Bueno, ¡finalmente decidí continuar esta historia!. La hare de forma cronológica para que sea aún más compresible la historia de Marceline, La Reina Vampiro. Primeramente quería agradecer los comentarios, al menos así sé que si está gustando la historia.
Al fin, después de largas horas huyendo había oscurecido, aunque poco antes me hubiera gustado la idea de que oscureciera para descansar apenas se escondió el sol deseaba que volviera a salir ya que se corría el riesgo de ser más peligroso. Simplemente fue un deseo erróneo ya que solo anhelaba estar en casa cuando fuera de noche para que mi madre me contara una historia y apaciguara mi cabeza en la almohada de mi habitación.
Pero la realidad era diferente.
Estaba mirando hacia la nada con una expresión triste en mi rostro posando mis pequeñas manos en una oscura casa que estaba al borde del abandono, fue lo único que pude encontrar en que refugiarme de mi alrededor y además, el extraño clima. Observe como la ciudad en la que me encontraba ardía en un fuego escalofriante consumiéndose en el mismo, que no había cesado en todo el día, parecía que iba a seguir por mucho tiempo. Solo mantuve un disfrute de la compañía de mi silencio, mientras pensaba.
Al rato, los parpados comenzaron a pesarme por el cansancio e inevitablemente los cerré, cayendo en al mismo tiempo una pequeña lagrima involuntaria.
-Mañana estaré en casa-
Dije antes de caer en profundamente dormida
-Marcy, despierta cariño. Es hora de levantarse – mi madre estaba de pie al lado de mi cama con una bandeja de desayuno en sus manos
Desperté estregándome los ojos – sí, mamá- dije sin ganas
-Ten, te traje tu desayuno- dejo la bandeja de comida en mi cama
-¿Dónde está papá?-
-Está afuera con los demás demonios, sabes cómo se toma él de enserio su trabajo-
Asentí y comencé a comer lentamente de la bandeja que había traído mi madre
-Noté que estabas un poco molesta con él ayer- se sentó en el borde de mi cama - ¿Qué sucede?-
-Es que… - exhale con dificultad después de morder el primer bocado - … él quiere que cuando crezca me haga cargo de su trabajo… - fruncí un poco el ceño al recordarlo, ella frunció el ceño confusa
-¿Y cuál es el problema? –
-Ese es el problema, mamá. Yo no quiero hacer eso, yo quiero tener muchos amigos y hacer algo que me guste – me crucé de brazos
-Siempre podrás hacer lo que quieras, querida – toco su mejilla con suavidad
-Es que… además, lo que hace es algo cruel… ¿no crees? –
La madre de Marceline suspiro, se dirigió a la salida de la habitación y se detuvo en el umbral de la puerta.
-¿Quieres salir hoy? – cambió la conversación en un instante
Cambie mi expresión de inmediato y asentí con entusiasmo. Nadie comprendería como me encantaba salir a pasear con mi madre.
Unos sonidos comenzaron a despertarme torpemente, desubicada pedí a mi madre que me dejara dormir un poco más pero un pequeño y agudo ardor en mi brazo hiso que despertara de inmediato y diera un pequeño salto al asustarme. Al lado del pequeño refugio en la que yacía dormida estaba otra de esas criaturas tratando de acercarse, así que de inmediato y sin pensarlo me levante y salí corriendo de allí.
Había olvidado por completo en donde me encontraba. Me cubrí los ojos por la presente luz del sol, ya había amanecido… y tenía hambre.
Me sentía bastante triste, solo me preguntaba una y otra vez ¿Cuándo volvería a casa? ¿Cuándo volvería a ver a mi madre? Camine sin ningún rumbo en particular buscando una salida.
Después de un largo tiempo buscando un lugar donde podría encontrar algo que me ayudara o algo de comer, me detuve en una extraña cueva de color violeta oscuro. Quizás esta pueda ser mi refugio, aquí podría estar a salvo mientras ideaba un plan. Me adentre en ella pensando en las posibilidades de encontrarme alguna persona que supiera donde estaba.
Me acerque a un pequeño lago que se encontraba al fondo de la cueva y mire mi reflejo, definitivamente el dormir en un montón de escombros no fue buena idea… me había golpeado varias veces en el cuerpo, tenía ambas rodillas raspadas de caerme al correr… y mi rostro no mostraba signos de felicidad, no podía engañarme a mí misma. Me asustaba el ver mis ojos con tristeza, falta de sueño y cansados de llorar.
-Tranquila, Marcy. Todo estará bien, estarás bien. Estaremos bien – le dije a mi reflejo en el agua
Al menos este lugar era más acogible y silencioso que cualquier otro de los sitios que había visto, al menos ya no estaba expuesta a ningún peligro.O eso creía.
Escuche un golpe que vino cerca de donde me encontraba y me sobresalte, fue como una explosión y luego empecé a sentir mucho frio. Simplemente me acerque lentamente con curiosidad para ver qué había sucedido. No había nadie pero había un sitio que era muy frio, tenía un circulo en medio, una estrella y unas velas a su alrededor, cada paso que daba me hacía sentir más frio. Lo curioso era que había una bolsa de color morado en medio de todas esas cosas.
No tenía un buen presentimiento si me quedaba en ese lugar, así que decidí salir de allí porque además el frio que salía de ese humo verde era inaguantable.
Camine varios minutos a paso lento, estaba triste. Me dolía el corazón, estaba deprimida y los pensamientos negativos no querían abandonar mi mente, me sentía abandonada. Me habían abandonado en al parecer el peor lugar posible… ¿Por qué estaba aquí? ¿Hice algo mal?
… después de ese pensamiento no tuve más ganas de seguir caminando, así que solo camine lenta y tristemente en medio de una carretera destrozada que me había topado. Me detuve al imaginar lo peor.
¿Qué tal si nunca volvía a la Nocheosfera? ¿Qué tal si nunca volvería a ver a mi madre… ni a mi padre?
Me lleve las manos a la cara tratando de quitar las lágrimas mientras continuaba llorando – P-papi.- solloce unos cuantos segundos apretando mi mano.
De repente, me percate de la presencia de un hombre que se me acerco sorprendido de verme e hiso una mueca de tristeza al ver que estaba llorando, secándome una lagrima. Lo vi con sorpresa al ver que caminaba hacia una tienda de juguetes destruida.
Aparte la mirada hacia el camino por donde venía. Me pregunte aun afligida ¿Qué era lo que había sucedido aquí? Viendo todo el caos que impregnaba la ciudad.
Y escuche al hombre mayor acercarse de nuevo, esta vez, con un oso de peluche. Mi tristeza se desvaneció al instante, agarre el oso de peluche y mire al hombre que me lo había regalado con una sonrisa.
-¿Cómo te llamas pequeña? – me pregunto con una sonrisa comprensiva y desolada
-Marceline, pero puedes llamarme Marcy- después de responderse, su sonrisa desapareció
-¿Qué haces aquí, Marcy? – me pregunto con la misma expresión
- No lo sé… estoy perdida – le conteste con tristeza – No encuentro a mamá, ni a papá… - una lagrima volvía a asomarse en el borde de mi mejilla pero el señor de nuevo limpio la lagrima
-Te acompañare hasta que los encuentres, no está bien que una niña tan pequeña ande por aquí y menos en estas circunstancias – me sonrió con comprensión, pero veía en sus ojos tristeza y preocupación.
Correspondí su sonrisa - ¿Estás seguro? – Asintió - ¿Me prometes que me acompañaras todo el tiempo? – le abrace una pierna feliz y el me abrazo de vuelta.
-Claro que sí, lo prometo –
Continúe al lado de él hasta el final del camino de la carretera, al menos ya no estaba triste ni sola… ahora me acompañaban dos nuevos amigos, este señor con una brillante y curiosa corona y mi nuevo amigo… Hambo. Sonreí con ese pensamiento.
-Y, ¿Cómo se llama usted, señor? –
-Simon, Simon Petricov-
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Me encontraba acostada boca arriba en la cama de mi habitación, mi cabello largo estaba tocando el suelo mientras yo miraba el techo lanzando una pelota y atrapándola al compás de mis pensamientos. Suspire al volver a recordar todo el comienzo, o al menos los recuerdos más antiguos que tengo desde mi existencia.
No sé si al pensar en eso debería sonreír o sentirme triste
Fruncí el ceño al darme cuenta todo lo que tendré que recordar si quiero completar la mitad de mi Diario. Será toda una reunión de sentimientos.
Bueno, creo que dependiendo de la historia que sea en las páginas del Diario de Marceline serán más largos los capítulos. Procure nunca salirme de la realidad de la serie para no crear otra realidad inventada, así me gusta a mí.
Contando que ahora mantengo distraída con mis deberes. Recuerden dejar los reviews para recordarme que debo continuar esta historia :3
Hora de Aventura es creación de Pendleton Ward, ℗ Cartoon Network.