Anything

Aclaración: todos los personajes pertenecen a JK Rowling y la trama a iheartwriting quien me dio la autorización de traducir su historia al español.


La tarde transcurría lentamente mientras el sol se escondía por el oeste, dando paso a una noche que daba una sensación de ser particularmente larga y oscura, porque ni a Harry ni a mí se nos ocurrían lugares para buscar George.

Nos detuvimos en el piso una vez más, sólo para asegurarnos de que no hubiese vuelto mientras nosotros lo buscábamos, pero el lugar estaba todavía vacío.

Después de eso, realizamos búsquedas en cuatro bares muggles en una calle cercana al Callejón Diagon, suponiendo que tal vez George buscaría un lugar donde pudiese seguir bebiendo en paz, sin nadie alrededor para reconocerlo o molestarlo.

Pero seguimos sin encontrarlo.

Lo más casual que pudimos, le consultamos a Bill y Fleur, y a Ginny si lo habían visto en esos días, confiando en que no se lo mencionarían ni al señor o a la señora Weasley porque sospecharían y entrarían en pánico.

Pero ellos no lo habían visto.

Y así, la noche se acercó, y nosotros estábamos tan cerca de encontrar a George como lo estábamos cuando comenzamos horas anteriores. Harry y yo solo podíamos intercambiar miradas oscuras y aprensivas.

Habíamos hablado de que nuestro último recurso sería comprobar el Callejón Knockturn, pero sólo después de que hubiésemos agotado todas las otras opciones y estuviésemos desesperados.

Y, por desgracia, parados en la entrada de un callejón muggle muy oscuro, llegamos a ese punto.

Harry me tendió su mano y yo podía sentir como me observaba cuidadosamente, estudiando mi cara para detectar cualquier signo de temor de que yo no quisiese llegar a ese punto, pero pensé en George perdido en cualquier lugar, solo y en problemas, e inmediatamente agarre la mano de Harry.

-¿Estás segura de que quieres hacer esto?- preguntó. -Puedo ir por mi cuenta-

Negué con la cabeza a esa sugerencia y deje escapar un suspiro tembloroso. -Vamos a acabar con esto y a encontrar a George.-

Harry asintió con la cabeza a la vez que aumentaba la presión sobre mi mano, y un segundo más tarde sentí como todo se retorcía en formas anormales a medida que nos aparecía en una estrecha escalera justo detrás Borgin y Burkes.

-Sólo mantente cerca-, dijo Harry en voz baja, tirando de mí mientras hacíamos nuestro camino por las escaleras, hacia la calle principal. -Y mantén tu cabeza hacia abajo.-

-¿Cómo se supone que voy a buscar a George si mantengo mi cabeza hacia abajo?- Le susurré.

-B...Bueno. Yo…- Harry tartamudeó al contemplar eso. -Sólo trata de no hacer contacto visual con las personas que claramente no son él, ¿de acuerdo?-

Salimos a la calle, manteniéndonos muy juntos y tratando de permanecer lo más discretos posible, mientras comenzábamos nuestra búsqueda. La mayoría de las tiendas habían cerrado al público debido a que ya era de noche, por lo que las ventanas estaban a oscuras. A pesar que los edificios parecían vacíos, nosotros mirábamos con cautela a través de los cristales, atentos a cualquier señal.

Cuando nos percatamos que nada de eso sería útil, recorrimos los callejones y pasillos más pequeños, adentrándonos en los más oscuros rincones.

Sorprendentemente, la mayoría de los magos y brujas que nos encontramos se alejaban de nosotros al instante en que veían a Harry. Algunos incluso se desaparecían en el acto. Pero hubo otros que no parecía tan intimidados por el muchacho que había derrotado a Lord Voldemort, y miraban de reojo hacia nosotros y susurraban a nuestras espaldas, siguiendo nuestros pasos y tratando de presionar a que fuésemos a pasillos más estrechos.

En uno de estos pasajes, mientras Harry y yo tratábamos de quitarnos de encima a unos de nuestros acosadores, nos encontramos completamente solos, aunque el sonido de una mujer llorando indicó que había alguien al final del pequeño callejón. El hombre que nos había estado siguiendo se detuvo en la calle principal, mirándonos, pero el sonido de los gritos llegó a sus oídos y sus ojos se agrandaron y luego también él se desapareció.

Confundidos, incluso tal vez intrigados, Harry y yo intercambiamos miradas curiosas y dimos unos pasos más por el pasillo vacío. Allí, en el callejón sin salida, con la espalda apoyada en el ladrillo, estaba sentada una bruja solitaria. Ella estaba en el suelo, con las rodillas encogidas hasta su pecho, mientras su pelo gris caía más allá de la apertura de la capucha y en cascada sobre sus hombros. Ella estaba llorando dando gemidos lastimeros.

Liberándome de las manos de Harry, di un paso hacia ella.

Harry me agarró por la parte de atrás de mi camisa y me llevó de vuelta.

-Harry-, susurre, volviéndome para enfrentarlo -Ella podría estar en problemas.-

Él negó con la cabeza, sin apartar los ojos de la mujer, y poco a poco volví la cabeza hacia atrás, siguiendo su mirada.

La mujer seguía sentada en el mismo lugar produciendo los mismos sollozos, y yo seguía sin entender por qué Harry me estaba frenando.

Y entonces la mujer levantó la cabeza, muy lentamente y volviendo su cara hasta que quedo mirando directamente hacia nosotros con unos ojos negros salvajes.

Di un grito ahogado, tropezando hacia atrás con Harry.

Había sangre en su rostro, oscura y brillante, esparcida por todo su cuello y alrededor de la boca. Su retorcida… boca... que tenía una sonrisa horrible.

Sentí como Harry tirón de mi camisa y los dos comenzamos a retroceder lentamente.

La bruja no se movió, pero ella continuó viéndonos, todavía llorando lastimosamente aunque su boca seguía con una sonrisa loca y grande.

-¿Qué fue eso?- Le pregunté cuando doblamos una esquina luego de alejarnos lo suficiente de la mujer ya que sus gritos habían desvanecido. -¿Qué era ella?-

Harry negó con la cabeza, claramente perturbado. -No tengo idea-, dijo. -Y no creo que quiera saber.-

Habíamos llegado al final del Callejón Knockturn y ahora estábamos de pie frente a lo que parecía ser un pub. Estaba hecho todo de piedra con una gruesa puerta de madera oscura, sobre la cual se había colgado un cartel que decía "El Ashwinder". Las palabras estaban debajo de una serpiente pintada, pálida, de un color gris ceniza con ojos rojos. Había persianas de madera oscura en las ventanas, y éstas permanecían cerradas por lo que no podíamos ver, pero aún podíamos escuchar los gritos estridentes, las risas y la música de los reunidos en el interior.

Tomando una respiración para tranquilizarse, Harry abrió la puerta y los dos nos deslizamos dentro.

En la esquina había una bruja con una cara que parecía de muñeca por cómo estaba pintada. Su piel era tan blanca como la porcelana, las cejas eran finas y de un color oscuro, y sus labios estaban pintados de un color rojo sangre. Nos dirigió una sutil sonrisa mientras nos miraba. Un mago en la parte de atrás se sacó la capucha de la cara con su mano quemada y con ampollas. Una camarera con poca ropa sirvió bebidas para los hombres que la tocaban y hacían comentarios lascivos en voz alta sin vergüenza.

Harry, que ya estaba agarrando mi muñeca tan fuerte que de seguro iba a dejar una marca, de repente pasó un brazo alrededor de mi cintura para mantenerme más cerca y segura, y empezó a llevarme más rápidamente a través de la multitud.

-No está aquí,- murmuró muy despacio para que solo yo escuchara. Nuestro intento de ser discretos no funcionaba; el lugar estaba repleto. Un grupo de magos en una mesa cercana nos miraba mientras hablaban entre sí. -Tenemos que irnos.-

-Pero…-

-No vas a poder ayudar mucho a George si eres secuestrada o asesinada Hermione-, dijo, ahora dirigiéndonos hacia la puerta y mirando por encima de su hombro para mantener un ojo en los hombres que todavía nos estaban observando.

Hubo un repentino estallido de voces justo al otro lado de la puerta, en algún lugar en la calle, gritos confusos, maldiciones, amenazas, gritos de dolor y…-

-¡Immobulus!-

La cabeza de Harry giró para mirarme. -Pero que…-

-¡George!- Grité, y Harry y yo echamos a correr hacia la puerta sin importarnos ya si llamábamos la atención.

A las afueras del pub encontramos un mago oscuro congelado en medio de la calle, con la varita todavía sostenida hacia adelante a pesar de que quien había estado apuntando ya no estaba allí. Aunque estaba inmovilizado, el mago parpadeaba, sus ojos se volvieron anchos al vernos y le dieron una apariencia de asustado.

Pero habíamos sido demasiado lentos al salir de la taberna; no había ningún rastro de George en algún lugar cercano.

-Quiero que vuelvas al piso-, dijo Harry después de que buscáramos en las calles cercanas sin suerte. Estábamos caminando rápido ahora; lejos del grupo de magos oscuros que habían salido del pub y ahora caminaban muy tranquilamente detrás de nosotros.

-¡Pero George era justo aquí!-

-Lo sé. Pero él no está aquí ahora y por lo que sabemos, ya pudo haber regresado.-

-Harry…-

-Hermione-, dijo con severidad. Los magos se acercaban. -Voy a seguir buscando, te lo prometo. Voy a comprobar las tiendas más de cerca y empezaré a preguntar por ahí si tengo que hacerlo. Pero regresa al piso. No tiene sentido que nos quedemos aquí y nos pongamos la soga al cuello si George ya está a salvo y de regreso -.

Me moví con ansiedad de un pie al otro. -Está bien-, le dije al fin. -Iré a ver. Si él está ahí, te lo haré saber.-

-Bien. Bien-, respondió Harry, agarrándome por los codos y conduciéndome por una esquina, alejándome de los pasos de los magos que se acercaban constantemente. -Sólo espera allí por mí. Iré pronto- susurró con voz urgente. -¡Ahora ve!-

Mis nervios estallaron en un pequeño chillido nervioso, incómoda con dejar a mi mejor amigo detrás con un peligro tan cercano, pero los ojos de Harry estaban determinados y en silencio me instó a irme, y yo sabía que él no se protegería ni buscaría un lugar seguro para sí mismo hasta que no me fuera.

-¡Solo…ten cuidado!- Le dije al fin, y al mismo tiempo que el grupo de magos aparecía por la esquina y nos miraba, yo me desaparecí.

xx

Cuando regresé a la tienda, me encontré que el piso de George estaba igual de silencioso y vacío como lo había estado durante todo el día.

Así que con los hombros encorvados, me retiré, asustada y derrotada, a mi propio piso donde procedí a acurrucarse en el sofá, esperando que Harry apareciera.

Y luego lo escuché. Esa grieta familiar de alguien al aparecerse. Y por el sonido de la misma, esta persona se hallaba en el piso de George.

Levante mi varita y salí corriendo por el pasillo. Abrí la puerta de George y entre lo más rápido posible.

Y allí estaba George, murmurando para sí palabras que no pude distinguir, afirmándose en el sofá con una mano mientras la otra la tenía en el lado izquierdo de su cabeza. Sacó la mano, haciendo una mueca de dolor. Estaba cubierto de sangre.

Corrí hacia él. -¡George! ¿Qué pasó?-

-Nada, nada-, murmuró, pero estaba pálido y se balanceó de forma muy peligrosa cuando quiso levantarse del sillón. Olía a alcohol y a humo.

Y él no me miraba.

Le tomé la barbilla con mis dedos y giré suavemente su rostro, haciendo una mueca al ver a su oído. La vieja herida se había vuelto a abrir y la sangre goteaba sobre todo su pelo, llegando a su mandíbula y cuello. Con un accio traje una toalla para tratar de ayudar a detener el sangrado, pero en el momento en que toque la herida él se quejó de dolor y me empujó lejos, enojado conmigo.

-Dije que estoy bien, Hermione. Solamente vete y déjame solo.-

-No estás bien. Estás sangrando-, repliqué, sintiéndome un poco enojada, pero hice lo que me pedía y guarde mi distancia. -¿Dónde has estado todo este tiempo? Te estuve buscando todo el día. ¿No viste mi Patronus?-

George suspiró. –Si lo vi.-

El aire en mis pulmones salió en una especie de quejido. No podía creer lo que estaba escuchando. -Entonces, ¿por qué no respondiste? ¿Por qué no enviaste al tuyo para responderme? ¡Sabías que yo te estaba buscando y solamente dejaste que me preocupara sola!-

-Solo…no pude.-

Podía sentir mis mejillas ardiendo. -¿Qué quieres decir con que tú…-

-¿¡Simplemente no podía, bien!?- George espetó, y mi boca se cerró, sorprendida por el tono que usó conmigo.

Por primera vez desde que había entrado en la habitación, George me miró, y su expresión se suavizó.

-Me encontré con un poco de problemas, eso es todo-, dijo, masajeándose la frente. -No es la gran cosa.-

Apreté los dientes, tratando de mantener mi temperamento bajo control. -Yo sé que estabas en el Callejón Knockturn esta noche, George.-

-Tú… ¿lo sabes?- tartamudeaba. -¿Cómo?-

-Te lo dije. ¡Te estuve buscando todo el día!-

-Hermione-, dijo, ahora mirándome directamente, su ira estaba regresando. -Eso fue algo realmente estúpido. ¿Me seguiste al Callejón Knockturn?- Él gimió y se pasó los dedos por el pelo, maldiciendo mientras se pasaba los dedos cerca de la herida del oído.

Quise acercarme de nuevo con la toalla pero el me la quito. –Tengo que limpiar la herida-, le dije con firmeza.

Dejó que la toalla cayera al suelo. -Dije…- puso sus pies sobre la toalla, -…que estoy bien-.

-¡No estás bien!- Grité, incapaz de seguir conteniéndome. -¡Esto no está bien! ¡Podrías haberte matado!-

-¡Y yo te dije que no me importa!-

-¿¡Cómo puedes decir eso!?- Le pregunté, sacudiendo la cabeza violentamente ante lo absurdo de lo que estaba diciendo. -Hay tantas personas que estarían devastadas al perderte. Fred no es el único que te ama, ¿sabes?-

Una vez más, todo el cuerpo de George se puso rígido al oír el nombre de Fred, pero no me importó. No era justo, lo que George estaba haciendo. No era justo la forma en que estaba arriesgando su vida tan casualmente cuando había tantas otras personas que se preocupaban por él. Enojada, exhausta y preocupada, las lágrimas empezaron a arder en mis ojos. Y me di cuenta de que yo era una de esas personas.

-Hoy vine a comprobar si estabas bien…-, le dije, hablando lentamente y manteniendo mi voz en un tono bajo para que no se rompería, -…ya que estaba preocupada por como terminaron las cosas entre nosotros ayer por la mañana. Y no sólo me encuentro que no estabas, sino que también el espejo del baño estaba roto en pedazos -. George me apartó la mirada, luciendo avergonzado. –No respondiste a mi patronus. Y te busque por todas las partes que se me ocurrieron, pero no pude encontrarte.- Me aclaré la garganta, perdiendo la batalla para mantener la voz firme. -Realmente me asuste.-

-No era mi intención asustarte-, dijo George, moviendo tristemente la cabeza. -No tienes que preocuparte tanto por mí.-

-Por supuesto que me preocupo.- Mi voz era gruesa y ronca y dejé de intentar luchar contra ella. -Todos estamos preocupados. Te estás haciendo daño. Pero tal vez si nos dejas entrar, podríamos ayudarte...- Me interrumpí, sin saber cómo podía ayudar, pero queriéndolo hacer desesperadamente.

Hubo un aumento repentino en la frente de George. -¿Todos?-

-Yo. Tus amigos. Tu familia.-

-Mi familia-, repitió, con un toque de amargura en su voz.

-George-, dije, entrecerrando los ojos. -Sé que no has visitado la madriguera en meses, y yo entiendo que no te sienta listo para socializar pero…- Me callé, observándolo de cerca. -George, ¿estás enojado con tu familia?-

Él se quedó en silencio y se mantuvo así durante un tiempo, acomodándose en el sillón. -¿Te das cuenta…- comenzó, su voz suave y lenta como la mía había estado antes, -…que las únicas veces que nos lastimábamos era cuando estábamos separados?-

Consideré eso un momento, frunciendo el ceño mientras pensaba y trataba de recordar cualquier caso en los que los gemelos se lastimaron, además de sus lesiones y enfermedades auto-infligidas durante la época en que estaban probando sus productos broma en sí mismos. -Bueno, no,- dije, por fin, sonando insegura porque no sabía a dónde iba con esto. -No me di cuenta de eso.-

-La noche que nos disfrazamos todos nosotros de Harry, Fred y yo queríamos viajar juntos. Pero los adultos objetaron. Dijeron que no teníamos la experiencia necesaria. Que debíamos ir cada uno con alguien mayor, más capaz de luchar contra los magos oscuros -. George estaba mirando hacia abajo justo a sus manos, sacudiendo la cabeza con tristeza al recordar. -Fred y yo, nosotros siempre nos protegíamos. Cuidándonos el uno al otro. No sólo era una cosa de hermanos gemelos o mejores amigos;.. Es como si fuéramos dos mitades de la misma persona. Sabía exactamente lo que iba a hacer antes de que él lo hiciera, y lo mismo sentía él. Estábamos tan en sincronía. ¿Quién podría protegernos mejor de lo que nosotros podíamos hacerlo? -

Entendí el razonamiento de porque separaban a George y Fred. Los adultos estaban mucho más experimentados en la lucha contra las artes oscuras que el resto de nosotros. Pero lo que George había dicho era verdad. Era imposible no darse cuenta de la sincronización de los movimientos de los gemelos. En el campo de quidditch, pasando el tiempo en la sala común, practicando hechizos de defensa en el Ejército de Dumbledore. Era casi como si estuvieran coreografías.

-Pero no nos escucharon,-George continuó. -Nos obligaron a viajar por separado. Y perdí mi maldita oreja por ello. Y entonces…- contuvo el aliento que era irregular y ahogado por la emoción repentina, -…Entonces, en la batalla final, nos separaron en diferentes direcciones de nuevo. Bill estaba gritando que lo ayudara a él y a Fleur… mientras Percy separó a Fred para hacer otra cosa. Habíamos luchado codo a codo, espalda con espalda toda la noche, y luego nos separaron el uno del otro. Recuerdo la última vez que nuestros ojos se encontraron, como Fred siguió a Percy por otro corredor, lejos de mí-. George levantó la mano para limpiar las lágrimas que habían logrado escapar. -Algo de eso se sentía mal, pero lo deje ir. No tenía idea de que nunca lo volvería a ver…-

Cualquier otra cosa que George podría haber estado a punto de decir fue interrumpida porque bajó la cabeza, ya no tenía fuerzas para hablar. Respiraba con fuerza y profundamente por la nariz, claramente luchando para mantener un poco de control.

Me senté en el sofá junto a él y espere en silencio, dándole un momento para recobrar la compostura.

-Yo no estaba allí para él-, dijo al fin. -Yo no estaba allí para él, y murió.-

-¿Y ahora culpas a tu familia por ello?- Le pregunté con una voz tan suave como podía. -¿Los culpas por separarlos?-

George negó con la cabeza, su labio inferior temblaba. -Estar cerca de ellos sólo me recuerda lo mucho que me culpo a mí mismo.- Él susurró la última palabra y de pronto se puso de pie y empezó a caminar. -Debería haberme quedado a su lado pasara lo que pasara, sin importar lo que dijeran. Yo debería haber estado allí para protegerlo. Lo habría mantenido vivo. O habría ido a la tumba con él.-

-Pero Bill y Fleur te necesitaban-, le dije, mi mirada seguía a George mientras cruzaba de un lado a otro la habitación. -Percy necesitaba a Fred. ¿Podrías cambiar sus vidas por la de Fred? ¿No lamentarías también su pérdida?-

George se detuvo y me miró, con los ojos todavía rojos y llorosos. -Bill y Percy son mis hermanos. Yo los amo y estaría devastado al perderlos. Pero, Hermione, si quieres que me siente aquí y suene todo noble y desinteresado, y diga que yo no habría abandonado a todos los demás en un latido del corazón para ir a defender a Fred si hubiera sabido que estaba a punto de perderlo, pues .. -Él negó con la cabeza, dándome una sensación de que se apenaba de lo estaba admitiendo, pero no del todo avergonzado de ello. -Yo no puedo hacer eso. No soy tan noble. Y no soy tan desinteresado. Porque Fred no era sólo mi hermano. Él era parte de mí. Él era parte de lo que soy. Y haría cualquier cosa por traerlo de nuevo a la vida"-

-Pero no puedes-, Señale, mi corazón estaba adolorido porque podía ver lo que George realmente sentía y quería ayudarlo…pero no podía en el modo que el deseaba. -No hay ningún hechizo que pueda deshacer la muerte, George. Lo sabes.-

Tal vez si yo todavía tuviese mi Giratiempo. Tal vez si pudiese estar allí justo cuando sucedió. Tal vez podríamos haber vuelto y haber cambiado las cosas. Pero ya había pasado demasiado tiempo. Las consecuencias y las implicaciones de las acciones y decisiones de todo el mundo eran demasiado grandes, demasiado complicado. Era imposible saber qué parte del presente o futuro podríamos cambiar si intentábamos ir hacia atrás y evitar la muerte de Fred.

La mirada de George bajó de nuevo al suelo y tragó saliva. -Puede haber algo-, dijo en voz baja.

-George…- empecé a decir, pero él negó con la cabeza, sin querer escuchar nada.

-Hoy escuché un extraño rumor-, dijo, todavía hablando muy suavemente y con cuidado, sin atreverse a dirigirme la mirada. -He oído que Harry encontró la piedra de la resurrección.-

-¿Qué?- Di un grito ahogado. -¿De dónde has oído eso?-

-Así que es cierto-, dijo George con los ojos repentinamente anchos. -¿Todavía la tiene?-

-George, ¿quién te dijo eso?- Le susurré en voz baja como si yo tuviese miedo de que alguien más pudiese escuchar. Estaba segura de que Harry solamente nos había contada a Ron y a mí, aunque algún mortífago pudo averiguar de que forma se enfrentó Harry a Voldemort alguna vez.

-No lo sé-, dijo George, ahora sonando a la defensiva. -Nadie me lo dijo. Yo escuché a un par de magos susurrando acerca de eso fuera de "El Ashwinder" en el Callejón Knockturn esta noche.-

Mis manos volaron para cubrir mi boca completamente abierta. La idea de que esta información estaba flotando alrededor, sobre todo en lugares tan oscuros como el Callejón Knockturn era inquietante. Las reliquias de la muerte no eran unas cosas de las que todos tendrían que saber, después de haber llevado a muchos hombres a cometer terribles actos para poseerlas. Y con los mortífagos restantes que probablemente se sentían atrapados y entraron en pánico, ya que se vieron obligados a esconderse, no había forma de saber lo que podría suceder o quién podría resultar herido si la persona equivocada descubría que la piedra estaba por ahí y se le metía en su cabeza que Voldemort podría ser resucitado con ella.

-¿Por eso es que te metiste en ese problema?- Le pregunté, señalando con la cabeza la herida reabierta de George.

Él se encogió de hombros. -Supongo que no les gusto que escuchara la conversación, por miedo que me pusiera en la búsqueda de la piedra y la encontrara ante ellos, supongo.-

-Pero, por supuesto, tú no la buscarías-, dije. -¿Verdad?-

Pero George se quedó mirando el suelo, en silencio y con cara de piedra.

-George- respire. –No quieres hacerlo. No puedes hacerlo-

Su cabeza subió rápidamente. -¿No podría necesitar a mi gemelo de regreso? ¿No podría querer recordar lo que se siente el dormir una sola noche sin despertar temblando y cubierto del sudor de las pesadillas? ¿No podría querer reír? ¿No querría ser feliz otra vez?-

-Sé que extrañas a Fred. Pero no puedes estar considerando realmente esa posibilidad-, le dije, mi voz sonaba débil y temblorosa.

-¿Cómo puedo no considerarlo? Mírame.- Se llevó las manos hacia sí mismo, sus ojos estaban inyectados en sangre, su cara estaba exhausta y tensa, sus ropas estaban salpicadas con su propia sangre. -. Yo no puedo hacer esto, Hermione, no voy a sobrevivir sin él, lo siento.-

Negué con la cabeza, negándome a creer eso. -No te das el crédito suficiente. Eres más fuerte de lo que crees que eres.- George abrió la boca para discutir, así que de inmediato continué, -Sabes que la piedra no trae realmente a la gente de vuelta. Será sólo una sombra de lo que era, George. Conoces la historia, el amor de la esposa de Peverell no era el mismo cuando la trajo de regreso. Ella era miserable y él se terminó matando a sí mismo para poder estar realmente con ella -.

-Sí, conozco la historia-, dijo George, agitando una mano en el aire exasperado e impaciente. -Pero eso eran ellos. ¡Yo hablo de Fred! Esto es diferente.-

-George…-

-No. ¡No lo entiendes!-

-¡Entonces ayúdame a entender!-

Abrió la boca y empezó a decir algo pero se detuvo rápidamente a sí mismo, sacudiendo la cabeza. -No puedo. No tendría sentido para ti. Apenas tiene sentido para mí. Sólo sé que sería diferente con Fred.-

-Sé que quieres creer eso pero…-

-¿Sabes qué, Hermione?- George me interrumpió, alejándose de mí. -Olvídalo. Yo debería haber pensado mejor antes que venir contigo por esto.-

Me quedé mirando su perfil con los ojos muy abiertos, confundida y dolida. -¿Qué se supone que significa eso?-

-Esto significa que después de todo lo que has hecho para ayudar a Harry y a mi hermano, pensé que tal vez podría contar con que me ayudes también.-Su voz se hizo más fría y, añadió, -me equivoqué-.

-Pero eso es... eso no es justo-, tartamudeé.

-Sí, bueno, nada lo es. Voy a tener que hacer esto por mi cuenta sin ninguna ayuda de tu parte.-

-¡Yo quiero ayudarte, George! Eso es todo lo que he estado tratando de hacer desde la noche en que te encontré en El Caldero Chorreante-.

Se volvió hacia mí, con rostro suplicante. -Entonces ayúdame con esto.-

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. -Lo siento-, le dije, y su expresión cayo de inmediato. -No puedo. No porque no quiera, sino porque no creo que eso podría ayudar.- George suspiró y comenzó a alejarse. -¡Sé que tú piensas que lo haría!- Grité mirando su espalda. -Pero eso es porque todo lo que puedes ver ahora mismo es una manera de poner fin a su dolor. No estás pensándolo bien.- George había llegado a la puerta y él puso su mano en el pomo. -¡Yo no quiero hacer nada que pueda lastimarte más a la larga!-termine con desesperación.

Él abrió la puerta y luego se detuvo junto a ella. -Me gustaría estar solo.-

Me quedé allí, sentada en su sofá, mientras mis lágrimas empezaron a caer. -George…-

-Por favor, Hermione-, dijo, una vez más, negándose a mirarme.

Sollozando y limpiando la humedad de mis mejillas, me puse de pie.

Caminé en silencio, pasando por delante de él y cruzando la puerta abierta. Quería dar la vuelta y mirarlo. Decir algo. Rogarle que escuchara y poder hacerle entender. Hacerle saber que, a pesar de que no estaba pensando con claridad, que quería lo mejor para él.

Pero tan pronto como había pisado fuera de su piso, George empujó la puerta detrás de mí. Hubo un suave clic cuando puso la cerradura y escuche el sonido de sus pasos que se alejaban de la puerta, y entonces ya era demasiado tarde.

xx

Harry me estaba esperando en mi casa cuando regresé.

-¿Qué pasa?- preguntó, saltando sobre sus pies. Había estado sentado en mi sofá, pero dio un salto cuando vio mi cara llena de lágrimas. -Podía oír voces al lado, pero no podía entender lo que estaban diciendo. ¿George está bien?-

-Está bien-, le dije, hablando a través de un montón de sollozos. -Quiero decir, él no está bien. Pero está vivo. Está de vuelta en su piso ahora.-

-¿Esta herido?-

-La herida en la oreja se reabrió, pero nada más que eso.-

Harry dejó escapar un suspiro de alivio. -¿Qué demonios estaba haciendo en el Callejón Knockturn en el medio de la noche de todos modos?-

-Tratando de distraerse y evitar la sensación de dolor, supongo- respondí, tratando tercamente de secarme las lágrimas.

Harry frunció el ceño. -¿Estás bien?-

Negué con la cabeza y luego deje que mi mejor amigo me envuelva en un abrazo.

-Harry-, dije con otro sollozo, mi voz sonaba ahogada mientras hablaba contra la tela de su camiseta. -¿Qué haces cuando alguien que realmente te preocupa esta por cometer un gran error?-

-¿Por qué? ¿George está a punto de hacer algo?-preguntó, y yo asentí en su hombro. -¿Y tú le has dicho que crees que es una mala idea?- Asentí con la cabeza de nuevo. –Bueno-, dijo, dejando escapar un suspiro mientras pensaba en cómo responder. -Supongo que no siempre hay mucho que puedas hacer. A veces hay que dejar que las personas tomen sus propias decisiones, incluso si sabes que no son buenas.-

Yo sabía que él tenía razón, por supuesto, pero eso no me hacía sentir mejor al respecto. Lo que George estaba pensando hacer era peligroso. Sobre todo si ya existían magos oscuros que sabían de la piedra. Y aunque él se las arreglase para obtenerla sin perder la vida, yo no creía que podría traer la felicidad que él esperaba.

Asustada por George y, finalmente, dejando salir toda la presión que tenía acumulada en todo el día, me puse a llorar en serio, escondiendo la cara en el hombro de Harry y sollozando en voz alta en su camiseta, incapaz de contenerme.

-Hermione-, dijo Harry, y me sorprendió el escuchar un toque de risa en su voz. -¿Desde cuándo te importa tanto lo que hace George Weasley?-

Esto sólo me hizo llorar más fuerte, aunque no estaba muy segura de por qué. Al menos, no hasta que Harry dijo que...

-Espera.- Harry se apartó de repente, agarrando mis hombros y sosteniéndome por el codo mientras me miraba con los ojos muy abiertos. –Hermione-, dijo de nuevo, su voz ahora sonaba sospechosa, acusatoria, y tal vez incluso con un tinte divertido. -¿Te gusta George?-

Cerré los ojos y sacudí la cabeza firmemente, algunas lágrimas cayeron libremente y aterrizaron en mi antebrazo mientras lo hacía. –No-, insistí, pero un pequeño nuevo sollozo se me escapo, haciendo que mi voz se quebrara. -No lo sé.- Otro sollozo y abrí los ojos, obligándome a enfrentar a mi amigo y hacer frente a lo que estaba sintiendo. -Quizás.-

Harry estaba sonriendo. -Pensé que los gemelos te volvían loca-

-¡Lo hacían! Siempre estaban en problemas en la escuela.-

-¿Pero algo ha cambiado?-

Asentí con la cabeza, dándole una pequeña confirmación -sí.-

-¿Sólo en estos pocos días que pasaron juntos?-

-Bueno, no es como si yo no lo conociera-, señalé. -Nos conocemos desde hace casi ocho años.-

-Sí,-dijo Harry, asintiendo con la cabeza, pensativo. -Supongo que eso es cierto. Pero en esos ocho años nunca te gusto, ¿verdad?-

-No,- admití. -Pero algo se siente diferente ahora. Algo ha cambiado y, por primera vez desde que lo conozco, él está metiéndose dentro de mí de una manera que nunca imagine.- Sentí que mis mejillas se volvían cálidas al confesarlo, sonrojándome tanto porque estaba un poco avergonzada, pero también porque de repente me di cuenta de que era verdad. -Y yo estoy notando cosas de él que no me había dado cuenta antes. Siempre pensé que George y Fred eran tan insoportablemente arrogantes, pero ahora me estoy dando cuenta de que, debajo de todas sus bromas y encantos, George es realmente muy amable y gentil y sensible -.

Hubo un corto periodo de silencio hasta que Harry frunció un poco el ceño, pensativo. -Tal vez, y no quiero que esto suene mal…-, comenzó, -, pero tal vez sólo te sientes atraída por él, por la forma en que está ahora. Ya ves que George es vulnerable y necesita ayuda… y tú tienes un instinto para arreglar las cosas y cuidar de la gente que lo necesita. ¿Crees que podría ser por qué estás repentinamente atraída por él? -

Sorprendida e impresionada de que esa teoría surgiera de mi amigo de dieciocho años, sacudí la cabeza. –No- dije. -Quiero decir, sí, lo que está pasando en este momento y la forma en que está lidiando con eso podría ser que me abriera los ojos, pero…- Hice una pausa, imaginando como se veía George ahora, distante y derrotado, sin que sus sonrisas lleguen a sus ojos. -…Yo odio ver como esta ahora-, terminé con una voz débil. -No quiero que pase el resto de su vida sufriendo. Deseo locamente poder ayudarlo y que pudiese ser él de antes. Con sus bromas y arrogancia y tolo lo que lo hace él.-

-Wow,- dijo Harry, una leve sonrisa regreso a sus labios. –Realmente te gusta él.-

Pero yo no podía devolverle la sonrisa porque un bulto doloroso estaba formado en mi garganta. -Y ahora está tan enojado conmigo que me echó de su piso y no quiere tener nada que ver conmigo.-

Y con eso, yo estaba llorando de nuevo.

La sonrisa se deslizó del rostro de Harry, su expresión burlona sustituida por una confusa. -¿Por qué está enojado contigo?-

-Porque él me pidió que hiciera algo con lo que no estoy a gusto y le dije que no-, respondí, limpiando mis lágrimas otra vez.

Harry arqueó una ceja.

-Harry-, dije resoplando por la sorpresa y escapándose una risa de mi parte. -No. Él me pidió ayuda con algo.- Harry, aunque claramente aliviado por mi risa, todavía parecía un poco perdido. -¿Te acuerdas del gran error que estaba a punto de hacer? Él me pidió ayuda-, le expliqué.

-Y no es algo con lo que estés de acuerdo- Harry adivinó.

Negué con la cabeza. -Es una muy mala idea y, incluso si funciona, no creo que eso le ayudara en el largo plazo. Pero él va a hacerlo de todos modos y ahora está muy enojado conmigo.-

Molesta conmigo misma por mi arrebato emocional, gemí en voz alta y frote mi nariz en la manga de mi camisa.

-Bueno, entonces,- dijo Harry, mirando por la habitación y de pronto corriendo hacia la mesa de café donde estaba una caja de pañuelos que había olvidado por completo. -Supongo que lo único que puedes hacer es esperar y ver qué pasa-, continuó, ahora extendiendo la caja hacia mí. Tomé un pañuelo y lo usé para secar mi húmeda, roja y pegajosa cara. -Y entonces, si no resulta lo que quiere, simplemente estar ahí para él cuando todo ha terminado.-

Harry me dio una suave sonrisa que regresé con una triste de las mías, pensando que podría hacer eso, que yo quería hacer eso.

Sólo que estaba segura de que George no quería tener nada que ver conmigo.


Nota de Traductora: ¡Hola! ¿Cómo están? Lamento muchísimo la espera. Sé que no hay excusa que valga porque ya han pasado muchísimos meses…pero realmente la vida ha tenido muchos cambios y sentarme a traducir a sido un lujo que no he podido darme. Amo poder hacer esto y estoy muy feliz de que haya gente que lo lea, prometo nunca abandonar esta historia pase lo que pase. Solo pido que no me guarden mucho rencor. El próximo capítulo ya empecé a traducirlo y espero subirlo pronto. No voy a decir ninguna fecha porque no quiero mentirles. Tengo las mejores de las intenciones pero también soy mama, estudiante, empleada y todas las facetas que de seguro muchas tenemos.
Por otra parte quería decirle que la persona que quiera contactarme por mi twitter puede hacerlo, en mi perfil sale cual es. Por allí pueden preguntarme lo que quieran. Dudas, cuando actualizare, etc.

Bueno ahora si vamos a lo importante. QUE CAPITULO. ¿Alguien más quedo con el corazón en la boca? En este capítulo tenemos de todo. Y así será a partir de ahora. En este y en el próximo serán tomadas muchas decisiones importantes que guiarán el curso de la historia. ¿Les está gustando? ¿Qué piensan de la idea de George? Aquí queda claro el porqué del título del fic: Anything (cualquier cosa). George desea que Fred vuelva y no tendrá ninguna duda de hacer lo que crea necesario para lograrlo. ¿Hermione lo detendrá? ¿O George seguirá con sus planes pese de tener o no la ayuda de ella?
Los que quieran mandarme sus ideas por reviews, comentarios, críticas o lo que deseen, saben que son más que bienvenidos.

Ahora responderé los reviews de las personas sin cuenta:

Naty-chan04: ¡Me alegra que te gustara! Ojala este capítulo sea de tu agrado Lamento la demora pero me atrevo a decir que muchas cosas han sido aclaradas en este hermoso cap que nos brinda la autora del fic. Que estés muy bien y ¡feliz comienzo de año!

Jessica: Ayy Jessica. Él día que me dejaste review había sido uno muy malo para mí y al leerlo me alegraste mucho. Sinceramente gracias. Ojala este capítulo te guste y espero poder subir capítulos con más regularidad. Feliz comienzo de año.

Ahora sí. Hasta pronto y que estén muy bien. Que hayan tenido unas hermosas fiestas y les doy mis mejores deseos para este 2016.

¡Los quiero!