Bueno, esta historia la tenía preparada desde hace un año técnicamente, siendo como uno de los cientos de fics que aterrizaron en mi imaginación pero no daba tiempo para hacer brotar mis tontas ideas.

Quería hacerlo principalmente para alimentar a la gente hambrienta de curiosidad y sed de lectura que le encantan los cabos sueltos que tiene Hora de Aventura.


Había estado todo el día en una angustiosa y fastidiosa monotonía de la que no podía hacer absolutamente nada porque era algo de lo que ya no tenía escapatoria y a lo que se había condenado desde hace muchísimo tiempo. No había salida, era una maldición infinita que ya me había consumido completamente desde el primer día… desde el primer maldito día.

Eso me habría matado sin dudarlo, si fuera cierto ella incluso ya estaría aliviada de tanto dolor peroera infinito, no tenia fin… era un eterno sufrimiento…

Suspire una vez más analizando mi inconforme situación… había salido a dar una vuelta en Ooo sin nada que hacer, no había nadie alrededor. Nadie más que ella conocía mejor Ooo de lo que alguien más podía conocerlo. Salió a dar un pequeño paseo en el cielo nocturno, había estrellas iluminando el cielo esa noche y desde hace mucho tiempo que eso no ocurría.

Por alguna razón la tranquilizó.

Todo era silencio en ese instante, era de noche y no había alma viviente despierta a la vista a quien pudiera molestar.

Opte por ir a molestar a mi princesa favorita, al llegar a la ventana tome mi forma de invisibilidad y me senté en la ventana, observe a la Princesa de pelo dulce y rosado trabajar en un pequeño experimento ¿Qué era? ¡Qué importa, cosas de cerebritos! ¡Si me interesara lo que hacía con sus experimentos raros desde que nos conocíamos ya sería su compañera de nerdisidades!

"Desde que nos conocíamos…"

Mire con tristeza a la Princesa que ignoraba completamente mi presencia, solía gustarme espiarla así para luego sorprenderla… la molestaba, ella me decía que no debería estar allí y comenzaríamos una discusión divertida para mí en donde siempre terminaba ganando por el hecho que nunca me había dicho un "No quiero que vuelvas aquí".

Aunque nunca fue así…

Solo aleje la vista de la Princesa y decidí irme de allí. Esta vez no tenía ganas de molestar a nadie, menos a ella.

Observe el paisaje nocturno, me sentía como la centinela de todos los problemas que sucedieran en Ooo pero eso realmente no me importaba, a menos que fuera amigo mío de verdad me daría igual si alguien se estuviera muriendo. Ese tipo de cosas me dejaron de importar desde hace muchísimo tiempo.

-Maldito silencio… - murmure triste

Había salido para encontrar algo con que divertirme, algo con que distraerme. Pero rayos… Ooo esta noche estaba silencioso… solitario… odio esa palabra más que cualquier cosa en este mundo, la odio. El silencio y la soledad me recuerdan lo peor del mundo, para muchos eso les parecería extraño… pero de hecho ese es mi peor temor.

Bueno, el único remedio probable que queda para esto es ir a visitar a sus dos heores de pacotilla favoritos. Ellos normalmente en estos días se desvelaban con los videojuegos y ella de vez en cuando iba a jugar con ellos cuando no tenía nada mejor que hacer.

Me acerque sigilosamente a la ventana haciendo ruidos y transformando mi cara en el rostro más o menos terrible que podía hacer, pero no lo suficiente para matar de un espanto a esos perdedores. Me hice invisible para provocarles un susto aun mayor. Entre rápidamente a la Casa del Árbol provocando un sonido ruidoso.

-¡BOOoo… ooh?! – no había nadie en casa

La habitación estaba oscura, apenas se podía ver algo con ayuda de la luz de la luna. Admito que era algo aterrador, todo se veía reciente, la cama de Finn estaba revolcada como siempre pero no había señales de Finn, Jake o ni siquiera BMO así que volví la forma de visibilidad.

-¿Finn? ¿Jake? – Baje las escaleras volando - ¿amigos? –

El Fuerte del Árbol estaba solo. ¿Dónde estarán Finn y Jake?

Salí de allí decepcionada, desde hace muchísimo tiempo no me sentía de esta forma… sola… y… abandonada… como única compañía la cara de chicle… es mejor que dejara pasar este día, mejor sería irse a dormir y olvidar todo esto aunque fuera más que imposible, mañana será un día mejor.

Acomode mi cama antes de prepararme para dormir, estaba de vuelta en mi casa. Me recosté boca arriba en mi cama con un poco de aflicción, que día tan horriblemente familiar. Nadie me comprendía, nadie… ni siquiera podría decir lo mismo de quien ha vivido incluso un poco más que yo, sabía que la iba a atormentar por siempre. Lo había escrito y cantado incluso en su diario… su adorado diario, lo único que escuchaba todas sus 3 P. penas, pesares y pesadillas.

Ojeo el Diario de color rojo intenso, es la única cosa que no se atrevería a quitarle ese rojo tan nostálgico incluso si llegara a entrar en modo fiera.

Me senté en la orilla de mi cama, agarre el Diario y sentí con el dedo pulgar cada página que había llenado con palabras prohibidas para cualquier mortal. Me detuve en una página en particular.

-500 años de notas inscritas en mi diario… - susurre para mí misma, ahora que lo pensaba 500 años son apenas la mitad de su vida ¿Dónde había quedado la otra mitad? Está bien… no quería dejar ese tiempo en el olvido…

Tome un bolígrafo que se encontraba en mi mesa de grabaciones, aun dudando un poco de lo doloroso que será recordar todo esto… volteé una hoja del cuadernillo que tenia ahora en mis piernas dejando ver una nueva página en blanco y dirigí mi mano con el bolígrafo a la hoja de papel…

-Querido diario… -

~Flashback~

Una pequeña niña se encontraba asustada observando una ciudad llena de cientos de escombros y catástrofe e incendios, estaba solitaria en un gran desastre.

Tenía solo 4 años de edad, el día anterior a ese estaba riendo alegremente con su madre, se había caído y raspado la rodilla pero eso no importaba ya que su madre estaba allí ayudándola y aun con el dolor en su pierna seguía feliz como si nada hubiera pasado… en la nocheosfera, su hogar. Pero ahora, no sabe como llego allí y estaba realmente asustada.

La niña sin ninguna otra opción comenzó a explorar el lugar temerosa por lo que se pudiese encontrar en ese lugar tan horripilante, no había señales de vida, no había gente, no había nada. Estaba sola, completamente sola.

-¡Mami! – grito con todas sus fuerzas la pequeña demonio, escucho unos cuantos ruidos provenientes no muy lejos de donde se encontraba así que camino acercándose al sonido gritando una vez más - ¡Papi! – el sonido aumento y la pequeña Marceline llego a la esquina donde había provenido el sonido

-¿Mami?- pregunto antes de mirar el pequeño callejón, no eran sus padres. Unas criaturas sombrías de las que se les escurría un líquido verde se acercaban peligrosamente a la pequeña

Asustada sabia que eran peligrosos al ver el que el ácido que salía de esas criaturas podría desintegrarle la piel con solo tener contacto, salió corriendo de allí, se oculto nerviosa debajo de un tanque nuclear y comenzó a sollozar

Al parecer, la habían abandonado.

No podía quedarse allí para siempre, tenía que comer, tenía que conseguir un refugio pero ninguna de esas cosas pasaba por su mente. Lo que si le invadía el pensamiento era encontrar a sus padres y… que esa pesadilla terminara de una vez…

~Fin Flashback~

-… ahí conocí mi peor temor, quedarme sola… lastimosamente así termino todo… -


Nerdisidades no es una palabra que invente… o tal vez si, está bien hasta ahora sé que no existe pero se escucha bien. La verdad no sé si continuar esta historia, esto luce como un buen prologo así que tendría más jugo de donde exprimirle.

Pendleton Ward siempre hace que las expectativas de los fans nunca lleguen a suceder, pareciera como si viera las teorías de su propia serie u.u, en eso se esmera en lo absoluto. Si después de lo de James esperamos una invasión, no sucedió nada en especial.

No olvides dejar un Review y escribir cualquier opinión o sugerencia

Nos vemos!

Hora de Aventura es creación de Pendleton Ward, ℗ Cartoon Network.