Holaaaa, se que tengo otra historia sin terminar pero lei un fic también basado en estas fotos y me gusto la idea, aunque no usaran el tipo de vocabulario que me gusta leer, así que lo comente con una amiga ( siiiii vuelvan a agradecerle a Ilexi05, y por favor, si no les gusta, las quejas directamente a ella tmb) y me pido que hiciera mi propia version y pues aquí está! Ya la tengo acabada completa pero como saben no tengo tiempo de estar pasando tanto así que se la dividiré e capítulos! espero que les guste y si no, ya saben, reviews dirigidas a Ilexi05 jajaj no lo olviden!

vuelvo a pedir perdón porque este no es el tipo de escenas que suelo escribir por lo que no tengo mucha practica y pues no se me dan tan bien !

No olviden su review que yo no olvidare actualizar lo antes posible ! :)

PD: tome una idea de ese tic que lei en ingles, la que se descubre al final del todo del fic, no esta desarrollada igual ni es exactamente la misma, pero la idea viene de ahí. Espero no ofender ni molestar a nadie por eso pero en todo caso, crédito a HeartMyKatic por esa idea !


Capitulo I

-¡Oh, Dios! Cómo me gusta cuando no tenemos ningún caso entre manos y me despiertas así, amor- exclamó Kate ronroneando ante las caricias de su esposo.

Él la abrazaba por la espalda mientras besaba suavemente cada milímetro de piel que el cuello ancho de su playera dejaba al descubierto, haciendo que una bandada de mariposas levantara el vuelo en su estomago al sentir la dulzura con la que él besaba su hombro con una sonrisa en sus tiernos y húmedos labios. Esos labios que amaba y que en tantas ocasiones la volvían loca: loca de frustración por querer besarlos, succionarlos, morderlos mientras estaban en la comisaría o en una escena y él hacía uno de sus típicos comentarios que al principio la hacían querer matarlo y, ahora comérselo a besos; loca de anticipación cuando la besaba ardientemente acostados en la cama, o de pie en la ducha, o inclinados sobre la encimera, o la mesa o el respaldo del sillón … ; o loca de amor cuando la besaba tiernamente en los labios luego de un caso difícil o cuando volvía de una firma de libros o incluso una gira que los hubiera mantenido alejados más de cuatro o cinco horas; y loca por completo como en esos momentos que, de estar besando su hombro y su brazo con ternura, había pasado a acariciar su cuello con ellos, exhalando suavemente cuando se situaba en la parte posterior de su oreja y succionando con malicia y maestría sobre el punto exacto donde su pulso latía, ahora bastante acelerado.

-¡Oh, Castle! ¡Vas a matarme uno de estos días! ¿Cómo puedes … cómo haces para causar este efecto en mi con solo unas caricias?

-Eso es porque te gusto … un poquito- dijo succionado el cuello primero y el lóbulo de su oreja después, haciendo pausas para susurrarle las palabras sensualmente- porque yo … - continuó ascendiendo por su mandíbula- se lo que te gusta- siguió jugando mientras acariciaba ligeramente sus labios sin llegar a besarla, provocando que la piel de ella se erizara y tratara de girarse para capturarlo entre sus brazos y besarlo ella misma.- No, no- la detuvo él.- Puede que el hecho de que estés coladita por mi también ayude un poco … - dijo, volviendo a su juego mientras descendía esta vez por el frente de su cuello dejando un mordisquito en su nuez de Adán- pero lo que definitivamente … - hijo una pausa para mirarla a los ojos mientras suavemente descendía el borde de la playera por su hombro hasta descubrirle la mitad derecha del torso- es un gran punto a mi favor…- sonrió al ver cómo ella entreabría sus labios, completamente hipnotizada por sus palabras y las sensaciones que su aliento sobre su pecho, ya erguido en busca de atención, provocaba en ella- es que …- continuó acercándose un poco más al tiempo que su mano aprisionaba la base de su pecho, robándole un gemido leve lleno de anticipación y sensualidad- me deseas … - añadió a su declaración soplando suave y prolongadamente, logrando que ella se retorciera un poco, impaciente- y mueres de ganas por que haga contigo lo que yo quiera- concluyó dejando una suave caricia con su lengua sobre su pezón para luego sonreír triunfante al oírla jadear y arquearse hacia él. – Creo que alguien está sensible esta mañana. La creía más resistente, detective- sonrió divertido mientras le daba un suave beso en los labios y hacía ademán de levantarse de la cama.

-¿Dónde crees que vas?- lo desafió ella con la voz grave mientras le sujetaba el brazo- Ni creas que vas a jugar así conmigo para luego irte como si nada.

-¿Ah no?- replicó él, disfrutando como un crío del estado en que se encontraba Kate. Era increíble cómo cada día descubría una nueva faceta suya que no hacía sino impresionarlo y enamorarlo más y más, si eso era posible.- ¿Por qué no?

-Porque yo te necesito- le respondió ella girando hábilmente su cuerpo y acostándose sobre él para aprisionarlo contra el colchón- aquí y ahora … y tú… -continuó desabotonando la camisa del pijama de Rick y deslizando su índice por el pecho de él- vas a continuar lo que has empezado hasta el final – terminó sensualmente mientras se deshacía de su propio pijama, que solo constaba de la playera ancha que tanto le gustaba usar para dormir- ¿Entendido?- añadió al ver que él no reaccionaba, hipnotizado por la visión de sus pechos que, por alguna misteriosa razón, le quitaban más el aliento cada vez que los veía.

Él ni siquiera respondió. ¡Si ella supiera el efecto que causaba en él cuando le hablaba en aquel tono! ¡Y más aun si se desnudaba de aquella forma mientras lo hacía! Para ser sinceros, ella debía hacerse una muy clara idea porque estaba sentada justamente sobre ese mismo efecto aprisionado en unos boxers que, de repente, parecían ser tres tallas demasiado pequeños. Simplemente hizo uso de las artes de autodefensa que ella le había enseñado aquel fin de semana que pasaron en los Hamptons, en su playa privada, y la hizo girar, posicionándose, esta vez, completamente sobre ella, su piernas entre las de ella que estaba entreabiertas, pelvis sobre pelvis, pecho contra pecho y bocas peligrosamente cerca. Tan cerca y con tanto peligro que, antes de que él pudiera siquiera darse cuenta, su labio inferior era succionado con pasión mientras sus lenguas bailaban una danza desenfrenada entre suaves mordiscos que provocaban gemidos, y caricias en el cuello que arrancaban suspiros. Ella era demasiado rápida, demasiado hábil y, definitivamente, demasiado seductora. ¿Quién en su sano juicio podría siquiera pensar en resistirse a esa dulzura mezclada con amor y pasión que desbordaba en cada gesto, cada movimiento, cada sonido que escapaba de sus labios de diosa? Él claramente no, se dijo a sí mismo mientras abandonaba sus labios tras una última caricia para atacar su cuello, en ese punto exacto que sabía a la perfección la haría permanecer inmóvil por un segundo mientras todo su cuerpo se tensaba, recorrido por ese agradable cosquilleo que él conocía tan bien desde que ella estaba en su vida. Era deseo, era pasión, era anhelo, anticipación … pero no de cualquier tipo, no cómo lo había sentido con sus ex y mucho menos con sus conquistas ocasionales, porque ese deseo extremo que lo llevaba más allá de sus límites una y otra vez, estaba combinado, entremezclado y aliado con el amor más absoluto que una persona pueda siquiera soñar con sentir. Y eso, hacía que cualquier actividad en compañía de ella fuera especial, única y emocionante.