Este two-shot (o three-shot, posiblemente) está basado en una teoría que he tenido desde hace algún tiempo. Pero no se las digo aquí para que terminen de leer el fic.
Los miembros del Santuario caían muertos, un por uno. El Silenciador era implacable. Fue entonces cuando le tocó morir a Vicente.
El vampiro miró a los ojos a su hermano en Sithis. A su hermano de sangre. A quien le había otorgado el don oscuro.
-Vicente. -dijo el Silenciador mientras le devolvía la mirada. -Corre.
Vicente lo miró con incredulidad.
-Corre. -dijo el Silenciador con más fuerza. -¡Corre!-esta vez gritó.
Y Vicente corrió con todas sus fuerzas. Abandonando el Santuario... Y a la Hermandad Oscura...
Ventalia, Skyrim 10 de la Cuarta Era.
Una pequeña niña estaba arrastrándose por los adoquines de la ciudad, tratando en vano de conseguir albergue en alguna casa. Fue entonces cuando llegó a la posaba que un siglo después sería conocida como "El calor de la vela". Pasó el umbral a duras penas y le preguntó a la posadera.
-Disculpe, señora... ¿Puedo … quedarme aquí … solo una... noche?-se le notaba la debilidad en la voz.
-Lo lamento pequeña, pero se ve que no tienes dinero. -dijo la posadera sin lamentarlo realmente. -Esta ciudad pasa tiempos duros así que no puedo aceptar a nadie que no haya pagado por anticipado.
A la niña se le cayó el alma a los pies al oír una frase tal desalmada. Fue entonces cuando una voz, como traída del Aetherius habló:
-Yo pagaré su hospedaje.
La posadera miró al propietario de aquella voz. Un hombre joven, bretón, de cabello castaño llevado en una coleta y unos ojos de un color castaño muy intenso, casi podía jurar que parecían... ¿rojos?
Llevaba unas ropas oscuras y poco más, lo cual le conferían un aura de misterio, la cual se veía ciertamente disuelta por su sonrisa y maneras de tratar con la gente amigables. Era un inquilino muy peculiar: solo salía por las noches y jamás se había detenido a pedir algo de comer en la barra. Al parecer solo tomaba un vino que se había traído en varios cofres al llegar a la ciudad. "Deben ser sobrados de las fiestas de la alta sociedad en Salto de la Daga" decían algunos, principalmente los que creían que el castaño tenía amigos en las altas esferas de la tierra de los bretones y orcos.
-Por mí está bien. -dijo la posadera mientras el bretón se acercaba parara poder diez septims en su mano. El bretón sabía que la posadera mentía sobre los supuestos tiempos duros de la ciudad: en ese entonces Ventalia era una de las ciudades más ricas de Skyrim.
Aún así llevó a la niña a su habitación y la acostó en su cama. Le tomó la temperatura: no iba a durar mucho. Y los latidos de su corazón no anunciaban nada bueno.
Entonces le dijo a la niña "Duerme". Una vez lo hubo hecho se dispuso a hacer algo que nos e había atrevido a hacer en diez años.
Tres días después la niña despertó. Se sentía increíblemente bien. Antes solo sentía dolor y frío. Ahora creía que podía soportar la helad más cruel y despiadada.
Vio al amable señor que se había ofrecido a pagar su hospedaje. Se estaba levantado... De un ataúd.
La niña retrocedió asustada mientras miraba a su aparente salvador. Este le devolvió la mirada, aún teniendo sobre sus hombros cierta pesadez propia del sueño.
-Ya has despertado. -dijo el de ropas oscuras mirando a la niña. -Y se ve que estás bien. Gracias a Sithis.
-¿Quién es usted? - le peguntó la niña.
Él la miró un momento antes de responder.
-Vicente... -dijo como si no fuera un nombre que habituase pronunciar. -Me llamo Vicente ¿Y tú?
-Babette. -dijo la niña creyendo que podía confiar en su compañero de cuarto. -¿Qué me has hecho? ¿Por qué de repente me siento tan bien?
-Oh. -dijo Vicente sin contener una risa. Poco a poco iba recuperando su personalidad risueña. -Solo te he transmitido el don oscuro. Ahora eres como yo. Un vampiro.
Antes de mencionar nada en los comentarios: estoy consiente de que Babette tiene trescientos años en Skyrim y que la Crisis de Oblivion transcurre doscientos años antes que Skyrim. He tenido que mover la transformación de Babette un siglo adelante para darle coherencia a esta historia.