Hola, regrese tras varios años de ausencia, se que prometí algo, pero al final me termine quedando estancada, sin embargo vengo de regreso con intenciones de darle una continuidad a historias que he dejado abandonadas. Y bueno me disculpo por ello :'3, agradezco de corazón el comentario que recibí de este fanfic, y a quienes lo siguen también, al igual a aquellos que solo leen mis historias, los quiero :3

Sin mas que decir, disfruten el primer capitulo, el siguiente será mas largo que este, habrá otras perspectivas también, no solo de Shintaro y Mary, pero no será en este capitulo sino en el siguiente que sería el numero 2. :3

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Cap. 1: El cuervo y la medusa

Pov. Shintaro

Era otro día mas soportando las voces de ellos, ruidos que nunca había escuchado antes ahora eran mas cotidianos, y menos atractivos para mí. No se si pierdo el interés muy rápido o solo extraño los tiempos en que vivía tranquilo con Oka-san, ella y yo solos, nadie más además de nosotros dos. Con ella y los libros no tenia nada mas que pedir, incluso en los cumpleaños, sin embargo, todo cambio como si se tratase de un huracán que arrasaba con todo a su paso, sin darme la oportunidad de elegir si quería o no que mi vida se transformara de esa forma abrupta y para nada agradable. Y cuando digo que arraso, es que arraso, porque habíamos abandonado nuestra agradable zona de confort para vivir en una bulliciosa ciudad llena de caras molestas, chillidos irritantes, olores repugnantes que casi me hacían arquearme en un sofocante vomito de comida o de los jugos gástricos del estómago, cual sea de los dos casos que se presentasen.

Olvide decir que tengo un excelente sentido del olfato y oído, soy consciente de el desde antes de siquiera aprender hablar. Oka-san estaba orgullosa de mis sentidos ya que con estos habíamos podido evitar muchos peligros. Lo que me sorprendió un viernes en la noche cuando bajé por un vaso de agua tratando de no hacer mucho ruido al caminar fue que de repente podía ver con claridad donde pisaba, que era lo que estaba frente mío, y así sucesivamente, cuando antes no era así, no de esa forma monstruosa e inhumana; como era costumbre en no guardarnos secretos se lo conté al día siguiente, siendo mas expresivo de lo usual porque no me cabía el asombro de lo sucedido.

—… ¿Crees? ... ¿crees que estoy exagerando? —le pregunté con cierta duda y un repentino temor abordándome—Estoy seguro que no es un sueño, y si lo fue, fue demasiado real como para considerarlo uno.

—Yo te creo de todo corazón Shin-kun—comenzó ella depositando un plato con comida en la mesa en donde me encontraba con los brazos recargados y mi mejilla encima recostaba sobre estos—Así que si eso sucedió debe de ser cierto porque Shin-kun no sabe mentir, al menos no con Oka-san—entonces se acerco y deposito un beso cálido en mi frente—Todavía me siento mal por haberte orillado a ir a vivir aquí, pero muy dentro de mi sentí que te merecías un futuro mejor que estar en nuestra antigua casa—se aparto y fue a servir otro plato, siendo esta vez el suyo el cual lo dejo casi a lado del mío.

—Estábamos bien en la antigua casa—fruncí el ceño, aun así, no me atreví a perderla de vista—Tu y yo, no necesitábamos de nadie, ningún día ahí se me hacía aburrido—deje escapar lo que sentía, y un ardor en mis mejillas me hizo ver que estaba confesando algo sumamente vergonzoso—Hasta que llego el entrometido de Seto y sus amigos arruinándolo todo—el odio de mi interior me irrito el estómago, aun no habíamos desayunado—y lo peor es que el numero sigue aumentando.

—¿Lo dices por Ene-chan y Konoha-kun?

Yo asentí para después erguir la espalda y prepararme para comer. La comida de hoy era una hamburguesa estilo japonés con un huevo revuelto a un costado.

—Son como una plaga, aunque al menos Konoha es el más tolerable del grupo—vi como Oka-san se animo a cortarme la carne de la hamburguesa, no puse reparo en que lo hiciera, aunque yo ya sabia como hacerlo. Algunas veces que me mimara de ese modo mermaba considerablemente mi mal genio, sentía que lo hacía a propósito, sin embargo, me hacia sentirme querido y cogía un valor por encima de cualquiera.

Esperaba que no se levantaran pronto, que durmieran hasta la tarde, porque una vez que estuvieran el momento que teníamos a solas acabaría.

—¿Y Ayano-san? —me pregunto—Ella parece una chica dulce y atenta, cariñosa con sus hermanos.

—Ayano es la mas rara de todos, usa una estúpida bufanda aun en verano—entrecerré los ojos con disgusto—Me saca las palabras a tirabuzón, una vez la atrapé viéndome mientras dormía.

—¿Q-Que hizo qué?

—En otra ocasión, me estiro las mejillas porque le conteste mal al tramposo de Kano—seguí contando ella no paraba de verme con asombro como si le hubiese contado que el fin del mundo estaba cerca—Y cuando la vi en nuestro cuarto humeando nuestras cosas la corrí, pero en lugar de sentir sus disculpas sinceras me pareció ver que le causo gracia que la corriera por mi estúpido cambio de voz que todavía no se normaliza.

—¡Oh mi pequeño! —exclamo Oka-san compungida con sus ojos rosas conectándose con los míos que eran igual de negros como el carbón—No tenia idea—su voz cobro una dulzura que competiría con los dulces que Konoha compartía conmigo. El ritmo cardiaco de mi corazón se elevo cuando en unos cuantos parpadeos ya la tenia sentada sobre mi regazo abrazándome—¿Te sientes abrumado?, ¿quieres salir después de comer?, es una pena que ya no te pueda cargar como antes.

A este ritmo me dará diabetes—el ardor en mi rostro se intensifico—O-Oka-san estaré bien—titubeé, pero a diferencia de años atrás me sentí un poco raro al tenerla cerca al sentir su aliento chocar con el mío.

—¿Seguro? —en ella estaba la definición de pureza y la duda en ese cuestionamiento lo era aún más.

—Seguro—asentí, pero continuo su peso encima mío, y lo que paso a continuación me tiño de un rojo escandaloso como la sudadera deportiva roja que me regalo.

—En ese caso. Di ah—pidió cuanto agarro con el tenedor un trozo pequeño de carne, yo voluntariamente acate la orden con timidez—Bien hecho—me felicito más yo moría lentamente de vergüenza, aunque estaba feliz por complacerla.

No obstante, estábamos solos, los dos como debería de ser, sin terceros o cuartos o quintos uniéndose a nosotros.

Pov. Mary

Después de que terminara de comer junto a Shin-kun, nos la pasamos juntos haciendo algo de limpieza, luego pasamos a la sala a leer un poco en lo que los demás despertaban. Pensé que seria bueno salir por un rato afuera, pero había recordado que Seto-kun mientras platicaba con sus hermanos planeaban ir al centro comercial, yo estaba curiosa por ir conocer como era uno, mas no me incluí en sus platicas o en la ida puesto que no sería lo correcto. Kido-san comento que se le hizo ver a otra persona como ellos, así con sus mismas peculiaridades, mas que peculiaridades eran poderes que no comprendía bien de dónde venían, más tuve la impresión de que lo sabía, solo que estaba en lo mas profundo de mi mente. Ayano-san respondió que seria posible, ya que en si éramos un grupo que lo único que los unía era esa peculiaridad, discreta apunto a mi y a Shin-kun, mas yo por muy ingenua que pareciera pude detectarlo.

—Buenos días Mary-chan, Shintaro-kun, como siempre son los primeros en levantarse—saludo Kano-kun de repente desde la cocina.

—Buenos días Kano-san—salude amigable apartando por instantes la atención del libro

—¿A quien le agregas chan y kun idiota? —cuestiono Shin-kun irritado recargado sobre mi hombro—No somos ni siquiera tan cercanos para andes con tus estupideces.

—Shin-kun—le llame la atención en un murmullo

—Ese es el ánimo—le devolvió Kano-san con cinismo. No sabia lo que era hasta que Shin-kun me lo explico como muchas otras cosas mas que aprendía de los libros o por último viendo videos a escondidas de la mirada curiosa de Seto-kun o Kano-san—Me alegro que nos llevemos mejor como hermanos de fraternidad—tarareo sonriente

—Ojalá que te golpee algún día y te deje tirado en un bote de basura por ahí—comenta Kido sin aparente emoción bajando por las escaleras.

—No lo hará porque somos amigos—contraataco Kano seguro de sus palabras, que ahora estaba buscando algo en el refrigerador.

—No, no lo son—negó Kido haciendo un vago gesto de saludo hacia nosotros—Buenos días o lo que sea.

—Buenos días Kido-san—saludo Shin-kun cerrando el libro para coger otro de la librera y volverse a su puesto original.

—Vaya a Tsubomi si le tiene algo de aprecio—la voz de Seto-kun se oyó de algún punto, y tras de si unos comentarios de Ene que vivía en ese aparato suyo que constantemente traía en la mano.

Y así fueron llegando hasta que no falto nadie, cuanto fue la hora de comer para ellos, Shin-kun y yo salimos al patio o mas bien a tomar algo de aire fresco. El tiempo que duramos a fuera fue desconocido mas nos era grato estar conectados con la naturaleza, quizás parte de ella dado que este no se trataba de nuestro anterior hogar.

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Estaba encantada con la salida al centro comercial, era un nuevo campo por explorar, tanto que preguntar y tocar, aunque no me dejaban apartarme mucho del grupo a pesar de que Shin-kun iba como mi sujeto de apoyo, ya que al parecer ellos veían mas fiable que él me cuidara que yo a él, es un poco injusto, yo soy la mayor aquí, quiero gritarlo y decir a todo pulmón que este pequeño niño pelinegro que me superaba en altura era mi logro personal y muestra de que también podía ser alguien responsable y cuidadosa, pero pronto recapacite y me obligue a mi misma a guardar las apariencias; me di cuenta de que no valía la pena en cuanto veía a las otras madres con sus hijos en las calles, el como ellos si se veían mas como una familia normal y prospera, no como nosotros que nos confunden como dos solos hermanos adoptivos o amigos de la infancia en dado caso.

Una tristeza abrumadora me ataco y lagrimas empañaron mis ojos, para cubrirlos oculte mi cabeza en el hombro de Shin-kun que no dijo nada, sino que me daba suaves palmadas en la espalda como de en vez en cuando acariciaba mi cabello. Era una fortuna que estuviéramos hasta atrás del grupo, así nadie me vería llorar lamentando no ser una persona normal capaz de seguir adelante con sus propias manos.

La mayor parte del camino me la pase así, ya cuando me calme nos habíamos detenido en un local de comida rápida donde Kido-san encontró a la chica que estaban buscando, ella usaba una sudadera rosa, lentes de sol, un short corto café claro y unos tenis negros que tenían el símbolo de una estrella color azul marino; su cabello era corto por ahí por los hombros, de dos colores distintos un rubio anaranjado arriba y en la parte de abajo café, además usaba una coleta extraña en el lado izquierdo ya que no tenia sujeto todo el cabello sino una parte de este. Sus ojos eran grandes y preciosos de un café tirándole casi a negro que resaltaba su piel clara como la leche.

No pude ver bien como la intercepto o escuchar quien consiguió convencerla, pero ella al poco rato acepto la cercanía de nuestro grupo. Sin embargo, descubrí que tenía un lindo nombre además de un apellido: Momo Kisaragi.

—Tu nombre es muy lindo Kisaragi-san, ¿esta bien que te llame Momo-chan? —me atreví a dirigirme a ella, ¿Por qué razón?, ni yo misma estaba segura de que me llevo a hacerlo, pero puede que quizás sea porque tenia un olor algo similar a mi no tan pequeño hijo que a crecido muy lindo como apuesto.

—Claro, no veo porque no—Momo me sonríe sincera, aunque luego desvía la mirada a Shin-kun intentando descifrar algo que capturo mi atención—¿No nos hemos visto antes?, tu cara me resulta familiar.

—¿Eh?, no, soy alguien ordinario, solo eso—contesto Shin-kun restándole importancia—De seguro tus ojos te engañan Kisaragi-san—agrego

—Tal vez—dijo ella no muy convencida—Pero si recuerdo te aviso Shintaro

—¿Cuándo o quien fue la escoria que te dijo mi nombre?

Momo delato a Seto, Seto solo se encoge de hombros en una risita nerviosa excusándose de que como no se presentaban el se encargo de hacerlo.

—Aunque preferiría que me llamaras con mi nombre, Kisaragi-san suena muy formal y las formalidades no me gustan mucho que digamos—Momo le solicita.

—Denegado—Shin-kun la rechaza con rapidez.

—Cruel—musita Kano-san—No lo pensaste dos veces y rechazas a esta adorable Ídol

—Ya déjalo Kano no tiene remedio—dijo Ene flotando desganada en el celular de Seto-kun—El vivirá y morirá así de amargado y virgen.

—¿Virgen?, ¿Qué quieres decir con eso ente parlante? —se quejo Shin-kun ofendido por alguna razón que tampoco conocía.

—¿A quien llamas ente parlante rata de biblioteca? —Ene-san le regreso el insulto con una chispa abrumadora centelleando en sus ojos azules.

—Ya, ya, no empiecen otra vez, le damos una mala imagen a nuestra reciente amiga Momo-chan—calmo Ayano-san entrometiéndose antes de que las cosas empeoraran logrando solo que miraran en lados opuestos con clara molestia.

—¿Una mala imagen? —pregunto dudoso Konoha-kun quien comía unas papitas, Kido suspiro y cansada de la situación mejor se centra en Momo a quien atrapa en una de sus explicaciones sobre las habilidades utilizando el pequeño caos sembrado del entorno como tapadera.

Yo me sentí un poco fuera de lugar, más sonreía cuando alguien me veía y por debajo de la mesa sostenía la mano de Shin-kun con la mía quien la sostuvo hace un tiempo sin que nadie lo notara. Yo no le dije nada ni estuve en contra de que lo hiciera, me agradaba, me hacia creer que aun era alguien indispensable en su vida, pese a que me tenia algo preocupada ese sonrojo que se iba presentando con mayor frecuencia, no era fiebre lo que tenía, al principio lo creí así, por lo que estuve al pendiente de el y le tocaba el rostro y la frente para descartarlo; al ser un pequeño muy débil desde bebé ante cualquier muestra de enfermedad ahí estaba al pendiente casi que no lo dejaba ver la luz del día.

Espero poder descubrir que es lo que le pasaba sin tener que llevarlo al doctor. Porque la primera vez que me animaron hacerlo no pasamos ni de la entrada sino que nos regresamos al mekakushi-dan con una mentira bien organizada.