Capítulo 16 Reacciones
En realidad no quería moverme, estaba tan a gusto en sus brazos que por mí hubiera permanecido una vida así. No diré que no tengo miedo, todo será nuevo, pero joder que no me siento sola. Quise cerrar los ojos nuevamente cuando sentí que Toshiro se movía, al parecer todo lo bueno como comienza termina pero qué se le va a hacer tenemos tanto qué hacer.
-Ey, buenos días…- dijo Toshiro aun algo somnoliento, en medio de un bostezo.
-Buenos…- dije escondiendo mi cara en su costado.- no quiero moverme.
-Tenemos que ir con tu padre Karin, ir a Kurakara y regresar, además no estaría mal que tu papá te revisara.- dijo él un tanto más despierto, y entonces recordé que nada será igual…
-¿Mi padre? No, definitivamente aun estás soñando Toshiro, lo que menos quiero es que mi padre me revise nada, ¿tienes idea del escándalo que armará apenas se entere?- le dije mientras un escalofrío recorría mi espina dorsal.
-Tranquila, entonces que sea alguien más pero no puedes seguir dando largas, recuerda lo que pasó en el Hueco Mundo, prefiero estar tranquilo y…
-Calma calma, que así sea, pero antes debemos comer algo, y darnos una ducha…- mi mirada estaba perdida en el techo cuando vi que Toshiro se posicionaba sobre mí, esos ojos simplemente me pierden en ellos.
-Karin, te amo.- susurró mientra me basaba el cuello, sexo matutino, ¿por qué no? Gemí, este hombre me quita el aliento.
Me alzó y repentinamente ya estábamos en una enorme tina, olía tan bien que me dejé llevar, así hicimos el amor nuevamente, nos quedamos un rato en el agua hasta que mi estómago sonó, aun no comprendo como es que siempre tengo hambre y no importa lo intensa que sea la actividad física que hagamos Toshiro ni siquiera suda. Salimos y bajamos hasta su cocina, ayer había quedado el postre y ese fue nuestro increíblemente nutritivo desayuno. Ni siquiera estoy nerviosa sólo sé que lo que vaya a pasar, pasará.
-Será mejor partir, y comprar algo más saludable de regreso Karin.- asentí.
Se abrió el portal que nos llevaría a ver a mi padre, sólo sé que esto será largo, llegamos a mi casa y mi padre ya estaba esperándonos.
-¡Karin chan, hija mía por fin vuelves a los brazos de tu queridísimo padre! – gritó mi viejo aun a varios metros de nosotros.- ¡Hija mía, me has tenido en el olvido absoluto, si no fuera por el ingrato de tu hermano yo no sabría nada de ti! ¿Por qué fuiste a la Sociedad de Almas? ¿Por qué no has ido a la Universidad? ¿Qué pasa hija mía?- el hombre estaba por lanzarse a mis brazos cuando simplemente me hice a un lado y salió volando a un lado mío.
-Padre, ¿podrías calmarte, en dónde está Yuzu?- dije entrando a mi casa mientras mi padre seguía en el piso.
-¡Tú, pequeño engendro! ¿Por qué sigues aun detrás de mi preciosísima hija?- dijo mi padre notando apenas la presencia de Toshiro.
-Calma padre, será mejor que te vayas acostumbrando, en dónde está Yuzu.- pregunté de nuevo.
-¿Acostumbrarme? ¿Cómo por qué habría yo de tener que acostumbrarme a la presencia de este engendro? Yuzu fue a mercar…- dijo como que no queriendo la cosa con una cara de seria interrogación en el rostro. Yo simplemente conté en cuenta regresiva desde el diez.- ¡Ah no, yo sí que te mato pequeño infeliz, te advertí que cuidaras a mi hija!- dijo mi padre más agresivo de lo que yo jamás lo hubiera visto, repentinamente se lanzó al cuello del uniforme de Toshiro. Pero lejos de defenderse e incluso moverse simplemente sostuvo estoicamente la mirada de mi furibundo padre.- ¿No piensas decir nada? ¿Acaso esto es un burla de mal gusto?
-Padre, ni siquiera sabes lo que está pasando.- dije de forma seria pero dura, mientras él le lanzaba a mi novio esa mirada de "te arrancaré la piel a tiras".
-¡No te metas en esto Karin! ¿Crees que soy idiota? Ichigo me dijo que este engendro del mal profanó tu pureza, ¿así crees que le permitiré vivir?
-Ya corta esta escena padre, ¿piensas dejar a tu nieto huérfano? Porque de antemano quiero que sepas que no te pienso permitir que lo lastimes…
-¡¿La embarazaste?!- lo dejó caer bruscamente y se pasó una mano por el cabello.- Es increíble Karin, siendo tan inteligente, por qué no se cuidaron, incluso te puse una enorme caja de preservativos, ¿es posible que seas tan irresponsable?
-Señor Kurosaki, sé que no tengo derecho a hablar, sé que lo que ocurrió no es del todo correcto…pero así son las cosas y quiero que sepa que Karin es y será formalmente mi mujer. –Toshiro hizo una pausa dramática, como esperando que mi padre asimilara toda la información.- Y nada le hará falta mientras yo esté a su lado, yo la amo más que a mi propia vida y ella ahora me está dando la oportunidad de tener una familia, créame que nada les faltará. Yo sólo podía sentir un millón de mariposas revolotear en mi vientre mientras él hablaba.
-Calla engendro.- dijo mi padre derrotado, rompiendo el encanto del momento.- No quiero promesas vacías, yo me encargaré de que así sea.- En ese momento entró Yuzu rompiendo un poco el pesado ambiente.
-¡Hermana!- se lanzó Yuzu a abrazarme sin pensárselo dos veces.- ¡Me tenías tan preocupada! Dios bendito Karin, te ves tan diferente de la última vez que te vi, cómo decirlo, te ves radiante hermana, cuando Ichi ni dijo que habías sido secuestrada y nos explicó que casi mueres… no sé, me da gusto que te encuentres tan bien.- respiró en mi cuello y se abrazó a mí aun más fuerte.- Te extrañé.
-Yo también te extrañé, es bueno volver a casa…
-Sí, seguro es bueno, seguro este engendro te tenía en algún horrible lugar, alejada de todos lo que te amamos, por eso te afecto el síndrome de estocolmo y te enredas…
-Padre, te lo diré una vez y te lo dejaré claro.- dije en un tono letal, lento, arrastrando lentamente cada palabra.- Toshiro es mi otra mitad padre, aunque no lo acepten tú o mi hermano o el mundo, sin él literalmente moriría. Ahora no sólo es mi otra mitad sino también el padre del ser que se está formando dentro de mí. Por eso padre mejor hagamos las cosas de la mejor manera, no me gustaría no volverte a ver padre, porque ahora mi prioridad es MI HIJO por ende su bienestar, y su bienestar no sería completo sin su padre. Te amo padre y te respeto, con todo y tus exageraciones siempre has estado conmigo, espero que esta ocasión no sea una triste excepción.- Dije mientras Yuzu lloraba, no sé si de alegría, sorpresa, tristeza o una mezcla, sólo sé que mi hermana lloraba en mis brazos, Toshiro permanecía firma a lado de mi padre y repentinamente él también comenzó a llorar, nos abrazó a mi hermana y a mí y lo que para muchos podría ser una escena sumamente rara, para mi fue uno de los momentos de paz más grandes que he vivido.
-Cuánto has crecido mi pequeña Karin, lamento si fui duro, yo sólo quería probarlos, y el engendro que elegiste parece tener el suficiente valor como para estar a tu lado.- dijo mi padre en ese tono que te dice que no está en medio de alguna alucinación melodramática de esas en las que vive, él estaba siendo sincero.- Pasemos a beber algo de té.- Por fin en casa…
Después de contarle toda la historia a mi hermana y padre, me sentí agotada, tenían demasiadas preguntas mismas que respondí tan paciente como pude. Mi padre pegó el grito en el cielo cuando le dije que viviría en la Sociedad de las Almas, dijo que consideraría ir a vivir allá con Yuzu, ella negó y al final simplemente quedaron en que con que los visitara constantemente sería suficiente, mi padre que había estado renuente acerca de la idea de un nieto ya estaba planeando cómo llamarla porque él juraba que sería una niña, Yuzu, siendo tan sensible lloró y lloró me dijo lo feliz que era por mí y que todo saldría bien. Todo iba perfectamente bien hasta que llegó mi hermano, para colmo de males llegó justo cuando Yuzu decía lo feliz que le hacía ser una futura tía. Todo pasó en cámara lenta, Ichigo desenvainó su zanpaktou y cruzó desde el hombro hasta la pelvis a Toshiro, de punta a punta en un corte limpio, cuando la sangre comenzó a brotar yo corrí hasta él, mi padre sostuvo a Ichigo y le pegó un pescozón que lo dejó inconsciente, yo quería morir, sentí la sangre salir de mi cuerpo por mis pies.
-¡Noooooo! Toshiro, por favor, resiste…- se veía increíblemente pálido, con todo el valor que pude juntar abrí el kosode de su uniforme.
-Calma Karin, he estado peor, no pasará nada…
-¡Que no pasará nada, no te has visto, el imbécil de Ichigo te cruzó de lado a lado.- dije fuera de mí.
-Permíteme ayudar hija.- mi padre lo levantó cuan pluma para llevarlo hasta el consultorio de la clínica. Todo estaba pasando demasiado a prisa, el camino de sangre que iba dejando mi padre conforme avanzaba me estaba desquiciando.
Fue una noche larga, mi padre hizo todo lo que estuvo en sus manos, literalmente le salvó la vida a mi querido Toshiro, no sé cuántas cosas le embadurno a lo largo del torso demás de suturar con un extraño hilo dorado, afortunadamente no fue TAN profunda la herida. No me quería separar de MI querido Capitán, pero había cuentas que saldar; llegué como sombra la umbral de la habitación de mi hermano.
-No me disculparé, eso y más merece.- dijo en ese tono infantiloide que en ese momento no sólo me pareció fuera de lugar sino que me hizo hervir la sangre.
-No te preocupes Ichigo no será necesario.- dije tan cortante que si mis palabras hubiesen sido cuchillas n habría quedado nada de él.- Sólo vine a decirte que he muerto para ti hermano, no importa lo poderoso que seas, no importa que hayas salvado el mundo tu solo, nada de eso importa, has dañado a mi otra mitad, a sabiendas de que él es la mitad de mi alma. Sé que eres impulsivo y sobre protector, pero seguramente no te gustaría que yo llegara a tu casa y partiera por la mitad a Rukia.
-No metas a Rukia en esto, no es lo mismo…- la bofetada que le planté seguro se escuchó en la Sociedad de las Almas, pero es tan poco a lado de lo que él ha hecho.
-Te permití medio opinar hace unos meses cuando nos encontraste después de hacer el amor, te he permitido meterte más de lo que debieras en mi vida personal, porque te guste o no es MI VIDA PERSONAL, pero te has pasado tres pueblos hermano. Si lo hubieras matado hubieras matado una parte de mí también y lo triste de esto es que no eres capaz de comprender eso. Lo peor es que no tienes ningún derecho para meterte así en mis asuntos. No quiero volver a verte hermano, probablemente nos topemos en la Sociedad de las Almas, incluso es posible que tengamos que participar en misiones juntos, pero si no te disculpas con Toshiro apenas despierte y de una forma sincera, será como si el que muriera cuando desenvainaste tu espada frente a Toshiro fueras tú.- salí con el corazón en la mano, la expresión de Ichigo en el momento en el que salí era indescifrable, lo que él nunca entenderá es que aveces no es necesaria la violencia bruta para lastimar a alguien y sé que lo lastimé, pero nada como el peso de mi pecho por saber que Toshiro casi muere por su culpa, si Toshiro no hubiese retrocedido esos centímetros cuando reaccionó, en este momento mi hermano sería un asesino y él estaría muerto.
Entré al consultorio, acaricié su rostro y besé sus labios, él se removió.
-Sé que no es el momento, pero quiero que seas mi mujer formalmente cuanto antes Karin. Si tu hermano se ha puesto así, será mejor que seamos pareja formal antes de regresar a la Sociedad de las Almas. No me gusta la idea de que alguien te pueda lastimar, siendo mi esposa tendrás un poco más de seguridad.- dijo el lentamente grabando con fuego cada palabra que salía de su boca en mi mente.
-¿Le parece esa la forma correcta de pedir matrimonio Capitán?- dije en tono de burla para ocultar mi bochorno, Toshiro no tiene que ser cursi para hacerme temblar como una hoja al viento.
-No, la forma correcta sería después de hacerte el amor en algún lugar paradisíaco, no aquí tumbado después de ser casi asesinado por profanar tu pureza pequeña burlona.
-Si te sirve de consuelo, has estado perfecto so memo.- dije mientras me agachaba para estar a su altura, lo besé, casta mente, tratando de transmitir todo el amor que siento por él. Dejé que la preocupación y el miedo de perderle salieran de mi alma, simplemente lo amo y no importa lo difícil que sea, no me separarán de él.
-Anda pequeña, ven a mi lado, que no habrá mejor remedio para mí que tenerlos cerca.- dijo él halándome a su lado, yo me dejé hacer, ese calorcillo que desprende a pesar de estar tan frío y esa protección que me inspira son cosas que sé que nadie jamás me podrá dar, aunque su piel sea helada es el complemento perfecto para el calor intenso que emana mi ser.- Te amo Karin.
-Yo más MI querido Capitán Hitsugaya.- dije acurrucándome en su brazo, mientras entrelazaba nuestros dedos.
-Uy, qué haré con esta señorita, parece ser que comenzamos con el final, de haber sido tan formal desde el principio…
-De haber sido tan formal desde el principio, me hubiese hecho el amor la primera vez que se coló en mi baño mientras me duchaba.
-¿Lo sabías?
-¿Que eras un pervertido? No, pero vi deseo en tu mirada. Lo veo desearme constantemente Capitán pero ese día fue…algo animal.
-Parece ser que necesito unos azotes señorita, no es bueno dejar que el instinto se apodere de un Capitán.
-Me resulta un tanto masoquista de su parte, Señor, después de todo vea su estado actual.
-Desde luego que soy masoquista señorita, sino acérquese y le cuento quien es mi futura esposa para que vea cuán masoquista soy.
-Vale Capitán, pero no vaya a ser que si me acerco demasiado se ponga celosa.
-No se preocupe señorita, la mujer más bella del planeta no tiene por qué celar a nadie.- dijo en un susurro ronco, y estoy segur de que no es mi imaginación, la habitación a comenzado a elevarse unos cuantos grados de temperatura.
-Verá Capitán, si yo me acerco más, podríamos poner en peligro su integridad física, dejando de lado que la mujer más bella del planeta nos encuentre de una manera más íntima, podríamos no sólo abrir los puntos de la herida que le cruza de lado a lado, sino que incluso podríamos…
No me dejó terminar mi frase, al parecer se sentía mucho mejor porque de un tirón yo ya estaba sobre él, abrazada a su cuello y cuerpo a cuerpo sobre su herida vendada. Me bebió el espíritu en un beso, me entregué a él y él se apoderó de todo lo que encontraba a su paso, como si fuera conquistando un lugar escondido jamás descubierto, paseó sus manos por mi espalda y me sacó la blusa, quedé en bra mientras sus frías manos me recorrían desde los omóplatos al coxis ida y vuelta, contrastando las temperaturas de un delicioso modo que hubiera vuelto adicto a un santo. De repente sentí su erección, sería posible que planeara hacer el amor en ese estado; sí. Pero no se lo iba a permitir.
-No es el momento adecuado Capitán, pero verá que no soy la mujer más bella del planeta, esa que será su esposa, pero tampoco soy tan mala como para dejarlo en este estado.- pasé mi mano sobre su erección.- Por eso cierre los ojos y piense en ella, eso no contará como traición.
-Aunque la vea A los ojos Señorita, y me deje llevar por la profundidad que poseen no sería traición, porque desde el momento que crucé una mirada con usted supe que USTED, sí, USTED, sería mi esposa.
Lo amo tanto, nadie es capaz de dejarme sin palabras, nadie excepto él, la confirmación a mi regla auto impuesta, le guiñé un ojo, no hubo palabra que quisiera salir de mi boca. Me enderecé y me sostuve con mis brazos arrastrándome hacia abajo suavemente sobre él hasta quedar a la altura de su erección, le quité la sábana que lo cubría y comencé a besar su pelvis del lado que no había sido tasajeado, bajé lentamente mientras le quitaba la ropa hasta que su erección quedó expuesta frente a mí. Probé delicadamente todo lo que estuvo a mi paso, mientras lo masturbaba con mi mano lamí sus testículos, sentí como se tensó y gimió de placer. Quería hacerlo sentir mejor y si consentirlo de este modo lo conseguía podría haberle hecho sexo oral hasta que él quedara agotado. Y así fue, intercalé caricias con lamidas y juguetonas mordidas, cuando vi que estaba al límite, empujé su erección hasta donde me entró y dejé que se viniera en mi boca, me tragué todo su clímax y después de limpiarme la comisura izquierda del labio donde se había escapado una gotita de elixir, subí a la altura de su cara, lo vi directamente a los ojos, ojos que estaba inundados de amor, deseo, éxtasis, en pocas palabras de muchos sentimientos profundos, le besé la frente.
-Te amo Toshiro, lamento lo que pasó con mi hermano.- él negó.
-Sabía que no sería fácil.- dijo con voz más baja pero sus ojos fijos en los míos.- Y lo vales Karin, incluso si muero jamás cambiaría lo que hemos pasado juntos, ni lo que está por venir, te amo pequeña. Será mejor descansar, mañana tenemos que ir con algún doctor a que los revisen.
-Vale, pero será cuando tú estés bien.- dije ya recostada a su lado después de darle un beso fugaz.
Ambos caímos rendidos en los brazos de Morfeo, no sé que nos depara esta vida loca, pero por hoy fueron demasiadas emociones fuertes…
CONTINUARÁ
Lo sé, merezco la horca o algo así pero si sirve de precedente, esperé a que se me iluminara el cerebro porque no podía entregar algo que no me convenciera del todo y eso era lo que estaba pasando, escribí una y dos y tres y cuatro veces este capi hasta que me convenció. Espero que hacerlo un poco más largo compense un poco mi tardanza, besos abrazos y les deseo un excelso inicio de semana, recuerden, un review no cuesta y son como alimento a la inspiración.
Ciao queridos lectores! :)