Siete días
Capitulo 1
Vida Compartida
Un día soleado y un cielo despejado se presentaba este día, todo parecía que iba a ser un día normal sin complicaciones. Hasta que ocurrió ese incidente.
Dos personas ahora se encontraban en un suelo de mármol, uno de ellos un chico de cabellos azules, facciones muy finas y además de que se veía que era un hombre de clase alta, la otra persona una chica esbelta de tez blanca, cabellos rojos largos, sedosos y unos ojos de color marrón. Ambos sin explicación estaban ahí luego de que por instinto el chico haya atrapado a la chica la cual se había caído de un edificio y con la mala suerte de que al atraparla justo un auto se descarrilaba y los atropellaba.
"Ustedes dos simplemente están muertos, este lugar es el límite entre el más allá y su mundo. Desde ahora en adelante sus almas pertenecen al inframundo"
-¿Qué es esto? -pregunto la chica
-¿Quién eres? -pregunto el chico
-Esa voz dijo que estábamos muertos, esto es absurdo. -replicó la chica
-Tiene razón, aún no he terminado mi obra, no puedo dejar este mundo aún.
"En ese caso dejaré que uno de ustedes viva, pero no será hoy sino que les dejaré siete días para que elijan cual debe vivir"
-No estés jugando con nosotros, como que siete días - comentó enojado el chico.
"Para ese día ustedes dos tendrán compartida su vida, asegúrense de no apartarse mucho el uno del otro"
Así tan pronto como la voz misteriosa termino de hablar, ambos fueron transportados de ese lugar en donde estaban hasta un parque de la ciudad en que ambos Viven.
-Este lugar es... -Habló la chica viendo a los alrededores.
-Un parque, para ser más exactos el parque central de Magnolia. -terminó el chico
-Hemos regresado.
-Me pregunto de quien habrá sido esa voz, no creo que haya sido Dios.
-Yo, no estoy segura de lo que acaba de suceder pero hay una cosa segura, nosotros dos estamos vivos. -La chica de cabellera roja camino hacia una dirección contraria a del chico -Me iré, olvida lo que ha sucedido.
Pero tan pronto como la chica se alejo un poco del de cabellera azul en su pecho sintió una punzada al igual que el chico que ahora estaba agarrándose el pecho y en su rostro se presentaba una mueca de dolor. Poco a poco el chico se arrastró hasta la chica, hasta que el dolor que tenían ambos desapareció cuando los dos estaban relativamente muy cerca.
-Esa voz dijo que no deberíamos de apartarnos del uno al otro -habló el chico -eso quiere decir que también estaremos compartiendo una vida también.
-¿Estás diciendo que crees que vamos a morir al termino de 7 días? -la chica lo miró directamente a sus ojos
Esa mirada, apuesto que ha pensado de que yo tendría que morir -pensó el chico
-¿Cuál es tu nombre?, si vamos a estar 7 días juntos al menos debo de saber cómo te llamas. -preguntó la pelirroja
-Mi nombre es Jellal Fernandes.
-El mío es Erza Scarlet.
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Llegaron a un apartamento el cual al entrar estaba completamente ordenado y limpio con un librero pegado a la pared al frente de ese librero hay una cama, una silla y escritorio a un lado del librero, en medio de la sala de estar estaba un trípode y encima de él un marco con un lienzo en blanco y detrás una puerta de vidrio que conducía hacia el balcón del apartamento.
-Wao, tu apartamento sí que está muy limpio, además tu pintas verdad.
-Si me dedico a recrear los paisajes y sus sentimientos en mis obras. No olvides quitarte los zapatos al entrar.
-Sí, sí está bien. Pero oye no crees que este apartamento es muy pequeño.
-Entonces hubiéramos ido a tu casa -dijo Jellal mientras se sentaba en su cama
-No puedo, mi familia estaría ahí y sería complicado para mi tenerte ahí. -Erza dijo mostrando una cara de tristeza.
Jellal notó esto y por un momento se quedó callado. Erza por su parte le daba la espalda mientras miraba unos cuantos libros del librero.
-¿Te puedo preguntar algo? -comenzó hablar el chico
-¿Qué cosa?
-Todo ha pasado tan rápido que se me olvidó preguntarte, ¿cómo es que terminaste cayendo desde la azotea de ese edifico?.
-Estaba tratando de suicidarme, la vida era muy aburrida para seguir viviendo -Erza dijo todo esto de una manera tan calmada y común.
¿Suicidio? qué demonios entonces por tratar de salvarla termine muriendo.
-Pensar que he sido salvada, no sé si es algo bueno o malo. -siguió la chica hablando mientras ojeaba un libro.
Esto quiere decir que ella no quiere seguir viviendo, entonces si juego bien mis cartas ella podría morir por mí.
-Supongo que la vida es un poco aburrida. -comentó Jellal
-Sí, pero supongo que tu deseo de vivir se incrementa luego de pasar por una experiencia cercana a la muerte. Creo que quiero vivir un poco más después de todo.
Jellal mostró una cara de asombro por lo que la chica decía.
-Aún así, si no nos apresuramos a tomar una decisión, en los próximos siete días uno de nosotros va a tener que morir, mientras que el otro seguirá viviendo. -Erza cerró el libro y volteo a ver el rostro de Jellal.
El chico solo pudo suspirar mientras se acostaba en la cama.
Así que ella si quiere vivir después de todo.
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Terminó de comer y luego abrió su botella de agua para beberla.
-¿Por qué tenemos que comer la comida del restaurante, yo dije que podría prepararla -dijo Erza un poco molesta.
-A mí me gusta más así -respondió Jellal.
-Ya veo -dijo ella cerrando los ojos y juntando las manos, estaba agradeciendo por la comida.
Tengo que ser cuidadoso cerca de ti, No tengo ni idea de qué clase de persona puedes ser. Podría envenenar la comida.
-Oh, ¿te importa si tomo una toalla y me cambio de ropa? -preguntó ella.
Jellal la miró curioso.
-Si me voy a dormir así toda la ropa se arrugaría, además estoy muy sudada. -prosiguió ella.
-Así que también tomarás un baño.
-De ninguna manera, ¿acaso crees que tomaría un baño en la casa de un tipo que ni siquiera conozco? -dijo ella un poco enojada -Compraré mañana un par de cerrojos en la tienda, hasta entonces solo me limpiaré con la toalla
-No voy a hacerte nada. -Jellal volteó el rostro hacia otro lado.
-Eso dices tú. -murmuró Erza
-0-0-
Jellal apagó las luces del apartamento y rascándose la cabeza fue hasta un rincón de este.
-Perdón por tomar tu cama y ropa -dijo Erza, la cual estaba en la cama del chico y usando uno de sus suéteres.
-Está bien, no puedo dejar a una chica durmiendo en el suelo.
-Una cosa más antes de dormir, ¿no cruces esa línea de acuerdo? -Erza previamente había colocado con cinta adhesiva una línea en el suelo que separa la cama y el rincón en donde dormiría Jellal.
-Sí, lo que digas -dijo él cubriéndose con una manta y pegando su espalda a la pared.
-Te advierto, si intentas hacer algo, te mataré.
Jellal solo la miró por unos instantes para luego cerrar los ojos.
Las horas pasaban lentamente y para el chico quien en todo ese tiempo no había podido conciliar el sueño, ya que estaba alerta de cualquier cosa que la chica podría hacerle.
Si planea matarme con ese débil cuerpo, probablemente planea hacerlo mientras este dormido. Estoy a un paso adelante de ella.
Jellal se quedó mirando a la chica, la cual de repente se giró dándole la cara, sus ojos cerrados y expresión placida, hacían notar que en verdad estaba dormida.
¿Qué demonios?, está dormida en verdad. Ella que trató de suicidarse y terminó involucrándome, ella que ahora dice que quiere vivir, no le creo. Yo soy el que debe de terminar vivo.
El de cabellos azules de levantó del suelo y acercándose a ella se dispuso a ahorcarla mientras dormía pero de repente la chica levantaba su mano dentro del suéter revelando así uno de sus senos, ella no estaba usando su sostén.
Jellal se quedó atónito a esto y cesó sus ansias asesinas, en esto la chica se volteaba estaba vez hacía dirección contraria al chico y levantando un poco la manta, dejando al descubierto sus piernas y pantis.
Sus senos son tan grandes y lo mucho en que se marcan sus pantis. Debo de calmarme un poco.
Tragó un poco de saliva y agarró la caja de Kleenex que estaba en su escritorio, luego se metió al baño.
En ese momento Erza despertaba con una sensación extraña, su cuerpo empezaba a estar caliente y en su zona púbica comenzaba un hormigueo, luego una sensación incontrolable fricción acompañada de una excitación en su sexo hicieron que ella se viniese entre gemidos ahogados.
Jellal salía del baño y era recibido con una bofetada, mismo dolor que también sintió Erza.
-¿Qué fue eso?
-Como lo pensé, no solo vamos a compartir la vida, sino también sensaciones físicas. -Dijo Erza enojada.
-Tal vez eso debe de ser para que no nos matemos hasta que llegue el gran día -Dijo Jellal con cierta sorpresa.
-Tú -del rostro de la pelirroja lagrimas empezaban a salir y un fuerte rubor se le presentaba -Esa fue mi primera vez. He sido violada.
-¿Qué?, no digas eso solo me lo hice a mí mismo.
-¡DIOS, POR FAVOR MATALO YA! ES UN CERDO -Gritó Erza
-Oye para, deja de decir eso.
No se pueden matar el uno al otro, tampoco se pueden alejar, lo único que pueden haces es decidir a cuál de los dos será el que muera, en siete días.
Continuara...
Notas Del Autor: y he aquí un nuevo fanfic Jerza. Mi segunda pareja favorita. Espero que la historia les guste y voy a tratar de escribirla en paralelo con Wishing For Love que apenas está entrando en lo más interesante. Así que si te gusta el Gruvia tanto como a mí puedes pasarte a leer Wishing For Love (Publicidad para el fic claro está).
Por cierto no me vayan a matar porque en esta historia Jellal no tiene su tatuaje en el ojo derecho.
Aclaraciones del capítulo:
letras en cursiva pensamientos de personajes.
Disclaimer: Esta historia es ficticia, todos los nombres que se mencionan son propiedad del mangaka Hiro Mashima.