Disclaimer: Todos aquello de "El Señor de los Anillos" le pertenece a Tolkien, no gano nada por este fic.
Nota: Este fic participa en el reto temático de abril del fandom de El Señor de Los Anillos: "Los Quendi" del foro La Revolución de los Fandoms.
Celeborn se mantuvo firme, con la mirada dirigida hacía el navío que pronto solo se volvería un punto en su visión; para después desaparecer de ella completamente.
Después de tantos milenios juntos, Galadriel por fin había partido.
De repente sintió una mano sobre su hombro, se tensó por un momento, pero volvió a relajarse al reconocer el aroma del elfo que estaba detrás de él. Círdan. Agradeció la compañía silenciosa del carpintero, aún más cuando este solo removió su mano para estar a su lado, ninguno rompió el silencio.
Él seguía con la mirada fija en aquel barco que se hundía en el horizonte. Aquel barco que lo separaba de la persona que tanto amaba; bien podía haber ido con ella, Galadriel se lo había pedido, aún sabiendo que la respuesta sería "no aún". No se sentía listo para partir, lo haría a su debido tiempo, por supuesto, pero no todavía.
Se quedaría en Eryn Lasgalen un tiempo más, solo cuando aquellos que lo necesitaban estuvieran listos para partir. Sus ojos se nublaron por un momento, recordando a su nieta, ahora Reina de Gondor, aquella niña que en poco tiempo perdería. Le reconfortaba un poco que la era amada y valorada como el gran tesoro que era. Pero era poco.
Los gemelos se habían quedado en Imladris, con unos pocos elfos que al igual que ellos no se encontraban listos para dejar la tierra en que habían nacido. Pasaría a visitarlos durante su regreso al bosque.
De pronto, el barco que llevaba aquel amor tan grande suyo se perdió de su vista. Por primera vez se sintió solo, sintió un vacío que no podía explicar; sabía que la vería de nuevo, que se reunirían en Valinor y pasarían juntos el tiempo que Eru decidiera; pero aún así la soledad lo tomó por sorpresa. Estaba seguro que si fuese un hombre mortal estaría temblando de frío.
Círdan rompió el silencio. "La verás de nuevo." Y volvió a callar, no necesitaba decir más para reconfortarlo.
Apartó su vista del horizonte y la volvió hacía el carpintero. "Lo sé, pero pasará un tiempo."
Círdan sonrió. "Solo un poco."
"Poco en comparado al tiempo que hemos estado juntos, pero aún así, no dejará de parecerme largo."
La sonrisa de Círdan se ensanchó. "No, claro que no. Pero tú mismo lo haz dicho, aún tienes cosas que hacer aquí; Galadriel es una elfa sabia, lo entiende mejor que nadie. Anda, ven y hazle compañía a este viejo elfo para cenar."
Celeborn asintió con la cabeza y vio a Círdan dirigirse fuera del muelle rumbo a su hogar. Volvió la vista al horizonte y murmuró. "Hasta pronto, meleth nîn." Y se dirigió a seguir a Círdan, estaba seguro que el viento le llevaría sus palabras a Galadriel.
Galadriel estaba de pie, fuera con la vista dirigida hacía la donde Celeborn se había quedado. De pronto, el viento sopló, y el pequeño murmullo de la voz de Celeborn llegó hasta ella. Galadriel sonrió.
Meleth nîn = amor mío.
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