Advertencias: UA

Disclaimer: InuYasha y los demás personajes no me pertencen sino a Rumiko-sensei la reina del manga


Capitulo.-2

Se chequeó en el espejo por milésima. Era inevitable estar nerviosa. Ver a InuYasha después de casi catorce años, justificaba sus nervios. Observa el bonito anillo de plástico con un pequeño cristal rojo, se muerde el labio, pensativa. No sabía después de todo si era correcto usarlo o no.

Tal vez ni siquiera recuerde ese anillo, o si lo hace se reiría de ella por ser tan infantil. Bufa por lo bajo indecisa.

¡Inu-chan!dijo Kagome sonriendo traviesa. Esconde algo detrás de ella y se balancea con sus pies leve.

InuYasha entrecerró sus ojos un poco, desconfiado debido no solo al tono de voz de Kagome, sino también por el meloso apodo que ella le da.

¿Qué?contestó cruzándose los brazos.

"Cierra los ojos". Ordenó ya más seria (o eso intentaba) InuYasha hace una mueca pero obedece sin chistar.

Al fin y al cabo sabe que si no lo hace, era probable que le haga un berrinche y no le hable hasta que se le pase el enojo, lo cual era cuando le compraba los dulces favoritos de Kagome―algo que ahora no se podía dar el gusto porque aún no le daban su mesada.

Y ahora ábrelos

Lo primero que ve son unas manos extendidas hacia él con un anillo de plástico, como los que te vienen en una caja de cereal.

Feliz cumpleaños.Kagome le sonríe abiertamente, esperando que él cogiera su regalo que ella había conseguido con tanto esmero―tuvo que gastar toda su mesada buscando una caja de cereal premiada―y le diera las gracias alegando que era el mejor regalo que alguien pudo dar. En la historia de los cumpleaños.

¿Qué? Frunció el ceño cuando había entendido el porqué del anillo, de acuerdo no es que no apreciara el detalle... Pero ¿Acaso Kagome ni siquiera pensó que él no era Sango, ni cualquier otra amiga de ella? Sino un niño, que ya cumplía sus doce años. Esperaba un auto de carreras, una figura de acción... ¡Hasta ropa! y... ¿Un anillo?

Se limitó a forzar una sonrisa y Kagome desilusionada, rápido pierde su sonrisa brillante y su rostro se volvió triste.― ¿No te gusta?

Se muerde el labio no queriendo mentir, pero al ver como los ojos de Kagome comenzaron a aguarse tuvo qué.

¡C-Claro que sí! ―corrige arrebatándole el anillo a Kagome.

Kagome lo mira poco crédula. ―Debería. Mira yo tengo uno igual, son de compromiso ―mostró su dedo índice el cual portaba el mismo.

¿Por qué me das esto?

Cuándo el primero de nosotros se comprometa un futuro, tenemos que tener la aprobación del otro hacia nuestra pareja, si lo estamos le daremos el anillo en señal de que si es digna o no.

InuYasha hizo una mueca graciosa.―¿Y si no lo es?―. Se aventuró a preguntar.

Entonces no podremos estar con ella.

Opta por usarlo, si lo reconoce bien. Sino... ¿Bien?

En contra de sus deseos no fue a recibir a InuYasha al aeropuerto, ya que como había dicho Sango:

Hay que hacerlo esperar.

Ni siquiera sabe qué había que hacer esperar a InuYasha, quiere decir no es como si fuera su ex o algo por estilo ¡Para nada! Kagome bufa y mira su reflejo en el espejo, se ve muy bien. Algo que la hace feliz, y por ende sonreír.

Se auto anima susurrando ¡Tú puedes!


Simplemente se le fue el aliento, al verlo ahí.

Típico sonriendo de esa manera tan perruna, tan... él

A Kagome nunca le gusto un chico, bueno no de esa manera, pero tampoco era asexual como para no reconocer quién era guapo y quién no. Y déjenle decir que InuYasha superaba los estándares de guapo, maldición ¿En serio ese era el mismo niñito enclenque que ella conocía?

Claro que sí. Aunque este se haya pintado su cabello azabache por uno plateado ―razón por la cual el revolotear de su estómago― sabría diferenciar a InuYasha por un rasgo singular: Esos salvajes y hermosos ojos ámbar.

De alguna manera ella se sentía decepcionada, su amigo no la había recibido como ella pensaba. Duda si quiera si había notado o no su presencia, él solo hablaba con sus demás amigos, familiares, conocidos...

Como si no se acordase de Kagome. Y el solo pensar en eso hacía que su garganta se retuerza. Los únicos que si la saludaron como Dios manda fueron los padres de InuYasha, que la recibieron en la entrada con muy afectuoso abrazo alagándola con Estás cada día más guapa.

Pronto InuYasha se dio cuenta de la insistente ―acosadora― mirada que le lanzaba Kagome.

Y si antes le quito el aliento ahora iba a hiperventilar.

A paso felino ―ironías de la vida― camina hacia Kagome, esquivando a todas esas personas que lo saludarían, todo con los ojos clavados en ella. En Kagome.

Su corazón no daba tregua, así que golpeaba las costillas de Kagome sin piedad alguna.

Si tuviera diez años no me sentiría así, piensa Kagome. Aún no encontraba del porqué de sus nervios. Ya que según ella era inexplicable.

InuYasha es su amigo, es más, su mejor amigo. Alguien del cual confiaba pleno, que aunque no lo admitiese Kagome estaba segura que si InuYasha le decía "Salta" ella lo haría sin pensarlo ―algo de lo cual debería preocuparse―.

Sólo unos metros más... Y ese sería el reencuentro, después de tanto tiempo. Por fin escucharía la voz de InuYasha, ella deseaba tener de nuevo diez años y poder saltarle encima, como a esa edad ella haría.

Pero entonces...

Una hermosa chica; que a Kagome se le hacía familiar, agarró el brazo de InuYasha y mueve sus labios lento, InuYasha le sonríe.

Y a Kagome extrañamente le dolió, porque ese tipo de sonrisas eran las que antes InuYasha le regalaba a ella.

InuYasha y la chica de rostro familiar se miran... De una forma que a Kagome no le gusta. Como si solo ellos dos existieran ¿Qué estaba ocurriendo?

Esos dos se acercaron a una Izayoi radiante, como cuando todavía InuYasha no se había ido. Se hablan los tres, e Izayoi amplía su sonrisa ―y Kagome no sabía que se podía sonreír más―.

Izayoi se para en el pequeño escenario que habían mandado a preparar para ese día en específico. Con una cuchara tintinea tres veces su vaso, captando la atención de todos.

―Su atención, por favor carraspea un poco antes de continuar. ―Muchas gracias, por haber venido a la celebración de que mi hijo haya regresado.

Aplausos por parte de los invitados, incluyendo a Kagome.

—Pero, InuYasha tiene algo más que compartir, y esta es la razón de su regreso.

Kagome casi se le sale el corazón, ¿Razón en específica para regresar? ¿En serio había una?

—Hola—.Eso fue tal vez lo peor con lo que él debía comenzar, pero a Kagome no le importo porque ella escucho su voz de nuevo, había cambiado tanto... Ya no era la de un niño. Es varonil y segura, sin perder la calidez que lo caracterizaba, algo que de forma inconsciente cautiva a Kagome.—Quiero decirles que cuando me marche apenas tenía trece años, no me fue fácil acostumbrarme a un nuevo país, nueva cultura... Nuevo todo. Los extrañe...—.Alarga la última frase lento, con un tono de añoranza y nostalgia.

Kagome puede jurar que la mira. A ella, y que esa frase iba dedicada hacia Kagome.

—Hay una persona que me hizo el camino más fácil, logró que no me sienta solo—. Ya no tenía los ojos en Kagome, sino en esa chica hermosa. Que sonríe boba. El corazón de Kagome se aprieta.

La chica sube al escenario y se toman de las manos.

Por favor... No...

—Y con esa persona es con la que quiero pasar el resto de mi vida, y así anunciarles que Kikyou y yo estamos comprometidos.

Y el mundo de Kagome se derrumbaba de a poco.


Y aqui llegué ¿Quien me quiere matar? (Y se que no necesariamente por tardar en actualizar) Bueno mortales espero que les haya gustado creo que no sera un mini fic después de todo pero no preocupar no hare 50 caps ni nada, no pasare de unos 25? espero q les haya gustado n.n!

No les prometo actualizar pronto, porque no lo se, tal vez actualize mañana, o la otra semana, o en un año... okno XD pero si prometo que entre mas reviews tardare menos y estare motivada. Me encantaron sus reviews y espero seguir resiviendolos.

Gracias u.u


Nota 2021: trato de arreglaro, pero no se puede sin que se dañe la estructura que ya tenía hecha, así que...