De paseo

Kagome regresaba de la escuela y al acercarse más a su casa avanzaba con mayor rapidez. Se preguntaba que estaría haciendo Sesshomaru. "Seguramente está muy molesto" pensó mientras pasaba por el arco Tori que se encontraba a la entrada del templo de su casa. Por fin abrió la puerta de la entrada y se detuvo a oler el aroma de la comida de su madre.

-¡Ya llegué!- exclamó la joven anunciando su llegada siendo respondida por su madre quien se encontraba en la cocina.

Caminó hacia el lugar donde provenía la voz y vio que toda su familia se encontraba sentada en la mesa conversando tranquilamente. Al notar la ausencia de Sesshomaru se preocupó y cuestionó a Souta al respecto.

-No se ha despertado- dijo su hermano menor despreocupadamente mientras se llevaba a la boca un pedazo de chocolate. –Intenté hablarle pero sólo gruñía y me empujaba así que lo dejé dormir-

Kagome sonrió ligeramente y dejó escapar un suspiro. Sesshomaru había pasado por muchas cosas en los últimos días y que hubiera dormido tanto era señal de que por fin estaba descansando lo que debía. Subió a la recámara de Souta y abrió lentamente la puerta intentando no hacer mucho ruido. Miró hacia el suelo donde se encontraba el futón sobre el que Sesshomaru dormía y ahí estaba, aún dormido, dejando escapar uno que otro ronquido. Kagome no pudo evitar reír un poco ya que nunca se habría imaginado ver a Sesshomaru en semejante situación. Se acercó más para poderlo observar mejor y al ver su rostro relajado y dócil le costaba trabajo convencerse e de que se trataba del Sesshomaru que había conocido. Su boca se encontraba ligeramente dejando escapar un camino de saliva. Su cabello se encontraba enmarañado y pegado a su rostro por el ligero sudor típico de un largo sueño. Su cuerpo se encontraba relajado, extendido a través de la cobija. No quería despertarlo pero ya era pasado mediodía y tenían que ir a buscar esos lentes.

-Sesshomaru- dijo suavemente moviéndolo lentamente del hombro. –Sesshomaru, tienes que despertar- al decir esto, Sesshomaru se movió ligeramente. Kagome pensó que despertaría pero cuál fue su sorpresa al ser empujada por Sesshomaru quien sólo se dio la vuelta y se enroscó en la cobija.

Frustada, Kagome comenzó a agitar su hombro más fuerte hasta que por fin, con un gruñido grave y estruendoso, Sesshomaru abrió los ojos. Parpadeó varias veces con la mirada fija sobre la joven quien se encontraba hincada a su lado con un gesto irritado. Se talló los ojos y se sentó lentamente con la cabeza gacha. Kagome se levantó y buscó al lado de la cama el cesto con la ropa de su padre. Sin prestar atención a Sesshomaru, le dio la espalda y comenzó a extender la ropa sobre la cama de Souta. Al darse la vuelta Sesshomaru ya se encontraba de pie detrás de ella mirando con atención lo que hacía. Se despegó los cabellos de la cara mientras efectuaba un gesto despectivo; Kagome no pudo evitar sonreir.

-Buenos días. Tuve que levantarte, ya es más de mediodía- dijo de nuevo fijando la vista hacia lo que estaba haciendo.

-¿Por qué…?-

Al escuchar la voz de Sesshomaru, Kagome se dio la vuelta para mirarlo. Sesshomaru se encontraba despegando desesperadamente los cabellos que se encontraban pegados a su rostro. Negó ligeramente con la cabeza y tomó un pequeño cepillo que se encontraba sobre el buró de su hermano. Tocó la frente del youkai y comenzó a cepillar su cabello hacia atrás. Notó que Sesshomaru de pronto se puso tenso pero no se detuvo.

-Los humanos desprendemos fluidos cuando dormimos; saliva, sudor… es normal. Con tu cabello tan largo es más probable que se enrede entre todo eso- dijo sin mirarlo, concentrándose en cepillar el cabello del youkai.

De pronto se detuvo al sentir la mano de Sesshomaru sobre su muñeca y lentamente bajó el cepillo y lo miró a los ojos. Le dio el cepillo y sin más, sólo se sonrió y prosiguió a acomodar la ropa. Sesshomaru observó el objeto en sus manos y se acercó a Kagome quien le daba la espalda. Kagome se encontraba despreocupada guardando la ropa que no iba a ocupar en el cesto hasta que sintió una sensación sobre su cabeza y se sobresaltó. Sesshomaru cepillaba torpemente su cabello y sin poder darse la vuelta para mirarlo, lo cuestionó confundida pero no hubo respuesta.

-Sesshomaru, no tienes que hacer eso- dijo con voz temblorosa ya que de pronto comenzó a sentirse muy avergonzada. –No tienes que acicalarme- corrigió, intentando utilizar un lenguaje que le resultara más fácil de comprender.

Sesshomaru se detuvo.

Kagome tomó la ropa que había dejado sobre la cama y se dio la vuelta, mirándolo aún algo exaltada.

-Mientras estés aquí no tienes ninguna obligación de hacer cosas como si estuvieras en una manada- dijo, ya que era lo único que podía pensar para justificar lo que Sesshomaru había hecho. Después de ver tantos documentales en la televisión sobre las conductas de animales que se encontraban en manada, suponía que los youkais tenían ciertas costumbres similares aunque algo más civilizadas.

Al escuchar eso, Sesshomaru sólo dejó escapar un sonido aprobatorio y se mantuvo de pie detrás de la joven en silencio. Kagome le entregó la ropa a Sesshomaru y le dio algunas instrucciones para que se vistiera. –Estaré esperando afuera- dijo sin mirarlo a los ojos y salió.

Espero por varios minutos a que Sesshomaru se vistiera. Por fin la puerta se abrió y Sesshomaru salió. Los pantalones se los había puesto correctamente pero la camisa se encontraba mal abrochada y su cabello estaba bastante despeinado. Notó que se encontraba descalzo y que sostenía los calcetines y zapatos con su mano derecha.

-Supongo que olvidé explicar cómo funciona eso- dijo algo apenada.

Se acercó a él y abotonó la camisa del youkai de manera correcta, sin embargo, Sesshomaru comenzó a sentirse algo incómodo, de la misma manera que se había sentido la noche anterior pero no hizo nada. Kagome tomó de la mano del youkai los calcetines y los zapatos y se los puso con tranquilidad. Sesshomaru cooperaba pero no podía ignorar que la situación le resultaba algo extraña. Curiosamente no sentía rabia ni se sentía humillado, era algo distinto pero no tuvo suficiente tiempo para razonarlo ya que se sobresaltó al ver a la joven de nuevo frente a él, manipulando su rostro para que lo bajara un poco y estar a la altura de Kagome quien desató el cabello de Sesshomaru y lo peinaba de nuevo.

-Te prometo que esto no será por mucho tiempo. En cuanto regresemos con InuYasha y los demás podrás usar tu ropa otra vez- dijo por fin.

Sesshomaru sólo la miraba en silencio mientras la joven se alejaba y bajaba por las escaleras. La siguió. Una vez abajo se encontró de nuevo con la familia de la joven quienes lo miraban sonrientes. Quería escapar, de pronto sintió rabia de nuevo ya que lo único que quería era poder ver bien de nuevo y regresar lo más pronto posible. Kagome notó que Sesshomaru se encontraba irritado y colocó su mano sobre su hombro.

-Seguramente tienes hambre pero no quieres estar más tiempo aquí- esto último lo pronunció con un ligero tono de tristeza. –Podemos comer algo en la calle para llegar por tus lentes lo más pronto posible-

-Vamos- respondió Sesshomaru.

Kagome le sonrió a su familia quienes los despedían con gusto, sin sentirse agredidos por la frialdad del youkai. Al salir a la explanada, Kagome tomó el brazo de Sesshomaru, quien de nuevo se tensó un poco pero antes de que pudiera rechazar el gesto, la joven lo interrumpió.

-Sesshomaru, estás en un mundo completamente diferente al tuyo-

Mientras la joven decía esto, llegaron hasta la calle y como Kagome había pensado, al ver los coches pasar frente a ellos, Sesshomaru se sorprendió e involuntariamente dio un paso hacia atrás. Kagome estrechó su brazo más fuerte con el de Sesshomaru y alzó el otro al ver un autobús a la lejanía. El autobús se detuvo frente a ellos y Kagome miró a Sesshomaru.

-Sígueme, todo va a estar bien- exclamó sonriente.

Sin tener otra opción, Sesshomaru caminó hacia el autobús que para él era un artefacto desconocido. Observó a la joven introducir unos aros metálicos en un contenedor transparente y caminó detrás de ella sin darse cuenta de que la joven ya lo había tomado de la mano. El autobús comenzó a avanzar y Sesshomaru se mantuvo alerta mirando hacia todos lados pero ninguna de las personas que se encontraban ahí parecían estar alterados por lo que estaba pasando. Kagome se sentó y le hizo una seña al youkai para que se sentara a su lado.

Sesshomaru se encontraba confundido aunque no asustado. A pesar de que sus poderes se habían ido por tiempo indefinido, realmente no sabía qué era sentirse a merced de algo inferior. Toda aquella cosa que le resultaba extraña, lo fascinaba pero al percatarse de que tal vez estaba mostrando demasiadas emociones, de pronto se sentía más consciente de su rostro y trataba de mantenerse serio. Kagome percibía todos aquellos cambios en el youkai pero decidió no decir mucho al respecto ya que sabía que provocaría una respuesta hostil por parte de Sesshomaru, por lo que decidió utilizar otra estrategia.

-Esto es un autobús. Sé que suena difícil de asociar con algo que conozcas, pero es un artefacto hecho de metal y lo usamos para transportarnos-

-Es algo que pude deducir- respondió cortantemente.

Kagome se sonrojó pero decidió no rendirse y continuó. –Es bueno saber que llegas a tus propias conclusiones Sesshomaru. Tenía miedo de que fueras a asustarte con todo esto pero me da gusto ver que lo estás tomando tranquilamente-

Sesshomaru de pronto la miró y Kagome no podía percibir si estaba molesto o no pero no mostró intimidación. -¿Estás insinuando que soy tan débil que debería estar asustado?- preguntó de pronto alzando la voz, captando la atención de las demás personas que se encontraban en el autobús.

-No, Sesshomaru no…- respondió la joven alterada agazapándose un poco mientras hacía gestos con las manos tratando de decirle a Sesshomaru que bajara la voz. –No pienso que seas débil-

Sesshomaru volvió a mirar al frente como si escuchar eso era sólo lo que quería escuchar. Kagome supuso que debía de ser más cuidadosa con lo que le dijera ya que, aunque los poderes de Sesshomaru se habían ido aún conservaba su orgullo; seguía siendo el mismo Sesshomaru en el fondo.

Después de eso pasaron muchos minutos en silencio. El camino se le hizo eterno a Kagome quien estaba reconsiderando si había sido una buena idea traer a Sesshomaru pero mientras esos pensamientos pasaban por su mente, a lo lejos vio el señalamiento de la parada en la que debían bajarse. Tiró del cordón y segundos después el camión se detuvo. Tomó a Sesshomaru del brazo y bajaron.

Habían llegado al centro de la ciudad donde los edificios eran altísimos y había anuncios de muchos colores en todos lados. Obviamente Sesshomaru se encontraba más sorprendido de lo que había estado antes y no pudo evitar que palabras se escaparan de su boca.

-Palacios…- dijo suavemente.

Kagome lo miraba con atención. No podía evitar sentir ternura al ver tanta fascinación en Sesshomaru pero al mismo tiempo, debía reservarse comentarios ya que sabía que lo incomodaría y por ende, ella pasaría por un mal rato.

-Vamos Sesshomaru, compraremos algo para comer mientras caminamos-

Pasaron por una tienda y compraron algo ligero para poder caminar mientras comían. Después de varios minutos por fin llegaron al lugar donde Kagome quería comprar los lentes de Sesshomaru y entraron. Kagome tomó varios lentes y se los extendía a Sesshomaru para que se los probara y después de varios intentos, por fin encontraron unos que le permitían ver bien. Por suerte el diseño era discreto así que no serían de mucha distracción, considerando que habían varios con dibujos de gatos y otro tipo de animales, los lentes que habían conseguido eran negros, con una armazón delgada que no serían de mucha distracción. Kagome sonrió y tomó otros dos pares para tener de repuestos. Por fin salieron de la tienda sin problemas.

Sesshomaru se llevaba la mano a la nariz con mucha insistencia. La sensación tan extraña que sentía la resultaba molesta. Kagome lo notó y le explicó que pronto se acostumbraría, que tuviera paciencia. El youkai hizo su mayor esfuerzo y a pesar de estar molesto, se sentía aliviado de que al menos podía ver bien ahora. De regreso a la parada del autobús, Kagome y Sesshomaru fueron interceptados por unas amigas de la joven quienes anunciaron su llegada acompañadas de ruidos agudos que le resultaron muy molestos al youkai.

-¡Kagome! No sabíamos que estarías de compras hoy, ¿por qué no nos dijiste?- preguntó una de sus amigas quien aún llevaba el uniforme puesto.

-Eh, ni yo, estoy ayudándole a conseguir unos lentes a…- pero antes de que pudiera responder sus amigas interrumpieron.

-No tenías que mantenerlo en secreto, pudiste habernos dicho que vendrías con tu novio- dijo una de ellas despreocupadamente.

Kagome se sonrojó más que de costumbre y Sesshomaru sólo frunció el ceño sin estar muy seguro de lo que hablaban las jóvenes.

-Él no es mi…- pero de nuevo alguien la interrumpió, esta vez fue Sesshomaru quien sólo la tomó del brazo y comenzó a caminar al ver el mismo autobús pararse frente a ellos.

Las amigas de Kagome observaban asombradas mientras Kagome sólo les hacía señas en señal de despedida.

Nota: Espero me disculpen, tengo mucho tiempo de no escribir nada y me siento muy oxidada pero voy a intentar darme tiempo para continuar esta historia. He tenido muchas cosas qué hacer en la escuela además del trabajo y ya no tengo tanto tiempo libre como antes y por más que quisiera tener disponibilidad para escribir, tengo otras prioridades aún así, muchas gracias a quienes lean y esperan actualizaciones, de verdad espero poder cumplirles y escribir aunque sea un poco :)