¡Hola! Esta es la primera historia que escribo en castellano para esta página. Sin embargo, yo solo la estoy traduciendo. La historia original fue escrita por Istillwishiwasaweasley y es en inglés. Para aquellos de ustedes que sepan inglés, los invito a leerla en inglés. La historia está completa, y se divide en tres historias diferentes. Así que, sin más preámbulos... Comencemos.
Disclaimer válido para toda la historia: Harry Potter no me pertenece, es propiedad de J.K. Rowling, una mente maestra de la literatura.
Capítulo 1
A todos los que se cruzaban con Eliza Potter en la calle, les habría parecido una niña normal de diez años. Un poco pequeña para su edad, un poco pálida quizá; pero esencialmente una saludable niña de diez años de edad. Sin embargo, para su tía Petunia y tío Vernon era una molestia, un inconveniente, una niña irritante y anormal.
Tanto Eliza como su hermano gemelo, Harry, sabían esto. Elizabeth Potter y su hermano habían ido a vivir en la casa de los Dursley hacía ya muchos años atrás. Antes, incluso, de lo que podían recordar. Sus padres habían muerto en un accidente de coche cuando Eliza y Harry eran bebés, "dejando a sus horribles hijos en manos de familiares que trabajaban muy duro", como la tía Petunia había dicho muchas veces antes. Tía Petunia era la hermana de la madre de Eliza y Harry, pero era evidente que las hermanas nunca habían llevado bien. Por lo que Eliza sabía, habían dejado de hablarse muchos años antes de la muerte de Lily Potter.
Los Dursley y los gemelos Potter vivían juntos en una urbanización respetable de Surrey. Los Dursley también tenían un hijo, llamado Dudley. Dudley tenía cualquier juguete, juego, merienda o comida que quería. Eliza y Harry, no. Harry vivía en el dormitorio más pequeño de la casa, mientras Eliza vivía en el armario debajo de las escaleras. A ella no le importaba mucho este hecho ya que era pequeña para su edad y el armario siempre se había sentido seguro.
Eliza se despertó la mañana del último día de escuela antes del verano, con el sonido de Dudley corriendo por las escaleras. Estaba segura que lo hacía sólo para molestarla. Eliza se sentó lentamente frotó sus ojos soñolientos, el último día de clases por fin había llegado. Se vistió rápidamente y luego fue a reunirse con el resto de la casa en la cocina, Harry le deseó los buenos días a lo que ella sonrió en respuesta, esto era todo lo que Eliza había respondido alguna vez a la gente. Muy de vez en cuando le decía algo importante a Harry, pero nunca una palabra a nadie más. Simplemente, así era ella.
El desayuno se desarrolló sin incidentes, con la ligera excepción de las burlas de Dudley a Harry y Eliza sobre el hecho de que él iría a una escuela privada el próximo año y ellos no. Con el tiempo las burlas habían perdido su efecto pero Dudley no parecía lo suficientemente inteligente para darse cuenta. Los tres niños salieron de la casa juntos y luego Dudley corrió unos 100 metros por delante, toda una hazaña teniendo en cuenta su tamaño, para poner un poco de distancia entre ellos. Harry se volvió hacia Eliza,
-¡Último día de escuela Eliza! –Exclamó el niño con una amplia sonrisa.
Ella asintió y continuaron la caminata corta a la escuela en silencio.
El día escolar fue largo y lleno de acontecimientos, Harry se metió en problemas por volver azul la peluca del profesor (cosa que a Eliza pareció muy injusta, ya que no había manera de que Harry pudiera haberlo hecho) y algunas chicas empujaron Eliza más en el parque causando que se hiciera daño en la rodilla. A los otros alumnos les encantaba molestar a Harry y Eliza ya que Dudley y su pandilla, quienes eran temidos en la escuela, lo hacían también.
Así que, fue sin sentimiento de pérdida cuando los gemelos regresaron a la casa después de salir de la escuela, para nunca regresar. De hecho, Harry estaba positivamente eufórico.
Las próximas semanas pasaron sin mayor incidente, con la excepción de la visita al zoológico durante el cumpleaños número diez de Dudley que causó que tanto a Harry como a Eliza los encerraran en sus habitaciones por días debido a un confuso incidente que involucraba a una serpiente, Dudley y su mejor amigo.
Pero una mañana, a finales de julio, algo muy inusual ocurrió. Ambos, tanto Harry como Eliza recibieron una carta. Harry las llevó a la cocina durante el desayuno y le pasó a Eliza la suya. Ella la tomó con expresión confundida, pero no había duda de ello:
Elizabeth Potter
El armario debajo de las escaleras
4 de Privet Drive
Little Whinging
Surrey
El alboroto que siguió a la llegada de las cartas era diferente a cualquier Eliza había experimentado nunca. Tío Vernon saltó de la mesa y arrancó las cartas de las manos de los gemelos y les ordenó ir a su habitación/armario con la cara de color púrpura en medio de su expresión de rabia. Eliza no lo pensó dos veces para obedecer. Sin embargo, Harry claramente tenía otros planes.
-¡QUIERO MI CARTA! –Gritó por encima la voz de Dudley quien también quería leerlas.
-¡FUERA! -Rugió Vernon y persiguió a los tres niños fuera de la habitación.
En los próximos días Eliza intentó alejar las cartas de su mente. Cosa que se le habría facilitado mucho, pensó, si hubiesen dejado de llegar. Cientos de cartas siguieron llegando a lo largo de los próximos días y la reacción que generó en el tío Vernon hizo que Eliza comenzara a temer la hora del desayuno. Harry, en cambio, había hecho muchos intentos de recuperar las cartas, pero ninguno había tenido éxito.
El domingo por la mañana, cuatro días después de que las cartas comenzaran a aparecer, el tío Vernon había llegado al límite de su paciencia y terminó pidiendo a la familia a empacar algunas de sus pertenencias y estar listos para salir.
Condujeron por millas con un Dudley malhumorado. Se alojaron en un hotel y luego, cuando las cartas llegaron también allí, un tío Vernon iracundo los hizo subirse al coche y los llevó a la costa. Esto llevó a Eliza a su situación actual: estaba acurrucada en el suelo de lo que sólo podía ser descrito como un cobertizo sobre una roca en el medio del mar, mirando a Harry mientras dibujaba dos pasteles de cumpleaños en el polvo en el suelo. Esta había sido una tradición para los gemelos desde que tenían cinco años, su cumpleaños nunca había sido un evento reconocido en la casa de los Dursley. Así que, Harry y ella dibujaban o hacían alguna imagen física de dos pasteles de cumpleaños para poder soplar juntos las velas (en este año, once) y cada uno pedir un deseo. Harry miró a Eliza y le susurró en voz baja para que los Dursley no los escucharan.
-¿Estás lista? –Preguntó.
Ella asintió con la cabeza mientras se sentaba, envolvía su manta alrededor de ambos y pensaba, ¿qué iba a desear? ¿Un nuevo libro de colorear? ¿Debería ser algo grande como un nuevo hogar para Harry y ella? Eliza aún lo pensaba, cuándo Harry comenzó la cuenta regresiva:
-Tres.
¿Algunos amigos?
-Dos.
¿Una nueva familia para Harry y ella?
-Uno.
¡CRASH!
Eliza dio un salto y se quedó en shock cuando la puerta del pequeño cobertizo se vino abajo y un enorme y gigantesco hombre entró. Harry la quitó de en medio, arruinando las imágenes de la torta de cumpleaños en el proceso. Dudley gritó y corrió detrás de sus padres quienes se quedaron paralizados por el miedo.
-Podríamos preparar é, ¿verdad? No ha sido un viaje fácil... –Dijo el gigante.
La voz era más suave de lo que Eliza había estado esperando y, a pesar de todo, se relajó un poco. El gigante miró a su alrededor y sonrió a los gemelos.
-Y aquí están los jóvenes Potter, ¿no? Supongo que sus padres eran también eran pequeños cuando llegaron a Hog...
-¡ALTO AHÍ! ¡EXIJO QUE NO LES DIGA NADA MÁS! ESTOY ARMADO, ¿SABE? –Gritó tío Vernon agitando una escopeta en el aire, Harry agarró el brazo de Eliza un poco más fuerte.
El gigante se acercó a tío Vernon y Enrolló la escopeta, haciendo un nudo, éste gimió. El gigante se volvió hacia Harry y Eliza y volvió a sonreír.
-Como sea... ¡Feliz cumpleaños! Tengo un pastel para ustedes aquí, me senté sobre él en el camino, pero estoy seguro de que sabrá bien –De su enorme abrigo, sacó una caja y la colocó sobre la mesa antes de abrirla para revelar un gran pastel con glaseado verde y letras marrones que decía "¡Feliz cumpleaños! ".
Harry y Eliza miraron el pastel ligeramente desconcertados, al parecer el gigante no estaba aquí para comerlos. Eliza sintió como el agarre de Harry se aflojaba. Eliza no sabía lo que Harry quería preguntar pero le pareció que lo que preguntó, no era.
-¿Quién es usted? –El gigante se echó a reír.
-Lo siento, se me olvidó de presentarme. Mi nombre es Rubeus Hagrid, soy el Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts –Luego se dejó caer pesadamente en el sofá que Dudley había desocupado y miró hacia los temblorosos Dursley –Entonces, ¿quieren té? –Cuando ellos no respondieron se encogió de hombros y se puso a hacer lo que a Eliza le pareció un pequeño picnic.
Encendió un fuego y comenzó a cocinar lo que olía como las salchichas más increíbles del mundo. Dudley gimió.
-¡No toques nada de lo que él te dé Dudley! –Dijo tío Vernon alejando aún más a Dudley.
Hagrid les pasó a Eliza y Harry una salchicha y se miraron el uno al otro antes de tomarlos. Eliza dio un pequeño mordisco y sintió el calor extendido por todo su cuerpo. No se había equivocado acerca de las salchichas, estaban deliciosas. Harry se sentó junto a Eliza y ella hizo lo mismo.
-Lo siento, –Dijo Harry con valentía -pero todavía no sé muy bien quién es usted.
-Te lo dije, soy Hagrid y trabajo en Hogwarts.
-¿Qué es Hogwarts? –Preguntó Harry confundido.
-¿Qué es Hogwarts? –Hagrid palideció mientras repetía la pregunta de Harry, -¡DURSLEY! ¡¿No le habló de Hogwarts?! ¿No se han preguntado alguna vez dónde fue que sus padres lo aprendieron todo?
-¿Aprendieron qué?
Hagrid se levantó tan rápido que tía Petunia gritó.
-¡¿QUIERES DECIR QUE NO LES HAN DICHO NADA... SOBRE NADA?! –Rugió a Vernon y Petunia.
Tío Vernon parecía estar luchando con el habla y comenzó a murmurar:
-... No necesitabaN saber... no es normal... que les despertamos... desagradecida...
-¡Voy a romperles la cabeza! –Hagrid luego se volvió hacia los gemelos y tomó un momento para decir –Harry, Elizabeth, ustedes son un mago y una bruja.
-¿Somos qué? –Respondió Harry mientras Eliza se limitaba a mirar.
-Tengan, ¿por qué no leen sus cartas? –Hagrid hurgó en su abrigo de nuevo y sacó dos cartas arrugadas que les entregó.
Ambos leyeron en silencio. Ciertas palabras parecían sobresalir a Eliza; La brujería, hechicería, búho. Muchas preguntas parecían entrar en la mente de Eliza, preguntas que ella esperaba que Harry formulara.
-¿Qué quiere decir que esperan mi lechuza? –Preguntó.
Esa no era la pregunta más importante para Eliza. Sin embargo, causó que Hagrid sacara un búho minúsculo de su abrigo y adjuntar una nota garabateada apresuradamente a alguien llamado Dumbledore a su pierna antes de sacarla por la ventana.
Luego siguió una de las conversaciones más extrañas que Eliza jamás había presenciado, discusiones con los Dursley (que al parecer ahora eran llamados muggles), tía Petunia gritó lo mucho que odiaba al "monstruo" que tenía por hermana y una historia acerca de un mago malvado llamado Voldemort que había asesinado a los padres de Eliza (que, evidentemente, no habían muerto en un accidente de coche). Al final toda la conversación terminó con la decisión de que Harry y Eliza iban a asistir a una escuela llamada Hogwarts, donde podrían aprender magia. Después que los Dursley partieron a la otra habitación Hagrid se volvió hacia Eliza.
-No eres muy habladora, ¿verdad Elizabeth? Era difícil ver a tu madre callada.
-Eliza no habla –Contestó Harry, como siempre.
-Eliza ¿no? ¿No hablas? Bueno, estoy seguro que comenzarás en Hogwarts, es el mejor lugar en el mundo", dijo sonriendo, pero con la huella de la confusión y la pena con que la gente a menudo miraba a Eliza.
-Es mejor que duerman un poco ustedes dos, Iremos a comprar sus cosas para la escuela mañana.
Y con eso terminamos una de las noches más extrañas y, sin embargo, emocionantes de la vida de Eliza. Quien se acostó a dormir con las esperanzas y temores de lo que estaba por venir.
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