No, yo no soy la dueña de los personajes que aquí aparecen estos pertenecen a Akira Toriyama, y segundo no hago esto con algún fin económico, si no como hobbie.
Como advertencia solo les digo que esto es YAOI vamos (chico x chico).
Todo review es agradecido y será respondido a no ser se sea anónimo, esos solo los agradeceré con el alma pues definitivamente me sacan sonrisas.
Esta es una secuela de "Asexualidad" así que recomiendo leerlo antes de iniciar con esta historia, se ubica antes de GT, antes de que Goku fuera convertido en niño.
Prologo
Algo extraño estaba sucediendo, no necesitaba ser adivino ni un erudito en ninguna materia para darse cuenta de que lo que pasaba por las noches estaba ligado, porque una vez, incluso dos noches seguidas podría llamarse casualidad, para ya…varias noches consecutivas era algo que simplemente debía tener una razón de ser.
Suspiro y bajo sus ojos negros al café que yacía tibio en la taza de la mesa de la sala, no tenía ganas de ir a la cama, había dicho a su esposa que se quedaría abajo revisando algunos papeles para no preocuparla, pero la realidad es que temía lo que fuese a suceder en cuanto sus ojos se cerraran y cayera preso del sueño, las campanadas de aquel enorme reloj que les había regalado su suegro hace algunos años anuncio que era media noche y le recordó que pese a todo debía ir a la cama, mañana tenía que presentar una propuesta importante a la Corporación Capsula y el hecho de que Bulma fuera amiga de la familia, más bien algo así como una tía no iba a hacerlo menos importante, volvió a suspirar y decidió alejar sus manos de la taza para recargar su cuerpo en el respaldo del sillón, tal vez solo debía analizar la situación y buscar una solución o mínimo una causa para sus extraños pero realistas sueños.
La primer noche, cuando todo había iniciado todo estaba negro , normalmente no tenía sueños y cuando llegaba a tenerlos no los recordaba, no creía que tuvieran lógica, así que el haber iniciado en negro no había sido algo llamativo, el problema fue cuando sintió que jalaban su ropa y como su cuerpo parecía ceder hacia abajo, en el sentido contrario a donde sentía el jalón, para después escuchar la voz de quien era una de las personas más importantes en su vida, esas palabras donde le exigía que abriera los ojos y solo le llamaba "hijo de Goku" le remonto a varios años atrás, para ser más preciso la primera vez que Gohan había estado al cuidado de su mentor y maestro, solo que no recordaba tan vívidamente el miedo que su pequeño yo sentía en ese entonces, cuando después de caer al agua y verse sin su padre se movió de un lado a otro clamando por alguien que no estaba a su lado, el agua se sentía tan real que simplemente le confundía, una cosa era sentirse temeroso y pequeño, desvalido y confundido y otra era saber que aquello realmente era un sueño, porque en su sueño de pronto se dividía entre el ser que había sido de pequeño y el adulto que era ahora, observando como un espectador invisible, ahí donde pudo ver a un señor Piccoro más joven, Gohan podría jurar que parecía más un adolescente por las facciones de su rostro que un adulto en forma, aunque pareciera completamente ilógico y disparatado para cualquiera, el sueño avanzaba con la primer amenaza que recibió de su maestro, le arrancaría la lengua si seguía llorando ¿era esa cara una de frustración? ¿El señor Piccoro había sospechado cuando se llevó que podría con un niño de cinco años?, supo al verse aguantando el llanto mientras le decían que su padre había muerto que el señor Piccoro no siempre gozo de un buen sentido del tacto, escucho como le explicaba a su joven yo la situación , no recordaba usualmente las palabras exactas así que escuchar todo de nueva cuenta le lleno de un sentimiento extraño, aquella era una charla que definitivamente nadie tendría con un niño de esa edad, entonces supo que desde entonces el señor Piccoro le dio su lugar como un guerrero aliado, como una promesa para vencer a los que vendrían a la Tierra, aunque debía admitir que cuando le vio tomar la cabeza de su joven yo para levantarlo mientras lloraba agitando sus manitas y su colita de un lado a otro le hizo entender un poco la renuencia de su madre hacía el nameku, de pronto su pequeño yo volaba a una velocidad peligrosa, no recordaba muy bien eso, de hecho se dio cuenta que no recordaba muchas cosas de ese primer encuentro, solo que no había sido placentero del todo, el sueño terminaba justo con un rayo de energía que cuando despertó recordó perfectamente había destruido una gran montaña, esa vez había logrado hacer a un lado ese sentimiento que ahora que analizaba las cosas no lo dejaba en paz.
La segunda noche había caído dormido sin preocupaciones, no esperaba tener otro sueño revelador que reviviera cosas de su pasado, después de todo el anterior no había sido tan malo, lamentablemente este iniciaba de forma violenta, podía sentir la agresividad en el aire y cuando su forma adulta se giro pudo ver a un hombre alto, fornido, calvo con una cola amarrada a la cintura…Napa, definitivamente era él y vio el momento justo cuando levanto su enorme brazo y una gran bola de energía cegó a casi todos, pudo ver en cámara lenta lo que en ese momento no vio con objetividad, aquella onda destructora iba directo hacia su joven yo, un niño de cabello largo y vestimenta morada se protegía el rostro tal vez creyendo que podría amortiguar el golpe, no recordaba ser tan ingenuo, pero si recordaba la rapidez con su maestro había actuado, sin pensarlo se había lanzado como escudo absorbiendo todo el impacto, Gohan solo recordaba como la luz y la sombra de ese evento le había quitado el sueño un par de noches, pero ahí desde otro punto de vista pudo ver el dolor en la cara de su maestro, no solo el grito ensordecedor que hablaba de algo que le podía haber quemado, pronto el aire se volvió turbio, la tierra se levantó del suelo y cuando la visión volvió pudo observar el cuerpo maltrecho de su maestro, los ríos de sangre purpura corriendo por su rostro y brazos, además de un inconfundible olor a carne quemada que no recordaba, observo como antes de perder el conocimiento aquel imponente hombre había dicho claramente "Huye Gohan", no fue un pelea, venga mi muerte, no, aquel orgulloso nameku le había dicho que se alejará de ahí, entonces cuando vio cómo su joven yo se acercaba a su maestro con la esperanza de encontrar vida en unos ojos que ya casi no la tenían sintió vergüenza, porque en ese momento pudieron haberlo matado y el sacrificio de su maestro habría sido inútil, sin embargo eso le había permitido escuchar como el orgulloso hombre que había entrenado a un niño pequeño le hablaba como a su igual, demostrando la humanidad que muchos negaban en él, pudo acercarse un poco y ver una vez las lágrimas que no creía que alguien más pudiera haber visto antes y al final con un muy suave "Gohan…te quiero" había cerrado los ojos para despertarse con el eco de su propio llanto infantil resonando en sus oídos, esa noche, la segunda había logra sobresaltar a Videl quien dormía a su lado, quien inmediatamente le pregunto si estaba bien por el desconcierto en su rostro, entonces debió sospechar algo pero no lo hizo, solo adjudico aquello a haber estado preocupado por el entrenamiento que propia hija estaba teniendo según ella a escondidas.
La tercer noche fue algo complicada y extraña, recordaba que iniciaba en el cuerpo de su yo más joven, siendo aplastado por el pie de Freezer y pensó que trataría de eso, de cómo se había sentido de impotente al verse superado por mucho por quien sería el destructor del planeta original de su padre y seguro, sus abuelos, pero no fue así , pronto su ser se volvió liviano y se convirtió en el aire que cortaba violetamente el cuerpo del único Nameku que no había nacido en ese planeta tan lejano, una vez más pensó y se equivocó respecto a lo que pasaría, se sorprendió cuando un monologo jamás antes escuchado resonó en sus oídos como si estuviera dentro de la cabeza de su maestro.
"Maldición, el ki de Gohan está disminuyendo…Gohan, tú fuiste el único que me acompaño…y sin darme cuenta fuiste entrando en mi corazón…tanto que no he podido olvidarte…desde entonces nació un sentimiento muy especial de mi para ti…"
Inmediatamente sintió un calor extraño naciendo en su estómago no materializado y el grito de su maestro exigiendo…no, más bien pidiendo que no se muriera le hicieron sentirse un tanto mareado, era casi como si la velocidad a la que volaba su maestro le afectará, o eso es lo que quiso creer, pronto su cuerpo se volvía a sentir y volvió a ser un testigo oculto en la escena, ahora estaba más adelante la batalla contra Freezer, su padre estaba ya con ellos y se notaba en todos la pelea que cada quien había librado hasta entonces, no estaba muy seguro de que seguiría exactamente, no hasta que vio a Freezer apuntar hacia su padre, lo recordó y todo paso tal y como su mente le había guardado, el señor Piccoro había vuelto a ser un escudo para alguien más, ahora para su padre, ante aquella escena recordó que el mismo pensó ¿Por qué tenía él que salvar a quien estaba distraído?¿acaso no podía empujarlos y evitar que nadie saliera herido de muerte? ¿Tenía forzosamente que sentir que le perforaban y quemaban la carne para sentir que hacia algo bueno?, se vio a sí mismo una vez más llorando la muerte de su maestro y se removió en la cama, despertando con calma pero con la confusión en sus manos, esa vez había despertado antes de las tres de la mañana había decidido levantarse antes para evitar tener una continuación, fue entonces cuando su subconsciente le advirtió de que aquello no se detendría.
La cuarta noche debía reconocer que no había sido tan mala, era sobre la vez que el Doctor Güero les había atacado, antes de que Cell entrara en el mapa, para ser preciso, había atacado a su maestro, ese sueño sucedió tal cual y había pasado, sin sorpresas que él no hubiera visto o cosas que hubiera olvidado, ese momento en que su maestro le había llamado y él había acudido para salvarlo, el escuchar por primera vez las palabras de agradecimiento de su maestro habían hecho que este sueño no pareciera del todo malo, era casi como un distractor finamente puesto para hacerle bajar la guardia y pensar que era solo nostalgia de su subconsciente haciéndole recordar cosas que tal vez había olvidado, esa vez se había despertado con la alarma de la mañana y había dejado de lado el temor de los sueños mientras bebía una taza de café y desayunaba con su familia.
La noche siguiente fue terrible, una pesadilla con todas sus letras, la forma como un Cell sin perfeccionarse destruyo el cuello de su maestro, logrando que el eco de sus huesos al romperse le dieran nauseas le hizo rogar que aquello terminara, pero no fue así, cada golpe, cada daño por rápido que pareciera resonaba en sus oídos con una veracidad ensordecedora, una parte de su lógica le repetía que aun cuando todo aquello hubiera sido así de cruel y doloroso su maestro seguro ya no estaba consiente para sentir todo aquel dolor, pero él como espectador si lo escuchaba ¡Y de qué manera!, los ojos de los otros androides no ayudaban en nada y el ver como al final ese despreciable ser lanzaba su cuerpo al agua como si de un desperdicio mal oliente se tratará le hizo odiarse así mismo, porque ese era el mismo ser a quien había perdonado cuando era un adolescente, a quien ilusamente quiso dar una oportunidad, esa vez no había estado presente, él y su padre estaban lejos, solo recordaba la rabia y frustración que le había dejado el inexistente ki de su maestro y un extraño dolor en sus rodillas adultas le hizo recordar cómo había vuelto a caer ante su nula posibilidad de ayudar a quien significaba tanto para él, esa vez despertó unos segundo antes que su alarma sonara, se metió a la ducha y pensó detenidamente que aquello debía parar, esa había sido una mala noche y aun despierto, bajo la calidez que le daba el agua recordaba los horribles sonidos del cuerpo su maestro al ser maltratado y desechado sin honor alguno.
El sueño de la siguiente noche, pese a cierto temor que aún le hacía escuchar el crujido de los huesos, fue amable, un nuevo bálsamo para su cabeza, la vez que después de un largo entrenamiento con su padre se acercó decidido hacia su maestro y le pidió un traje igual al suyo, en ese momento no lo pensó, pero ahí en su sueño como un espectador mudo pudo ver el rostro de su padre y de su maestro, ambos pilares de su fuerza, contrarios según las anécdotas de Krillin, observando como él era vestido con un traje idéntico al de su maestro, nunca había usado uno tan parecido, incluso el peso de las hombreras era el justo y en ese momento sin decir nada de eso lo agradeció, sentirse más cerca de su maestro era sin lugar a dudas una de las sensaciones más agradables de todas, recordaba mientras observaba como su yo transformado en súper sayajin se veía las manos, que podía sentir como su poder se balanceaba de manera correcta con solo estar vestido así, como la manta que cualquier niño pequeño tenía para darle seguridad, ¿Cómo podía ser tan inseguro ante la mirada de dos guerreros que estaban colocando el futuro del mundo en sus manos?¿cómo no lo veía y aceptaba?, esa mañana volvió a levantarse antes de tiempo y con cuidado una vez más salió de la cama para llevarse las manos al cabello, el sueño había sido bueno ¿pero que le esperaba después?, según el patrón de sueños anteriores algo nada grato le esperaba y si el tiempo no se saltaba mucho seguía justo la pelea de Cell.
La noche llego nuevamente y se dedicó a trabajar constantemente, incluso pensó en no dormir como una opción, pero a mitad de la noche cayo dormido sobre el escritorio de su estudio sin poder hacer nada para detenerlo y empezó todo justo cuando la batalla de Cell contra él iniciaba, todo parecía más rápido de lo que recordaba, solo parecía que el tiempo iba más lento cuando se trataba de su maestro, el sueño se centró en como el señor Piccoro tomaba la pelea, como desde que su padre se dio por vencido dejándole todo a él casi hace que el nameku se atragante, en varias ocasiones se acercó a su maestro aun con el conocimiento de que su presencia no sería detectada, pero quería estar ahí, decirle que no se preocupara que las cosas pasarían y mejorarían, que esa angustia que se notaba en su rostro no sería permanente, sin embargo el sueño se volvió a una velocidad normal en cuanto las cosas en el campo de batalla se volvieron difíciles y vio cómo su maestro sin pensar una vez más en la diferencia de poderes se lanzaba para ayudarlo, no se ponía ahora en su camino, intentaba atacar a Cell por atrás, sin embargo aun cuando el Gohan adulto le grito que no lo hiciera fue demasiado tarde, Cell con solo expulsar su poder hizo que su maestro cayera derribado, una vez más le grito a su maestro que se detuviera y se gritó a si mismo del otro lado que acabará con lo que sabía no podía acabar, no en ese momento, pudo ver como el señor Piccoro no se detenía y lanzaba un nuevo ataque antes de decir algo que no recordaba haber oído ¿esas palabras realmente salían de él una vez más?, ¿era él , el único que le comprendía?, su yo más joven aumentaba su ki para poder acabar con aquel que inicialmente no parecía más que un enemigo más de su padre y en el sueño sentía esa angustia, sabía que no moriría su maestro, pero aun así no podía quitarse esas ganas de tomarlo y alejarlo del campo de batalla, al final se despertó de golpe sobre su escritorio, tumbando el resto de los papeles que no había arrojado ya al suelo.
Las siguientes noches fueron de la pelea de Majin Boo y de cosas menores que fueron pasando después, enemigos iban y venía , pudo observar que aun cuando dejo de lado las batallas y los entrenamientos, su maestro seguía creyendo en él como ninguno otro, por eso ahora estaba ahí, mitad de la noche analizándolo todo para saber de qué iba de todo aquello, los últimos sueños habían sido sobre los incidentes de hace varios años, cuando se encontró confundido y perdido, cuando su maestro intento ayudarlo y él sin pensarlo se arrojó a sus brazos, cuando lo beso en su recamara, cuando se besaron después con una pasión que aún le arrebolaba las mejillas en el bosque, cuando se dio cuenta de que algo se rompió entre ambos y él falto a su graduación, cuando le vio presente en su boda unos segundos solo después de haberle pedido que no faltara, que necesitaba sentirlo cerca , cuando volvió poco a poco a su vida una vez más pero trazando una línea invisible que les prohibía acercarse demasiado.
La noche anterior había soñado justo cuando el señor Piccoro había cuidado de que su hija no se extralimitara en sus entrenamientos, él no se acercaba demasiado a ella, no desde que había aprendido a hablar y caminar, pero sabía que estaba al pendiente de ella, tal vez por eso no le preocupaba tanto que se fuera a las montañas cuando no la acompañaba su padre por su entrenamiento con Uub o Goten por su nueva afición a la modernidad y las chicas o incluso Trunks quien había encontrado en la Corporación Capsula una nueva forma de retar a su intelecto, Gohan sabía que el señor Piccoro observaba a su hija de lejos y eso le dejaba un buen sabor de boca, incluso Videl se notaba menos reacia a la idea.
Se levantó del sofá para tomar la taza ya fría de café y moverse a la cocina, mientras lavaba la taza dejando que el resto de café se fuera por la cañería solo pudo llegar a la conclusión de que aquellos sueños eran un grito para darle su lugar al señor Piccoro, ¿pero acaso no lo hacía ya?¿no lo respetaba ya lo suficiente?¿no lo quería ya lo necesariamente correcto?, suspiro mientras el jabón limpiaba los restos de café y recordó sin querer la noche en que Videl se había vuelto demandante , con el tiempo las cosas habían mejorado eso era cierto y pese a no ser un matrimonio como él desearía, eran uno modelo ante los demás, no discutían mucho realmente, Videl se había vuelto más tranquila y su hija había sido realmente una bendición; cerro el grifo del agua para dejar la taza estilando en su lugar, entonces se movió sin muchas ganas a su habitación, ahí donde Videl yacía dormida, hace mucho que no le esperaba despierta, su trabajo y un pacto sin palabras le había enseñado a darle su espacio en la recamara, cumplía con su obligaciones de esposo una o dos veces al mes solo para mantener tranquila a Videl y que le diera esos momentos de libertad y tranquilidad.
Se vistió con su pijama color azul marino y blanco, se metió a la cama, se quitó los lentes para dejarlos en la mesita de noche de su lado de la cama y se prometió que fuera lo que fuera del siguiente sueño definiría lo que haría, tal vez ir con un psicólogo no era tan mala idea después de todo, por ahora se arriesgaría a que el sueño lo guiara, pues ya no había más recuerdos, solo el presente y no se podía soñar con el presente.
Una hilera de personas estaban a su alrededor, él vestía un traje azul con una corbata oscura, no llevaba sus lentes, no sabía porque, tampoco sabía porque algunas personas parecían felices y otras angustiadas, él no era alguien que fuera a conciertos y sin lugar a dudas aquello no parecía uno, arriba de su cabeza pudo ver una nave que parecía ser de la Corporación Capsula, mas no estaba seguro, podía sentir el ki de varias personas conocidas pero no puso especial cuidado, era como si estuviera aliviado ¿Por qué estaba aliviado?, entonces entre tanta gente pudo escuchar la voz de su maestro.
"Gohan ¿me escuchas?"
Él le busco con la mirada pero al no encontrarlo supo que le hablaba por la mente ¿era ese un sueño verdad?, levanto una vez más el rostro y vio a lo lejos sobre su cabeza, como si de la luna se tratará al planeta Tierra ¿Qué significaba aquello?, no tuvo tiempo de pensar más pues la voz de su maestro en su cabeza le robo la atención.
"He pensado compartir el destino de la Tierra..."
Le escucho decir y al preguntarle la razón de sus palabras fue sincero, en verdad no entendía porque lo decía ¿el destino? ¿Qué le pasaba a la Tierra?, no…aquello si tenía lógica, si él y otros estaban en otro planeta significaba que la Tierra estaba por ser destruida ¿Quién? ¿Porque?
"Me dijeron que el Kamisama anterior fue el que creo las esferas del dragón más poderosas, mucho antes de separarse de Piccoro Dai Maku, eso significa que si muero el Shen Long anterior desaparecerá y las esferas del dragón no serán más que unas simples piedras…"
Se sintió asustado pese a que no entendía que había pasado, no tenía conocimiento de lo que hablaba realmente, pero la idea, la solución de su maestro era morir, morir para siempre, en esas palabras daba a entender claramente que no quería que su existencia se reviviera en un futuro, Gohan pidió que dejara de decir tales cosas y en su cabeza se dijo, que era un sueño, todo aquello era un sueño.
"Mientras esas esferas del dragón existan, volverá a suceder lo mismo, es mejor acabar con ellas que encerrarlas en una vieja habitación del templo"
Angustia, su maestro…Piccoro hablaba en serio estaba en un sitio donde no lo podía alcanzar, lo sabía, además algo en su cuerpo hacía que pesara más de lo que recordaba.
"No llores Gohan, te has vuelto muy fuerte…tu Kamehame ha me dejo inmóvil, te felicito hijo"
No se dio cuenta cuando empezó a llorar, había muchas cosas que no entendía y cuando su maestro dijo aquello de su fuerza un flashazo en su cabeza le hizo ver como él había atacado a su propio maestro ¿Cómo era eso siquiera posible?, él jamás levantaría la mano contra el señor Piccoro y aquello definitivamente no había lucido como un simple entrenamiento, de pronto no escucho más la voz del otro y la angustia le hizo abrir sus ojos para ver el planeta Tierra aun sobre su cabeza, más con unas últimas palabras vio como el planeta estallaba y se volvía polvo en el cielo, entonces la lagrimas rodaron con fuerza por su rostro y cayo una vez más presa de la frustración, porque sentía en el cuerpo que no habría un mañana, en verdad era la última conversación con él y aun pese a todo estaba esa maldita distancia entre ellos.
Todo dejo de existir a su alrededor, se volvió negro, como el gran vacío que sentía en el pecho, entonces una voz en su cabeza resonó, una voz que no concia y que estaba seguro era el culpable de todo aquello.
"Esto es una muestra de lo que sucederá ¿así quieres que termine tu vida? ¿Estas contento con solo ser eso…su hijo?"
Gohan no dijo nada, no salía nada de su boca por el horrible nudo que se había formado en su garganta, no quería, claro que no quería nada de eso, que él muriera así, que entre ellos se sintiera "eso", la distancia, el formalismo. Ahí no había nada más que la oscuridad y la voz que resonaba aun cuando se negara a oírla.
"Soy Cronos Diosa del tiempo y pese a que ustedes sayajins juegan a brincar de un momento a otro para cambiar el futuro, no puedes tú, uno de los más prometedores guerreros arreglar tu propia vida ¿Qué se siente vivir en una mentira?...nada, no dices nada, será porque no hay nada que decir"
Le escucho sin poder decir nada y supo que no era solo un sueño, realmente todo aquello no era solo eso, era mucho más ¿pero porque le importaba él?¿porqué de todos en ese mundo él era alguien merecedor que una deidad se metiera en su vida?
"Me das pena…veras, observo con interés todo lo que pasa, todo lo que ustedes hacen y es lamentable que una y otra vez renuncies a cosas buenas, entendí que dejaras de pelar porque no es tu deseo ser como tu padre o los otros, incluso entendí que no creyeras en ti como el resto del mundo lo ha hecho, pero de eso a que al final tu historia termine como un simple hombre incompleto por que se empecina a vivir en un mundo fácil y de juguete…pues no, porque no solo te afecta a ti, tu esposa, tu hija, tu familia completa y sobre todo, aquel ser a quien siempre quieres proteger se verán afectados de una u otra forma ¿crees que de ser realmente quien eres él se hubiera rendido así nada más?¿crees que se dejará morir tan fácilmente como un padre que no es?¡Tú, necio simio, ya tienes un padre! … ¡Toma esto como una advertencia y haz lo que quieras pero cuando ese día llegue no llores por aquello que jamás te permitiste que fuera, cobarde sayajin!"
Se levantó de golpe como nunca, sin cuidar si despertaba o no a nadie, con las lágrimas corriendo por sus mejillas y el nudo aun cortándole cruelmente el aliento, oprimiéndole el pecho sin darse cuenta que Videl se había despertado y le miraba angustiada, sabía que últimamente él estaba raro, pero no recordaba haberlo visto así, jamás, Gohan no podía parar, rabia y frustración, estaba seguro, cada centímetro de su cuerpo podía sentirlo, que aquello era real, que todo aquello era cierto, no creía en muchas cosas porque un hijo de la lógica y la realidad, pero ante toda su vida no podía negar que algunos seres supremos elegían a sus candidatos para ciertos mensajes, lloro sin control y aun cuando Videl le abrazo con lágrimas en los ojos no pudo parar, ni siquiera por pena, aquello que sentía era demasiado porque de pronto parecía haber visto la luz, de pronto todo lo que era su vida últimamente parecía una mentira, algo que no lo llenaba y le dolía, porque sabía que tenía que cambiar y esos cambios dolería, serían difíciles y lo peor de todo, su paz, su divina paz se acaba en un abrir y cerrar de ojos.
-¡¿Gohan, que pasa?!- pudo escuchar finalmente la voz de su mujer y él solo pudo apretar sus ojos, una parte de él estaba molesto con ella, otra parte estaba molesto con el mismo, porque pese a la necedad de Videl, él había decidido casarse con ella, él había decidido formar una mentira y hacérsela creer a todo el mundo-¡Gohan!
No dijo nada, su ki solo comenzó a elevarse de una forma peligrosa, estaba demasiado alterado, pronto la tierra bajo sus pies comenzó a temblar ligeramente, pronto unos pies corrieron en la dirección de su recamara y de golpe una niña de ocho años abrió la puerta para ver a su padre como jamás lo había visto.
-¡Ve por tus abuelos! –grito Videl logrando que la niña de cabello negro aun asustada saliera por la ventana en dirección a la casa vecina donde vivían sus abuelos y el tío Goten, no hacía mucho el abuelo había vuelto de visita- Gohan …Gohan escúchame…-murmuro ella a lo que Gohan entendió que la situación se le estaba escapando de las manos y supo que pronto tendría a todos en su casa, ante este panorama calmo su energía y poco a poco aquellos temblores en la tierra cesaron, hasta que incluso las lágrimas parecían menguar-…Gohan, querido…
-…basta-murmuro el pelinegro mientras cerraba sus ojos y rogaba a cada parte de su cuerpo se tranquilizara, que el llanto parara y que su corazón dejara de dolerle, algo moría y vivía a la vez dentro de sí, una sed que le daba miedo admitir-…ya no más…-murmuro antes de que sintiera la energía de su padre y de su hermano entrar junto a su hija por la ventana, seguro los había encontrado ya despiertos y listos para venir-
- ¿Gohan? –Escucho vagamente la voz extrañada de su hermano quien gozaba ya de la juventud que él un día dejo pasar sin problema ante sus ojos, Goten ahora estaba casi de su misma estatura-
- estoy…bien…estoy bien-murmuro Gohan antes de que su padre dijera cualquier cosa y el silencio de pronto llego a sus oídos, agradeciendo esos pocos segundos de paz antes de abrir sus ojos y ver como su hija abrazaba a Videl, su esposa; mientras su padre y su hermano le observaba con una clara tensión en los músculos-…estoy bien-volvió a decir antes de pasar saliva para estirar una mano y tomar sus lentes de la mesa de noche- nadie amenaza la Tierra …-decidió agregar solo para evitar que su padre saltará a la conclusión más cotidiana de sus vidas-
Se limpió el rostro con la mano opuesta antes de ponerse los lentes y volver sus ojos a su pequeña familia, aquello iba a ser muy complicado pero las cosas cambiarían para siempre, no quería un futuro como el que vio, no quería ver morir a nadie y sentir que era una burda caricatura de lo que realmente era, un farsante en una vida cómodamente comprada.
-…papá –murmuro nuevamente Gohan antes de volver sus ojos ahora a su padre quien parecía tan serio como cada que se presentaba un nuevo peligro para la Tierra, de pronto era como si realmente tuviera los años que debía tener-…necesito hablar con todos los sayajins…-dicto con aire seguro antes de levantarse de la cama para ver de reojo a su hija- hombres, ni Pan ni Bura pueden estar con nosotros, es importante –dijo y por primera vez en mucho tiempo su hija no se opuso a las palabras de su padre, no es que fuera una mala hija, solo tenía una complicada combinación de genes terrestres y sayajins en su persona-
No dijo nada más a nadie solo se movió a su armario tomo ropa y se dirigió al cuarto de baño sin volver los ojos hacia atrás, sentía que otros venía camino a su casa, energías conocidas que seguro se habían inquietado al sentir el alza de la propia, un error que se había permitido.
- estaré listo en unos minutos, encárgate de lo demás papá –dijo el pelinegro de anteojos antes de mirar de reojo a su padre, sus ojos demostraron algo que Goku hace mucho no veía en su hijo mayor, determinación y seriedad, era algo que pocas veces sucedía y si su hijo le había encargado una tarea la haría, así tuviera que pelear con Piccoro por no ser requerido o con su esposa por no informarle nada mas de su hijo, acaba de volver por una visita exprés y salir de la nada de la recamara no era algo que le agradará del todo a Milk-
Gohan entro al baño, se desvistió con aire reacio, casi violento, dejando que las prendas quedaran desordenadas en el azulejo del piso y abrió el grifo del agua fría para entrar casi de inmediato, necesitaba ordenar sus ideas, y siempre creyó que el agua fría calmaba los nervios, al menos era algo que siempre le pareció; sentía algo en su cuerpo que no podía ser llamado de otra forma si no impulso y no podía permitir que algo como eso estropeara las cosas, haría cambios en su vida, sí, pero los haría como debía de ser, no de forma tajante como deseaba, no de forma grosera y altanera como tal vez quería aquella caprichosa deidad que le había despertado de un extraño y cómodo letargo, si no con la inteligencia y astucia de un sayajin mestizo que se había cansado de mentir.