Los personajes no me pertenecen. Le pertenecen al gran autor Akira Toriyama.

Capítulo 2

"Conociéndose"

"Nunca te empeñes en ser conocido, sino en alguien que valga la pena conocer" Anónimo.

Vegeta y Bulma caminaban en silencio rumbo a su salón de clases. Subieron las escaleras y observaron a sus compañeros, quienes esperaban afuera al próximo profesor. Algunos ojos se posaron en el nuevo estudiante, preguntándose: ¿Quién era él? ¿Por qué estaba ahí? Y lo más extraño… ¿Qué hacía Bulma Brief a su lado? Vegeta no prestó atención a las miradas curiosas, caminó entre sus compañeros y se posó en la orilla del barandal, alejado de todo el mundo.

Bulma sintió una horrible sensación al ver en cómo Vegeta se distanciaba de ella, tuvo la impresión de que él la había rechazado. ¡Era estúpido qué pensara en eso!, pero aun contra ese raciocinio, no evitó que se entristeciera. ¡Hacía unos minutos conocía al chico! No encontraba lógica del porqué de esa conmiseración. La llegada del profesor la sacó de sus pensamientos.

Una vez abierta la puerta, los estudiantes comenzaron a adentrarse al aula. Todos tomaron asiento en su respectivo lugar. Bulma, con sumo fastidio, se sentó en su butaca que se encontraba hasta el fondo del salón, casi tocando la pared; desde su lugar pudo observar a Vegeta, quien se dirigía donde estaba el profesor y a la vez le daba "el oficio de incorporación".

El profesor tomó la hoja que le estaba mostrando su nuevo alumno y la leyó. Los estudiantes esperaban expectantes, algunos comenzaron a platicar entre ellos y unos cuantos miraban la escena entre las únicas dos personas que se encontraban de pie. Una vez que el profesor terminó del leer el oficio, se dirigió a sus alumnos.

—Muchachos, como se habrán dado cuenta tenemos un nuevo compañero— murmullos comenzaron a esparcirse por todo el salón—. Les pido que guarden silencio para que él pueda presentarse.

A Vegeta le dio un tic en el ojo. ¿Cómo que presentarse? ¡Eso era innecesario! Miró de soslayo al profesor, quien solo esperaba estoico su "introducción" de sus datos personales. Suspiró con fastidio y, con una vena palpitante en su frente y con suma hipocresía, se "presentó"…

—Me llamo Vegeta Ouiji y…— sin proponérselo, desvió su vista hasta el fondo del salón y se encontró con esos ojos azules que lo miraban expectantes; pudo percibir un leve rubor en las mejillas de esa chica que había visto una semana atrás—, tengo 17 años.

No había más que decir, desvió sus ojos hacia su profesor esperanzado de que el hombre ya le asignara un asiento.

—Muy bien, señor Ouiji. Tome asiento en esa butaca.

El profesor le señaló el primer pupitre que se encontraba cerca de la puerta. Vegeta, con una sonrisa de satisfacción, se encaminó hacia su lugar.

Después de unos segundos, la clase se llevó a cabo…


(…)


La clase no pasaba tan rápido como Bulma esperaba. Tenía unas inmensas ganas de ir a hablar con el chico nuevo aunque sea por forma de papelito— "Pero que infantil"—. Tampoco quería que la volvieran a mandar a la oficina del director. Ahí se encontraba él, Vegeta, que lo habían colocado en la butaca de enfrente, cerca de la puerta. Parecía realmente enfocado en la clase que lo único que hacía era tomar apuntes y volver a ver al profesor mientras éste daba la explicación. Bulma suspiró con molestia y decidió hacer lo mismo. La hora del receso estaba por llegar y ahí podrían conversar a gusto. Por fin, después de 20 minutos, el timbre sonó.

—Antes de que se vayan—habló el profesor haciendo que la clase se volviera a sentar con fastidio—, tendrán que presentar en dos semanas el proyecto de ciencias. Les recuerdo que al inicio del semestre les había mandado a su correo de grupo todas las evidencias que me entregarían durante este curso, incluyendo el segundo y el tercer parcial—algunos asintieron—. Bien, el proyecto será en binas y ustedes escogerán a su compañero. ¡Yo no me hago responsable de a quién vayan a escoger, así que no me vengan a reclamar después!

Después del aviso del profesor, los alumnos salieron precipitadamente del salón quedando adentro solo tres personas. Vegeta solo estiró sus piernas y recargó su cabeza en el respaldo de su butaca, tenía pensado quedarse en el aula durante los treinta minutos que duraba el receso. El profesor observó a los chicos uno por uno. Bulma no despegaba su vista sobre Vegeta. Entretanto él solo tenía los ojos cerrados y brazos cruzados. Una vez que el profesor terminó de guardar sus cosas en su desgastado portafolio se dirigió a sus alumnos.

—Tengo que cerrar el salón con llave—ese aviso provocó que Vegeta abriera los ojos de golpe y se incorporara—. Salgan por favor, muchachos.

— ¿No me puedo quedar aquí?— preguntó Vegeta un poco exaltado, hasta que captó algo.

«¿Muchachos?»

Miró hacia atrás y ahí estaba ella. ¿Por qué seguía ahí?

«Vegeta me pone muy nerviosa cuando me mira así» pensó la ojiazul ansiosa, cuyas mejillas estaban ruborizadas.

El profesor solo observaba a sus pupilos alternativamente, como si de un partido de tenis se tratara. La situación ya lo estaba desesperando.

—Muchachos, no se los repetiré. ¡Salgan, por favor!

Vegeta se retiró del salón de mala gana. A su vez Bulma se apresuró a sacar su almuerzo de la mochila y corrió a alcanzarlo.

Una vez abajo, la ojiazul observó que Ouiji se dirigía a las canchas de básquetbol donde él tomó asiento en una de las gradas, no había nadie ahí salvo ellos dos. Bulma no sabía cómo acercársele, tal vez con el pretexto de que fueran pareja para el proyecto de ciencias. Así que, con esa idea en mente, se dirigió donde estaba el chico.

Vegeta escuchó que alguien se acercaba, pero no le tomó importancia; tenía los ojos cerrados, brazos cruzados, se encontraba enfocado en sus propios pensamientos.

Bulma lo miró de cerca, se veía muy guapo, varonil y misterioso. Pero lejos de la atracción física había algo más que le llamaba la atención, sin embargo no sabía que era. Se sentó a lado del muchacho mirando su perfil, aún seguía con los ojos cerrados. Bulma comenzaba a desesperarse.

«¡Ash, qué grosero! Como si no se hubiera dado cuenta que estoy acá»

Rectificó sus pensamientos…

«Bueno, tal vez y no sabe que soy yo. ¿Cómo empiezo a hablarle?»

Vegeta aún seguía en la misma pose.

«¡Basta! Yo soy la gran Bulma Brief y no hay imposibles para mí. Solo es un chico, un chico guapo, intimidante, fuerte ¡Basta, Bulma! Mejor dile: hola ¿Qué es lo malo que pueda pasar? Lo peor es que me ignore».

Bulma decidida se dirigió a él y lo saludó tímidamente.

—Hola, Vegeta.

«Esa voz… pero si es de… »

Vegeta abrió los ojos y se encontró a su lado a su hermosa compañera de clases. No había tenido el gusto de observarla detalladamente; se dio cuenta que los ojos de la joven eran enormes y azules como su largo y lacio cabello; tez blanca y con un cuerpo que volvería loco a cualquier chico, menos a él.

Bulma quería volver a desviar su mirada, pero no lo hizo y la sostuvo firmemente en dirección a él; aunque sentía que los colores se le subían. ¿Por qué le pasaba eso? ¿Qué tenía Ouiji que la ponía tan nerviosa?

Vegeta esbozó una sonrisa ladina, le resultó divertido el sonrojo de Bulma.

—Niña—saludó él.

«¿Niña?»

Bulma lo miró con cara de pocos amigos y le gritó:

— ¡Óyeme! Te recuerdo que mi nombre es BULMA—Vegeta tuvo que cubrirse sus oídos ante tales gritos—y, para tu información: ¡No soy ninguna niña! ¡Tengo dieciséis años! Soy apenas una jovencita hermosa e inteligente.

Vegeta quedó anonadado, se notaba que la palabra "modestia" no existía en el vocabulario de Bulma. No obstante, estaba sorprendido, jamás pensó que ella tenía ese fuerte y firme carácter. La observó por un largo rato y luego desvió su mirada al frente.

Bulma se desilusionó, Vegeta ni siquiera la volvió a mirar. Se puso de pie sin decir otra palabra más y se marchó de las canchas dejándolo solo.


(…)


Su estomago rugió por hambre y se dio cuenta que solo faltaban quince minutos para el inicio de la siguiente clase, así que decidió ir a la cafetería por algo de comer. Por suerte para él, no había mucha gente. Al llegar a una tienda, miró la carta para después decidirse por un baguette de pollo. Se lo pidió a la señorita cajera y en cinco minutos le dieron su comida, pagó y se marchó. Se dirigió a una mesa que estaba vacía y tomó asiento. Miró a su alrededor y ahí estaba ella, estaba sola, eso lo extrañó.


(…)


Se le había ido el apetito. ¿Algún día tendría la oportunidad de tener un mejor amigo en el que podría confiar? Uno a quien le podría ofrecer su apoyo, unos consejos, su amor. Otra vez sola, siendo ignorada por los que pasaban cerca. Eso al principio no le importaba en lo absoluto, pero ahora… Sintió una mirada sobre ella y levantó su cabeza, ahí estaba él: "Vegeta". Bulma no pudo evitar que cayera una lágrima, se sentía mal, muy mal.

Vegeta solo estaba confundido. ¿Por qué estaba llorando? ¿Sería por él? Le hizo una seña para que ella viniera a sentarse a su lado. Bulma sonrió ante el gesto, se paró de golpe y fue corriendo hacia donde se encontraba Vegeta.


(…)


—Sí, es demasiado guapo—dijo una chica pelirroja.

— ¿En qué piensas, Zangya?—le preguntó una joven de cabellos y ojos negros.

—En que…—se quedó pensando en el chico nuevo, una sonrisa se dibujó en su rostro—, necesito asesorías, Milk. Y quién mejor que el compañero nuevo... Vegeta Ouiji.

Milk abrió los ojos como platos, no le sorprendía lo descarada que podría llegar a ser su amiga, pero eso sí que era inesperado. Cuando Zangya hablaba de asesorías ya sabía Milk que no se refería a eso precisamente. El chico nuevo sí que le debió de haber alborotado las hormonas a la pelirroja.

— ¡Pero Zangya!—exclamó la morena, alarmada—. ¿Y Yamcha? Es decir, aún sigues con él ¿no?

Zangya suspiró fastidiada. Yamcha era pésimo en la cama y era por eso que se había tomado la libertad de acostarse con otros compañeros de su clase o de otras especialidades. Pero el chico nuevo parecía que sí era muy bueno en eso y entre otras cosas ¡Perfección! Mucho mejor que con los tantos hombres que había salido.

—Yamcha es basura—dijo Zangya encogiéndose de hombros—. Además, ya terminé con él.

Milk si que estaba más sorprendida, su amiga no le había contado ese dato.

— ¿De verdad? ¡Vaya!—Milk se quedó pensativa—. Debió ser duro para Yamcha. Él sí se veía enamorado.

Zangya ignoró el último comentario de la morena. Recorrió con su mirada el patio de la cafetería y sonrió, ahí estaba Vegeta, el muchacho que la volvió loca en el instante en que él entró al salón de clases. Milk se dio cuenta que Zangya estaba viendo en un punto en especifico y dirigió su mirada a la misma dirección en la que estaba enfocada su amiga. La morena hizo una mueca de incredulidad, sí que la pelirroja estaba loca por el chico nuevo.

— ¿Qué opinas, Milk? ¿No crees qué debería hacerle compañía?—la aludida solo pudo fruncir el ceño y volver a ver a Zangya—. ¡Pero qué mierda!

La chica Ox observó confundida a Zangya, quien ahora estaba furiosa ¿Por qué de repente ese cambio de actitud? Y se dio cuenta del porqué. Bulma se acercaba a Vegeta para sentarse a lado de él. Miró de soslayo a la pelirroja, ella hervía de furia y celos cuando Vegeta le acarició una mejilla a Bulma, después de eso los dos estaban desayunando juntos.

Zangya se levantó de golpe. Milk reaccionó rápido y la sujetó del brazo fuertemente.

—No te metas, Zangya— espetó Milk, mirando a la chica con frialdad—. No te metas con Bulma.

Zangya soltó una carcajada, decidió volver a sentarse para no armar un escándalo.

—No me hagas reír, Milk. Ambas sabemos que tu amistad con Bulma llegó a su fin y eso fue porque ella así lo decidió.

Milk no cambió su expresión intimidadora, sin embargo sentía mucho dolor en su interior; sabiendo, también, que muy en el fondo la pelirroja tenía razón. Aún le afligía esa separación de amistad.

—Bulma tuvo sus razones y las respeto. Pero eso no quiere decir que voy a permitir que la lastimes. Ya tiene suficiente con lo de su padre.

— ¡Jamás la he lastimado!— exclamó Zangya, indignada—. Puedo ser muchas cosas, Milk, pero jamás me rebajaría a hacer Bullying; eso déjaselo a la gente que tiene la autoestima baja.

No pudo negar que eso era muy cierto. Zangya podría ser mal agradecida, soberbia, mimada y atolondrada, pero jamás se rebajaría a eso de molestar a las personas por placer; no obstante le preocupaba el hecho de que cuando tenía en la mente un objetivo peleaba por ello, sin importar quién estuviera de por medio.

Zangya se zafó del agarre de Milk y se marchó rumbo al salón de clases. La chica Ox volteó atrás para volver a mirar a Bulma, quién se veía muy feliz a lado de Vegeta. Milk no tuvo otra cosa más que hacer que sonreír, decidió alcanzar a Zangya volteando una vez más donde estaba su ex-mejor amiga.

«Ojalá que Vegeta pueda ayudarte, Bulma»


(…)


Vegeta acercó su mano a la mejilla de Bulma para limpiar una lágrima escurridiza.

—Así está mejor—le dijo el chico con una sonrisa burlona.

—Gracias, Vegeta.

Vegeta sentía una enorme curiosidad del porqué del llanto de Bulma, pero no quiso presionarla e incomodarla. Después de eso, ambos se dispusieron a comer en silencio. Bulma miraba su reloj disimuladamente, solo faltaban ocho minutos para que el timbre sonara ¡Tenía que darse prisa! Se dio cuenta que Vegeta ya había terminado su baguette mientras que a ella le faltaba más de la mitad de su torta; decidió guardarla, no le agradaría mucho que Vegeta la viera comer. Era ahora o nunca.

— ¿Vegeta?

Él solo la miró transmitiéndole a ella que tenía toda su atención.

«Este hombre sí que es de pocas palabras»

—Esto…me preguntaba…

«Vamos, niña. ¡Ve al grano!»

— ¿Ya tienes compañero para el proyecto de ciencias?

Vegeta sonrió internamente, ya sabía hasta donde quería llegar la ojiazul.

—No—respondió, secamente.

Bulma se mordió el labio. Ese chico sí que la ponía nerviosa y a la vez la desesperaba ¿Cómo entablar una conversación con él cuando ni siquiera ponía de su parte? Pero se armó de valor.

— ¿Te gustaría formar equipo conmigo?—le preguntó en un tono decidido y sin tartamudear.

Vegeta se encogió de hombros. Vio que Bulma esperaba la respuesta, nerviosa y ansiosa.

—Sí.

Bulma se sorprendió muchísimo, pero disimuló su emoción. Quería saber de él, sus gustos, pasatiempos, favoritismos, ¡TODO! Pero, ¿cómo platicar con el antisocial de Vegeta? No perdía nada en preguntarle sobre su vida. Volvió a tomar valor desde su interior y disparó la primera pregunta, que nada tenía que ver con la escuela.

—Dime, Vegeta: ¿de dónde eres?

El joven Ouiji no se esperó que su compañera volviera a molestarlo con preguntas, pero supuso que no tenía nada de malo entablar una conversación aburrida sobre la vida de uno. Él también sentía curiosidad por ella y decidió hacer su mismo juego, solo que él pondría las reglas.

—Hagamos algo, niña— Bulma lo miró con cara de pocos amigos, ella si lo llamaba por su nombre—. Te responderé todas las estúpidas preguntas que quieras— Vegeta hizo una pausa—. Bueno, no todas, también dependerá de tus interrogatorios. Y si resultas ser lo que yo espero, te las responderé con esa condición.

Bulma arqueó una ceja, no sabía hasta donde quería llegar él.

«¿Qué quiso decir que resulte ser lo que él espera? No entiendo nada»

Vegeta vio la mirada confundida de Bulma. Tampoco quería ser un libro abierto para ella, solo sabría lo que él le convendría, no tenía que saber todo sobre su vida. Decidió comenzar con el interrogatorio, solo preguntas tontas y sin sentido.

—Muy bien, niña. Yo digo la palabra y tú respondes.

Bulma asintió, por lo menos Vegeta estaba gastando saliva por ella: "Que considerado".

— ¿Color?

—Rosa.

Vegeta soltó un bufido.

—Ya lo suponía. El mío es negro, aunque el azul rey también me gusta.

—Ya lo suponía—expresó Bulma en tono burlón.

Vegeta solo la ignoró y prosiguió.

— ¿Música?

—Pop.

—Que feos gustos, mujer.

Bulma, en vez de enojarse, se sorprendió.

«¿Mujer?»

—Me gusta el Rock—mencionó Vegeta sin darse cuenta del semblante desconcertado de la ojiazul—. ¿Comida?

—Sushi—respondió ella en un hilo de voz.

— ¡¿De verdad?!—exclamó Vegeta sin ocultar su sorpresa. Hasta que la ojiazul y él tenían algo en común—. Sushi.

— ¿Cuál es tu platillo favorito, Vegeta?—preguntó Bulma, emocionada.

—Mmm— él se quedó pensativo por un rato, le era complicado escoger un solo platillo. Al final se decidió por uno—. Fue difícil la decisión, pero supongo que me voy por… Yakimeshi.

— ¡También ese es mi platillo favorito! —anunció la muchacha radiante de alegría.

—No grites, niña escandalosa—la regañó Vegeta cubriéndose sus oídos—. Estoy a lado tuyo.

—Lo siento, Vegeta. Es solo que me emocioné— dijo Bulma un poco avergonzada, y sí que había dado un grito ya que todos los estudiantes que estaban por ahí se les quedaba viendo. Solo así llamaba la atención de los demás… con sus gritos.


(…)


Bulma no sabía qué hacer. Desde hace un minuto que Vegeta no había dicho la siguiente pregunta y solo faltaba cuatro minutos para que el timbre sonara.

«Tal vez lo aburrí»

—Vegeta, ¿no me preguntarás más sobre mis gustos? —le preguntó ella en tono esperanzador.

—No, con lo que me respondiste es más que suficiente.

«Por ahora» pensó para él.

— ¿Suficiente para qué?—cuestionó Bulma entre confundida y recelosa.

—Para saber cómo eres.

—O sea que con lo poco que te respondí, ¿ya sabes cómo soy?

—Bueno, me hago una idea, niña— Vegeta la miró a los ojos contemplándola intensivamente—. Tenemos tiempo, solo hay que saber aprovecharlo.

Bulma no sabía qué pensar. Vegeta sí que la tenía totalmente confundida, por más que trataba de buscarle sentido y lógica a las palabras de él, no encontraba significado alguno.

Un minuto para que el timbre sonara.

Ella tomó la mano de Ouiji, supo en ese instante que lo necesitaba, necesitaba su compañía y tal vez más adelante su amistad y, ¿por qué no?... hasta su amor.

—Quiero conocerte más, Vegeta—la ojiazul estrechó más la mano de Ouiji, haciendo entrelazar sus dedos contra los de él—.Te ofrezco mi amistad.

Vegeta no lo pensó, no lo dudó, no le importó en lo absoluto romper su propia promesa. Solo esperaba no arrepentirse de su precipitada decisión más adelante… en el futuro que le aguardaba.

«Es lo único que quiero, Bulma»

El timbre sonó para avisar a los estudiantes que las clases estaban por comenzar.


Quiero agradecer a yani34 y celestina carito por sus reviews. Este fic está adaptado desde un borrador también escrito por mí. Al principio se me hacía difícil adaptar mi historia original en personajes de anime. Algo complicado de explicar y la verdad no estaba segura en subir este fic. También quiero decir que continuaré con esta historia aunque me tomará algunos días para actualizar (escuela y todo eso). Bueno, me despido y ojalá les haya sido de su agrado este segundo capítulo. Mil gracias por leer :3

Besos y abrazos

Macky Monyer :*

24/05/2015