La oscuridad comenzaba a despejarse, el frio de la madrugada comenzaba a desaparecer lentamente, de la misma manera en la que el olor de la comida casera de mama subía hasta mi habitación. Casi pude reconocer la silueta del humo de las tostadas llegando a mi habitación, esta noche no tuve pesadillas.

Me quite la pijama y me puse la minifalda, luego la blusa y finalmente me cepille el cabello largo y suelto como de costumbre.

Al bajar las escaleras, note que mi abuelo y mi pequeño hermano me miraban de una manera muy extraña sentados en la sala mientras mi madre terminaba de servir el jugo en la cocina.

-Kagome te gusta Inuyasha.- Me pregunto sonriendo. Y, yo escupí el sorbo de café que había tomado.

- ¿Que hicieron el y tu anoche?.- pregunto mi abuelo muy serio y pegando sus ojos en mi cara.

-Abuelo..- le dije dulcemente- ¡Que demonios crees que haría!.- le grite.- ¡Por supuesto que dormir!.- finalice y mi abuelo se escondió detrás de mama con cara de "perdón, metí la pata".

Mi abuelo se incorporo, volvió a la mesa y sorbió un poco de té como si no hubiera dicho nada y continúo:

-Lo que pasa hija, es que ayer escuche muchos gritos desde tu recamara y pensé…- Mi abuelo se corrigió rápidamente al hablar al verme con un demonio en la cara.

-Pensé que era muy raro escuchar tanto ruido y después tu cuarto se puso más silencioso que un cementerio.

Mama hizo tintinear un vaso con una cuchara para anunciar que ya estaba el desayuno listo, luego me pregunto dónde estaba Inuyasha y yo solo resople un trozo de mi cabello en señal de flojera.

-Kagome, llama a Inuyasha a la mesa por favor.- Me ordeno, para mi sorpresa mama estaba muy seria, seguramente es porque me opuse a tener cualquier contacto con el y ahora ella quiere evitar que haga berrinches, pensé. Tenia razón.

-Está bien.- solté de mala gana.

Camine perezosamente hasta mi cuarto, abrí la ventana y lo mire:

El estaba acostado sobre un árbol que daba a mi ventana, aun dormía, le mire por unos segundos casi sorprendida de que llevara algo de ropa puesto. "Por lo menos se dejo los pantalones". Pensé

-Hey – le dije.

-hey-. Repetí, Pero al percatarme de que aun no tenía respuesta la impaciencia invadió mi cuerpo haciendo que mi cara comience a ponerse colorada.

- ¡hey idiota!.- le grite lanzándole lápices, pero como vi que no era suficiente para sacarle de su adormecimiento, comencé a lanzarle libros. Uno le llego al ojo que tenia morado y se despertó.

-Tu.- Me dijo rasgando la voz.

- Hola bella durmiente.- le dije sonriendo.- El día de hoy te llevare conmigo para empezar los tramites de transferencia, así que ponte guapo y nos vemos en el comedor el desayuno está listo princesa.

-No me agrada que usen sarcasmo conmigo, si tienes que decir algo, solo dilo sin rodeos, no seas infantil.

- Solo trataba de ser amable.- mentí.- No sabía que eras tan sensible a las bromas.

-¡¿amable?!, ¡anoche dormí en un árbol!.- chillo.

"¡Mama!.- grite con todas mis fuerzas pero luego una de sus manos me callo la boca, apreté fuertemente la boca tomando impulso, iba a intentar morderle con todas mis fuerzas cuando le de un codazo en el estomago, pero me detuve, mire por un instante su nervioso tic en los ojos y su frente desparramando sudor a cantaros, pensé entonces que me vengaría de otra forma.

El suaviso su agarre al percibir que no haría ningún escandalo, enpuje su mano y me limpie la boca.

-vete.- le dije

- No puedo.- contesto.

- lárgate.- le dije tratando de mantener la calma.

-No tienes idea de…- intento justificarse pero no lo deje, antes de que dijera algo mas le tape la boca tal y como el había hecho conmigo.

El se quedo seco por un instante, parecía una estatua que respiraba lentamente, entrecortadamente en mi mano, mi piel sintió sus labios humedecerse y eso me perturbo un poco.

-Dormirás afuera.- le informe.

El, anteriormente ya se había sacado la camiseta y en ese mismo estado me acerque más a él, el me miraba con curiosidad mientras yo caminaba al frente de el haciendo que retrocediera, mas y mas hasta llegar a la ventana. Cuando su espalda toco la pared me aleje un poco más hacia la izquierda, estire mi brazo izquierdo y abrí las persianas y luego el seguro de la ventana.

Le toque el pecho haciendo que su cuerpo se inclinara un poco hacia afuera, el respiro hondo, giro la cabeza y miro la caída de quince metros de distancia que había desde mi habitación hasta el suelo.

-¿Qué haces?.- pregunto un poco más nervioso.

Yo le indique con la mirada el árbol que estaba enfrente y le dije que trepara hasta una rama grande y resistente que le serviría como dormitorio por esta noche.

-Tienes dos opciones: duermes allí por esta noche y te calmas, o le digo a mama que intentaste violarme y te largas de mi casa para siempre.

-¿¡ Violarte!?.- pregunto entornando los ojos y moviendo la cabeza confusamente.

-Dijiste que tu piel es muy resistente ¿verdad?, ¿Por qué no la usas para algo de provecho y te vas a dormir afuera?.- le dije y el movió la cabeza.

- No kagome por favor, tal vez no me explique bien veras..- replico sacudiendo las manos, pero yo ya había ido por una almohada y se la lance en la cara."

Al recordar la noche anterior se me erizo la piel como la cola de un gato.

Le di la espalda para bajar al comedor, pero el roce de su mano en mi espalda me recorrió como una corriente eléctrica toda la columna vertebral, mis piernas comenzaron a convertirse en gelatina por la manera temblorosa y torpe con la que se movían.

-Lo siento … aun no sé cómo debería comportarme, pero si te hice daño de alguna forma .. perdon .- susurro en mi oído y eso me extasió de una extraña manera.

Su mano, paso frente a mis hombros, la vi resbalarse y caer debajo de mi mejilla, como un tierno gesto de cariño. Mis ojos estaban abiertos como platos observando toda la escena, aun no podía creer que el podría comportarse de una manera tan educada y sutil.

Mi corazón palpitaba fuertemente, creí ser capaz de escuchar mis propios latidos, ningún hombre me había tocado de esa manera y no sabía cómo reaccionar. Pero mi cuerpo si lo sabía, me quede petrificado y le mire salir del cuarto.

Su sedoso cabello plateado ondeaba de lado a lado al son de sus pisadas, su postura era erguida, su espalda ancha y fornida, mantenia puesto sus manos en los bolsillos de cada lado, pero luego me di cuenta de algo…El aun.. ¡Maldición!.. El aun va caminando semidesnudo de la cintura para arriba, y se dirige hacia el comedor. si el abuelo lo ve así, es probable que confirme las sospechas que tenía hace un par de minutos atrás.

Agarre la camisa de la noche anterior y apresure el paso escaleras abajo, le mire caminar despreocupadamente a medio camino, me apresure aun mas tratando de llegar antes que el, pero..

El piso estaba encerado, olvide que mama tiene la costumbre de hacerlo cada mañana, vi como la camiseta blanca volaba rodando delante de mis ojos, junto a mí, en el mili segundo que flote en el aire. Apreté los ojos y los dientes para tratar de tolerar el dolor que vendría.

Sentí que había caído sobre una hamaca, al sentir la cintura y mis nalgas fijas sobre algún tipo de base suave, que me agarraba con firmeza.

-Hola.-dijo el, mire la cara de Inuyasha, al abrir los ojos.

-¿Qué? ¿Por qué?.- balbucee confusa.

- Lo siento, tuve que tocarte para evitar que te hicieras daño, ¿Estás bien? ¿Fui muy rudo?.- pregunto mirándome fijamente, me ruborice.

-¿Cómo fue que me atrapaste tan rápido?, si tu..- pregunte, mirando la distancia que nos separaba anteriormente.

- No te preocupes por eso.- me contesto, sonriéndome despreocupadamente, luego su expresión cambio.- ¿Pero qué pretendías corriendo detrás de mí, escaleras abajo?.- me miro preocupado. Yo le indique la camisa blanca que permanecía en el piso y le dije que debería ponérsela para no provocar más malos entendidos, el asintió con la cabeza y luego bajamos hacia el comedor.

El olor de las tostadas mañaneras ya no era tan fuerte como antes, el ambiente se había combinado también con el café, el tocino y la sopa de miso de ayer.

Mama me miraba sonriente desde la mesa y yo le correspondí con una sonrisa casi temblorosa.

Eran tantas sensaciones distintas solo al comenzar este día que me daba pánico pensar en lo que vendría después con este personaje de "orejas de animal" a mi lado.

Inuyasha tomo asiento primero y para mi mala suerte el único asiento libre era el que estaba al lado izquierdo de su hombro.

Estábamos tan cerca, mi hombro podía rozarse con el suyo, la mesa era tan pequeña que no había otra opción, pero por alguna razón eso me puso aun más nerviosa.

-Kagome, después de que acaben las clases ¿podrías comprarme un paquete de semillas de rosas para sembrar algunas en nuestro jardín?..- me pregunto y yo asentí.

Al terminar el desayuno, le di a Inuyasha una gorra beisboll mía para que se cubriera las orejas, por ningún motivo quería entregarle el reloj que había encontrado, después de todo era el regalo de cumpleaños de mi abuelo y al final de cuentas no tendría que cubrirle la espalda eternamente, el debía arreglárselas como pudiera.

El camino hacia el colegio fue ridículamente aburrido porque tuve que enseñarle a Inuyasha hasta el más mínimo detalle del regreso a casa, las calles que debía tomar, el tren, los lugares, etc.

Al llegar, note que Shahiro y su banda de maleantes no merodeaban la entrada, eso me alivio y suspire.

-¿En verdad, es tan aburrido estar conmigo?.- me pregunto un poco nervioso.

-Si.- le dije sin pensar, luego me tape la boca y lo mire, el estaba serio y miraba fijamente la escuela.

-No te preocupes, voy a molestarte, regresare solo a casa después de terminar con los tramites.- murmuro seriamente, no pude notar molestia en su voz, solo ausencia.

Desvié la mirada avergonzada que tenia y al voltear el ya se había ido.

Las clases habían pasado rápidamente como de costumbre, mire a mi alrededor y pude notar la felicidad de cada uno de mis compañeros esperando ansiosos los cinco minutos que faltaban para que la sirena anunciara el recreo.

Me encogí de hombros y solté un bufido al aire, no me emocionaba el recreo, mientras todos los demás se divertían haciendo deporte o con sus amigos, yo me quedaba apegada en una esquina del árbol mas lejano que pude encontrar. Nadie me molestaba en un sitio tan tranquilo y alejado como ese, además de que el árbol en donde me encontraba estaba casi en la entrada del bosque donde encontré a Inuyasha, "El bosque maldito", lugar de fantasmas de niños muertos, duendes y demás disparates.

Saque una revista de mi bolso y comencé a pasar cada página casi sin interés, la revista enseñaba como ser mas "femenina y atractiva" para los hombres.

Una mujer de pechos grandes vestía un vestido en "v" mostrando su escote y sus piernas, según la revista de mama, eso les atrae.

La siguiente pagina se trataba de "el típico cuestionario", de personalidad. Habían cuatro opciones: extrovertida, introvertida, rara y normal. Para llegar a esta conclusión se tenia que contestar cierto número de preguntas en: a, b, c, d. para tener un resultado confiable.

Como no tenía nada mejor que hacer, comencé a rellenarlo y al final mire mi respuesta:

Rara:

Eres alguien que se distingue de los demás porque tu personalidad no la rige un estereotipo de "moda" "belleza" o "inteligencia". Tu estado de ánimo varía según con las personas a tu alrededor. Eres sincera, y sarcástica a la vez.

Sincera y sarcástica a la vez pensé y luego continúe leyendo aun más interesadamente ya que había estado acertando.

Eres rara, pero de forma distinta a la que la mayoría piensa, constituyes el 0.03% de la población mundial que no pertenece ni a un estereotipo, ni le interesa encajar. Tu forma de pensar causara en los demás inseguridad y eso lo transmitirán en forma de rechazo, ya que piensas diferente y eso te hace rara.

El artículo me gusto bastante y rápidamente comencé a buscar artículos similares, pero las demás paginas enseñaban más secretos de chicas para gustarle a los hombres.

Guarde la revista y camine por los alrededores, con la esperanza ingenua de que algún conejo del bosque "endiablado" apareciera saltando a hacerme algo de compañía.

Pero de pronto, escuche unos pasos rápidos moviéndose de un lado al otro casi como un remolino dirigiéndose en varias direcciones.

Me oculte detrás de un árbol y mire la silueta de dos personas paradas en medio del bosque. No pude verles el el rostro ya que sus cabezas estuvieron en medio de una rama llena de hojas.

-¡Dime porque no quieres regresar!.- Grito una mujer, su voz parecía de una chica de 20 años de edad, según el tono que le puso pude notar su angustia.

-Kikyo entiendelo porfavor, tu mas que nadie sabe lo que pase en ese lugar, siempre me senti solo, y aunque suene cruel decirlo: con la muerte de papa finalmente pude abandonar la organización. Ya no tengo a nadie a quien rendirle cuentas, finalmente soy libre.

Observe las caderas de ambos moverse fuera de la rama que les cubria el rostro, poco a poco visualice los cabellos negros, lacios y largos de ella moverse al son del viento, lejos del chico con quien había estado hablando.

-¡Porfavor kikio!.- gruño el chico antes de salir completamente del arbusto que los separaba, su pelo largo y plateado, sus ojos, ¡Era Inuyasha!.

-¿Nunca fui lo suficientemente importante para ti.. solo me utilizaste para que durmieramos juntos?.- pregunto llena de rabia mirandolo directamente a sus ojos dorados.

-Nunca te utilize, tu lo sabes, no había opcion.

-¿acaso no te importo?.- replico ella

-No es eso ….kikio, ¡Maldicion!.- trato de defenderse.

- Si te vas, acabaras perdiendome, a mi y a todos nosotros.

-ya tome una decision, losiento.- finalizo y luego de la nada un torvellino de aire y hojas invadio todo el bosque haciendolos desaparecer de pronto a ambos de mi vista.

Voltie mi cabeza tratando de seguir algun rastro de alguno de ellos, en el aire o el piso, incluso mire las ramas de los arboles, pero todo parecica intacto.

Sacudi la cabeza fuertemente,¿Qué acaba de suceder?, luego se me paso por la mente a el diciendome tranquilamente que era un medio demonio. ¿Qué significa ser un mitad bestia?, quiero decir me imagino la biologia de sus ancestros, mesclado con la de un , no se con exactitud el alcance de sus poderes… lo de este momento, y lo de esta mañana, me tenia pensativa.

Decidi ir a la biblioteca e inverticar el significado de mitad bestia por mi cuenta.

Pase cada hoja con gran interes y asombro, luego de terminar lo cerre y lo devolvi a su litera.

Las clases continuas pasaron brevemente, ya que mi mente estaba en otro sitio, las horas se convirtieron en aire.

Trate de volver a casa lo mas rapido posible para comprar las semillas de rosas de mama, pero al salir me golpee con la espalda de un muchacho, pedi disculpas brevemente y trate de seguir mi camino, su mano me detubo en seco y luego al verlo mi corazon se paralizo del miedo.

-¿Por qué tanta prisa?.- me pregunto y yo trague saliva.

- Hace tiempo te estube buscando, pero hasta ahora no he tenido la oportunidad de hablar contigo ¿acaso estas huyendo de mi? ¿me tienes miedo?.- la voz de shahiro Tora, se escuchaba de cierta manera, educada y amenazante.

Hola , perdon por la demora, pero ya son 7 hojas aunque no lo paresca, trato de hacer mi mejor esfuerzo.. espero seguir recibiendo su apoyo, en este capitulo no pude poner esenas romanticas, pero les prometo que si me siguen apoyando(con sus comentarios), los agregare en el siguiente, en fin solo diganme lo que piensan… prometo actualizar minimo cada semana