Mi Sexy Mago Oscuro

Miraba atentamente el reloj mientras suspiraba aburrida. Estaba en una de esas clases de modales que tenia que tomar por que era la "Esposa del Rey del Mundo, La primera Dama de las Primeras Damas" estaba cansada de escuchar la misma frase de mi institutriz y de Niel. ¿Es que nunca se cansaban de repetirla?

No. Al parecer nunca se cansaban.

-Niké-sama, ponga atención- parpadee y vi a una mujer más o menos de unos 35 o 40 años, realmente no sabia. Llevaba una falda larga casi tocándole los tobillos, era de un color gris opaco y su saco era del mismo color, aunque llevaba una blusa blanca debajo no podía dejar de pensar que esa forma de vestir le sentaba muy mal y las gafas que llevaba no la ayudaban. Igual no importaba.

Asentí y voltee la mirada hacia ella mientras ella seguía hablando de no se cuantas cosas cuando algo que dijo me llamo la atención.

-…Baile de disfraces del 31 de octubre, las reuniones con los embajadores…- la pare en seco. ¿Había escuchado bien? ¿Un baile de disfraces? Una sonrisa se extendió por mis labios y mi ojos mostraban felicidad.

-Espere… ¿Aquí hacen bailes de disfraces por el 31 de octubre?. – pregunte aunque la institutriz me miro como si estuviera tonta.

-Claro que si, es natural que se festeje en el castillo con las personas importantes en el reino. – Claro que lo era.

-hmm…- Me quede pensando. ¿Qué usara Livi? No podía imaginármelo vestido de algún tipo de disfraz exótico. Aunque conociéndolo como es, dudo que se ponga algún disfraz, aun la duda sigui y no tuve mas opción que preguntar.

-y… etto… Liv- Digo su Majestad ¿También se disfrazara?- pregunte.

-Por supuesto. Seria de mala educación para los demás si no llevara algún disfraz- dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Me di una cachetada mental. Claro que era lo más obvio.

Entonces de nuevo imaginarme a Livi en algún disfraz hace que una sonrisa traviesa adornara mi cara. Aunque claro con la edad que tenia Livi ahora y con el cuerpo bastante mas desarrollado desde que llegue. No podía imaginármelo de alguna manera tierna. Como le hubiera quedado un par de años atrás.

Entonces algo se me vino a la mente. Ya tenía 3 años en este país siendo la esposa de Livi y es la primera vez que escuchaba del baile de disfraces ¿Cómo era eso posible?

-Oiga, ¿Por qué no había escuchado acerca del baile de disfraces los años pasados?-

La institutriz me miro y frunció el seño.

-Si mi memoria no me falla, si ha habido solo que usted y su majestad en esos momentos se encontraban de viaje.

-Ohh- fue todo lo que dije.

Ahora que lo decía era verdad. Aunque sonara extraño después de tres años este era mi primer baile de disfraces en el castillo.

Seguía con la intriga. ¿De qué se disfrazaría Livi?

Se lo preguntaría más tarde cuando estuviéramos en nuestra habitación.

+`+`+`+`+`+`+En La Noche+`+`+`+`+`+`+`+

Escuche la puerta abrirse lentamente. Me incorpore de la cama y dijo mi mirada hacia la persona que cruzaba el umbral de la puerta. Se veía majestuoso con sus trajes de gala. Había escuchado de Niel que Livi había tenido que asistir a una reunión con el Marques Dulam del Pais independiente del Relámpago.

-¿Qué haces despierta tan tarde? – escuche la voz de Livi resonar por toda la habitación. No la había escuchado en casi todo el día así que la extrañaba.

-Te esperaba- le dije mientras lo seguía con la mirada. Vi como se dirigía al gran closet de madera que se encontraba en una de las paredes paralelas.

-¿Seguirás mirándome así mientras me quito la ropa?- Me miro mientras levantaba una ceja y sus labios formaban una sonrisa burlona.

Desvié la mirada avergonzada

-Oh, vamos- exclamo Livi –Soy tu esposo, no tiene nada de malo- me dijo mientras sofocaba una carcajada –Incluso muchas veces me vistes desnudo- dijo con voz insinuante. Me volvía loca.

-C-Claro, cuando eras un mocoso precoz y tu cuerpo era de un niño y h-hoy y-ya –n-no. – mis palabras quedaron en la boca cuando Livi me miro con la burla en la cara.

Cerré mis ojos y me escondí en las sabanas.

-¿Asi que mi cuerpo ya no es el de un niño, eh?- susurro mas para el mismo que para mi. Aunque aun así lo alcance a escuchar.

Sentí que el colchón se hundía a mi lado, así que supe que el se había acostado ya.

-¿L-Livi?- pregunte, Salí de la seguridad de mis sabanas para mirar su cara. -¿De que te disfrazaras para el baile?- le pregunte.

-hmm- se quedo pensativo y después puso su dedo índice en su boca y una sonrisa traviesa característica de el se asomo en sus labios.- No te diré, es sorpresa-

Mi boca formo una perfecta "O" . Y después observe como se recostaba y se dormía dejándome indignada. Y con la duda en mis labios.

Habían pasado un par de día desde nuestra platica en nuestra habitación y cada vez que lo veía le hacia la misma pregunta, e incluso le hacía unos leves pucheros que en vez de causare lastima y me dijera, solo le causaba risa.

-¿Por favor? ¿si?- le dije mientras mis ojos mostraban una expresión de inocencia.

-No, te lo dije, es sorpresa. Mañana sabrás- dijo y entonces algo hizo click en mi cabeza.

¡Era Mañana!

Había estado tan ocupada con mi pequeño juego de descubrir que disfraz usaría Livi que se me había olvidado escoger el mío.

Llegue a mi habitación pensando en eso cuando encontré una enorme caja en la cama. Parecía mas una especie de regalo enorme.

Deslice el delicado listón azul que se encontraba atado en la caja, esta era de un color blanco como la nieve haciendo resaltar el listón al ver el color lo primero que se me vino a la mente era el hermoso color de ojos de Livi que últimamente se había convertido en mi favorito. Un hermoso y atrayente azul rey.

Abrí la caja lentamente y me encontré un hermoso disfraz que al parecer era de hechicera blanca. Este contenía un hermoso vestido blanco con algunos toques dorados. Era ceñido del pecho resaltando mis atributos de mujer y mis caderas. Bajo el corset se encontraba la falta que era de tipo "A" con caída libre. Traía una capa igualmente blanca con toques dorados que hiba a juego con el conjunto.

Sonreí. Supuse que Livi lo había mandado, sabia que había descuidado esto por estar persiguiéndolo. Luego le daría las gracias.

Ya era noche así que lo guarde cuidadosamente en la caja y me dispuse a asearme para después dormirme.

Sabia que Livi terminaría hoy hasta tarde así que no me importo salir en ropa interior hacia la cama mientras iba por la pijama que había dejado en mi cama.

Gire la manija de la puerta y mis ojos se abren de par en par por la sorpresa/vergüenza.

Livi estaba sentado en la cama con la misma cara que yo. Enseguida me sonroje y volví dentro de la habitación. Definitivamente había sido una mala idea.

Cuando finalmente Salí me encontré la habitación vacía. Corrí hacia la cama coja la pijama y como un rayo volvía al baño. Salí vestida y me dirija hacia la cama y me dispuse a dormir. Fallando en el intento. Después de lo ocurrido hace unos momentos mi corazón no dejaba de latir desenfrenadamente.

+`+`+`+`+`+`+`+ La Noche Del Baile+`+`+`+`+`+`+`+`+

Mi mirada se paseaba nerviosamente por todo el salón buscando la figura de mi esposo. Estaba impaciente, al parecer la curiosidad se había hecho mas fuerte en mi.

Niel me miraba como si estuviera buscando algo. Y no se equivocada.

-¿A quien busca, Nike-sama?- escuche su monótona voz en mi oído para que las personas indiscretas no escucharan. -¿Busca a su Majestad?- ¡Bingo! Había dado en el clavo.

Asentí levemente y después dirija mi mirada al mayordomo.

-¿Sabes donde esta?- le pregunte en un susurro.

Asintió levemente mientras que mis ojos se iluminaban por la esperanza.

-¿Dónde se encuentra?- Pregunte rápidamente

-En el despacho- No espere a que me dijera nada más.

Me encontraba en el salón de baile del castillo. Habías tantas personas que a penas y se podían ver los hermosos azulejos que adornaban el piso y de los cuales yo disfrutaba observar. Con prisa me moví por la masa de personas que al verme pasar inclinaban levemente la cabeza demostrando su respeto. Y otras solo se hacían a un lado dándome acceso hacia las escaleras.

Traía puesto el disfraz que Livi había escogido para mi.

Mi respiración se acelero a medida que iba subiendo las escaleras.

Llegue a la gran puerta del despacho del rey. En este punto sentía mi corazón en la boca. No entendía por que ponía tan nerviosa.

Tome el pestillo de la puerta y lo gire levemente. Se escucho un sonido sordo mientras abría la puerta lentamente y junto al gran ventanal que se encontraba detrás del escritorio de Livi estaba una figura masculina. Aunque no podía ver bien que traía puesto ya que la luz era nula. Excepto por la luz de la luna que bañaba la habitación. Dejando ver pequeñas sombras que en alguna otra situación me hubieran dado miedo.

-¿L-Livi?- mi voz salió temblorosa.

El hombre que estaba aun volteado hacia el ventanal giro lentamente mientras su rostro quedaba por la poca luz de la habitación.

-Niké, no debiste venir, no tu sola. – con voz traviesa. Que aun si saber por qué hiso que los bellos de mi nuca se erizaran y mis mejillas ardieran.

-D-Déjate de B-bromas- le conteste con voz entrecortada.

-¿Sabías que en la noche del 31 de octubre las hechiceras y los magos oscuros se unen?- su pregunta me pillo desprevenida.

-No, ¿Tenía que saberlo?-

-Se supone que si, ya que tu eres una hechicera y yo un mago oscuro- entonces un trueno sonó y la habitación se ilumino una fracción de segundo dejándome ver una imagen que me dejo sin habla.

Livius, vestido de una mago oscuro sin igual. Traía unos pantalones negros ceñidos, resaltando cierta parte de su anatomía mientras que del pecho solo contaba con una capa que cubria su desnudo pecho.

Sentí mi cara arder. No estaba preparada para esa escena.

Vi como Livi sonreía con suficiencia.

Lo estaba disfrutando. De verdad que si.

Di media vuelta con intención de salir de la habitación pero unas manos sujetaron mi cintura mientras que la otra mantenía la puerta cerrada. Yo me encontraba recargada en la pared mientras que el cuerpo semi-desnudo de Livi se recargaba contra mi espalda. Sentía su aliento en oído mientras que la sangre me hervía por la excitación.

-L-Livius- su nombre salió entre suspiros de mis labios.

Se pego mas a mi cuerpo, dejándome sentir cierta parte de él que estaba excitada.

-Te deseo- Esas palabras resonaron en toda la habitación.

Estaba a punto de responderle cuando me volteo y estampo sus labios contra los míos devorándolos como nunca. Haciéndome llegar al mismo cielo y descender al mismo infierno.

Le devolví el beso con la misma intensidad.

De un momento a otro sus manos recorrían mi cuerpo con desesperación. Mis piernas temblaban y pensaba que no podría sostenerme. Y Literalmente no lo hice. Porque la puerta del despacho se abrió inesperadamente dejando ver a un Niel, mas que sonrojado y avergonzado por la situación. Escuche un gruñido de Livi, mientras que el mayordomo recuperaba la compostura y nosotros arreglábamos nuestras ropas.

-ejem- dijo aclarando su garganta- Loa invitados esperan la aparición del rey.

Livius le dedico una mirada asesina. Tomo el chaleco, el cual yo no había visto y se lo coloco completando el disfraz.

Tomo mi mano y nos dijimos al salón de baile.

Se acerco a mi oído y me susurro algo. Nos detuvimos en la puerta para esperar a que nos anunciaran. Cuando Salí. Estaba completamente roja.

-Seguiremos con lo que estábamos haciendo en nuestra habitación- Fueron las palabras que Livius me había susurrado antes de salir. Y aunque no lo diga yo también lo esperaba.

Fin.

Espero que no me maten, pero yo había decidido no hacer lemon Nunca. Aunque pocos me conocen con este apodo en otro grupo me conocían como la REINA DEL LEMON. Asi que le di mi toque caliente al fic espero lo disfruten