Una vida detrás del micrófono

Resumen: "No dejes que los demás te digan lo que puedes y no puedes hacer." "Wendy, tienes talento. No dejes que se desperdicie." "Cantar es lo que más me gusta del mundo. Hacer feliz a la gente con mis canciones mientras me divierto, ¿no es maravilloso?" "Tienes todo lo que se necesita para ser una Idol, ¡les encantarás a todos! ¿Qué me dices? ¿Aceptas?"

¡Hola a todos! ¡Tengo una nueva historia! Esta vez la protagonista es Wendy, la niña más kawaii de todo Fairy Tail. El origen de todo, de cómo se me ocurrió hacer algo así, es un poco raro, lo admito. En resumen, lo soñé. Soñé con una chica cualquiera que le pasan esas cosas que le pasarán a Wendy en este fanfic. Raro, ¿no? Nada más despertarme y acordarme del sueño ese lo consideré una señal o algo así XD Me gustó, y como llevaba tiempo queriendo hacer un fanfic con Wendy de protagonista, quise adaptarlo a ese personaje. La verdad, los capítulos creo que van a ser un poco cortitos, pero es que no me gusta que se queden pocos en una historia ya completa así que los puedo dividir y punto. Bueno, no os entretengo más tiempo y os dejo leer. ¡Disfrutad, mis pequeños saltamontes!

NOTA: Los personajes no me pertenecen, son del gran Hiro Mashima-sensei. Pero la historia es mía (o más bien de mi imaginación).

(Texto)=comentarios míos o de los personajes

(Texto)= aclaraciones

*Texto*=acciones

Texto=pensamientos de los personajeso Flash Back

Capítulo 1: La niña perdida

PDV Normal

Wendy era una niña de diez años de pelo azul marino largo y ojos marrones, muy kawaii. Tenía una personalidad muy dulce, amable y respetuosa, pero tenía poca confianza en sí misma. ¿Lo que más amaba de todo? Cantar. Cantar era su vida. Cantaba en todas partes. Cuando tenía algo de tiempo libre y se sentía inspirada se sentaba frente al piano, cogía su libreta de partituras y su cuaderno a rayas y se ponía a componer canciones. Aunque jamás se le habría pasado por su cabeza dedicarse a ello profesionalmente. Ser una cantante.

Naturalmente, también le gustaban otras cosas, como ir a la piscina comunitaria de su barrio con sus vecinas y mejores amigas Erza y Lucy, o estudiar (Yo: Sí, habéis leído bien. Estudiar) cosas sobre medicina por su cuenta. Porque su sueño era ser una doctora prestigiosa, para poder cuidar y curar a los enfermos para hacerlos felices, e incluso salvar sus vidas.

En la vida de esta niña pasaron muchas cosas. Unas aburridas y normales, y otras emocionantes, extrañas, dignas de una película. Sucesos, no necesariamente buenos, que no le ocurren a cualquiera. Y eso es lo que se cuenta en esta historia, la vida de Wendy Marvell y sus amigos y familiares.

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Era un agradable día de verano, y algunos vecinos de ese pequeño barrio residencial se estaban bañando en la piscina comunitaria que estaba solo para ellos, en una urbanización del sur del país.

Wendy en ese momento estaba en la piscina de los pequeños (porque había dos, una grande y honda y otra pequeña y poco profunda), donde el agua le llegaba a la cintura. Estaba jugando al tiburón con sus dos mejores amigas, Erza Scarlet y Lucy Heartfilia, de dos años mayor que ella.

Se estaban divirtiendo un montonazo y se salpicaban con el agua y se gastaban bromas y reían… cuando esa diversión se vio interrumpida por un vecino suyo bastante molesto y un poco aterrador, pero que era amigo de sus padres. Un hombre de mediana edad con barba de pocos días, bigote morado, igual que su pelo, y ojos marrones.

Se acercó a ellas, las llamó por sus nombres y les dijo una cosa:

-La hija pequeña de Alzack y Bisca se ha perdido, y todos los adultos la estamos buscando.

-¿Cómo? ¿Asuka-chan? ¿Cuándo pasó eso? –la hija de Alzack y Bisca era una niña de cinco años encantadora y muy kawaii a la que se le daban bien los juegos de puntería.

-Hace un par de horas, la niña estaba jugando en el parque de aquí al lado, y cuando sus padres le quitaron la vista de encima un momento "¡Puf!" como si hubiera desaparecido de repente. Yo también ayudaré, por eso, quiero que cuidéis de mi hijo pequeño.

-Claro, cuidaremos de Ryuu-chan encantadas –ya estaban pensando que habían tenido todo este tiempo una imagen equivocada de su vecino cuando añadió:

-Pero recordad que tiene un año, tenéis que tener cuidado y no os podéis mover de aquí, ¿entendido? –dijo con una voz y mirada aterradoras.

-H-hai…

El vecino se fue, y Wendy, Erza y Lucy salieron de la piscina y cogieron al pequeño Ryuu en brazos. Jugaron con él un rato, un rato largo, y ya se estaban cansando.

-Mooo, me aburro… Vámonos a tomar un helado o algo –se quejó Lucy.

-Pero Lucy-san, Macao-san nos dijo que cuidáramos de Ryuu –contestó Wendy.

-¡Nos lo vamos a llevar con nosotras! No soy tan irresponsable.

-Pero Macao dijo que no nos moviéramos de aquí –ésta vez habló Erza, siempre tan responsable para pararle los pies a Lucy. Aunque ella tenía sus propios trucos…

-¡Qué va, Erza! Además, ¿sabes? En la heladería de Max han puesto un nuevo tipo de tarta de fresas en el menú que seguro que… ¿Eh? ¿Erza? –Erza ya se estaba yendo hacia la heladería (Yo: Gorda).

Wendy no pudo pararles los pies a sus dos amigas, y tuvo que cargar con el pequeño bebé de camino hacia la heladería porque temía que Erza y Lucy salieran corriendo a por el helado/tarta de fresas con él en brazos.

-Solo espero que Macao-san no nos descubra...

Fueron a la heladería de Max, y Erza se comió tres pasteles de fresas de los del nuevo menú, Lucy un helado de chocolate y Wendy otro de dulce de leche. A Ryuu le dieron un biberón con leche, que prepararon unas empleadas del lugar para él. Cuando se hubo dormido, las chicas salieron del local y se fueron a dar un paseo (siempre con él brazos). Pero vieron a Macao, y él las vio a ellas. Empezaron a sudar del miedo, porque se suponía que estaban en la piscina, en lugar de en la calle.

Lo sorprendente es que no parecía enfadado, al contrario, parecía muy feliz. Entonces Erza, Wendy y Lucy se dieron cuenta de que iba acompañado de un niño, más o menos de la edad de Wendy, de ojos negros y pelo morado oscuro.

-¡Ah! Erza, Wendy, Lucy, parece que habéis cuidado muy bien de Ryuu, ¡está durmiendo como un angelito! Buenas noticias, hemos encontrado a Asuka. Estaba dormida justo debajo de un arbusto del parque –señaló al chico a su lado- Este es mi hijo mayor, Romeo, hasta ahora estudiaba en un internado en la otra punta del país, pero ahora su tiempo en ese internado ha terminado y se va a transferir a vuestro instituto. Tiene diez años.

-Es un placer conoceros –dijo éste con una reverencia.

-¡Qué bien! Un nuevo amigo, y encima vivirá entre mi casa y la de Wendy –exclamó Erza emocionada.

-Es un placer conocerte Romeo-kun –habló Wendy con otra reverencia y una sonrisa.

-I-igualmente (Yo: Sonrojo, sonrojo. ¡Qué mooonoooo!)

Lucy le dio un codazo a Erza con una mirada pícara y susurró:

-Hey, Erza. Esos dos se ven bien juntos, ¿verdad?

-Sí, creo que solo es cuestión de tiempo. Casi puedo ver el hilo rojo uniendo sus meñiques –respondió de igual forma, con sonrisa pícara y susurrando.

Abcdefg

Ya está, espero que os haya gustado y os haya parecido que vale la pena seguir leyendo y ponerme un bonito y kawaii review. Acepto críticas tanto malas como buenas, sugerencias que tal vez incluya y demás.

¡Adiós! ¡Me despido, soy Lau-chan200111, mis pequeños saltamontes!