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El beso la estaba descolocando por completo, su cuerpo estaba reaccionando a un calor tan indescriptible que era irresistible. No entendía porque reaccionaba de esa manera, o por lo menos, no hasta que vio quien tenía delante. La sonrisa de Adrien fue tan amplia que se preguntó si no le dolía la cara de tanto sonreír. Pero no era cualquier sonrisa. No. Era una sonrisa lujuriosa, llena de picardia, anhelo, deseo. Sus ojos la miraban fijamente, expectante por su reacción, queriendo saber que le diría, si lo aceptaría ahora que sabía quien era.

Para sorpresa de ambos, la reacción de Marinette fue la menos esperada.

En serio estaba esperando gritos, tartamudeos, miradas de indignación ¡Incluso una bofetada! Pero nada de eso paso, de hecho, su reacción fue mejor de lo que esperaba.

Ella volvió a unir sus labios.

Adrien no espero y correspondió con el mismo fervor. La rodeo con sus brazos sin dejarle escape en caso de que ella quisiese huir de él, cosa que no hizo.

El silencio era roto solo por el sonido de sus labios, sus suspiros y jadeos, el sonido de la ropa siendo desprendida de sus cuerpos casi con desespero. La tenía en ropa interior frente a él, le resultó tan excitante las braguitas de encaje negro que tuvo que reprimir un gruñido que quería salir de su garganta. Marinette se mostró un poco tímida con su cuerpo. Si bien sabía que no poseía mala figura, no era lo mismo cuando estaba casi desnuda frente a él. Lo irónico de la situación era que ella había tenido un traje de baño hace apenas un día que tapaba exactamente lo mismo ¿Por qué se sentía diferente? No podía explicarlo.

Adrien la miro a los ojos, jadeante mientras acariciaba sus curvas con sus manos, casi como si reconociera cada parte de su piel. El instinto se adueño de sus movimientos, nunca había estado en una situación tan excitante como esa, era su primera vez, pero extrañamente no se sentía nervioso, se sentía casi un experto al ver las reacciones de la preciosa Marinette, lo estaba volviendo loco. Recorrió su cuello con sus labios mientras desabrochaba su sujetador y lo lanzaba lejos, sin querer ver ese pedazo de tela que obstruía su exploración. Marinette soltaba suspiros entrecortados, disfrutando de las sensaciones, sin saber muy bien como corresponder sus atenciones.

Ella miro con el ceño fruncido la franela de Adrien, era injusto que ella estuviera solo en bragas cuando él aun tenga ropa encima.

Tomándolo desprevenido, lo empujo hasta la cama. Adrien abrió los ojos sorprendido por el repentino cambio de papeles cuando ella se sentó a horcadas encima de él con una sonrisa juguetona. Marinette sentía a morir, aquello era tan vergonzoso, pero la cara de Adrien valía mil veces, se veía tan vulnerable.

— Es injusto — Dijo con la voz ligeramente ronca mientras subía la franela, sintiendo sus músculos tonificados — Tienes mucha ropa.

A Adrien se le aceleró la respiración con las caricias de la muchacha, sentía su piel arder ante su toque, era delicioso sentirla. El alzó los brazos dejando que ella lanzará la tela lejos y no espero a aprisionarla nuevamente, besándola con pasión. La sintió removerse, haciendo que sus sexos se rozaran tentadoramente. Él respondió alzando las caderas, ella sintió su ya notoria excitación.

— Vamos princesa — Puso una mano en la parte baja de su espalda impulsándola hacía adelante — Arquea tu cuerpo para mi.—Sonó más como una orden que una petición.

Marinette se sonrojo ante la aspereza de sus palabras, arqueando su cuerpo casi de inmediato. Adrien no espero ni un segundo y llevo uno de sus pezones a su boca, disfrutando de ellos mientras los gemidos de Marinette resonaban en la habitación. Chupo el montículo y lo mordisqueo ligeramente. Marinette movió las caderas en busca de alivió, necesitaba más. Adrien disfruto de sus pechos un largo rato hasta que estuvieron totalmente erectos. Sus senos brillaban por su saliva y se veían de lo más apetecible, así que dio una última lamida antes de lanzarla a la cama, cambiando hábilmente de posiciones.

Marinette se sorprendía de lo dominante que se veía Adrien en ese momento y aquello la excitaba. Adrien empezó a bajar entre besos y ella tembló de expectativa al ver la dirección de su boca. Beso por encima de las bragas haciéndola soltar un leve pero audible gemido de sorpresa. Con una mirada juguetona y una sonrisa maliciosa, Adrien tomo la liga de las bragas con los dientes sin dejar de mirarla y empezó a bajarla con lentitud. La tela acariciaba su piel enviándole un delicioso cosquilleo hasta su vientre, se sentía tan sensible. La actitud que el rubio estaba tomando en ese momento la estaba volviendo loca, la prendía, se veía tan sensual.

Adrien lanzó la prenda lejos, sin importarle donde estaban cayendo sus ropas. Alzó las piernas de Marinette y beso el interior de sus muslo con suavidad, mordisqueando ligeramente, haciéndola temblar. Parecía un lobo a punto de devorar a su presa, aunque realmente fuera un gato a punto de comerse al ratón. Acarició sus labios vaginales con los dedos, gruñendo al encontrarla tan húmeda por él, sintió mucha satisfacción al comprobar que ella lo deseaba tanto como él. Ingreso un dedo con mucho cuidado y ella siseo ante la extraña sensación, él parecía querer acostumbrarla un poco antes de hacer el proceso mayor.

No pareció poder soportar más y llevo su boca hasta su vagina, haciéndola gemir entre sorpresa y placer, abriendo los ojos como platos.

— ¡Adrien! — Exclamó.

Él parecía de lo más a gusto lamiendo su feminidad, emitiendo un gemido ronco contra su carne sensible.

— Dios Marinette...— Gruñó contra su piel. — Sabes aun mejor de lo que recordaba.

Allí ella comprendió que aquello no había sido un sueño y extrañamente, no le molesto en absoluto.

Marinette gimió, Adrien estaba lamiendo con tanto fervor, moviendo sus labios como si fuera un beso, como si su vagina pudiese devolver los movimientos. Casi gritó cuando empezó a succionar su clítoris. Llevó sus manos hasta su cabello, enredando sus dedos y moviendo las caderas inconscientemente, estando casi a las puertas de un delicioso orgasmo.

Pero entonces él se detuvo.

Ella gimió en protesta cuando él se separo. Adrien se relamió los labios con la mirada oscurecida y rió levemente ante su carita de indignación.

— Aun no preciosa — Beso su cuello y se coloco entre sus piernas. Se desabrocho el pantalón y lo bajo junto a los boxers. Su erección salió disparada hacia su entrada y no pudo evitar relamerse los labios de tan solo pensarse dentro de ella. — Es muy pronto, debes disfrutar.

Ella iba a contestarle que lo estaba disfrutando y mucho, pero una repentina vergüenza al ver su pene la invadió. Tuvo la pregunta de toda virgen.

— Oh Dios mió. — Gimió — ¿Eso podrá entrar en mi?

Adrien rió — Claro que si, my lady — Se froto contra su entrada, haciendo que ella arqueada su cuerpo para recibirlo. — Te dolerá al principió pero te aseguro que los disfrutaras... Seré cuidadoso, lo prometo.

La tierna y cálida sonrisa que el rubio le dedico la tranquilizo y no evito corresponderla.

Empezó a introducirse en ella con lentitud, hasta que estuvo completamente dentro. Marinette frunció los labios y siseo ligeramente ante la incomoda sensación, no era un dolor tan agudo como esperaba, apenas era como si le hubiesen dado un pellizco, pero la sensación era extraña. Adrien jadeo, tratando de mantener todo su control para no moverse, esperando que ella se acostumbrara a la invasión, pues no era como si su miembro fuera pequeño.

Sus paredes vaginales lo envolvían como un puño duro y liso, la sensación era deliciosa, mejor d elo que había imaginado.

— Adrien — Rogó ella alzando las caderas en un movimiento brusco que lo hizo soltar un quejido placentero.

Tenía miedo de hacerle daño, pero ella se veía tan deliciosa que no pudo retener el movimiento de sus caderas. Empezó a embestirla con una lentitud tortuosa para ambos, solo porque quería cuidarla y que no fuera algo traumatico para ella.

Pero los gemidos intensos de Marinette lo excitaban mucho, poniéndolo más duro y grande. La pasión los consumía por dentro y las caricias de Marinette en sus cicatrices de batalla lo estaba volviendo loco.

Jadeo y se elevó encima de ella, sacando su pene de la deliciosa prisión de su vagina hasta la punta. Ella respondió ante el movimiento alzando sus caderas para que la penetrara nuevamente, pero el la inmovilizo con sus manos apretando su trasero. Froto la punta en su entrada haciéndola gemir de frustración, ella lo miro frunciendo el ceño, estaba siendo cruel y él lo sabía, la sonrisa que tenía en ese momento lo delataba. Repentinamente, él entro en ella en un movimiento duro y brusco, aquello fue demasiado placer para ella y el gemido que soltó fue fuerte, pero no los detuvo en ningún momento. Repitió el movimiento una vez más, cuando estuvo a punto de salir de ella, entro de nuevo, bruscamente, sintiendo sus paredes contraerse ante el movimiento placentero. Hizo eso en repetidas ocasiones. Arriba, abajo, tan lentamente que empezó a dolerle el pene y Marinette se retorcía debajo de él, loca de necesidad. Cuando ella estuvo a punto de recriminarlo, él dio otra estocada dura y rápida que le robo el aliento. Se impulso nuevamente hasta penetrarla profundamente. Ella se abrió más para recibirlo, necesitando una pronta liberación o iba a enloquecer.

Adrien la estuvo torturando con esas lentas pero duras embestidas. Dentro y profundo, afuera hasta la punta. Se la metió en un movimiento duro, seco, profundo. El cambió de ritmo que estaba teniendo la hacía retorcerse.

— Adrien — Rogó — Por favor.

No pudo evitar sacar su polla hasta la punta, dejándola reposar en su entrada.

— ¿Por favor que? — Preguntó, tratando de no penetrarla.

Marinette estaba jadeante, necesitaba tener su liberación o enloquecería. No estaba pensando en ese momento. Su boca estaba desconectada de su cerebro.

— ¡Por favor!

— ¿Por favor qué? — Exigió — ¿Quieres que te la meta?

La forma cruda de sus palabras la excitaron y alzo las caderas, pero él la retuvo.

— ¡Métemela! — Rogó.

Las obscenas palabras salieron de su boca sin importarle ya.

Él no se hizo de rogar y la penetro duro y profundo una vez más, sin poder aguantar la tortura, empezó a embestirla sin parar, sintiendo como sus paredes lo envolvían deliciosamente, casi como si no quisieran dejar ir a su polla. Adrien gimió cuando Marinette movió sus caderas al ritmo de sus embestidas, dándole más placer a ambos, logrando que la penetrara más profundamente.

Él nunca pensó que el sexo con Marinette fuese a ser tan delicioso.

Pero no es solo sexo.

— Eso, muévete princesa — Gruñó a su oído.

— ¡Adrien!

Ella gimió su nombre y aquello lo prendió más. Ella se escuchaba tan erótica, tan sensual. Marinette era todo una bomba,

Sintió como ella temblaba de placer y sus paredes de comprimieron alrededor de su polla. Ella gimió de placer en un grito cuando llego al orgasmo y él no pudo contenerse, derramándose dentro de ella.

Mierda.

No habían usado protección, era en lo último que había pensando cuando la pasión se apodero de ella, y no pudo evitar recordarlo justo en ese momento.

Marinette estaba exhausta, Adrien era tan intenso que la dejo agotada. Su primera experiencia fue de lo más placentera, lo disfruto demasiado y prueba de ello fue la sonrisa satisfecha que tenía en su cara mientras lo abrazaba.

— Me alegra que seas tú... — Le susurro al oído.

Adrien la apretó contra su cuerpo ante sus palabras, sabiendo bien a lo que se refería ella.

— Perdón... — Empezó él.

Marinette se separó de él y lo miro alarmada ¿Perdón por qué?

— No use condón... — Murmuró sonrojado.

Ella abrió los ojos como platos.

Bueno, eso si era un problema.

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Tikki y Plagg estaban sentados en la terraza mientras trataban de no oír los intensos gemidos que provenían del interior de la habitación. La cara de Tikki casi parecía morada, la kwami estaba tan sonrojada que no sabía que hacer. Por supuesto, Plagg no se quedaba atrás, sus mejillas estaba rojas también y no podía evitar removerse en su sitió incomodo.

— Esos chicos realmente son intensos. — Comentó.

Tikki soltó un gemido de angustia y se tapo la cara.

— Cállate, Plagg.

El kwami felino rió ante la vergüenza de su compañera, ya habían pasado por ese tipo de situaciones con otros Chat Noirs y Ladybugs y aun no se acostumbraba a las intensas relaciones que normalmente tenían sus antecesores. Bueno, aunque no es como si él estuviese acostumbrado, no era fácil acostumbrarse a ese tipo de cosas.

Pero tenían más de 5000 años, por Dios.

Cuando los gemidos se hicieron más audibles y ambos kwamis se estremecieron en sus sitios, Plagg decidió que era hora de irse de ese lugar o ambos no podrían mirara a sus protegidos a la cara.

— ¿Quieres dar una vuelta?

Tikki le sonrió aliviada, casi como si ese fuera un perfecto escape para ambos.

— Sera todo un placer, ahora larguémonos.

Sin esperar respuesta, la roja tomo de la mano a Plagg y lo arrastro con ella por los aires, buscando un sitio tranquilo y oculto de ojos curiosos donde pudiesen conversar sin los gritos de fondo.

Definitisamente nunca se iban a acostumbrar a eso. Por lo menos no ellos.

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Marinette y Adrien se acostumbraron a la situación más rápido de lo previsto, ambos disfrutaban de la compañía mutua y los coqueteos.

Había pasado una semana desde que hicieron el amor y ahora eran una pareja de lo más feliz.

Hormonal, pero feliz. Si saben a lo que me refiero.

Marinette y Adrien se veían todas las noches, a veces el rubio se quedaba a dormir allí tentandola a pasar la noche con él de una manera más... Candente, pero por miedo a despertar a sus padres no hacían mucho más que besos calientes y caricias excitantes, lo cual los torturaba a los dos porque no podían llegar al final.

En la escuela, ambos mantenían una distancia prudente, pero su relación a la vista de los demás se basaba en una amistad. Desgraciadamente no podían llegar de un día a otro diciendo que eran novios cuando no tenían un acercamiento de no más de una semana. Sin embargo, no podían ocultar las miradas que a veces se dedicaban, llenas de secretos prohibidos.

Desgraciadamente -o tal vez no- Alya ni corta ni perezosa, se dio cuenta de aquellas miradas, claro que no se imaginaba la verdadera razón de ellas, su mente inocente no se imaginaban la cantidad de cosas que ellos habían hecho una semana atrás.

Esa noche, Adrien fue a la casa de Marinette luego de media noche, cuando estuvo seguro de que todos dormía. Como siempre, Marinette lo espero en la terraza junto a Tikki. Sonrió cuando lo vio a la lejanía y se abalanzo a sus brazos cuando lo tuvo en frente. El rubio rió disfrutando de su cercanía mientras su transformación desaparecía y Plagg se iba con Tikki antes de presenciar alguna situación incomoda.

A veces esa parejita no tenía en cuenta que los kwamis estaba presentes, por desgracia.

Esa noche se quedaron viendo las estrellas, abrazados en una manta mientras tomaban chocolate caliente.

Era uno de esos momentos que a ambos les gustaba más, disfrutar de una compañía silenciosa del otro, ni incomoda, solo estado allí, a su lado. Marinette estaba sentada entre las piernas de Adrien mientras él la abrazaba por detrás y apoyaba su mentón en el hombro femenino. La calidez de Marinette siempre lo había tranquilizado, incluso cuando la tenían en brazos como Ladybug, ella lo reconfortaba y lo tentaba a la vez, era perfecta para él.

Tenía una pregunta retenida en la garganta que luchaba por salir, pero no sabía si hacerla o no. Con un pesado suspiro, apoyo su frente en el hombro de la chica y la apretó más contra él.

— ¿Que pasa? — Preguntó ella al notar su cambió repentino, volteándose hacía él y acariciando su mejilla.

Adrien cerró los ojos al contacto de su mano y la retuvo allí con la propia. Le encantaban las manos de Marinette, era cálidas y suaves, y los trabajos que hacía con ellas eran maravillosos. Esa mujer lo tenía terriblemente enamorado.

— ¿Que paso con... bueno... — Suspiro, incomodo mientras abría los ojos — Ya sabes...

Ella sonrió con ternura entendiendo su preocupación, pues ella misma la había tenido una semana atrás. Le dio un casto beso en los labios y acomodo su flequillo con dulzura. Adrien no sabía que había hecho para tener a una chica como ella a su lado.

— Estoy bien, no hay problemas con eso — Le dijo, aun sonriendo — Busque algunos métodos antiguos cuando ya habían... bueno... — Se sonrojo bastante — Ya sabes...

Él sonrió — No se ¿De que hablas?

— Oh no seas malo, no me hagas decirlo — Se quejo ella tapándose la cara.

Tuvo que retener la risa que amenazaba con salir de su boca. —No se, es en serio —Trato de sonar lo más inocente posible.

Ella lo miro frunciendo el ceño "enojada".

— ¡Adrien!

Él carcajeo y la beso dulcemente, amaba a esa mujer.

— Lo se, lo se ¿Que buscaste?

Ella inflo las mejillas, haciéndolo sonreír más si era posible.

— Bueno, antes usaban cosas en caso de que... el hombre... en la mujer... y eso... — El sonrojo volvió — Y... use uno... y me cheque ayer... e..estoy bien... — Jugueteó con sus dedos evitando su mirada.

— ¿Te checaste? —Preguntó confundido —¿como?

— fuialmedicoymedijoqueestabalimpiaymerecetounaspastillas — Dijo tan rápido que no le entendió.

— ¿Qué?

— Fui al m-médico... — Tomo aire — Estoy tomando pastillas.

Tal vez habían pasado muy rápido a esa fase, pero ya se probaron una vez, no podían tener sus manos quietas mucho tiempo.

Adrien parpadeo y sonrió cuando entendió sus palabras. Una sonrisa felina y maliciosa se extendió por su cara y se inclino hacía ella.

— Así que pastillas... — Ronroneo. Marinette se sonrojo.

— Bueno... S-si...

— Mmm... — Mordió el lóbulo de su oreja con suavidad — Es decir que no importa que te llene completa... — Marinette jadeo.

— A-adrien, no digas esas c-cosas...

— ¿Por qué? Se que te prende...

— ¡A-adrien!

Él rió besando su cuello, ella aun no se acostumbraba a su parte juguetona, pero bien sabía que le gustaba cuando se ponía así de dominante.

— Vale, vale... — Le dio un casto beso — ¿Quieres dormir?

Ella lo miro inflando mejillas —Sabes que lo que menos haremos es dormir.

— ¿Por qué crees que lo sugiero?

— Eres un gatito demasiado travieso.

— Pero soy todo tuyo, preciosa.

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Oh cielos, soy toda una pervertida.

¡Esto es todo chicos! Haré un oneshot que será una secuela de este Fic : Pronto y obviamente será "M" (?)

Perdonen las faltas de ortografía, no debería tenerlas considerando que trabajo con esto, pero que flojera tener que corregir xD Además que no es como si tuviera mucho tiempo.

Espero les guste :D