III
(por" kagome)
Como puede una sola persona llevarte al cielo solo con una mirada y al infierno con solo decir una palabra. Y, las palabras son las que más duelen cuando provienen de la persona que te gusta, aunque ahora que lo pienso no tiene ninguna razón de ser, ni lo que pienso, ni lo que siento. Pero aun así, sus ojos dorados se me hacen tan parecidos a los de "el" que aun siento como mi corazón late al recordarlos. ¡No Kagome!. Lo que sientes es solo confusión, aun no lo has olvidado y ahora tratas de llenar ese vacío con alguien parecido a él. ¿Pero porque mi mente querría hacerme esto?. Por culpa del maldito de Inuyasha tuve que abandonar mi ciudad, mudarme a Tokio, lejos de mi familia y de mi mejor amiga Sango.
Eso no importa ahora el seguramente esta con Kikio, deben estar disfrutándose el uno al otro .A veces me pregunto cómo pude dejar que todo eso me pasara. Tal vez sea verdad que el amor en las personas ciega muchas verdades, yo no quería admitir que él no me amaba, y mi amor era tan intenso que no escuchaba.
A solas, de nuevo sola en mi pequeño apartamento que parece tan grande sin nadie que me hable.
Miro otra vez mi muñeca, como pude ser capaz de reaccionar así, me siento tan avergonzada, lo mejor será que busque otro empleo , tal vez.. En la tienda de alado necesiten una cajera, pero.. Es tan difícil conseguir trabajo y aun mas para alguien que no se ha graduado ni siquiera de segundaria.
Aun recuerdo ese tormentoso día en el que comenzó todo:
Estaba en el salón de clases, terminando la tarea de matemáticas ¡las odiaba!, estaba a punto de reprobar esa materia por culpa de Kikio, ella le había dicho al profesor que había hecho trampa las últimas semanas en las pruebas de cálculo. Lo cual, todo fue cierto pero.. , no cuando todo lo hice para ayudarla a ella aprobar. Así es, yo le pasaba mis hojas, yo era su cómplice en esto porque : ella era mi amiga.
Mi gran "amiga". Había dejado de pasar tiempo con Sango, solamente por estar con ella, ¿Y porque lo hacía?. Por su popularidad, ella me ayudaba a tener más amigos, expandir mi círculo social: ir a fiestas, ir de compras, usar maquillaje. Todo lo que hace una chica normal de 17 años.
La verdad era que a cambio de favores, yo me sentía parte del grupo, que por primera vez encajaba en algo a más de ser una nerd, esta vez era una chica lista, bonita, agradable para todos los demás.
Tristemente, tarde comprendí que Kikio no solo me usaba para pasar las materias, era también para acercarse al chico que le gustaba: Era alto, popular apuesto, inteligente, tierno. Era mi novio y kikio pretendía quedarse con él.
Y como iba diciendo: después de terminar mi tarea extra de matemáticas, fui hacia el bazar, tenía mucha sed y solo quería beber un poco de agua después de tanto agotamiento mental.
En la esquina del bar, atrás de la pared de este: estaban dos muchachos besándose frenéticamente tanto que sus gemidos de pasión llegaron a mis oídos, yo solo asentí la cabeza a manera de complicidad, parecía que esa pareja se amaba mucho y eso me alegraba por alguna razón, pero cuando pretendía marcharme e ir de vuelta al salón los susurros de la chica se hacían cada vez más intensos hasta que escuche el nombre de mi amado desprenderse de sus labios.
-Inuyasha!- grite al acercarme a menos de un metro de ellos, era kikio quien susurraba su nombre, tenia los brazos colgando del cuello de él. Mi cuerpo por su propia cuenta comenzó a correr lo más rápido que podía..
Luego de hacer mi huida. El mismísimo demonio tomo mi brazo deteniéndome, ya estaba bastante lejos del bazar, de kikio, y del colegio. Pero el estaba ahí, como una maldición: me seguía a todas partes.
-Kagome tenemos que hablar- suplico, y sus ojos parecían tan inocentes, la verdad. Yo les hubiera creído pero después de lo que los míos acabaron de ver, su mirada de cachorrito adolorido no va a convencerme tan fácilmente.
-Entonces..Eso era..- dije vacilante- Entonces .. Tú.- mi mente no podía pensar, estaba sumergida en mi propio mundo y solo podían balbucear tonterías, pero él lo entendió, me conocía perfectamente.
-Así es :Estoy enamorado de kikio - dijo sin mirarme.
- Si eso sentías, ¿entonces porque me engañaste?, y porque me diste este anillo.- le pregunte indignada.
-No sabía como decírtelo.. Y quería suavizar la situación, creí que te merecías algo acabijo después de todo lo que hice.- dijo cínicamente.
-No necesito esto.. – Le dije agachada la cabeza y murmurando, no quería que me viera llorar.-¡Eres un maldito cretino!.- le grite, y le tire el anillo en su cara.
Me fugue del colegio ese día, era demasiado dolor en un solo día, caminaba despacio no sabía a qué lugar llegaría, la casa de inuyasha estaba solo a cinco cuadras de la mía, aunque su casa era una mansión increíble y yo vivía cerca del almacén de comestibles rodeando el parque. Nos veíamos inevitablemente. Trate de tomar el camino más largo, pase cerca de una academia de boxeo.
Era increíble ver a tantas personas desquitar su ira en un saco cilíndrico precisamente puesto ahí para ser golpeado. Yo también quería hacerlo, imaginaria la cara de inuyasha y lo golpearía hasta el cansancio, luego pensaría que es kikio y lo golpearía aun con más fuerza.
Entre allí, era un salón amplio y limpio, había un manojo de hombres musculosos viéndome con asombro. No me importo. Mi vista aun estaba en el saco.
Monótonamente pregunte cuando costaba la hora en el gimnasio y era más caro de lo que pensaba, tuve que incluir el dinero que se suponía iba a gastarlo en el cine. No importaba, pague el dinero y subí hacia una lona blanca.
Pero una mano me detuvo..Y me atrajo hacia el cuerpo firme y los brazos fuertes del instructor.
-Señorita.. Piensa subir con minifalda y saco de lana. Seguramente le será incomodo utilizar eso para hacer ejercicio.
-No tengo otra cosa que ponerme- conteste furiosa, había pagado por esto ¡a el que le importaba como me vistiera!.
-No lo digo por eso, mire a su alrededor- lo hice, habían muchos hombres poniéndome como el centro de atención y saludándome lascivamente-Tengo una hija que es de su misma talla, usted tal vez la conozca va en la academia Fuga, se llama Sango loquísima.
-Es mi amiga- le dije y el sonrió- ya lo presentía te ves tal y como ella te describió.
El señor me condujo hacia un pasillo lleno de casilleros y alado de estos cerca de una pared estaba colocada una silla amplia. Me vestí. El señor se ofreció a ayudarme a entrenar todos los días con un buen descuento , yo acepte. Quería quitarme toda la ira que tenia dentro y aprender a defenderme, pero esta vez, solo esta vez. Quería practicar sola.
Estuve mas de dos horas golpeando el saco de arena, lo más fuerte que podía , siempre manteniendo el ritmo y respirando cada golpe como el papa de Sango me había indicado.
Los muchachos que estuvieron mirándome curiosamente desde que entre ,se habían reunido bajo del rin, y me estaban dando ánimos y gritando piropos sorprendidos.
Sentía como mi mente se iba tranquilizando en cada golpe, y como las gotas de sudor de mi cara se unían con las de mi camisa, me comencé a sentir feliz y cansada al mismo tiempo y era muy gracioso ver a tantos hombres musculosos gritando ¡Bonsái! (animo, tú puedes).
Luego sentí de nuevo una mano pesada y fuerte sobre mi pequeño y frágil hombro.
-Ya son tres horas señorita, y usted solo ha pagado dos- me dijo tranquilamente.
-No se preocupe, por ser amiga de mi hija no le cobrare nada extra. Pero temo que tendrá que retirarse, los chicos que usted ve ahí abajo tienen entrenamiento cuerpo a cuerpo.
Asentí y cuando comenzaba a bajar del rin había muchos chicos que me decían piropos y me ofrecían sus números de teléfono.
-Eres increíble, ni siquiera nosotros podemos durar tanto tiempo golpeando con la misma fuerza e intensidad que al principio-
-Me das tu número de teléfono, además de fuerte , eres hermosa.-
-¡Que hermosa eres!
-Waooo eres increíble.-
-Adiós, espero verte pronto.-
-Por favor, vuelve a venir mañana!.
Y los piropos siguieron hasta que tome mi ropa de colegiala y abandone la academia.
Estaba feliz, todo eso aumento mi autoestima.. los próximos días después del colegio volví y seguí entrenando junto con sango, faltaba un mes para la graduación y ya me había olvidado de inuyasha, lo tenía bloqueado , porque evitaba verle el dolor no aparecía y pensaba que ya había superado mis sentimientos por él, ahora tenía más amigos y pretendientes, mi amiga sango, mi familia. Era feliz de nuevo.
Hasta que un día después de mi entrenamiento, el codo de un señor peli plateado rozo mi cuello.
-Ahí, lo siento señorita- dijo sobándose la nuca- P-pero si es kagome.
Al escuchar mi nombre voltee la cabeza y mire hacia el cielo, era un hombre realmente alto y su pelo peli plata no era más que la herencia que le había dejado a los genes de mi ex novio.
-Señor taisho ¿Qué hace usted por aquí?- le pregunte.
-Oh solo estoy comprando un pastel, y encargando otro para el compromiso de mi hijo- contesto sonriente.
-Pero no tiene sirvientes que hacen eso por usted- dije distraídamente.
-Ah de los pasteles, me encargo yo, tu sabes que lo dulce me encanta- replico tomando una muestra de torta y llevándosela a la boca.
El señor taisho, era tan parecido a inuyasha siempre actuando por impulso, sonreí, pero luego un pensamiento turbio choco mi mente-
-¿Usted había dicho compromiso?.. A qué.. Se refiere- pregunte rogándole al cielo que no fuera lo que pensaba.
-Ah no lo sabes. Inuyasha mi hijo menor se va a casar con kikio- dijo aun mordisqueando el pedazo de pastel, las migas se acomodaban en su cara y el estaba feliz , aun no se daba cuenta del peso que tenían sus palabras para mí en ese momento.
-¿Pero .. Porque te asombras kagome, como su mejor amiga deberías saberlo?- cuestiono mirándome a los ojos.
-¿amiga?-
- Si, para ser te sincero pensé que como tú e inuyasha siempre estaban juntos. Tú eras su novia. Pero el me aclaro que eras solo su mejor amiga.
¿Enserio, algo puede ser peor que tu novio ni siquiera le diga a tus padres de su verdadera relación contigo, que mienta después de haberte engañado con una de "tus amigas" que luego de todo se vaya a casar, que no te enteres de ello , y que al final solo te tome como una "amiga" cuando soy su ex novia.?
-En fin, como el desconsiderado de mi hijo no te invito a su boda que será este sábado, lo hare yo. Y me entrego una tarjeta que tenia inscrito en letras muy elegantes:
La Familia Taisho.
Te invita a ti y a tus seres queridos a conmemorar con nosotros este día tan especial que tendrá lugar en la iglesia de la hermandad, cerca de las torres de Kioto.
Sábado 6/11/2015
1:00 pm
Por favor conservar esta invitación, de otro modo se le negara el ingreso.
El señor taisho me miro sonriente una vez mas y luego se despidió de mi alborotándome la cabeza, tal cual niña pequeña. Yo sabía que aunque él tuviera mucho dinero y viviera apartado de la sociedad por culpa de su exigente trabajo, era una gran persona, era alguien a quien quería y respetaba porque lo conocía desde mi infancia y solía jugar en su mansión con Inuyasha, alguien de corazón puro y bondadoso, a veces infantil y travieso. El ahora se alejaba y yo aun seguía mirando el papel, arrugándolo con llanta fuerza y manchándolo con una de mis lágrimas llenas de rabia.
No sabía el porqué. Aun me salían lágrimas al recordar el pasado.
Escuche fuertes y apresurados golpes en mi puerta, seguramente era el casero, me apresure a levantarme de la cama y abrí.
-Señorita: ¿sabe cuánto tiempo he esperado la renta?- me regaño y yo solo me encogí de hombros.
-lo siento- respondí
-Una disculpa no es suficiente- continúo. Ya tengo una buena oferta para este departamento , será mejor que .. Recojas tus cosas mañana temprano y te largues!-
Sus palabras lo decían todo estaba más que molesto, no los culpo son siete meses sin pagar nada, más bien ya me lo esperaba ningún arrendatario tendría tanta paciencia.
Al salir el casero azoto la puerta y yo me quede inmóvil por un momento, no tenia excusas, apoye mi espalda en la puerta y me resbale lentamente hacia el suelo: recogí mis hombros y me encorve en posición fetal, mi cara estaba tan mojada envuelta de sudor y lagrimas que lo único que se me ocurrió fue ponerla en la abertura vacía que habían creado mis brazos.
El día siguiente llego como un castigo para mi alma rota y para mis ojos la luz era tan dolorosa que apenas lograba abrirlos. Me había quedado dormida en ese mismo lugar inconscientemente después de llorar hasta quedar seca, mis ojos me dolían, también la cabeza.
Después de vestirme y recoger lo más importante salí de allí, con mis maletas antes de que el venga a sacarme por su propia mano, no se me había ocurrido que haría después ayer solo estuve renegando de mi absurda existencia , no tenía un plan, solo se me ocurrió esperar un taxi en las escaleras de la entrada del edificio.
Mis ojos aun me dolían, era tan intenso y desagradable no poderlos abrir, pero no tanto lo que sintió mi corazón al verlo de nuevo, el chico de los ojos dorados, estaba conduciendo un foro ultimo modelo y lo dejo estacionado en la entrada del edificio de prensa ¿El trabajaba ahí?
Eso tal vez explicaría su atuendo refinado de siempre, esta vez usa una chaqueta casimir y blusa blanca y pantalones azulados. Creo que el estilo formal le gusta pero el día de hoy agrego una bufanda negra para complementar.
Yo me encontraba sentada en una de las gradas del edificio donde vivía, acompañada solo por mis maletas a ambos lados, me dedicaba a observarlo. Por lo menos viéndolo así se veía más atractivo. ¡Pero qué demonios! .No no debo pensar de esa forma. Ese idiota me insulto, me hizo ver como una cualquiera, y casi pierdo mi trabajo por él. Si no fuera que antes de salir de mí departamento le llame a mi jefe para disculparme. Y , ahora solo espero al taxi que llame hace unos minutos para que me lleve al trabajo. Aun no sé donde viviré pero seguramente Taro sabrá que hacer.
El taxi se estaciona detrás del automóvil del peli plateado que camina tan despacio y distraído que no nota a los dos tipos con cuchillos tras él, mi corazón lo reconoce y me hace correr a salvarlo, ellos están tan cuidadosamente pegados sus ojos maleantes en el que no miran a la pequeña chica detrás de sus espaldas.
No lo pensé, No tuve tiempo para pensarlo: Al primer sujeto que iba en frente le empuje contra su compinche, logrando herir a su amigo, yo sonreía, casi tan estúpidamente disfrute la poca victoria que el tipo también me apuñalo a mí y luego salieron corriendo para darse completamente a la fuga en un carro que los esperaba.
Resistí la herida sin gritar, solo apreté los dientes, no quería ayuda , no quería quejarme porque no quería recibir la ayuda de nadie, tampoco podía hacerlo me dolía respirar, tal vez ahora si moriría y no sería tan espeluznante como lo había pensado antes, por lo menos una vida en pago por dar la mía, aunque mi vida fue un asco espero que esta persona la disfrute mejor que yo.
Sonreí, al fin pude poner en práctica uno de los muchos movientes de box que aprendí en la academia, Al fin, todo terminaría, lo sabía..
El chico de los ojos dorados me gritaba pero yo casi escuchaba, me estaba viendo con tristeza
Igual que ayer ,se sentía tan real, sus manos eran tan fuertes y cálidas. Me estaba acariciando con mucha ternura la cabeza; una de sus lágrimas azules cayó en el centro de mi mejilla sonrosada, no por el gesto tan lindo, el aire estaba escapando lentamente de mis pulmones, y antes de que mi visión se nublara vi el carnet de visitante, colocado en el bolsillo de chaqueta.
Así que te llamas seshomaru
-Pequeña Mosa.. Tienes que resistir.. .- me susurro en el oído, y sentí como una lagrima suya me congelaba, cerré mis ojos y respire profundo. Su rostro comenzó a verse borroso hasta que todo en mi mundo se hizo tinieblas.
Continuara…