Mikasa había tomado un baño y vestía ropa que Levi le había prestado, era tiempo de volver a casa… Aunque primero tendría que pasar a casa de Sasha pues se supone que había pasado la noche ahí. Eso fue lo que le dijo a Riko luego de, por fin, responder a sus llamadas. Levi por su parte estaba saliendo de tomar su ducha ya con sus jeans y secando su cabello con una toalla. Mikasa lo observaba en silencio, curiosa de conocer los más pequeños detalles de la rutina diaria de Levi.
Desodorante neutro, 3 disparos de loción de olor suave, un poco de gel fijador para su cabello, playera ligera y encima de esta una playera con un estampado del símbolo de Batman, reloj deportivo en su muñeca izquierda, una pulsera con una calavera que recuerda haber visto en la película de Punisher.
"¿Te gustan los cómics?"
"¿Qué te hace pensar eso?" Respondió juguetón y guiñándole un ojo mientras le mostraba el reloj que usaba: tenía grabado en la carcasa el símbolo de Flash.
"Definitivamente no encajas en el perfil…"
"No todos debemos ser el estereotipo del gordo friki… Me gustan muchas cosas y trato de ser variado. Son cosas que he disfrutado desde niño… más las cosas que seguramente me irán gustando con el paso del tiempo."
"Y… ¿quién es tu favorito?"
"Batman."
"¿Por qué?"
"Me identifico."
"¿En lo rico y misterioso que llegas a ser?"
"No. En que al igual que él, soy huérfano." Contestó con naturalidad sin dejar de hacer lo suyo mientras que la sonrisa de Mikasa se borró al instante.
"¿Qué?" Preguntó impactada por la revelación.
"Sucedió hace 5 años, un accidente carretero unos días después de mi graduación de bachillerato. No era un niño como Bruce pero, fue demasiado impactante perderlos a la vez de manera repentina. Desde entonces quien ha estado velando por mí es mi tío Kenny, el hermano mayor de mi padre. Podría decir que él es mi Alfred: ve por mi bienestar, consigue lo que cree que necesito, es mi voz de la razón todo el tiempo…"
"Levi, tú nunca…"
"Cuando mis padres murieron, me cansé de escuchar las frases de compasión: "pobre chico, es casi un niño, ¿Quién velará por él?, ¿Quién lo guiará?, se va a descarriar…" Así que, cuando vine aquí evité a toda costa mencionar el reciente fallecimiento de mis padres, lo menos que deseaba era causar falsa empatía. Quería seguir siendo el de siempre, así que cuando me sentía en confianza mencionaba lo de mis padres, el primero en saberlo fue Gunter, luego Erwin y así con los demás chicos. Todos se enteraron por mi propia voz, no me gusta que nadie hable por mí. Contigo fui más estricto en ese aspecto, creo que quería que tu interés en mí fuera genuino por lo que, haciendo alusión al playboy que Bruce Wayne puede llegar a ser, me encargué de seducirte sin mencionar algo que, de mala manera, genera empatía automática. Perdón, Mikasa. De ahora en adelante responderé todo lo que desees saber de mí."
"¿Cómo estás?"
"Nunca dejaré de extrañarlos pero, sigo siendo el mismo. Mi vida no se detuvo y creo que es lo que ellos hubieran querido. Trato de hacer lo que me hace feliz como lo deseaba mi madre y ser el hombre que deseaba mi padre y, en realidad no es algo difícil… De hecho, me siento pleno."
Mikasa simplemente se acercó y abrazó a Levi, este sonrió con ternura por la acción de su novia y se dejó consentir.
"Creo que a mi madre le habría encantado conocerte."
"Y a mí me habría encantado conocerlos."
"Lo sé."
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En la casa Jaeger.
Carla se encontraba relajándose y tomando el Sol en la piscina. Dina recién había regresado de hacer las compras y se encontraba acomodando cuando Grisha entró a donde se encontraba ella.
"Señor…"
"Dina"
"¿Se le ofrece algo?"
"No, yo solo… ¿ha visto a mi hijo?"
"El joven Eren no se había levantado cuando yo salí por las compras y al regresar no vi su coche, supongo debió salir."
"Oh, entonces, cuando regrese dile que vaya a mi despacho, por favor, Dina."
"Sí, señor."
"Dina."
"Señor."
"¿Cómo está él?"
"Zeke está bien, como siempre."
"Oh, qué… qué bueno… me alegra mucho… En fin, le das mi mensaje a mi hijo cuando vuelva."
"Así lo haré, señor."
Grisha salió del lugar y se fue a su despacho. Mientras Dina continuó haciendo lo suyo.
"Mi hijo… él también lo es…" Dijo Dina para sí.
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"¡Sasha! ¡Te buscan!"
Sasha bajó unos instantes después del grito de su madre, la señora Braus había vuelto a salir a su jardín a seguir podando sus plantas. Grande fue su sorpresa al encontrar a Jean sentado en su sala.
"¿Qué haces aquí?"
"Quería verte."
"Jean…"
"Lo sé es solo… Marco…"
"¿Qué tiene Marco?"
"Es una jodida broma… quisiera que fuera una jodida broma pero… su familia se está desmoronando. Su papá se fue esta mañana de su casa al parecer su madre comprobó sus sospechas acerca de que el señor tiene una amante y el señor lo aceptó diciendo que se iría con ella… Marco está lidiando con el dolor y coraje de su madre y me llamó para que le hiciera compañía unos momentos mientras su madre tomaba un baño y… mientras me contaba todo lo que estaba pasando en su casa, me sentí la peor persona del mundo… Sasha, ¿qué diablos he estado haciendo? Eres la novia de mi mejor amigo y yo…"
Sasha se sentó en el sofá frente a Jean y este guardó silencio viendo como los ojos de la castaña se cristalizaban.
"Marco no se merece nada de esto…"
"Nada…"
"Te quiero Sasha pero, Marco ha sido mi amigo desde niños y, sé que soy un completo hipócrita al decir esto luego de todo lo que he hecho a sus espaldas pero, no podemos seguir con esto… Marco necesita más que nunca a su mejor amigo y a su novia…"
"Vaya personas confiables que somos…"
"Lo lamento, Sasha. Lamento tanto el haberte involucrado en algo así…" Dicho eso, el joven se retiró de la casa de la castaña.
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"No puede ser…"
"Ah, sabes de autos Ackerman 2…" Dijo con una animada sonrisa.
"En realidad no pero, sé reconocer ese símbolo de caballo…" dijo apuntando al símbolo en el cofre del auto
Levi rio un poco antes de tomar de la mano a su novia y encaminarla a la puerta del copiloto del auto que su tío le había "permitido" comprarse para su vigésimo cumpleaños: Ferrari F60 América. Una gran excentricidad para su gusto pero, ahora le gustaba ya que la cara de sorpresa de Mikasa hacía que todo valiera la pena.
"Un lujo innecesario (y peligroso, sobra decir) para mi gusto pero, ya que tenemos algo de prisa supongo que funcionará mejor a que salgamos corriendo a la farmacia y luego a la casa de Sasha…"
"¿Farmacia?" Preguntó desconcertada la azabache.
"Sí que eres una chica descuidada." Dijo Levi encendiendo el auto con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Tenía que admitirlo, ese juguete caro lo hacía sentir como su personaje de ficción favorito.
Apenas salió del estacionamiento subterráneo del edificio departamental, Mikasa notó las miradas curiosas de todas las personas sobre el auto de su novio.
"Por eso evito usarlo… Lo cual es una lástima… Aunque ahora que te veo en él tal vez lo use un poco más seguido…"
"¿Algo más que debas mostrarme?"
"¿Uh? Creo que es un buen momento para confesar que cuando no estoy en los ensayos de la banda me visto de murciélago y salgo a combatir el crimen durante las noches, por eso mis marcadas y sexys ojeras todo el tiempo. Por cierto, en la parte de atrás está tu traje de Robin…" Dijo serio para terminar con una sonrisa juguetona mientras manejaba a la máxima velocidad que el área urbana le permitía. Mikasa le dio un golpe con puño cerrado en su hombro.
"Idiota…"
"El señor Wayne no está contento con esa falta de respeto, jovencita."
"No quiero nada qué ver con el señor Wayne, quiero hablar con el joven Ackerman…"
"Me temo que eso no será posible, no mientras este auto se encuentre en movimiento… Cuestión de status…" dijo volteando su rostro hacia ella guiñándole un ojo para inmediatamente después volver su vista al camino.
Mikasa rio y dejó que Levi siguiera manejando en su fantasía. Le parecía algo surreal, cuando lo conoció ni por asomo se imaginó que Levi pudiera llegar a ser tan juguetón, daba la impresión de ser un chico incluso amargado. Qué equivocada estaba.
Levi aparcó en una farmacia y salió del auto. Mikasa salió tras él y apenas iba cruzando la puerta de entrada cuando escuchó a su novio decir.
"Una pastilla de emergencia, por favor."
Mikasa se quedó congelada "sintiendo" como "todos" clavaban su vista en ella.
"Genial, ahora todos saben que tuve…."
"Aquí tiene, joven. La pastilla solo tendrá efecto dentro de las 72 horas después del acto."
"Descuide, no han pasado ni 6." Dijo Levi tomando la caja y entregando su tarjeta para pagar.
Mikasa estaba con la cara a punto de explotar por la vergüenza mientras Levi parecía que estaba comprando unos simples chicles. Una vez efectuada la compra, este se dirigió a ella entregándole la caja y saliendo del establecimiento. Mikasa observó la caja entre sus manos aun en shock hasta que reaccionó y salió a las prisas tras Levi.
Una vez en el auto Levi comenzó a reírse.
"No es gracioso, Levi. Ahora ellos saben…"
"¿Qué tuviste sexo sin protección? ¿Quién sabe? A veces los preservativos se rompen…"
"¡Que tuve sexo! Ellos saben que tuve sexo…" dijo avergonzada.
Levi rodó los ojos.
"Mikasa, a nadie de ellos le importa y nadie te juzga. Eso es cosa de todos los días para ellos. No eres la primera ni serás la última el día de hoy…"
"Pero…"
"¿Tan malo es que sepan que tuviste sexo conmigo?"
"No es eso…"
"Mikasa, no demerito el hecho de haber estado juntos sin embargo, el sexo es algo normal entre personas de nuestra edad… incluso hay quienes inician mucho antes pero esa es otra historia… El hecho es que, no deberías sentir tanta vergüenza por el acto más natural de todo ser vivo, de no ser por ello, tú y yo no estaríamos aquí y ahora, ¿lo sabes, no?"
Mikasa asintió.
"Ahora… fui irresponsable, la verdad tenía preservativos en casa pero… me dejé llevar y bueno… Supongo que tú no planeas ser madre pronto aunque siendo sincero a mí no me molestaría… en fin. Ya que hemos llegado a esta etapa de nuestra relación creo que sería bueno ponernos de acuerdo en qué método utilizaremos para evitar un embarazo… Esa pastilla es una bomba de hormonas para ti y sinceramente espero sea primera y última vez que debamos recurrir a ella… También, debes empezar a ir con un ginecólogo, creo que en realidad ustedes van desde su primera menstruación, no estoy seguro…"
"Levi."
"Dime."
"Gracias." Y la azabache le dio un tierno beso.
Levi se sorprendió y luego sonrió.
"Supongo que me perdí un poco en el tema. Creo que lo podemos hablar después con mayor calma."
Mikasa asintió. Levi encendió el auto y tomó dirección rumbo a la casa de Sasha.
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Eren se encontraba en una cafetería al otro lado de la ciudad, había estado manejando perdido en sus pensamientos hasta que su estómago lo sacó de su ensimismamiento. Se estacionó en la primera cafetería que vio luego de eso, tomaba un americano mientras comía un baguette sin mucho entusiasmo. Siendo totalmente honesto consigo mismo, se había deprimido por la discusión con su madre unas horas antes.
También, lo deprimía el hecho de ya no tener a Mikasa a su lado. Ya había pasado algo de tiempo y no se olvidaba de ella y, ¿cómo hacerlo? Si Mikasa era una chica maravillosa. Luego de su enfado inicial por la decisión de la azabache de terminar su relación, entró en un estado de calma y entendía a la perfección las razones por las que Mikasa había perdido el interés y sobre todo, las ganas de estar con él. Era vergonzoso admitirlo pero, su madre se había portado como la típica suegra entrometida que hizo lo que quiso (y lo que él le permitió hacer) hasta que terminó por cansar a Mikasa. Se ponía en sus zapatos y llegaba a la conclusión que él habría hecho lo mismo.
"¿Eren?"
Una voz conocida lo sacó de su pensamiento.
"Tori…"
Una chica de estatura baja, cabello largo rubio y ojos azules se encontraba frente a la mesa en la que el castaño almorzaba.
"¿Qué haces aquí? Hasta donde sé tu casa queda al otro lado de la ciudad…"
"Sí, es así… tuve un pendiente que hacer hasta acá… y me dio hambre…. ¡Oh! Qué grosero soy, ¿gustas acompañarme?" Dijo poniéndose de pie para ofrecerle una silla a la recién llegada.
"En realidad solo venía por un grapé… pero tu baguette se ve delicioso así que pediré uno para acompañarte."
Dijo finalmente tomando asiento.
Eren y Tori se quedaron por lo menos una hr más en esa cafetería hablando de todo un poco. Se conocieron en la facultad de medicina, comparten algunas clases y habían sido pocas las oportunidades en las que habían conversado pero, a juzgar por esos momentos, parecía que podrían ser buenos amigos pues la conversación era fluida y del interés de ambos.
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Mikasa y Levi finalmente llegaron a la casa de Sasha, tanto la madre de Sasha perdieron el aliento al ver el auto en el que iba. Levi saludó educadamente a la señora Braus y esperó en el asiento del piloto a que Mikasa y Sasha salieran de casa pues habían acorado que Mikasa se cambiaría de ropa pues de nada serviría la mentira que Mikasa se había quedado a dormir en la casa de Sasha si Riko la veía llegar con ropa de chico puesta.
La señora Braus veía con algo de curiosidad (y por qué no, desconfianza) al novio de la mejor amiga de su hija. Conocía al Mikasa desde hace algunos años y llegó a conocer a Eren, era consciente de la posición social de Mikasa pero esta siempre se ha mostrado humilde, al igual que Eren en su momento pero este chico parecía querer gritar a los 4 vientos su posición socioeconómica y eso no le agradaba. En tiempos tan turbios como los que se vivían actualmente eso no era buena señal. Levi era consciente del escrutinio de la señora que regaba su jardín hacia su persona, le parecía gracioso la cantidad de reacciones que el ostentoso regalo de su tío llegaba a provocar. Quizá él reaccionaría del mismo modo si estuviera en el lugar de los demás, incluso, todavía recordaba su sorpresa cuando vio el auto por primera vez.
Dentro de la casa.
"¿De dónde salió ese auto?" Preguntó Sasha asomándose por la ventana de su habitación que da a la calle para seguir viendo el auto aparcado frente a su casa.
"Es de Levi…" Respondió Mikasa.
"Eso es obvio pero, ¿cómo? Estoy segura que no es un auto cualquiera…"
"Fue un regalo de su tío…"
"Por Dios que quisiera tener un tío así… Espera… ¿Su familia es adinerada?"
"Tal parece que sí" Dijo Mikasa terminando de abrocharse los tenis que su mejor amiga le había prestado junto con el conjunto de ropa.
"Vaya suerte que tienes… Espero su herencia no esté ligada a que deba tener un hijo antes que alguno de sus primos y no te vea como una incubadora andante porque si es así ese lindo auto solo será un recuerdo en su memoria…"
Mikasa estalló en risa por la amenaza de su amiga pero luego entró en seriedad al recordar que los padres de Levi ya habían fallecido. Quería decírselo a Sasha pero recordó que a Levi no le gusta que hablen por él.
"Es hora de irme. Riko debe estar desesperada porque aún no he llegado. Gracias por esto, Sasha." Dijo señalando su ropa.
"¿Cuál gracias? La próxima vez que te vea quiero escuchar la versión porno de tu perdida de virginidad, nada de las cursilerías de "fue mágico y bla bla" DETALLES, QUIERO DETALLES." Dijo la castaña.
Mikasa se enrojeció por la vergüenza, sabía que hiciera lo que hiciera no había nada en el mundo que evitara esa vergonzosa charla con su mejor amiga. Después de todo, Sasha le había contado con lujo de detalles (muy a su pesar) su primera vez con Marco. Asintió y salió a prisa de la habitación de Sasha, al pasar por el patio delantero se despidió de la señora Braus y entró al auto de su novio.
"Bien, es hora de devolverte a tu hogar…" Dijo Levi al tiempo que encendía el auto y comenzaba en marcha.
Al llegar a casa de Mikasa, Riko, al igual que todos se impresionó por el auto. Fue entonces que una idea llegó a su mente.
"Levi, ¿te gustaría quedarte a comer? La comida ya está lista, solo es cuestión de servirla, solo esperaba a Mikasa, no me gusta comer sola."
"Claro, me encantaría."
Riko, Mikasa y Levi comían amenamente. Riko veía atentamente a Levi, cosa que ambos azabaches notaban pero no sabían cómo sacar a relucir sin hacer sentir mal a Riko pues ambos creían que su escrutinio hacia el joven era por la sospecha de que Mikasa realmente no se quedó en casa de Sasha. Fue entonces que Riko decidió hablar.
"Levi, quisiera preguntarte algo y te ofrezco disculpas de antemano si te hago sentir incómodo o si me encuentro en un error…"
Levi, claramente sorprendido y confundido por lo anteriormente dicho miró hacia Mikasa pero esta tampoco tenía idea de qué traía entre manos su nana.
"Está bien, adelante…" Respondió el chico.
"Tu madre es la fallecida Kushel Levallois, bueno, ya en el tiempo que falleció, Kushel Ackerman, la concertista de piano más prodigiosa que ha dado Francia en las últimas décadas, ¿verdad?"
Levi soltó un suspiro y asintió con una sonrisa triste.
"Sí, Kushel Levallois es mi madre, que en gloria esté junto a mi padre."
"Tuve el placer de conocer a tus padres y de hecho, ya te conocía a ti. Te cuidé de pequeño un fin de semana en el que ellos tuvieron que hacer un viaje de negocios, era invierno y no querían exponerte a las inclemencias del clima por lo que llamaron a la agencia en la que trabajaba en ese entonces y tuve la fortuna de ser la elegida para el trabajo. Ha pasado tanto tiempo que casi lo olvido pero, verte en ese auto me recordó mucho a tu padre en ese entonces, claro tu padre ya era mayor que tú ahora pero, el parecido es impresionante, fue como un deja vu…"
"Me han dicho que tengo rasgos de ambos…"
"Eso es cierto… tus ojos son los de Kushel y la forma de tu cara es sin duda la de Egon."
Mikasa escuchaba atentamente la conversación, qué pequeño podía llegar a ser el mundo que su nana de toda la vida en algún breve momento llegó a ser la niñera de su actual novio.
"Lamento mucho tu pérdida."
"Son cosas que pasan. Estoy bien. Estoy agradecido por el tiempo que los tuve conmigo."
"Ahora entiendo al inusual novio de Mikasa. Ingeniero por herencia del padre y amante de la música por parte de su madre."
Levi rio por el certero comentario. En efecto, amaba esa dualidad heredada por sus padres y no concebía su vida eligiendo entre una y otra. Creció escuchando las conferencias de su padre y asistiendo a los conciertos de su madre ¿qué resultado esperaban de ello?
Mikasa observaba con ternura a su novio, ella nunca había puesto especial atención a la música clásica por lo que era prácticamente imposible que ella supiera quién era la madre de su novio pero, independientemente de eso, le encantaba la expresión de felicidad que salía naturalmente de Levi al hablar de sus padres con alguien que llegó a conocerlos aunque fuese por un tiempo breve.
"¿Te gustaría escuchar un en vivo de tu madre? Soy una gran seguidora de ella y tengo algunos discos de sus conciertos."
Levi asintió.
Terminando la comida los 3 se fueron a la sala, entonces Riko colocó en el aparato de sonido uno de los discos que guardaba y ocasionalmente escuchaba.
Pronto la sala fue invadida por las primeras notas de Für Elise.
"El concierto tributo a Beethoven por el 230 aniversario de su natalicio." Dijo Levi, Riko asintió y tomó asiento en el sillón mientras Levi y Mikasa tomaron asiento juntos en el love seat. Mikasa tomó la mano de Levi y este agradeció el gesto con un ligero apretón para acto seguido cerrar sus ojos y dejarse envolver por las siguientes horas por la música que salía de los dedos de su fallecida madre. Se sentía feliz por estar compartiendo eso con Mikasa, se sentía como su hogar.