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-Quédate Conmigo-

Summary: Elizabeth Bennet trata de ayudar a su hermana de escapar de su compromiso con su pretensioso primo. Sin embargo, ¿acaso una mujer sin dinero puede elegir con quien casarse en pleno siglo XIX?... ¿y si durante su plan, consigue la ayuda de un singular cómplice?

Nota del Autor: Los personajes de Orgullo y Prejuicio no me pertenecen, solo hago esta historia con fines de entretenimiento.


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-Capítulo 25. Te Encontré a Ti-

― Eso es, Hampshire.

Luego de escuchar el repentino y confuso comentario de su primo, Darcy lo miro con curiosidad desde el sillón de su sala de estar, sin llegar a comprender lo que realmente quería decirle al mencionar un condado ubicado al sur de Inglaterra.

Tal vez sus tíos, el conde y la condesa de Matlock, habían sido demasiado duros con Richard en su niñez, a tal grado de desequilibrarlo mentalmente; o a lo mejor, habían sido todos esos tortuosos veranos que ambos pasaron en Kent mientras visitaban a Lady Catherine, lo que había provocado un grave trastorno en la mente de su primo.

― Es justo lo que necesitas Fitz, ―prosiguió Richard, visiblemente entusiasmado por su idea― unas buenas vacaciones en compañía de tu encantadora esposa en las costas de Inglaterra. Específicamente en las magníficas costas de Hampshire.

― ¿Y qué te hace pensar que necesito unas vacaciones? ―le cuestiono Darcy con cautela, sin que la curiosidad abandonara su mirada mientras esperaba su respuesta.

― Todo mundo necesita vacaciones, hombre. ―le contesto en coronel con bastante seguridad, tomando el último trago de su copa de vino antes de continuar― Y tú las necesitas más que nadie en toda Inglaterra. Te lo aseguro, has sido muy valiente al emparejarte con una familia como los Bennet.

― Espero que no estés insinuando que fue mala idea que me casara con Elizabeth.

― Oh no claro que no, y en todo caso, pienso que has tenido demasiada suerte al encontrar a una bella joven que estuviera dispuesta a casarse contigo. ―Richard hizo una pausa, esperando recibir alguna reprimenda por parte de su primo, pero como este no dijo nada, decidió continuar― Lo que quiero decir, es que la vida no te da nada gratis, así que tu perfecta Elizabeth tenía que tener un defecto, y en este caso fue su familia.

La acertada deducción de su primo desubicó a Darcy durante algunos segundos. Las circunstancias tan inapropiadas y el carácter excéntrico de la familia Bennet había representado un gran obstáculo para Bingley y para él en el pasado; y aunque la insuficiente fortuna de los Bennet no fue la mayor preocupación para Darcy, la dificultad más insuperable para él había sido tener que emparejarse con personas tan exasperantes e imprudentes como lo eran la Señora Bennet y su hija menor. Ahora, solo esperaba que los problemas que tenía con su familia política poco a poco se aminoraran con el paso del tiempo.

― Y hablando de mi queridísima prima, ¿en dónde está ella?, vamos a llegar tarde a la cena de los Gardiner si no nos vamos en este preciso momento ―le cuestiono Richard instantes después, contemplando con impaciencia su reloj de bolsillo.

― Sigue alistándose en su habitación ―le contesto Darcy con seriedad, sin muchos ánimos de ir a la cena que los Gardiner habían organizado esta noche; sobre todo porque no quería aguantar los constantes desaires y malos modales de su suegra durante las próximas horas.

― Vaya, no me acordaba que las mujeres tardaban tanto en arreglarse. ―le comento Richard con cierta ansiedad, mientras se paseaba por el centro de la sala― Aun así, espero que no demore demasiado. Ya sabes lo que dicen, la victoria es del quien llega primero al campo de batalla.

―No creo que los Gardiner se molesten por nuestra ligera demora de esta noche. Aunque tengo la impresión que tu inquietud actuar es debido a que deseas impresionar a alguien, quizás, a una de las Señoritas presentes en la velada ―le sugirió Darcy con ironía en sus palabras, recordando la inusual pero visible inclinación de Richard hacia una de las hermanas menores de Elizabeth, específicamente hacia Catherine Bennet; inclinación que su primo negaba rotundamente cada vez que él sacaba el tema.

―!Fitz, sabes perfectamente que yo no flirteo con jovencitas que no son de mi posición! ―exclamo Richard, mirándolo con aire de haberse ofendido por su insinuación― además, yo no poseo la misma suerte que tú de poder escoger a cualquier mujer como mi pareja. Si se enterara mi padre, ya me había obligado a despojarme el traje de militar y ponerme el de clérigo. Y mi madre se habría encargado de que practicara el celibato hasta que tuviera cincuenta.

― ¿Ah sí? ―fue lo único que dijo Darcy en tono inocente luego de escuchar su exagerado discurso, con un interés tan evidente que provoco que Richard se quedara callado en medio de la sala con la cara totalmente enrojecida.

Sin embargo, el ruido de un par de pasos apresurados al otro lado de la puerta llamo la atención de ambos caballeros.

― Gracias por esperarme, ya estoy lista para irnos ―les comunico Elizabeth al entrar a la sala de estar, haciendo una momentánea pausa al observar el visible estado alterado del coronel― ¿paso algo que debería saber?

Rápidamente Richard le dedico una mirada asesina a su primo para mantenerlo callado, luego, se dirigió a Elizabeth con una afable sonrisa― No pasa nada querida prima, y si me permites decirlo, tengo que admitir que te vez realmente hermosa esta noche.

En silencio, Darcy confirmo el comentario de su primo, recorriendo con la mirada la figura de su joven esposa, desde los rizos que adornaban delicadamente su cabeza, pasando por la seductora transparencia de la elegante muselina, hasta terminar en las zapatillas azul marino que se asomaban por debajo de su vestido.

Ella estaba tan hermosa que lo incitaba a rechazar de última hora la invitación de los Gardiner para quedarse a solas con ella durante el resto de la noche.

― Bien, si ya todos estamos listos, veré si está preparado el carruaje para irnos. ―les comunico Richard segundos después, dirigiéndose a Elizabeth antes de abandonar la estancia― Yo tendría paciencia con Darcy esta noche prima, hoy está más irreverente de lo normal.

Tras el último comentario de Richard, Darcy pudo apreciar perfectamente como aparecía un brillo divertido en los ojos de su esposa, seguido de una suave risa que llego hasta sus oídos.

Dando un par de pasos hacia el centro de la sala, ella poco a poco se acercó a él en silencio, inclinándose para darle un corto beso en los labios.

― Tal parece que el coronel y tu tuvieron una plática bastante interesante durante mi ausencia.

Le comento Elizabeth cuando el sutil roce entre ellos termino, después, con una expresión inquieta, vacilo por algunos segundos antes de continuar hablando― Tenía planeado comunicarte una noticia muy importante después de la cena de mis tíos, pero creo que no podre esperar hasta nuestro regreso.

Fitzwilliam frunció el ceño al escucharla, visiblemente confundido por sus palabras― ¿Y cuál es esa noticia tan importante?

― Pensé que serias capaz de adivinarlo antes de que yo tuviera que decírtelo ―Elizabeth lo desafío enarcando las cejas, mientras que una traviesa sonrisa se dibujaba en sus labios al notar la contrariedad en el rostro de su marido.

Y tras otro corto silencio entre ellos, la confusión en el rostro de Fitzwilliam se profundizo aún más.

― Muy bien, supongo que debo decírtelo después de todo. ―le dijo ella, posándose frente a él con los ojos brillantes de alegría― Me entere de una buena noticia hace un par de días, de hecho, la confirme esta mañana con mi visita al médico.

Elizabeth se detuvo en su explicación para mirarlo con completa expectación, mientras que otro brillo de alegría aparecía a poco a poco en su mirada.

Y luego de algunos segundos de profunda concentración, la compresión de la situación finalmente lo golpeo bruscamente, aturdiéndolo al instante― Estas tratando de decirme que... ambos estamos… es decir, que tu estas…

Ella asintió con una amplia sonrisa decorando su bello rostro― Si, ―le susurro suavemente mientras se acercaba a él― estoy embarazada, no sabía si decírtelo ahora o esperar hasta después de nuestra visita a mis tíos. Espero que estés feliz por la noticia.

― Por supuesto que estoy feliz ―le aseguro fervientemente Fitzwilliam, dejando su asiento en el sofá para tomarla entre sus brazos― por supuesto que lo estoy. Mi querida Elizabeth, me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo.

Ella volvió a reír en su pecho, mientras que sus mejillas se encendían de felicidad― Fue algo tonto de mi parte, pero por un momento tuve miedo de confesarte lo de mi embarazo. Casi no hemos hablado sobre tener hijos, y ahora, con la delicada situación de mi familia, pensé que no sería el momento adecuado para ser padres.

― No te preocupes por eso, ―le aseguro él abrazándola con fuerza, pudiendo sentir su delicada y esbelta figura entre sus brazos― tal vez deberíamos postergar para otro día la visita a tus tíos, además, de ahora en adelante tienes que dejar de preocuparte por los demás y pensar más a en ti y en nuestro hijo.

― Fitzwilliam, ¿No pretendes que me quede encerrada en casa durante los próximos ocho meses? ―le cuestiono Elizabeth con una ceja levantada, alejándose lo suficiente de él para mirarlo a los ojos― no puedo abandonar a mi familia con el problema de Lydia aún sin resolver.

― Al menos puedes prometerme que lo intentaras.

Tras su petición, ella lo observo con una mirada de picardía, tomando su mano para colocarla alrededor de su cintura instantes después, acercándose peligrosamente a él― Puedo prometértelo, pero solo si tú me prometes no ser tan sobreprotector conmigo.

Entretenido, Fitzwilliam sonrió abiertamente ante su último gesto― Lo que tu desees. ―le declaro con voz suave, inclinándose lentamente hacia ella para poder besarla― Mi dulce y bella Elizabeth.

Elizabeth sintió como volvía ha ruborizarse al escucharlo, al mismo tiempo que él le robaba un apasionado beso; pudiendo percibir como su aliento chocaba contra sus labios, a la vez que sentía el cálido latido de su corazón.

― Señor Darcy, no es nada decente besar de esa manera a su esposa en donde la servidumbre pueda verlo, además, Richard seguramente esta esperándonos con el carruaje listo. ―ella lo amonesto tratando inútilmente de zafarse de su agarre, sin poder suprimir la suave risa que volvía escapar de sus labios.

Ahí estaba la Elizabeth de la que él se había enamorado, con esos ojos brillantes de felicidad que le decían lo mucho que ella lo amaba.

Fitzwilliam sonrió suavemente sobre su cuello, liberando poco a poco su cintura, aunque sin el deseo de hacerlo. Sabiendo que ninguna cantidad de tiempo era suficiente para abrazarla, besarla y amarla.

Sintiendo instantes después como una sensación de felicidad lo invadía por completo. Seria padre, tendría un hijo con la mujer más maravillosa del mundo, con la mujer que tanto amaba.

Ella era la luz que tanto había buscado en su vida, y ahora estaba seguro que ella siempre lo guiaría de nuevo a casa.

Él había tenido la suerte de encontrarla y ahora ella estaba aquí para él.

En este momento lo sabía, él estaba destinado a vivir solo para ella.

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¡Hola de nuevo!, hasta hoy pude subir el siguiente capítulo, una disculpa por la demora. Espero que les esté gustando la historia. De vez en cuando me gusta dar pequeños "guiños" de otras parejas en el Fic, y reconozco que me encanta escribir desde la perspectiva de Mr. Darcy.

Agradezco a las personas que desde el capítulo anterior le dieron una oportunidad a esta historia y la agregaron a sus favorites y/o follows: Janemba 988, Lozahp, Snaluck, diananarahyuga, garoto, nanirhc, Carolina460, Mr. Coockie, y Viri Plisetsky.

Y a los que muy amablemente se tomaron su tiempo para dedicarme algunas palabras, muchas gracias, para mí siempre es agradable leer sus comentarios en cada capítulo:

Forever MK NH: Hola de nuevo. Gracias por seguir comentando y disculpa la demora. Me alegra que te sigua gustando la historia, aunque seguramente es porque sale nuestro querido Mr. Darcy en ella. Te mando un fuerte abrazo.

Cullen-21-gladys: !Hola!, gracias por escribir y al parecer los problemas aún persisten para Lizzy y Mr. Darcy, sin embargo, eso no significa que puedan ser felices. Te mando un fuerte abrazo y espero que la historia te sigua gustando.

Molita: Muchas gracias por tu comentario, y a decir verdad, el romance es uno de mis fuertes al momento de escribir (o eso creo), y cuando se trata de Mr. Darcy y Elizabeth las palabras fluyen fácilmente. Aquí en donde vivo ya es primavera, pero el calor es ya insoportable. Te mando un fuerte abrazo de oso.

Ga Darcy: Hola otra vez, muchas gracias por seguir comentando, me alegra saber que la historia te sigua gustando, y espero que este último capítulo también sea de tu agrado. Tratare de actualizar pronto, aunque ya viene el final de semestre y con ese el estrés. Te mando un fuerte abrazo.

Mr. Coockie: Hola, gracias por tu comentario. Me alegra ver que te gustara la historia, sobre todo este Mr. Darcy, el cual trato de darle un poco más de protagonismo; además, me gusta escribir desde su perspectiva. Espero que la historia te sigua gustando. Te mando un fuerte abrazo hasta donde te encuentres.

Sin nada más que decir, me despido.

¡Saludos!

Atte. Elizabeth Mustang