Este fic participa en el minireto de marzo para "La Copa de las Casas 2015-16" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black
La profesión que me ha tocado es Funcionario en la oficina Contra el Uso Indebido de la Magia (Lo sé, solo ese nombre ya me ocupa media línea)
Esto no es lo que tenía planeado hacer, pero por ciertos motivos he tenido que cambiar la historia entera y casi a última hora (Porque yo he estado muy liada) Así que no ha quedado como me hubiera gustado, pero aún así espero que disfrutéis.
Por Merlín, lo que todos decían sobre ella era cierto. Hermione Granger había acabado con la vida más aburrida del mundo; su aburrida familia, su monótona rutina y sobre todas las cosas su asquerosamente tedioso trabajo.
Cada día se levantaba a las siete de la mañana, se arreglaba, preparaba a sus hijos para el colegio, vestía a Hugo, dedicaba quince minutos al indomable pelo de Rose y los despedía con un beso. Luego, hacía una parada en su cafetería favorita y todavía con su capuccino en la mano entraba al Ministerio de Magia intentando pasar desapercibida entre funcionarios, subordinados y algún que otro periodista que probablemente quería escribir otro artículo sobre las grandes hazañas que hizo el cerebro del trío de oro.
Para llegar a su oficina primero debía atravesar tres plantas y tomar dos ascensores, pero cuando finalmente vislumbraba la puerta de cedro con el letrero "Hermione Granger. Funcionaria de la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia" sus ánimos se iban directos al suelo.
Y es que, al contrario de lo que muchos puedan pensar, Hermione necesitaba acción. Está bien, tal vez no el tipo de acción que tuvo en su juventud, pero tampoco merecía estar atrapada en esta oficina donde los delitos que se tratan son de carácter reglamentario más que criminal.
Además, ¿No era algo hipócrita de su parte castigar por acciones que ella hizo incontables veces? Si a ella y a sus amigos les hubieran sancionado cada vez que hicieron magia fuera de Hogwarts siendo menores de edad, probablemente ahora estarían pudriéndose en Azkaban.
Aunque tratara de apartar los recuerdos de su juventud, de vez en cuando su mente siempre la llevaba de una forma u otra a aquellos maravillosos años de aventuras con sus dos mejores amigos. Sin embargo, al instante recordaba que uno de ellos había formado su propia familia y el otro, veinte quilos más gordo, estaba casado con ella.
En esas ocasiones, decidía centrarse en la montaña de papeles que se apilaban desordenados en su escritorio informando de cada uno de los "descuidados" magos que habían realizado algún hechizo en frente de muggles.
Y así, simplemente dejaba que la vida pasara: monótona y aburrida.
N/A: Lo siento por los fans de Ron. Y siento que no esté tan bien como debería, pero la he hecho muy rápidamente, la verdad espero que el próximo mes pueda hacer algo mejor porque de momento siento que no estoy contribuyendo mucho. ¡Por lo menos no tiene más de 400 palabras!