Después de leer el fic: Instinto animal. La pareja me super convenció XD.
Haré otros drabbles. Sí todo marcha bien, creo que podré hacer una historia larga en forma, con algún tema en Au (universo alterno). Practicar XD.


La naturaleza en medio de ese pasaje antiguo, desembocaba en un mundo desalmado. Y ser lanzada desde muy niña a la directa realidad, con un deterioro de familiaridad que la aterrorizaba. El miedo era una de las cosas a las que siempre se enfrentaba a su escasa edad de doce años, cuando tuvo que madurar sorpresivamente y anteponerse con valentía, por la enfermedad de su madre Bulma. La jovencita se obligó a sí misma, a ayudarle a su progenitora, a buscarle provisiones en los pueblos más cercanos y de paso, revisar la cosecha del pequeño huerto de la maltrecha cabaña de donde ambas vivían.

Bra estaba junto a un pequeño arroyo encima de una grande roca, dejando que la fuerte luz del sol se filtrara entre las ramas de los impenetrables árboles de enfrente. La luminosidad natural la bañaba alrededor de su delgado cuerpo, detallándose en su fino rostro, una expresión tan solemne y orgullosa, al igual que su frío corazón. En ese día, ella se hallaba sola. No era realmente nuevo. Pero era un sentimiento desconocido, que a veces la acompañaba. Porque de hecho así era, estaba muy sola. El largo cabello turquesa le cayó como una cascada sobre la espalda, en un movimiento sensual, a la vez que esos filosos ojos escudriñaban el riachuelo, mientras un hermoso faisán de color morado con su plumaje multicolor brillante, se inclinaba con su piquillo dispuesto a sorber un poco del agua.

Esta vida que ella llevaba, no era exactamente una subsistencia trascendental, sino una existencia vacía hasta el fin de sus tiempos. Con las partes inquietantes de su pasado, escarmentando su mente hiperactiva. Porque cada vez que la joven pensaba en ello, el futuro se convertía en su presente y se encontró con que no le gustaba para nada, lo odiaba. Ella quería únicamente disfrutar el paisaje, a medida de que el sol se pretendía ocultar entre las colinas aledañas.

Un suave viento silbaba a través de las ligeras corrientes del aire, azotando sin distinción las ropas viejas de Bra, el espacioso campo verde a su lado y la canasta de mimbre que con un par de tiras sueltas en la base del objeto, se agitaron despacio por el aire, siendo sujetado con fuerza por las delicadas manos de ella. El atardecer envolvió el cielo, al ponerse de un tono arcilla en la cúspide.

Y la mezcla de miedo con perplejidad, se entrelazaron en los pensamientos de la chica, al observar al costado de un árbol, a un demonio de cabellera ennegrecida, mirándola fijamente. Brolly, era el nombre designado de aquel ser.

La criatura inhaló el aroma dulce almizclado de flores, limpio y fértil, procedente de la humana a unos cuantos metros de él. Y se desató el deseo instantáneo en el demonio salvaje y atractivo, al decidir a cazar a esa exquisita presa. La chiquilla que él estaba viendo, se notaba que se encontraba saludable. Los ojos oscuros de Bolly, brillaban intensamente en malicia. Las formas menores de vida de ese bosque, que habitaban la tierra y el aire, sintieron la presencia del demonio, y sabían que él estaba de cacería. Ellos sabían que la criatura salvaje buscaba saciar su hambre, sin embargo, ellos no entraban en su línea discreta de menú, porque el demonio buscaba una cierta sangre y carne requerida para satisfacerse, pero no para llenar su voraz estómago, sino para un llenado de un hambre completamente diferente, una que era más fuerte, exigente y exasperada, en cuanto encontraba a la presa indicada. Pero esta tarde, el gran Brolly había encontrado exactamente lo que buscaba.

La brisa no ofrecía ningún tipo de alivio en ese momento, sólo una promesa de una próxima tormenta crucial, en donde Bra decidió que tenía que escapar rápidamente. Ella se sentía desfallecida y con mucho temor, con sus ojos abiertos de la sorpresa, al reconocer el peligro. La joven trató de sacar su cabeza atormentada, decidiendo mantenerse muy concentrada.

Las garras del demonio crujieron con sutileza, con una voz varonil que empezó a silbar graciosamente, para burlarse de la humana. La jovencita empieza a girar su cabeza hacia el lado izquierdo para observar alrededor del lugar y poder distinguir, unos cuantos árboles en una línea paralela y un poco más lejos, había unas montañas que en sus picos más altísimos, estaban cubiertos de un tono blanquecino. Esos ojos oscuros del demonio, se clavaron en las orbes azules de Bra, sumándole que la iba a cazar en ese momento.