Mi corazón palpitaba mil segundos por cada respiración, pareciese que el aire se me acababa y que la habitación se encogía mas y mas hasta dejarme completamente indefensa y muy cerca de aquel seductor de ojos ámbar que me miraba atentamente y con la postura erguida hacia el otro costado.

-¿Por qué estoy viva?- le pregunte con firme intención de reprocharle esa acción pero el no lo sabia y ni siquiera entendería: mis razones que para alguien que no me conoce parecerían estúpidas y sin sentido.

-Después de que te desmayaras a causa de la hemorragia, llame a la ambulancia y asi logramos salvar tu vida. ¿Pero porque no te alegras?.

-¿Salvarme?- pregunte sarcástica y el lo noto.-Mas bien aquí la única que salvo a alguien fui yo- le dije sin sostener palabra

-¿De que hablas?- pregunto y yo lo mire.

-Si me hirieron esos tipos fue solo porque intente salvarte y mirate aquí estas y sin rasguño alguno señor Taisho.

-Fue por eso que ..- se le corto la voz- ahora lo entiendo todo- asintió la cabeza y volvió a mirarme.

-¿Cómo me llamaste?

-Señor Taisho.

-oh por favor asi se llama mi padre- se burlo- A mi solo dime Seshomaru.

-¿Seshomaru Taisho?.

-¿Cómo fue que te diste cuenta de mi nombre?- pregunto

-Tu carnet de visitante- le conteste

-Kagome, lo siento mucho, te juro que te compensare de una u otra forma lo que acabaste de hacer por mi.. pero- me indico las maletas que llevaba antes del accidente.-¿Tienes a donde ir?.- pregunto y yo me tense ¡claro que no! Era la respuesta pero yo solo asentí la cabeza en forma afirmativa, no quería que el supiera que no tenia a donde ir.

-¿Cómo sabes mi nombre?.- le pregunte fijando mi vista en sus ojos.

- Tu celular sonó cuando te desmayaste, el portero se quejaba de unas maletas en la entrada pertenecientes a una tal kagome Higurashi, que había salido de allí corriendo justo hacia mi dirección. Fue entonces cuando me di cuenta que eras tu.

-¿Podrías dejarme sola?.- le dije.

-Kagome lamento mucho lo sucedido si hay alguna forma de compensártelo solo llámame- y me dejo una tarjetita con su numero y dirección de oficina.

-No te sientas culpable de nada.- le conteste.- lo hice porque quise ni tu ni nadie me debe nada.- le dije y mi respuesta pareció no agradarle, se detuvo en frente de la puerta y me hizo una señal con los dedos al aire dejándome ver solamente su espalda, mire el movimiento de su brazo caer rápidamente y luego desapareció entre los pasillos como acostumbra.

Mi cuerpo me dolía pero luego en el transcurso de una semana el dolor fue soportable, podía convivir con el y moverme a mi antojo, me dieron de alta y por alguna razón esperaba verlo a el , otra vez pero no apareció y con mi desilusión por la vida por el mundo y por mi pasado que llevando memoria era el causante de todos mis sucesos presentes tome la decisión de irme.

De una vez y sin querer dejar rastro de mi infelicidad, quería desaparecer de este mundo y para siempre.. y nunca mas volver a conocer a un Taisho.

La llegada hacia el acantilado mas alto que conocía de Kyoto, fue casi monótona, no me di tiempo el pensar en como o que llevaría hasta aquí si no necesitaba nada, solamente me vi parada en medio del peñasco con los sentimientos vacios y la mente despejada. Estaba lista.

Mis manos estaban limpias, sin sudor ni nerviosismo. Lo único que me faltaba antes de embarcarme a ciegas en el infierno era gritar mi dolor, era gritar. Era maldecir por ultima vez al gran amor de mi vida que me empujaba a tener este trágico destino, porque sin el yo no era nada y con el mi vida era una miseria. Y, sin mas opción obedezco a mi corazón que desea odiarlo y así lo hago.

-¡Inuyasha!- grito con toda la fuerza de mis pulmones.- ¡Maldito cretino, espero que tu y kikio se pudran en el infierno!.- mi sonrisa sarcástica otra vez me contradice, comienzo a reír como una psicópata porque al final pienso que allí es donde también yo iré, ya que.. me suicidare.

-Ya esta, ahora descasaré en paz hasta que la vida me separe de ti- Una ultima broma macabra antes de irme que es una parodia del convencional muy conocido " serle fiel hasta que la muerte los separe".

-Ojala nunca te hubiera conocido..- mi voz se corto .

-Adios..

-¡ESPERA!

Mi mente se nubla y dudo al seguir con mi causa, esa voz era de.. del mismísimo ¿Inuyasha?

-Kagome porfavor no lo hagas- suplico con una voz ronca, la misma que temblaba con gran miedo en cada palabra.

-Yo se, que no meresco nada de ti y que todo lo que has sufrido hasta ahora es por mi culpa,por eso se que no mereces morir.

Mi mente se turbo y comence a pensar incoherencias que de a poco se hacian realidad, mis puños se apretaron tan fuerte que me dolia, pero a la vez ese dolor era el que me tranquilizaba. Me movi lentamente hacia la voz del hombre que me había estado hablando y de a poco abri mis ojos negros.. viendo al comienzo borrosamente su rostro, hasta que los abri completamente y el había estado llorando.

-¿Por qué lloras?.- le pregunte.

-Es por que soy un imbécil- contesto y yo sonreí.

-Es verdad- le dije.

Cuando Inuyasha pretendía acercarse hacia mi una mano lo detuvo en seco.

-Aléjate de ella-

-¿Seshomaru?.. ¿Pero que?.. Tu la conoces.- Las preguntas de su hermano menor no se hicieron esperar y su hermano mayor lo miro fija y seriamente.

-Hablare contigo luego, ahora quiero que me dejes a solas con Kagome- le ordeno. Y, aunque su hermano no entendía la situación, decidió ceder y dejarnos a solas.

-¿Seshomaru tu..?-

- Ya lo sabes cierto..

-¿Qué?-

-Inuyasha es mi hermano menor-

-Lo supe por tu apellido y también porque el señor Taisho tu padre siempre me contaba historias sobre ti.

-¿Por eso querías suicidarte? ¿Por qué mi apellido te recordó a el?.

-….. No…

-Cuando estuviste internada en el hospital, recaude información sobre ti, se que no tienes a donde ir, que el arrendatario te hecho del lugar de donde vivías.

- Eso no te impor…

-Se que huiste de Tokio, por tu mala reputación y que no has hablado con tus familiares hace dos años, tampoco acabaste la segundaria por el incidente de la gradación y que tu fuiste solo una victima de las mentiras de Kikyo.

-¿Conoces a kikyo?.-

-Es mi prometida-

Mi cuerpo comenzoa descomponerse y las nauseas comenzaron a formarse ¿Kikyo? Esa maldita que destruyo mi vida, la vida simple y feliz que tenia..

-¿Ella te hablo de mi?-

-No, pero Taro ya me informo cada detalle, por eso cancele definitivamente nuestra relacion- explico.

-¿Dime Seshomaru cierto? ¿Por qué te importa tanto lo que me paso antes y lo que me esta sucediendo ahora?.

- Mi padre murio hace dos años aproximadamante y todo esto coincide con la desaparicion tuya y de Inuyasha en aquel entonces, alguien es el responsable de su muerte y ahora tengo dos sospechosas mas.. Tu y Kikyo..- Me miro seriamente..

-¿Acaso insinuas que yo..?- Mis lagrimas no dejaban de rodearme el rostro, el señor Taisho era realmente una buena persona y no merecia ese final .. ¿Qué paso hace dos años?.. ahora Seshomaru me observa atentamente, buscando evidencia de arriba abajo ¿acaso el intentaba acercarse hacia mi por esa razon.. si.. debio ser por esa razon .. eso explica nuestro encuentro por segunda vez.

-Talvez.. pero mas que un talvez, mi instinto sugiere algo mas.. posiblemente todo lo que paso apunta a que seas la sospechosa pero Kikyo es muy inteligente y calculadora, pudo utilizarte.. de una forma en la que no te dieras cuenta…Kikio fue muy inteligente, evito a todos los obstaculos hasta llegar hasta mi corazon, lo logro la muy maldita, pero luego averigue que mas que amor incondicional, buscaba la herencia que mi padre había dejado y sin rastros de Inuyasha hasta hoy me perteneceria.- sus palabras parecian vacias e indiferente pero algo en mi corazon me decia lo mucho que le dolia haber sido engañado.

- Te devolvere el favor que me hiciste hace una semana, recuperaras tu vida, la que te fue arrebatada y ambos desenmascararemos al asesino.- empuño su mano y ladeo la cabeza.

- Viviras conmigo durante un tiempo.. mientras encuentras un lugar comodo y seguro a donde puedas ir- ordeno.- Ah, hay algo mas … no quiero que por ningún motivo vuelvas a ver a Inuyasha .. y si el intenta buscarte..amenazarte .. o incomodarte, tu solo debes llamarme y yo me hare cargo.-sus palabras de alguna manera me dieron animo para seguir y para confiar en el , seque mis lagrimas con mi brazo y cuando el se dio la vuelta y empezo a caminar tan solo lo segui. Caminamos rodeando el peñasco hasta llegar a su elegante coche rojo, el atardecer matizaba un color anaranjado bordando el lienzo del sol en el horizonte.

Continuara..