Este fic participa en el minireto de febrero para "La Copa de las Casas 2015-16" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Mi personaje es Oliver Wood.
Espero que disfrutéis.
Estúpido Flint.
Oliver se había pasado meses preparando un plan de entrenamiento perfecto para su equipo, ¡Y no sólo eso! Casi había tenido que ponerse de rodillas rogándole a Mcgonagall que le dejara reservar el campo de Quidditch a estas -según ella - "intempestivas horas de la mañana", para que ahora venga el idiota de Flint y diga que tiene un permiso especial de Snape para entrenar a su nuevo buscador.
Y no era la única novedad: escobas de último modelo financiadas por el ricachón de Lucius Malfoy.
Pero eso no era lo más grave, lo peor de esa situación era sin duda ver la sonrisa de satisfacción en la cara maliciosa de Marcus Flint al notar la envidia de los Gryffindors.
Oliver apretó los labios fuertemente hasta que solo quedó una fina línea. Trató de contenerse, pero inevitablemente dejó escapar un gruñido furioso. El slytherin, ante la evidente molestia de Oliver, amplió todavía más su sonrisa, mostrando sus dientes descolocados y amarillentos.
—¡Oh, vamos Wood! No me digas que estás molesto por esta tontería. —Dijo Flint acercándole más la escoba para que pudiera verla mejor. — Necesitamos poner en forma a nuestro nuevo buscador, no es nada personal. — Oliver observaba cómo Marcus pasaba distraídamente el pulgar por la zona de su escoba donde relucía en letras brillantes la marca; "Nimbus 2001" — Si fuera por el resto del equipo no estaríamos aquí. A diferencia de vosotros, no nos hace falta entrenamiento extra. ¿O es que no recuerdas el último partido?— Su tono casi podría confundirse con la dulzura, pero todos los que le escuchaban sabían que sus palabras destilaban veneno.
Oliver tomó una respiración profunda. Si no lograba calmarse iba a arrancarle esos dientes torcidos uno por uno. — ¡Ese partido no fue justo! ¡Jugábamos sin buscador!
Flint miró a Oliver de arriba a abajo, estudiándolo a fondo. —Entonces no te importará jugar la revancha, ¿Verdad, Wood? ¿O es que tienes miedo?
—¿Miedo? ¿Yo?— El capitán de Gryffindor ni siquiera se lo pensó.—¡Cuándo quieras y dónde quieras, Flint!
Marcus sonrió como si ya hubiera ganado y elevó su mano para que Oliver la tomara. Wood no le hizo esperar, estrechó su mano entre la suya y sellaron el trato con un apretón de manos.
Y así, oyendo el crack proveniente de sus dedos, Oliver Wood se dio cuenta de que había vuelto a caer en el mismo truco. Bueno, tendría que pasar por la enfermería a por un poco de poción repara-huesos. Otra vez.
Estúpido Flint.