Capítulo 2 ÉL
Después de que Kurosaki Ichigo eligiera su camino, la sociedad de almas ha vuelto a ser lo que era antes, aunque el inflexible sistema de leyes se ha relajado un poco gracias a los actos de Kurosaki, yo siento que todo marcha bien.
Me gustaría decir que yo estoy más relajado pero mentiría, el trabajo es el mismo, el papeleo es el mismo y el entrenamiento a los nuevos cadetes es el mismo. Han estado volando rumores acerca de un nuevo poder espiritual en la ciudad de Karakura, es curioso ver cómo siendo el mundo tan grande las cosas más extrañas se susciten ahí, primero Kurosaki y ahora una fuerza impresionante de elemento fuego. Quisiera decir que no me preocupa, pero sí, no es normal que algo o alguien manejen un reiatsu nivel capitán, ni siquiera Kurosaki con toda su fuerza de voluntad y espíritu de lucha lo logró así de la nada, tuvo un entrenamiento, drástico y experimental pero aun así fue un entrenamiento que le otorgó sus poderes paso a paso…
Un día, de la nada soy requerido por el capitán Yamamoto, atiendo enseguida y llego casi de inmediato.
-Capitán Hitsugaya, saldrá mañana a las setecientas horas a la ciudad de Karakura, Kuchiki le dará los detalles, lo mejor será que vaya preparado porque no sabemos cuánto tiempo estará allá.- dijo seriamente el primer capitán sin dar espacio a quejas o dudas.
-Entendido.- dije antes de salir, sabía que viniendo de su parte la orden era algo irrevocable, lo único que me preocupa es pensar que el escuadrón se quedará a cargo de Matsumoto.
Llegué a mi oficina e hice que uno de mis subordinados llamara a Kuchiki. No tardo ella en llegar.
-Capitán Hitsugaya, ¿me llamaba? Quiero pensar que tiene que ver con la misión.- dijo ella tan formal como siempre ha sido.
-Así es teniente Kuchiki, quisiera saber de qué va todo esto, además no es normal que me dijeran que usted me iba a dar los detalles de la misión. –Y no lo era, por lo tanto quiero pensar que esto también refiere a Kurosaki, de no ser así no veo por qué ella me tendría que dar los detalles.
-Pues verá Capitán, seguro ha escuchado los rumores de Karakura.- asentí.- Bien hemos descubierto que la hermana menor de mi esposo es la causante del problema y el elemento que la acompaña es el fuego.
-Entonces, ¿por qué no se hacen cargo ustedes? Además usted también es de elemento hielo, ¿no es así Kuchiki?- dije dando mi sincero punto de vista.
-Pues el problema radica en que mi reiatsu no se compara con el de ella, se podría decir que ella está al nivel de Ichigo e incluso si sigue así lo superará muy pronto. Para sellar un poco su energía es necesario un elemento hielo. – medité lo que me comentó Kuchiki y hasta cierto punto tenía razón, incluso hace años cuando la conocí ya tenía un considerable reiatsu.
-Entonces, en qué consiste la misión, necesito todos los detalles.- dije seriamente.
-Bueno, es sencillo, usted estará con ella todo el tiempo.- ¿escuché bien?
-¿Cómo así? – dije sorprendido.
-Sí, necesitamos que usted esté con ella hasta que consigamos una pieza importante para Urahara Kisuke, él ya tiene casi completo el dispositivo que se le pondrá a Karin chan para nivelar su reiatsu. Lo que necesitamos evitar es que ella vuelva a salir de su cuerpo, ella es una shinigami en potencia pero su reiatsu podría no sólo atraer la atención de los huecos, usted sabe que después de lo de Aizen los Vasto lores han decaído y ella seguro sería un blanco para ellos si descubren su poder destructivo. Necesitamos canalizar su energía y entrenarla, pero incluso entrenarla con ese exceso de poder es un peligro por lo tanto no podemos arriesgarnos.
-Pero esto es muy serio Kuchiki, no sería mejor traerla a la sociedad de almas y vigilarla aquí.- dije ciertamente confundido.
-Capitán ella jamás accedería a venir por la buena, lo sé porque llevo años tratándola, ella quiere hacer su vida en su mundo, de hecho ella siempre ha tratado de ignorar su potencial. Créame Ichigo ha puesto el grito en el cielo varias veces, él no quiere que usted siendo hombre esté todo el tiempo con su hermana pero en este momento no podemos obligarla a hacer algo que ella no quiera, sería contraproducente.- yo sé que no está bien obligar a las personas a hacer algo que no quieren, incluso abusar de ellas es injusto pero estamos tratando un problema grave, ¿es que acaso no existe el diálogo?
-Bien, ya comprendí el punto pero tengo una petición, hablemos con ella, si ella quiere venir voluntariamente a la sociedad de almas la traeré, si ella se niega más de una vez, le aseguro que no me separaré de ella ni en las noches.- por algún extraño motivo Kuchiki sonrió.
-Bien, así debe de ser, porque incluso un mal sueño o algún hueco que la quiera atacar mientras duerme serían un gran riesgo para todos. – dijo ella con una sonrisa de nuevo aunque ahora era un tanto siniestra.
Así llegamos a la casa de los Kurosaki, Ichigo y Kuchiki salieron a ver a Urahara y yo me quedé esperando. Repentinamente se abrió la puerta y una belleza de mujer apareció frente a mí. Reconocí esos ojos negros, tan negros como la oscuridad más profunda. Recordé su sarcasmo, es ácido, además de su humor tan negro como sus ojos. La hice subir hasta la habitación de su hermano, cuanto antes regresara a mi división sería mejor para mi salud mental. Pero al parecer nada más lejos de la realidad esa mujer terca terminó eligiendo la peor opción para mí, o sea a partir de hoy seré su niñera.
Pasaron los días y cada acción de ella no pasa desapercibida por mí, he notado a más de un hombre mirarla, incluso tiene una que otra admiradora pero ella parece querer ignorar toda la atención que le prestan los humanos, hoy definitivamente la vi agotada por eso le permití darse un baño tranquila, claro no estaré muy lejos pero al menos no me quedaré en su habitación.
Diez minutos…veinte….treinta…cuarenta minutos y ella no sale del baño me decidí a subir a ver que todo estuviera bien, toqué una, dos, tres, cuatro, cinco, seis veces y ella no daba señal de vida por lo tanto me atreví a entrar y lo que vi me desequilibró un poco. Estaba ella profundamente dormida en la tina, sus formas se podían apreciar a través del agua, sin pensarlo si quiera puse mi mano en su mejilla, y al parecer ese simple toque piel a piel la despertó, pero lejos de apreciar mi preocupación no sólo me llamó pervertido sino que me abofeteó, salí muy molesto y a la vez sorprendido del baño, y me senté al pie de su cama. Abrió la puerta del baño y levanté la mirada… lo que vi me dejó perplejo. Estaba ella parada en el marco de la puerta, completamente vestida de negro, con ropas entalladas que no le había visto en ningún momento, tenía los pezones erectos por lo que se transparentaba la silueta completa de sus senos, su cabello suelto hasta la cintura. ¡Demonios! Esto no está bien ella me está viendo con cara de pocos amigos, ¿es que no era ese mi trabajo?
-Pervertido.- me dijo nuevamente, cosa que por alguna extraña razón me molestó bastante y cerré en menos de un segundo la distancia que nos separaba.
-Un pervertido, no se preocupa por que una pequeña mujer necia esté bien.- le dije casi susurrándolo a su oído, pude ver cómo su piel se erizaba.
-Pues un pervertido acosa a una pequeña mujer necia contra una puerta.- no supe en qué momento ya la tenía acorralada contra la puerta del baño, si ella no lo hubiera hecho notar yo no me habría dado cuenta, aun así no retrocedí.
-¿Sabes algo pequeña mujer necia? entonces sí soy un pervertido.- Le dije antes de tomar su mano en la mía, pero en ese preciso momento sentí algo fuerte recorrer desde mi mano hasta mi espina dorsal. Y al parecer no fui el único que lo sintió porque ella abrió los ojos de par en par.
-To…shiro…- dijo mucho más tranquila que antes.
-Lo siento necia, me dejé llevar, quita esa cara que no te pega.- dije tratando de ignorar lo que sentí hace un momento.
-Seguro a ti la de pervertido sí.- dijo recuperándose de la impresión. Sonreí.
-¿Me devuelves mi mano?- no sé por qué aun la sostenía y al dejarla libre sentí algo raro, un pequeño vacío.
-Vamos, creo que será divertido ver un poco de películas contigo, hoy no pienso hacer nada más que no sea descansar y relajarme, esta semana me ha dejado destrozada mentalmente. ¿Qué clase de películas te gustan? –Preguntó ella con una sonrisa en su rostro.
-No soy fan de las películas pero una de acción no estaría mal.
-Me parece perfecto, ¿alguna sugerencia?- negué.
-Creo que esa elección te la dejo a ti.-
Ella pidió una pizza de cuatro quesos, la verdad no me desagradó, aunque ver a una mujer tan menuda comer de la manera en la que ella come es algo que sorprendería a cualquiera, lo que más me sorprendió fue ver que gritaba y se emocionaba en las escenas de acción, parecía todo un hombre. Y por alguna extraña razón cada movimiento que hacía me tenía más concentrado que la película misma. Todo el tiempo la estuve viendo y me di una patada mental al imaginar a Matsumoto si estuviera cerca, seguramente se burlaría de mí e inventaría toda una novela romántica.
-¡Wow! Es increíble lo mucho que me puede relajar una tarde como esta.- dijo ella levantándose del mullido sofá.- ¿Quieres algo de la cocina?
-¿Vas a seguir comiendo?- pregunté sin pensar.
-Oye, ¿sabes lo estresada que he estado esta semana? Necesito recuperarme si quiero seguir cuerda, los exámenes no han sido sencillos, además tengo que salir sin un solo error. NO me rendiré hasta llegar a mi meta.- dijo ella con la palabra "determinación" grabada en su rostro.
-No has cambiado nada.- dije seguro de lo que decía.- mmm en ese caso te acompañaré con un té verde.
-Vaya Toshiro pareces una niña ¿Té verde? Cualquiera diría que un capitán de Dios sabe cuántos años bebería sake o mínimo una cerveza.- dijo ella en tono de burla.
-En primera estoy en servicio, en segunda no me cae ni me gusta el licor, señorita glotona.- le dije tratando de provocarla, al demonio estoy en el trabajo pero es divertido hacerla enojar.
-¿Glotona? Bien me has hecho enojar así que te reto a un juego, ¿sabes jugar póker? –Aunque no esperaba esa respuesta, asentí, y es que en una fiesta dentro de mi división me habían invitado a una reunión de hombres "rudos" en la que me enseñaron a jugar póker y había terminado ganando a todos y cada uno de mis subordinados. Si ella quiere jugar conmigo espero que no sea una mala perdedora.- Entonces juguemos, será a tres de cinco juegos, si yo gano me darás mi espacio en el colegio no te digo que te vayas sólo que no seas mi sombra es increíble que hasta al baño me escoltes, además te disculparás por llamarme glotona.
-Bien pero si yo gano me darás un beso.- sí, fui directo porque francamente eso es lo que mi mente y mi cuerpo querían desde que la vi salir de la ducha, extraño en mí pero siento que ella me atrae de una forma en la que nadie me ha atraído jamás…
Continuará…..
¡La pregunta del millón! ¿Les gustó? Espero su opinión… saludos! y gracias por leer.
*Los personajes no me pertenecen!