Capitulo II
Pasaron ya tres años de visitas a mi hermano, finalmente, cumplí los 16 años y me mudaría con él. La secundaria a la que asistiría quedaba cerca de su casa y mamá pensó que sería buena idea. Me gustaba cuando iba a visitar a mi hermano, pues lo acompañaba a su tienda, iban muchas chicas bonitas, era lindo ser alagado como "el pequeño hermano del diseñador", pero aún así, me sentía extraño. Era incómodo estar entre tantas mujeres, este último año, he tenido algunos problemas con chicas que se acercaban a coquetear conmigo y es que rechazé a todas y cada una de ellas. No entiendo por qué lo hice, eran chicas guapas, pero… al parecer no me llevo bien con ellas. Quizás sea solo por esta etapa de adolescencia. Como sea. Finalmente llegué a la casa de mi hermano, estaba muy emocionado, por que hoy no era una simple visita, me quedaría a vivir con él. Acomodé mi mochila sobre mi hombro y toqué el timbre. No pasaron un par de minutos para que la puerta se abriera, y ahí estaba él, tenía un delantal y un delicioso aroma salía de la casa. No llegué a decir palabra alguna cuando él ya estaba sobre mi, abrazándome. Yo reí. -Hola Leigh…- Lo saludé, abrazándolo también. -¡Por fin llegaste! Creí que no vendrías… o que algo te había pasado en el camino…- Dijo él en el abrazo. -No seas tonto… Lo separé con cuidado, riendo un poco. Lo observé a los ojos con una sonrisa, hacía muy poco mi hermano había cumplido 21 años y su sueño comenzaba a realizarse, ser el mejor diseñador de todo Francia. Pude sentir su dulce aroma de nuevo y eso hizo que me sonrojara levemente. Lo hice a un lado y entré, dejando que él cargara mi maleta. -¿Qué cocinas, hermano?- Pregunté acercándome a la cocina. -Oh… ah… nada del otro mundo.- Hablaba algo entrecortado, pues la maleta no era nada liviana. Voltée a ver a mi hermano y reí un poco, me acercó y tomé el otro extremo de la maleta para cargarlo hacia arriba con él. Me acerqué al cuarto al que solía ir siempre, pero al abrir la puerta, lo encontré lleno de cosas de Leigh, al parecer, trabajo. -Oh… siento eso, tengo una gran cantidad de vestidos a medida por hacer y… usaré este cuarto para que las chicas se los prueben asique… tendrás que dormir en mi cuarto.- Dijo mi hermano. Lo miré y sonreí asintiendo ampliamente. -Está bien…- Entré al cuarto de mi hermano y comenzamos a guardar todo lo que había en la maleta, cuando de repente siento sus brazos rodeándome la cintura por detrás. Lo escuhé suspirar, me estremecí. -¿Leigh…?- Pregunté con una suave voz. Él simplemente tomó mi rostro y me dio uno de esos besos suaves y dulces que solía darme cuando lo visitaba. -Te extrañé este tiempo…- Susurró mirándome. Asentí sonrojado. -Ahora estaremos juntos por más tiempo…- No se que era lo que sentía realmente por mi hermano, lo quería mucho, pero cada vez que me besaba de esa forma, hacía que me estrmeciera de pies a cabeza.