Disclaimer: todos los personajes pertenecen a Akira Toriyama. Esta historia será actualizada poco a poco, y agradezco enormemente el gusto por ella.
CAPITULO 2.
Bulma estaba enojada, pero más dolida, de cierta forma sentía que era culpa suya que su querido Vegeta se hubiera convertido en todo, por lo que habían luchado en la preparatoria, "todo un imbécil", ya ni siquiera le importaba si salía con otra chica o no, era el hecho de haberla obligado a tener relaciones sexuales, era su novio, prácticamente vivía con él, lo amaba, bueno de eso ya no estaba tan segura, sabía que lo quería, pero a últimas fechas, ese sentimiento se iba cayendo poco a poco. Llego a la universidad, y trato de no ser vista por nadie, entro al laboratorio donde tenía que realizar sus próximos proyectos de investigación para el trabajo que entregaría como final de semestre, saco todos los instrumentos que necesitaba y empezó su labor, algo la detuvo, un arranque de dolor no le permitió continuar, comenzó a llorar y se inclinó encima de la mesa de trabajo, le hubiera gustado no ser vista ni escuchada por nadie, pero no se dio cuenta que un silencioso acompañante había sido su testigo tácito desde que había entrado al edificio de su facultad.
Goku se acercó lo más tranquilo posible, odiaba más que nada verla sufrir, y aunque él era un hombre noble, sentía que la sangre le hervía cuando su adorada Bulma sufría, incluso a el mismo le sorprendía la ira que podía llegar a expulsar; quedo detrás de ella, tomo valor y puso su mano en la espalda de la joven, de inmediato Bulma se giró para saber quién era la persona, su tacto había sido tan reconfortante, era su inocente amigo, ese que le sacaba una sonrisa incluso sin saber el ¿Cómo? y ¿el por qué?, por necesidad lo abrazo lo más fuerte que pudo, puso su rostro en el gran pecho del chico, y se permitió llorar todo lo que tenía que sacar, el dolor, la frustración, la traición. Goku siguió abrazándola fuerte a pesar de no poder escuchar su llanto sentía profundamente su dolor como si a el mismo se lo hubieran causado, en un momento la separo de el para verla a los ojos, retiro lo mejor que pudo sus lágrimas, y sin percatarse ambos de la acción, Goku beso a Bulma, fue el beso más tierno, delicado, cálido que nadie en su vida le había dado, ni siquiera Vegeta, cuando aún era un joven dulce y sencillo; este beso era tan sincero que la hacía estremecerse entre esos poderosos brazos, a pesar de la inocencia, y la cuestión física que pasaba su gran amigo, Bulma reconocía que era un hombre muy fuerte, con gran cuerpo, incluso a pesar que lo intentaba ocultar muy bien debajo de esos sweaters enormes que solía llevar, podía definir que tenía grandes músculos, pero era tan gentil que a pesar de las molestias que le hacían en la escuela y en otros lugares, no reaccionaba de mala manera, aguantaba como un verdadero héroe todo cuanto pudiera. Sin verlo venir Bulma era quien estaba tocándolo de arriba hacia abajo, ni ella misma había caído en cuenta que tenía sus manos por dentro del gran sweater de Goku, y que además sentía su cálida y suave piel, su perfecto y duro torso, su enorme espalda; se alejó de el de inmediato, Goku la miro sorprendido, y un poco desilusionado, toco su rostro con ternura y con sus enormes ojos negros, le pidió que no lo apartara más, no quería dejarla ir, así que expreso en su lenguaje esa petición silenciosa que desde hacía mucho, sentía; Bulma lo observo profundamente, vio lo que él quería, ya no había nada en su mente que la hiciera regresar, tal vez su dolor, tal vez un oscuro deseo por su amigo, no tenía ganas de saberlo, cerró los ojos y acerco de nuevo su cuerpo al de Goku, para que el tomara la iniciativa, volvió a besarla, igualmente empezó de una forma dulce, hasta que ya no quería seguir deteniéndose, la cargo como una pluma y la sentó en la mesa detrás de ellos, mientras se adentraba en la boca de su compañera, sus manos eran quienes hacían el escrutinio corporal, no quería que ella lo tomara como un pervertido, pero era tan evidente su desesperación por sentirla cada vez más piel a piel, que su torpeza se hacía más evidente al transcurrir el tiempo; Bulma noto que Goku no tenía experiencia y pensó, "que ironía, creo que Goku también es virgen, ¿será posible?, empiezo a sentir que soy la salvadora de los oprimidos". Lo detuvo en seco, Goku pensó de inmediato que ya se había arrepentido y sintió dolor, no solo emocional, si no también físico, pues ya tenía una latente erección, que no podría ocultar, por más Sweater y mochila que se pusiera encima, si lo mandaba lejos de ahí.
Su sorpresa fue máxima cuando Bulma se quitó la blusa que llevaba encima, y desabrocho el brasier que cubría sus bellos senos, Goku la veía con ojos muy abiertos, no quería observarla con lascivia, pero nunca antes había visto un cuerpo desnudo de una mujer, ni siquiera el de su madre; ahora si estaba perdido, pues el mismo sintió como comenzaba a secretar fluidos de aquel órgano que estaba más duro que su testa, bajo de inmediato la cabeza, y no quiso verla más, fue en ese instante que sintió las manos de Bulma tomar las suyas, llevándolas a su cálida carne, no podía creerlo, Bulma quería que la tocara, y sin perder más el tiempo, comenzó a masajear los montes despacio y firme, era sensacional, Bulma estaba perdida en sus toques, lejos estaba de reaccionar, y en verdad no quería hacerlo; regresando a la realidad lo miro a los ojos de nuevo, pasaron segundos, minutos ninguno de los dos lo sabía, pero la interpretación silenciosa de sus deseos era evidente; Bulma llevo sus manos, al pantalón de Goku, desabrocho el botón, siguió con el cierre, no había boleto de vuelta y los dos lo sabían; bajo su pantalón y dejo al descubierto su hombría, no pudo evitar que la sorpresa enmarcara su rostro, él era un hombre ingenuo, pero tenía muy buenas defensas. Goku por completo ruborizado hasta las orejas, trato de cubrirse con las manos, pero Bulma lo detuvo, lo empujo con delicadeza, se paró frente a él, lo recargo ahora en la mesa donde estaba sentada, lo beso de nuevo, introduciendo su lengua en la boca de Goku, quien tenía los ojos cerrados, sin verlo venir, Bulma inicio un masaje por todo lo largo de su pene, a pesar de que seguían besándose, no pudo evitar abrir los ojos en sorpresa, por las caricias, se sentía en el cielo, la mano de Bulma era gentil, pero su agarre era firme, alrededor del prepucio, y el glande; la detuvo de inmediato, no quería que un accidente imprevisto le sucediera y terminara manchando las manos de ella. Bulma se sorprendió, quizás lo lastimo, quiso averiguarlo rápido, vio como el movía su rostro, con un dejo de vergüenza en la mirada; con la otra mano, lo tomo del rostro, lo hizo mirarla a los ojos otra vez, Bulma le regalo una dulce sonrisa, y Goku se sintió más tranquilo, volvió a besarlo, pero solo fue un segundo, lo dejo y se arrodillo en frente de él, lo observo como solo ella solía hacerlo, curioseo esa zona, le gusto lo que veía y así, sin más, lo llevo a su boca, comenzó a succionarlo, primero lento, jugando con su lengua, fue la primera vez que Bulma pudo escuchar un sonido gutural proveniente de Goku, no era como un gemido sexual común, era más ronco y más ahogado, seguramente al no poder hablar y no poder escuchar sus propia voz como todos lo hacemos, no tenía control del sonido que su garganta podía emitir, y solo pedía no lo oyera nadie más.
Goku volvió a apartarla con delicadeza, moviendo su cabeza en negación, Bulma comprendió, que podía terminar, y tenía vergüenza, así que se levantó quedando frente a él, tomo su rostro con las dos manos, halándolo para besarlo, se abrazó de su cuello, profundizando el beso, Goku ahora más seguro de sí mismo, la abrazo fuerte de la cintura; sabían lo que querían y no demoraron más, volvió a cargarla, colocándola sobre la mesa, ahora era el quien tomo el botón de su pantalón, lo desabrocho, siguió con el cierre, y la apresuro para que sosteniéndose con las manos, levantara la cadera, mientras él retiraba el pantalón y las pantaletas, que no eran más que un estorbo, entre ellos; Bulma entendió a la perfección y lo ayudo a hacer todo lo que quería, quedo desnuda frente a él, por un momento Goku se detuvo en frente admirando su belleza, y ese cuerpo que lo enloquecería para siempre; al ver Bulma como la veía, quiso ser un poco sínica, era momento de que Goku dejara esa inocencia, al menos para ese momento; abrió las piernas frente a él, invitándolo a entrar en ella; la reacción en el joven fue inmediata, su miembro comenzó a tener vida propia, pues daba respingos, en evidente reacción a lo que Goku sentía; sin esperar más se acercó a ella, tomo su pene y lo introdujo en la cavidad de la peli azul; mordiendo sus labios para no gritar, Bulma sintió como abría camino dentro de ella, era grande, era grueso, tuvo que sostenerse más de la mesa, hasta que sintió que estaban unidos en su totalidad. Goku puso los brazos en la mesa donde ambos podían sostenerse y emprendió a embestirla, miro su cara para saber si estaba bien, al sentirla tranquila y contenta, hizo su primera estocada, luego otra y otra, ya no pensaba, solo sentía, y lo que sentía era soberbio, calidez, humedad, electricidad por todo su cuerpo; en un instante se quitó el sweater poniéndolo detrás de Bulma sobre la fría mesa de metal; ya no aguantaba más, era demasiado excitante, era demasiado poderosa la emoción que salía de su interior, era como querer reír o llorar al mismo tiempo, y podía sentir como aquella parte que envolvía su pene, se contraía de a pocos, haciéndolo enloquecer a él, llego el momento en el que los dos explotaron a la par; Bulma no podía creerlo, había tenido un orgasmo con su querido Goku, y también podía sentir como él había hecho lo mismo; estaba entre sus brazos, y el entre sus piernas, todavía dentro de ella, ¿Qué había hecho?, ¿y Vegeta?, no sentía arrepentimiento, pues disfruto del acto tanto como lo hizo Goku, "oh Kami, tenerlo dentro fue maravilloso, nunca pensé que Goku pudiera ser tan adictivo", pensó Bulma recomponiéndose todavía de lo que había experimentado.
Vegeta no prestaba atencion a nada de lo que se decía en la clase, no podía dejar de pensar en lo que había sucedido anteriormente, no solo la noche pasada, más bien lo estremeció el gesto de su peli azul cuando se fue en la mañana, quiso detenerla y ofrecerle una disculpa, pero su orgullo no le permitió hacerlo, además no dejaba de dilucidar que ella se había ganado el haber sido tratada así, que más podía hacer el, ya le había dado todo, casa, una pareja, que aunque no estuvieran casados, ambos podían decir que estaban más que comprometidos, el uno con el otro, el estaría con ella siempre, y ella sería solamente de él, eso estaba más que firmado, y no en un estúpido papel, más bien es sus cuerpos, en sus almas; sin embargo algo no le estaba gustando, cada vez que acababa en ella lejos de verla a gusto, sonreír, o alguna mirada de satisfacción, parecía que la había lastimado, sabía que no era físico, a pesar de su inminente coraje, trato de hacerlo duro pero tranquilo, sin propasar su fuerza; ¿entonces que carajos le molestaba tanto?; por otro lado noto que su celular había sido movido del lugar en la mesa donde lo dejo, ¿y si tal vez Bulma lo reviso?, sabía que tenía una lista interminable de mensajes y llamadas de la loca que no dejaba de acosarlo, era tan irónico, antes nadie le hacia el más mínimo caso y ahora, no podía quitarse ese estorbo de encima, si no estuviera con Bulma, seguramente le daría lo que tanto quiere a ver si con eso lo dejaba en paz de una vez; se la metería lo más rudamente que pudiera, tal vez la haría sangrar, pero si eso era lo que ella tanto anhelaba, ¿Por qué no?; pero la realidad era diferente, tenía una novia y muy hermosa, a la que quería y por la que había hecho muchas cosas; -¿señor Ouji, puede atender a la clase?-, termino de fastidiarlo la profesora que daba su lección, se levantó de inmediato, sin mirar a nadie ahí, salió del salón dejando a la mujer con el ceño fruncido; tenía que pensar cómo resolver esa situación, llego cerca de donde las canchas de futbol americano, se sentó en el pasto y se recargo en uno de los árboles que se apilaban en el lugar, comenzó a tomar piedras y aventarlas con fuerza, no sintió la presencia de nadie hasta que Manba llego detrás, se paró frente al chico dejando que pudiera observan sus largas y bien torneadas piernas, llevaba una falda tableada en color azul, tapándole solo lo suficiente. Vegeta giro la vista para toparse con aquellas piernas, no negaba que la hembra en cuestión era atractiva, y más si prácticamente le abría las piernas en la cara, así que tratando de evitar su ineludible incomodidad, viro a la nada, -¿estás bien Vegeta?, me preocupe cuando saliste del salón-, se sentó a su lado, -puedes decirme lo que sea, quiero que confíes en mí, sé que estas al tanto de que me gustas y mucho, pero si no es eso lo que necesitas, entonces me gustaría que fuéramos amigos-, vegeta giro a verla a la cara, era bonita, no había duda, tenía enormes ojos, y un escote que no podía dejar de mirar, aunque quisiera, pues la blusa que llevaba, era de cuello redondo hasta la mitad de sus senos, era difícil ponerle atencion como algo más que un buen pedazo de carne, -dejame en paz, quiero estar solo-, dijo girando su vista de nuevo, Manba se acercó más, reclino su cabeza en el hombro del chico, -está bien me voy, pero quiero que sepas que si hay algo en lo que te pueda ayudar, no dudes en decírmelo, por favor-, estaba por levantarse, pero vegeta la detuvo halándola a donde se había sentado desde el principio; la miro a los ojos, tratando de buscar, burla o engaño, no vio nada, en un movimiento rápido la acerco por completo a él, besándola profundamente, prácticamente comiéndosela en el evento, introducía su lengua forzado, era solo un desquite de todo el coraje que tenía, pero la mujer parecía querer provocarlo, así que le demostró que lo logro, por mucho que amara a Bulma no podía dejar de ser hombre, y su acompañante se contoneaba frente a él cada que podía, mostrándole de lo que se estaba perdiendo; el beso fue rudo, sin sentimiento, solo salvajismo animal, instinto; pero eso no le importo a Manba quien habría más la boca para recibirlo, jugando de la misma forma con su lengua, ella era una mujer desinhibida, así que poso su mano en la cabellera del chico, recorrió su cuello, su hombro, llego a su brazo se deslizo por él, llego a su mano, la acaricio, pero no se conformó con eso, quería sentirlo en su totalidad, así que llevo su mano a su entrepierna, masajeando su miembro por encima de la ropa; en un principio vegeta se incomodó más, pero no le disgusto, así que él también le dio una cucharada de su propia medicina, poso si mano en uno de sus senos, tampoco ahí fue gentil, lo masajeo con toda la lujuria que pudiera salir de sus entrañas; termino por acostarla, en el pasto, se separó para ver si había alguien cerca de ellos, pudo comprobar que estaban prácticamente solos, levanto la blusa de la joven hasta exponer sus montes, mordió uno, luego el otro, los succiono y lengüeteo, tampoco en ello le dio un poco de ternura, era sexo y nada más, si ella quería eso, el tenía mucho de que desahogarse; Manba desabrocho el botón del pantalón que llevaba Vegueta, urgida por sentir el miembro metió la mano, desesperada por tenerlo todo, bajo el pantalón a una altura considerable de sus piernas, abrió las propias y de un solo halon, estaba dentro de ella, la embistió sin pisca de consideración, o en busca del placer de la chica, que a pesar de ello, parecía perdida en el éxtasis del momento, pues tubo que taparle la boca por los gemidos tan sonoros, que estaba emitiendo; tenía que apresurarse a terminar, el mismo no quería prolongar más lo que hacía, sabía que engañaba a Bulma, que no quería ni un poco a la joven debajo de él, que se arrepentiría como de sus perores pecados por esto, y lo peor que también lo estaba disfrutando; no había tenido si quiera que bajarle las bragas, ya que lo que usaba, era lo suficientemente delgado como para hacerlas a un lado y permitirle entrar a voluntad, el tiempo seguía su marcha, por más que la penetraba fuertemente, no estaba consiguiendo terminar, no sabía si era por el lugar, por la mujer, por lo que sentía o, ¿Por qué?, así que no le quedaba de otra que seguir, las cosas se aligeraron cuando quito la mano de la boca de Manba, y ella comenzó a pronunciar su nombre, entre gemidos, lo alababa, "dulce para las moscas", -sigue Vegeta, no te…, detengas…, se siente tan bien…, eres delicioso"-, ¿Qué quería decir con delicioso?, no sabía ni le importaba, menos prestando atencion a sus senos brincando como locos, en frente de su cara, se agacho para morder uno, Manba gimió mas fuerte; lo estaba consiguiendo, no tardaría mucho más y justo cuando estaba por acabar sintió que ella, lo hacía igualmente, eso lo enojo, como era posible que sin querer darle placer, la hubiera hecho gozar, estaba claro que nunca entendería a las mujeres, y de verdad no planeaba hacerlo.
¡¿Y ahora qué?! era la pregunta en la mente de los cuatro; "¿ahora qué voy a hacer con Goku?, no quiero exponerlo a la ira de Vegeta, y no puedo alejarme de él, no sé si lo amo, pero sé que lo quiero y mucho", se dijo Bulma. "¿Ahora que hare?, sé que amo a Bulma, ¿pero ella me ama a mí?, si no, no podría soportarlo, además sé que ella sufre por alguien, aunque nunca hablamos de su vida íntima, no soy tonto, y sé que hay otra persona, pero esto que paso ahora, nos ha unido más, sentirla entre mis brazos, poder estar tan unido a ella, es lo mejor que me ha pasado en la vida", pensaba Goku. "¿ahora qué?, solo espero que esta mujer no crea o piense que habrá nada entre nosotros después de esto, no podría ser tan tonta como para pretender algo tan ridículo, y solo espero Bulma no se entere jamás, además solo fue sexo; no estuvo tan mal, debo reconocerlo, esta hembra tiene formas de convencer muy buenas, pero tampoco creo que solo los utilice conmigo, más bien espero no me contagie de nada raro, y que tome pastillas o algo, porque no le permitiré que en lo futuro me quiera chantajear con mocosos", especulaba Vegeta. Oh Kami, al fin lo conseguí, y fue mejor de lo que esperaba, pero debo hacer algo para que no sea la única vez, hare lo que sea, bueno a ver como se me prende el foco, pero, ¿ahora que hare?, si él no quiere que nos sigamos viendo, además creo que tiene novia, si no, ¿Por qué salió del salón tan preocupado?, debe ser una tonta si no mantiene a su lado a este hombre, pero mejor para mi si no lo hace, es fascinante, delicioso, misterioso, rico e inteligente, que más podría pedir", pensaba Manba, en lo que terminaba de acomodarse la ropa.
Goku y Bulma terminaron de vestirse, pero no podían verse a la cara, no era una vergüenza por algo sucio lo que sentían, era el hecho de no saber en que estaban parados, el no atreverse a preguntarle al otro que opinaba de la situación, saber que pasaba por el pensamiento del otro; sin embargo era más que evidente que los dos habían hecho más que el amor, fue una entrega de dos cuerpos abiertos a sentir el corazón de la contraparte; Bulma fue la primera en hacer un movimiento, lo vio con tanta ternura, Goku terminaba de acomodarse su sweater, ese enorme que la había protegido del frio de la mesa de metal, con delicadeza toco su hombro para hacerlo girar sin asustarlo, Goku giro a verla y de inmediato bajo la mirada avergonzado, Bulma tomo su rostro, de ninguna manera quería que pensara que lo que hicieron era algo malo, todo lo contrario, la hizo sentir plena físicamente, y alegre moralmente; Goku la vio con esos enormes ojos negros tan llenos de sinceridad, inocencia y amor; Bulma no pudo de nuevo evitar perderse entre ellos, y lo beso con todo el cariño, calidez y agradecimiento que sentía hacia ese hombre; Goku cerró los ojos y se dejó llevar por el beso que expresaba todo lo que necesitaba le dijera ella, era ahora la mujer más importante de su vida, daría la vida misma por ella, era todo lo que tanto le había hecho falta siempre, en su reservado mundo de silencios, ella representaba la esperanza de una nueva y mejor vida, sabía que no podía ofrecerle mucho, solo contaba con sus otros sentidos, para trabajar, para vivir, y si ella se lo permitía, haría hasta lo imposible por hacerla feliz, y no verla llorar más, por nada, ni por el siquiera.
Vegeta ya recompuesto de su desliz, se levantó, le ofreció la mano a la compañera sexual, como caballero, era lo menos; tomo sus cosas y giro para irse de ahí, no importando si la joven venía detrás de él o no; Manba vio su actuar y le disgusto de inmediato, -¿Vegeta que sucede, me vas a dejar aquí sola?-, lo detuvo del brazo, Vegeta giro molesto, ¿Qué creía, que le dedicaría un poema de amor?, -sí, ya obtuviste lo que querías, no hay nada más que tratar, que te quede bien claro Manba, esto solo fue sexo, no te quiero, ni lo hare jamás, no eres mi tipo, ¿querías que te lo hiciera?, bueno pues ya está, ahora cortésmente te estoy exigiendo que me dejes en paz, no me voy a volver a acostar contigo, buscate a una nueva presa, no te será difícil si andas por ahí mostrándote como alguien muy accesible-, se giró y siguió su camino, dejándola más que solo aturdida, estaba dolida, ningún hombre la dejaba así, era ella la que ya no los quería volver a ver, ¿Cómo se atrevía ese miserable a tratarla de esa manera?. La muchacha aunque poca, tenía dignidad, así que pensó, "tiene razón, ya conseguí lo que quería, y además sé que volverás a caer Vegeta, eres hombre, uno de estos días vas a venir a pedirme que hagamos el amor, estoy segura", sonrió para sí misma y se alejó del lugar por su lado, ahora tenía que ir a comprar anticonceptivos, pues de ninguna manera quería complicarse la existencia.