"Este fic participa en el minirreto de mayo para La Copa de la Casa 19/20 del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black"

Esto es un WI? En el que Marlene McKinnon contrae una enfermedad (totalmente inventada) que la lleva a tener una serie de deficiencias, discapacidades y minusvalías. Como existe una evolución de su condición a lo largo de la historia, voy a especificar todos los que menciono:

Deficiencias/Discapacidades/Minusvalías: parálisis, pérdida de movilidad, enfermedad crónica, problemas de visión, audición y lenguaje, ceguera total, sordera total, paraplejia y tetraplejia.

Y sí, lo sé, me he cebado con la pobre Marlene.

Además, comento que nombro a los padres de Marlene, aunque no se sabe nada de ellos, por lo que en este caso son OC.


Marlene Mckinnon siempre supo que había algo diferente en ella.

Su madre, Alysa McKinnon llevaba casi dos décadas jugando como buscadora para las Avispas de Wimbourne, mientras que su padre, Augustus McKinnon, entrenaba uno de los equipos más importantes del norte de Europa.

Dentro de este contexto familiar, parecía que todos los hijos de la familia McKinnon habían heredado una pasión por el Quidditch.

Todos, excepto Marlene.

No es que no le gustara el deporte, pero no soportaba la falta de aire y el dolor en el pecho que sentía tras la actividad física.

Por ello, mientras sus hermanos pasaban horas persiguiendo pelotas en el aire, Marlene permanecía en la biblioteca de su mansión devorando cualquier libro que encontrara.

Nunca le preocupó demasiado que le dolieran los músculos al mantenerse erguida, ni los jadeos intermitentes que la asolaban al correr. El verdadero problema llegó durante su segundo año en Hogwarts, cuando Marlene se dio cuenta de que las letras escritas en la pizarra parecían borrosas, y cada día le costaba más escuchar las conferencias de los profesores.

Regresión petreafor —concluyeron los medi-magos tras una serie de pruebas exhaustivas.

Se trataba de una enfermedad mágica congénita, extremadamente rara, que conllevaba un deterioro progresivo de los nervios, comenzando con los motores y, a largo plazo, los sensitivos.

Incurable.

Marlene trató desesperadamente resistir la enfermedad, pero cuando sentarse en primera fila para escuchar mejor a los profesores y utilizar grotescas gafas gruesas ya no fue suficiente, la joven se vio obligada a abandonar Hogwarts.

Su madre dejó su trabajo para dedicarse a cuidarla a tiempo completo.

Con el paso de los meses, sus músculos comenzaron a anquilosarse y, lo que en principio era paraplejia, se transformó rápidamente en tetraplejia. Su visión borrosa derivó en ceguera total y, para su decimoséptimo cumpleaños, apenas era capaz de emitir sonidos.

Sin embargo, la biología, al igual que la magia, siempre encuentra sus caminos y, cuando un órgano se atrofia, otro puede verse mejorado.

Así, recluida en su mente, sin ninguna interacción con el mundo que la rodeaba, Marlene fue capaz de desarrollar una habilidad especial.

Adivinación.

A medida que avanzaba la enfermedad, las visiones se hicieron más nítidas, como si su magia quisiera compensar la incapacidad de su cuerpo.

Durante sus trances, vislumbró las atrocidades que se avecinaban debido a la guerra que estaba a punto de estallar. Vio a sus amigos luchar, morir y matar.

Centenares de vidas se hubieran salvado con esas profecías en manos correctas.

Pero no pudo.

No era físicamente capaz de hacerlo.

A principios de 1981, Marlene ya había perdido toda capacidad de comunicarse. Sus cuerdas vocales se habían convertido en un órgano inútil, sus manos estaban tiesas y agarrotadas, y ya ni siquiera tenía fuerzas para parpadear.

El 2 de julio, toda la familia McKinnon fue asesinada a manos de los seguidores de Lord Voldemort, y nadie jamás sabría que la pobre Marlene tuvo que presenciar sus muertes semanas antes del incidente, incapaz de hacer nada para evitarlo.


Fin.

Por una parte me siento mala persona por escribir esto, pero por otra, sé que mi profesor de patología médica estará orgulloso de mí xD

Me ha parecido muy interesante el reto de este mes, y confieso que me ha llevado a tener un debate en la clase online de pediatría sobre la diferencia entre los términos de deficiencia/discapacidad/minusvalía, porque la verdad es que no tenía nada clara la diferencia.