¡él lo había notado! Todo el camino y no hizo nada, quería matarlo, pero no podía odiarlo, no éramos nada, no le importaba así que le daba igual si alguien intentaba violarme o no. Todo el día me la pasé en silencio, no quería hablar con nadie.

A pesar de mis intentos no pude evitar que Taichi, Hikari y Sora me bombardearan con preguntas sobre mi nueva casa "¿Es bonita?" "¿Es grande?" "¿En qué calle está?", no podía decirles la verdad, no quería y además si decía algo Yamato me mataría.

Las clases pasaron rápido, me despedí de mis amigos y me dirigí a la piscina, necesitaba relajarme, dejar todos esos sentimientos de frustración en el agua. Para mi desgracia me topé con Yamato por el camino, maldita sea, ¿por qué tenía que ser tan guapo? Evité su mirada al pasar.

-¿Vas a casa?- me preguntó antes de subir las escaleras a su salón especial de "súper genios"

-no somos nada ¿Recuerdas? No te interesa lo que haga- murmuré deteniéndome-

-Tienes razón, no me interesa, solo pregunto porque si llegas tarde mi madre se preocupará, recuerda que en mi casa solo le preocupas a ella- respondió fríamente-


Continuó con su camino después de que lo que le dije, sin mirarme, hasta la persona más enamorada puede estar molesta, otra razón por la que odiaba a esa niña es porque con cada palabra me hacía sentir más y más culpable. Intenté decirle que no volviera tarde a casa, pero su respuesta me molestó tanto que no pude evitar decir algo hiriente.

-¿Qué pasa Yamato? ¿Por qué esa cara?- Me preguntó un compañero-

-No es nada, olvídalo-

Salí del instituto a las 8 de la noche, pero al llegar a casa esa tonta aún no estaba ahí ¿Por qué me preocupo por ella?


Pasaban de las 9 cuando salí de la escuela, tomé el metro y caminé por la calle el resto del camino, estaba de mucho mejor humor después de unas horas de natación, me sentía Mimi nuevamente y hasta podría decir que había perdonado a Yamato por ser un estúpido arrogante. Ahora que lo pensaba más fríamente debí venirme con él, no me gustaba la oscuridad especialmente porque mi ceguera nocturna me limitaba mucho.

Por esas calles las lámparas aluzaban poco, solo podía ver escasos centímetros de mi sin tropezar, no podía quitarme esa sensación de que alguien me seguía, lo que más me preocupaba de la oscuridad era lo paranoica que me ponía. Antes de que pudiera convencerme a mí misma de que estaba alucinando un hombre con un afro demasiado raro y una gabardina me obstruyó el paso. La gabardina le llegaba hasta las rodillas y dejaba al descubierto sus piernas, sí, sus piernas, solo llevaba unos zapatos negros. Tragué saliva asustada, me moví a un lado y a otro pero él no dejaba espacios para salir corriendo. Comenzó a desabrocharse los botones.

-¡No!- grité tapándome los ojos- ¡No!

Comencé a correr sin rumbo fijo, mis ojos solo podían registrar franjas de luz, topé varias veces con postes, autos y paredes, escuchaba los pasos del hombre tras de mí, mi corazón se aceleró. Tropecé con algún objeto y mi zapato salió volando. Intenté recuperarlo pero lo único que sentí fue la mano de un hombre que me sujetó.

-¡Suélteme!- ordené entrando en pánico-

-Tranquila preciosa, solo quiero que eches un vistazo- respondió poniéndome de pie a la fuerza-

Pensé en correr pero no quería dejar el zapato que la señora Ishida me había regalado, me daría pena decirle que me lo habían robado, además ella me los dio con todo su amor y su ilusión, yo sentía que me lo había regalado mi madre. Comenzó nuevamente a desabrocharse el abrigo. Un destello rojo llamó mi atención.

-Devuélvame mi zapato por favor- pedí

-Si miras un momento, te lo devolveré- aseguró- soy un hombre de palabra preciosa-

-yo…- ¿Qué debía hacer?- bien- accedí-

Se colocó frente a mí, toqué con mi mano la superficie de un auto, tenía miedo, ¿Por qué los acosadores siempre me los tenía que topar yo? Estaba sola, en una situación mucho peor que en el metro y me reprochaba el pensar en Yamato, todos mis sentidos gritaban que corriera, huyera…

-¿Lista?- preguntó-

Lo único positivo de todo eso, es que no veía demasiado, ¡Bendita ceguera nocturna!

Inhalé y exhalé varias veces con las manos en la cintura, estaba intentando idealizarme que es lo que vería pero no podía hacerme a la idea, no quería verlo, me daba asco solo pensarlo, quería llorar y abrazar a mi padre. Asentí levemente para indicarle que podía desabrochar los botones, justo en el momento que abría su gabardina como si fuera lo más glorioso del mundo una mano me tapó los ojos y me obligó a darme la vuelta, tenía mi rostro en su pecho y podía sentir su mano en mi cintura. Era Yamato por supuesto, reconocería su perfume donde fuera, mi príncipe del bosque había venido a rescatarme, nos miramos por un momento, yo agradecida apunto de las lágrimas y él como si estuviera viendo a un conejillo acorralado entre trampas de cazadores, me acarició el pelo y después observó al hombre que estaba detrás de mí, si no me imaginaba mal ¿Estaba molesto? Podía ver la ira en sus ojos, nunca lo había visto así. Colocó en mi mano una bolsa y se abalanzó sobre el hombre que emprendía la huida, los seguí torpemente hasta una camioneta, mis piernas no me respondían así que me quedé ahí, observando como lo detenía, le daba la vuelta y le rompía el labio de un puñetazo, abrí los ojos como platos. El tipo le decía algo levantando las manos, Yamato asintió, le dijo algo y después el de la gabardina se levantó, antes de que pudiera hacer otra cosa, mi príncipe lo tomó del cuello y le arrebató mi zapato rojo


Caminé por la calle un rato esperando verla, pero no había ni un alma por la calle, ¿Se había perdido? Mi mente seguí regresando a aquel hombre extraño de la mañana, ¿Estará bien esa chiquilla?

-¿Dónde demonios estará?- me pregunté en voz alta- Ya son las 10-

Continué mi caminata hasta que reconocí a una figura menuda apoyada contra una camioneta, al principio solo pude verla a ella y debo admitir que me sentí aliviado, después me di cuenta de que un hombre sospechoso de abría una gabardina a toda prisa. Corrí justo a tiempo para taparle los ojos y darle la vuelta, la sujeté con fuerza, la miré un momento acariciándole el pelo, era como ver a bambi frente a un cazador, tal vez no se daba cuenta pero estaba temblando. Miré al tipo sin ocultar lo molesto que estaba ¡Por dios era solo una niña! Bueno, tenía la inocencia de una niña ¿Cómo se le ocurría a alguien hacer algo tan asquerosamente bajo? La solté antes de que se alejara mucho, tuve que contenerme para no desfigurarle la cara pero no se fue invicto, me di la satisfacción de romperle el labio, mi pulso estaba acelerado ¿Por qué estaba acelerado? Le arrebaté el zapato rojo que traía en la mano.

Me acerqué a ella cautelosamente, parecía algo perdida, no podía dejar de imaginármela como un animalito acorralado, se arrojó a mi cuello sorprendiéndome pero no la aparté al instante, me sentía culpable a pesar de que yo no había hecho nada. Le arrojé el zapato separándome de ella.

-Eres una tonta, ¿Cómo se te ocurre seguirle el juego a un pervertido?- estaba realmente enfadado, después de haber pasado la preocupación la ira se apoderó de mi- ¡Y por un estúpido zapato!-

-Me los regaló tu madre- respondió con una sonrisa para quitarle importancia al asunto- hoy fue el primer día que los usé y ella parecía tan emocionada cuando me los dio, que no quise decepcionarla diciéndole que me los habían robado-

-si pero aun así… ¡Ah! Olvídalo, vamos a casa-

Me sacaba de quicio, en toda mi vida Mimi Tachikawa era el único problema que no podía resolver, cuando pensaba que entendía su forma de pensar volvía a sorprenderme. Tenía esa capacidad de encariñarse con cualquier persona rápidamente, era honesta, dulce, estaba dispuesta a ver a un hombre desnudo solo para no romperle el corazón a mi madre…


-Si pero aun así… ¡Ah! Olvídalo, vamos a casa- por un instante juraría que me comprendió

-¿Me estabas buscando?- pregunté

-Sólo fui a la tienda- respondió arrebatándome la bolsa-

-¿Qué compraste?- continué- ¿Tienes algo de beber? Todo eso de la carrera hizo que me muriera de sed-

Me miró molesto y me arrojó un jugo, no comprendía porque se molestaba conmigo yo solo era víctima de las circunstancias, aun así lo seguí tarareando feliz, no debía darle mucha importancia al asunto, mi príncipe me había rescatado y eso me hacía feliz.

-¿Cómo puedes actuar como si nada pasara?- preguntó

-¿Eh?-

-te topaste con un pervertido y tú estás como si nada-

-Mi abuela decía "al mal tiempo, buena cara", tenemos que aprender a ver las cosas buenas aun en los momentos malos, así la vida es más fácil de llevar, es más fácil así, más sencillo de superar-

Me miró un momento y luego reanudó su camino, ese era el Yamato que conocía pero en el fondo de mi corazón, sabía que le preocupaba, muy, muy, muy en el fondo. Aunque también podría ser que su mamá lo mandó a buscarme. Fuera como fuese, me sentía más segura con él a mi lado.


Continuará…

¡Hola! Espero que este capítulo les haya gustado y si llegaron hasta aquí déjenme darles un beso y un abrazo, me hace muy feliz :3, quiero agradecerles de nuevo que sigan esta historia y reitero que espero no decepcionarlos.

Por falta de tiempo estaré actualizando cada mes o poquito más, una de las principales causas es como ya dije la licenciatura (Odio la licenciatura :'(), otro factor es el hecho de que se me dificulta imaginar los capítulo, y tengo que buscar como entrelazar las ideas de un drama con otro.

Antes de irme quiero anunciar públicamente que… *redoble de tambores* Cree otra historia, esta es igual basada en Mimi y Yamato, pero si pasan a leerla se darán cuenta que es una Mimi muuuuuyyyyy diferente a la de Playful kiss, se llama "Angel Fall" pasen a leerlo y dejen sus comentarios n.n

Espero sus reviews, muchas gracias a: johy garcia, mimato bombon kou, HoeLittleDuck, Guest, por sus RR, me animan mucho, espero que estén muy bien.

La frase del mes:

"Incluso si no soy genial o me avergüenzo a mí misma ya no me importa… es mucho mejor que no tener recuerdos memorables"- Hiyokoi

By: Ella Tsukino (: x