Nunca había experimentado algo semejante. Había oído hablar incontables veces de ese sentimiento pero nunca pensó que lo llegaría a sentir. Tan intenso, tan diferente... y sólo esa persona lograba sacar a flote esa parte de su persona. Como ya habréis adivinado, lo que Nami estaba sintiendo era en efecto odio. Odio profundo.

No le encontraba nada bueno, a parte de su aspecto. Para empezar, flirteaba con cualquier chica justo momentos después de cubrirla de halagos... ¿es que a caso no significaba nada lo que le decía? Hacía que se sintiera especial, como si fuera la única para él para después hacer sentir lo mismo a las otras 20 que pasaban por ahí. Definitivamente estaba ignorando el hecho de que se arreglaba para llamar su atención ¿verdad?

Por eso lo odiaba, por ser tan denso. Lo odiaba por tomarse sus sentimientos a la ligera. ¿Pero podía en verdad culparle? Al fin y al cabo era ella la que le respondía borde por los nervios, y también la que enmascaraba sus sentimientos y detalles alegando que lo hacía por interés monetario o por recibir algo a cambio.

Sin embargo lo que se le pasaba por alto a la ladrona era que a pesar de todo, el rubio la conocía y quería lo suficiente como para darse por vencido.

Porque al fin y al cabo, ella lo odiaba por no ser capaz de quererlo abiertamente y él estaba dispuesto a cambiar eso.


Bueno, esta es otra de mis infames creaciones, las cuales leen algunas personas y no sé por qué xD Pues eso, esta vez ha surgido del aburrimiento en el camping. Gracias por leer, y si me quereis hacer alguna petición estaré encantada de escribirla. Ja ne~ Pd: seguramente esto sea una historia de varios capitulos n.n