Hola a todos. Ha pasado mucho tiempo desde mi última historia lo se, pero por fin he regresado. Debo decir que ha sido complicado pensar en la trama pero por fin me decidí en que se tratara de una historia de viaje en el tiempo. La historia va a tener acción, política, lujuria y algo de terror. No soy propietario de ninguno de los personajes de Harry Potter, solo soy un simple escritor que disfruta tanto escribiendo como leyendo. Disfruten de este primer capítulo el cual espero que sea de su gusto.
CAPITULO 1
UN CAMBIO EN LA HISTORIA
Privet Drive, una tranquila comunidad de vecinos de Surrey, una ciudad al sudoeste de Londres donde aquella noche todo parecía tranquilo. Pero en realidad lo único tranquilo era la gente en sus hogares durmiendo, ya que tres personas dejaban a un pequeño bebe en la puerta número 4 de la urbanización. Cuando aquellas personas se marcharon una figura emergió de entre las sombras, un hombre alto, con pelo de color rojo intenso y ojos dorados. El hombre en concreto se llamaba Harold James Potter, más conocido como Harry Potter y había viajado al pasado, más en concreto al momento en que su yo bebe había sido dejado en casa de la familia de su madre para alterar ligeramente la historia. Con un par de movimiento de su bastón comprobó mágicamente la carta que había junto a la cuna del bebe, estaba en lo correcto, en la carta había varios encantos de odio que en cuanto fuera leída se activarían, también la carta estaba preparada para ser destruida en cuanto se leyera para que de esa manera no hubiera pruebas contra Dumbledore.
- Puede que aun no pueda demostrar la verdad de ti Dumbledore, pero no consentiré que vuelvas a arruinar mi vida.
Deshizo los hechizos de odio de la carta, puso algunos hechizos de afecto en la carta y también altero los hechizos que había puestos sobre la casa, los cuales no alertarían a Dumbledore de cualquier cambio en la propiedad o en la vida de Harold, de esa manera el viejo estaría ciego hasta que fuera el joven a Hogwarts, de esa manera y sutilmente procedería a prepararlo todo para preparar a su otro yo y que no fuera manipulado. Tras terminar toco a la puerta y se movió para no ser visto. Al cabo de unos minutos una mujer en camisón abrió y tras leer la carta cogió al niño entre sus brazos con lagrimas en los ojos, Harold vio como su tía Petunia lloraba no solo ante la perdida de su hermana sino ante el horror que un niño tan pequeño había sufrido. Ahora sabia que todo estaría bien, aunque de vez en cuando visitaría a la familia para asegurarse de que todo fuera correcto.
Tras eso desapareció del lugar para marchar a su próximo objetivo, el banco de Gringotts donde debía ir para poder comenzar con su plan. Dadas las horas que eran no había casi nadie en el Caldero Chorreante, el lugar de la entrada al callejón Diagon, donde estaba ubicado el banco. Sabía que no habría nadie por lo que le era perfecto ya que de esa manera tendría toda la privacidad que quisiera. Cuando llego a las puertas del banco, cerradas dado que era de noche, fue detenido por un par de guardias.
- Humano, no son horas de entrar al banco.
Harold sonrió y hablando en la lengua de los duendes se dirigió a los guardias.
- Se perfectamente que no son horas de visita, pero acabo de llegar a Londres y me urge entrar para comenzar mis negocios, si fuera posible me gustaría hablar con un gerente de cuentas.
Los duendes se sorprendieron ante que aquel hombre les hablara en su lengua y con tanto respeto. Le respondieron en la lengua de los duendes.
- Un momento.
Uno de los guardias entro en el banco y al cabo de unos minutos salió con otro duende, que le hablo con dureza.
- Soy Garruk, gerente de cuentas del banco de Gringotts, ¿que desea de nosotros humano?
- Que sus arcas sean llenadas de oro gerente Garruk, mi nombre es Adriano Peverell y además de saber si aun quedan bienes de mi familia vengo si fuera necesario a abrir una cuenta en su banco.
- Y que sus enemigos caigan ante usted, por aquí señor Peverell.
El gerente ahora tenía claro que no estaba ante un cliente normal, no solo porque la familia Peverell fuera una de las mas antiguas del mundo mágico, sino que claramente conocía el idioma, la cultura y las costumbres de los duendes a la perfección. En el banco algunos duendes miraron con sorpresa ante que un humano anduviera por el banco a esas horas pero al momento siguieron con su trabajo. Entraron a un despacho donde el duende tomo asiento tras Harold.
- Claramente conoce nuestras costumbres por lo que debe saber el procedimiento para conocer su linaje.
- En efecto, se trata de una prueba de sangre, cuanta más sangre use, más sabre sobre la antigüedad, los títulos y las propiedades de mi familia, de la misma manera, cada cierto tiempo Gringotts pide unos cuantos galeones extras, para de esa manera si la persona fuera una impostora pagase una gran cantidad antes de ser castigada por las leyes de Gringotts.
El duende entonces saco un pergamino, un cuchillo con runas talladas en el mango y un pequeño recipiente.
- ¿Cuanto tiempo desea que se retroceda?
- El que sea necesario, el dinero no será un problema.
Harold saco de su bolsillo una joya, era un diamante negro que ante la calidad el duende quedo satisfecho.
- Entonces señor Peverell, use el cuchillo para llenar el recipiente de sangre para de esa manera saber lo que usted desea.
El joven lo hizo al momento y tras cortarse con el cuchillo vertió una pequeña cantidad de sangre en el recipiente, el duende entonces saco una pluma que absorbió la sangre en cuestión de segundos, la cual mágicamente se puso a escribir en el pergamino. Estuvo durante casi quince minutos escribiendo títulos, propiedades y parentela del muchacho.
- Bien señor Peverell, es obvio que usted dice quien es, lo único que necesitamos es su firma.
Harold firmo con el nombre de Adriano Antioch Peverell, sabía que aquello iba a funcionar, había usado los conocimientos que había adquirido en su anterior vida para preparar aquello, años después de haber descubierto la verdad sobre su vida anterior tenía el poder para cambiarla.
- Todo en orden señor Peverell, ¿va usted a reclamar los títulos que posee?
- Aun no, lo primero es prepararme tanto financieramente como políticamente, quiero empezar por hacer varias inversiones tanto en el mundo mágico como en el mundo muggle.
- ¿Tiene usted pensado las empresas?
- En efecto.
Gracias a sus conocimientos futuros dio una lista de empresas muggles que sabía que le proporcionarían no solo grandes riquezas, sino contactos e influencias, fue una media hora de negociaciones donde el banco de Gringotts obtendría un veinte por ciento de lo que ganase Adriano, además, se hizo con varios negocios en el mundo mágico con los cuales tendría cerca a las familias de sangre pura para tenerlas como aliadas en un futuro. Tras firmar todos los documentos Harold Potter sería oficialmente Adriano Peverell.
- Bueno señor Peverell, eso es todo, ¿desea algo más de nuestro banco?
- Eso es todo por ahora, de todas maneras en un futuro cuando vean que nuestros negocios son en verdad rentables me gustaría de ser posible una alianza entre la noble y antigua casa Peverell y la nación duende.
- Todo se verá señor Peverell.
Adriano se coloco un anillo con el escudo de la familia Peverell, tras eso levanto y tras saludar al duende salió del banco, ahora debía ir a su siguiente objetivo desde donde comenzaría a moverse, el castillo familiar de la familia Peverell.
El castillo Peverell, una fortaleza de casi cien metros de alto se encontraba en un plano diferente al mundo normal, los Peverell temerosos de sus enemigos trasladaron su hogar ancestral a otro plano al cual se accedía usando el anillo familiar o dando permiso con la magia Peverell. La fortaleza claramente había tenido tiempos mejores, pero la magia del plano lo había conservado. Entro en el castillo y al instante una docena de elfos domésticos aparecieron. El jefe de los elfos hablo.
- Bienvenido Lord Peverell, después de siglos los elfos de esta fortaleza tienen un amo al que servir, soy Dagur, jefe de los elfos domésticos.
- Quiero agradeceros haber mantenido este lugar en perfecto estado, como Lord Peverell vuestro trabajo y el de vuestros antepasados será recordado por mi y por aquellos que sean los siguientes en gobernar este castillo.
- Gracias por sus palabras Lord Peverell.
En ese momento Adriano uso su magia para sintonizar con las salas del castillo, su poder se extendió por cada cuarto, por cada habitación y por cada rincón, la magia del castillo reconoció al nuevo Lord Peverell. Fue a la alcoba principal donde decidió descansar, se tumbo sobre la cama y se durmió rápidamente, durante la noche rememoro cuando descubrió la verdad sobre su vida pasado.
- Flash Back -
La batalla con Voldemort había terminado, pero para Harry una nueva batalla había comenzado, tras recibir la maldición de Lord Voldemort que había destruido el horrocrux de su cicatriz también se habían disipado varios hechizos y pociones que durante años Dumbledore junto con algunos de sus aliados le habían lanzado y suministrado para tenerlo controlado. Ahora sabía que lo único que querían sus supuestos amigos era su fortuna y según Dumbledore que no se volviera muy poderoso, sabía que junto a Dumbledore estaban la señora Weasley, junto con Ron y Percy, también Hermione y algunos miembros de la orden del fénix leales a Dumbledore.
Pero sus planes se desmoronaron cuando Harry desapareció, el joven ayudado por los duendes había podido salir del país y mover sus bienes de tal manera que los traidores no obtuvieran lo que querían. Durante sus viajes decidió aprender, fortalecerse, descubrió que el era el maestro de la muerte, que a pesar de no tener las reliquias, el poder de estas recorría su cuerpo. Eso le dio poderes increíbles, de gran alcance, ahora era capaz de realizar cualquier hechizo sin necesidad de varita, volverse invisible a voluntad y lo que más le ayudo poder hablar y obtener los conocimientos de personas fallecidas, de esa manera obtuvo los conocimientos y recuerdos de Voldemort y Dumbledore junto a los de otros magos. Tuvo que pasar varios años dominando tanto poder y conocimiento, pero gracias a eso descubrió la manera de viajar en el tiempo de la manera que quisiera, de esa manera cambiaría la historia para así poder dar a su yo pasado la vida que merecía.
- Fin Flash Back -
La mañana llegó para Adriano, tras un suculento desayuno se dedico a inspeccionar la fortaleza, deseaba conocer el hogar ancestral de la familia Peverell y tenía una clara idea de donde comenzar. Una gran sala donde solo la familia Peverell podía entrar, una sala donde se encontraban los retratos de los anteriores señores del castillo, allí conoció a los ancestros de los Peverell, allí fue donde comenzaría a estudiar sus movimientos para el futuro.
Petunia Evans era una mujer ocupada en aquellos momentos, la noche anterior se había despertado cuando había escuchado como llamaban a la puerta de su casa, cuando abrió la puerta se sorprendió al ver en una pequeña cesta a un bebe junto con una carta, pero la sorpresa se convirtió en dolor a leer la carta y saber que aquel pequeño niño era su sobrino, el cual había perdido a sus padres. La carta era muy clara con lo que había pasado a su hermana y su esposo.
Estimada señora Petunia Dursley:
Lamento tener que informarle de la muerte de su hermana Lily Potter junto a su marido James Potter a manos del mago oscuro conocido como Lord Voldemort, de manera increíble el joven Harry ha sobrevivido al ataque y la explosión de la casa dejando como secuela la cicatriz de su frente, no sabemos como pero el joven Harry parece ser de alguna manera el responsable también de la derrota de Lord Voldemort. Le pido que cuiden al muchacho hasta que sea el momento de que ingrese al colegio de Hogwarts para su aprendizaje en nuestro mundo. Para el cuidado y el mantenimiento del muchacho recibirán un dinero al mes con el que podrán dar al joven lo que necesita, también debido al sacrificio de Lily se formaran varias barreras que unidas a la sangre de su familia, les permitirá estar protegidos de cualquier amenaza. Mi mas sentido pesar por su perdida. Cordialmente:
Albus Percival Wulfrin Brian Dumbledore
Petunia entonces salió a comprar varios artículos para el cuidado de su sobrino, mientras que su marido se quedaba en casa preparando una de las habitaciones para que fuera de Harold, le parecía curioso que el director de Hogwarts llamara a su sobrino por su diminutivo pero ella conocía el verdadero nombre que sus padres le habían puesto y ella lo llamaría así. Era una desgracia lo que les había pasado a su hermana y su cuñado, pero haría que el muchacho creciera sano y fuerte, sabiendo el sacrificio de sus padres por protegerle. Sabía que las cosas en el mundo mágico estaban mal, pero no se imaginaba que fuera una situación tan grave que le costaría la vida a su hermana. Fueron varias horas de compras donde pidió que le llevaran todo a casa para que se lo colocaran y se lo montaran adecuadamente. Cuando regreso a su casa vio que su marido estaba tranquilamente jugando con su hijo y con su sobrino.
- ¿Que tal Vernon?
- Muy bien, es un niño muy inteligente, llama a papa y a mama, pero le estoy diciendo que sus padres están en un largo viaje, llegado el momento le explicaremos la verdad.
- Es algo terrible lo que les ha pasado, pero se que si hubiera sido al revés, Lily hubiera cuidado de mi hijo como si fuera suyo.
- Tanto Dudley como Harold se criaran como hermanos, los educaremos para que sean grandes hombres.
Todo aquello estaba sucediendo y se estaba escuchando en varios de los encantos que Adriano había lanzado, ahora sabía que el plan de Dumbledore para que Harold fuera un joven débil e impresionable no funcionaría. Eso le había servido en su vida anterior para que Harry se acercara a los Weasley y a Hermione, eran sus salvadores del sufrimiento que había tenido que vivir, pero esta vez no, esta vez todo sería muy diferente. Dumbledore jamás sabría lo que le esperaba.
En el castillo del colegio Hogwarts un hombre de casi cien años de edad se encontraba tranquilamente sentado en su despacho rellenando varios documentos, Albus Dumbledore estaba preparando todo para cuando Harry Potter regresara al mundo mágico lo tuviera bajo su control, claro que sabía el nombre completo del bebe, pero sabía que el nombre de un mago le daba poder, ese era el motivo de su mismo nombre, al igual que pasaba con Lord Voldemort, sabía que el mago oscuro había elegido un nombre de poder y no quería ser llamado por el nombre que su madre le había dado. Ahora estaba preparando un contrato de matrimonio entre el joven Potter y la hija menor de los Weasley. Molly Weasley era una gran aliada suya y con el nacimiento de la niña, el séptimo hijo del matrimonio, se completarían varios de sus planes. El viejo mago siempre había querido ser el máximo exponente de la luz, el mago al que todos acudían para pedirle consejo, pero a pesar de todo aun quería más, ser recordado como el mago más poderoso de todos los tiempo, que había luchado contra multitud de magos oscuros y había sobrevivido, pero para eso aun le quedaba, era cierto que tenía posiciones que le daban gran poder, pero si tenía acceso a la fortuna Potter, si controlaba al heredero de una familia de tal renombre todo le sería más fácil. De esa manera controlarían al joven para que fuera moldeado como el director de Hogwarts quería. El hombre envió los documentos a Gringotts pensando que no habría ningún problema, su arrogancia no le permitió averiguar si esos documentos habían sido tramitados y durante años creería que todo estaría bajo su control.
Pasaron ya cinco años desde que se desarrollaron los sucesos anteriores. Adriano Peverell en ese tiempo se había sacado las maestrías de varias materias importantes para de esa manera comenzar su plan, aquella mañana se dirigió al banco de Gringotts donde comenzaría a moverse en la política del ministerio ingles, tenía pensado dar a conocer sus títulos y para eso primero debía recoger los documentos necesarios del banco.
- Bienvenido a nuestro banco Lord Peverell, le pido que nos siga, ha sido aceptada su reunión con el líder de la nación duende, el excelentísimo Ragnok IX.
- Será un honor para mi.
Adriano fue conducido a través de varias cavernas, hasta que llego a una gran sala donde las puertas se abrieron y se dejo ver sentado en un gran trono a líder de la nación duende, en los laterales varios duendes armados vigilaban al mago que había pedido la recepción con su majestad. Adriano llego enfrente del rey y se arrodillo.
- Majestad Ragnok IX, yo Adriano Antioch Peverell juro por mi magia y por mi vida que vengo aquí como amigo y si es posible futuro aliado de la nación duende.
Una poderosa luz surgió del joven, demostrando que lo que estaba diciendo había sido verdad.
- Levanta mago, desde tu llegada por primera vez a este banco los beneficios de nuestra nación se han visto aumentados en grandes cantidades, su respeto y conocimiento de nuestras costumbres le hacen ser alguien de gran estima, es por eso que yo Ragnok XIX, hijo de Regnal XII, el CXVII gobernante de la nación duende acepto su amistad y su alianza.
Fue una ceremonia sencilla, Adriano tuvo que firmar varios documentos al igual que el rey Ragnok, al terminar le fueron entregados a Adriano los documentos que tendría que presentar en el Wizengamot para de esa manera reclamar los títulos que poseía. La reunión estaba preparada para media mañana, sabía que habría una reunión de control de las que había cada tres meses, de esa manera se presentaría ante todos y cada uno de los señores. En los últimos meses había estudiado las leyes que habían ido saliendo en los últimos años para estar preparado.
La sala del Wizengamot empezaba poco a poco a llenarse, supuestamente se iba a tratar de una sesión normal y como siempre había un duende en las reuniones para que se transmitiera a Gringotts lo sucedido no les pareció extraño. Albus Dumbledore entro en la sala cuando todo el mundo estaba sentado, tomo su asiento como Jefe Supremo del Wizengamot y dio comienzo la reunión.
- Buenos días a todos, antes de comenzar me gustaría saber si hay algún miembro en esta sala que quiera plantear algún punto nuevo.
Todo era rutinario salvo por esta vez, vieron como el enviado de Gringotts se levantaba para pedir la palabra.
- Quiero informar de la aceptación por parte de Gringotts de la activación de varios asientos durmientes, la persona que posee esos títulos esta esperando detrás de las puertas.
En ese momento las puertas se abrieron, de forma solemne Adriano entro en la sala. Albus Dumbledore fue el primero en hablar.
- Haga la petición sobre el titulo o títulos que piensa reclamar.
- Yo Adriano Antioch Peverell reclamo por sangre los títulos Peverell, Gryffindor y Ravenclaw, reclamo por vasallaje hasta que sus verdaderos herederos aparezcan los títulos Potter y Gaunt, hago este reclamo ante este consejo y la magia del Wizengamot para demostrar que lo que estoy diciendo es verdad.
La magia de la sala se arremolino alrededor de Adriano ante la sorpresa de los demás miembros de la sala, no se esperaban que una casa como la Peverell regresara después de tantos años, pero además era el heredero de dos de los fundadores aparte de que por vasallaje era el señor de dos casas antiguas, era todo un problema dependiendo del lado que decidiera unirse, los tres primeros títulos le daban diez votos cada uno por ser títulos antiguos y nobles, los otros dos títulos le otorgaban cinco votos por ser de nivel antiguos. Una sola persona con cuarenta votos podría cambiar completamente la forma de proceder de ministerio dependiendo si se uniera a la luz o a la oscuridad. Adriano tomo asiento en el asiento reservado para la familia Peverell confirmando la unión, pero a la vez otros asientos brillaron demostrando que estaba diciendo la verdad, aquellos que como Dumbledore ocupaban algunos de los puestos reclamados notaron como perdían aquellos votos.
- Bien, entonces el siguiente orden del día - hablo Dumbledore enfadado por dentro por haber perdido los votos Potter - Lord Peverell creo que a esta sala le gustaría conocer su punto de vista al igual que en que esta especializado.
- Claro jefe supremo Dumbledore, lo primero que debo decir que no voy a ir ni al lado de la oscuridad ni al de la luz, soy gris y dependiendo de las leyes que se quieran promulgar decidiré mi voto, por lo tanto hago un llamamiento a las casas grises para conocer su posición.
Aquello fue un jarro de agua fría para gran parte de la sala, eran pocas las familias grises del Wizengamot, pero ahora con la llegada de Adriano Peverell todo cambiaría.
- Yo Marcus Greengrass, de la antigua casa Greengrass, apoyo a Lord Peverell.
- Yo Amelia Bones, de la antigua casa Bones, apoyo a Lord Peverell.
- Yo Selene Lovegood, de la noble casa Lovegood, apoyo a Lord Peverell.
- Yo Adrián Davis, de la noble casa Davis, apoyo a Lord Peverell.
- Yo Isabella Zabini, de la noble casa Zabini, apoyo a Lord Peverell.
Las cinco casas grises que hasta ahora se habían tenido que posicionar en los lados de la luz o de la oscuridad, ahora tenían otro apoyo de mayor poder y envergadura.
- Siguiente punto del día - intervino Dumbledore - necesitamos conocer en que esta especializada el nuevo miembro de esta sala.
Adriano entonces repartió con un movimiento de su báculo varios informes que paso a todos los miembros de la sala.
- Como pueden ver tengo las maestrías de runas antiguas, magia antigua, artes oscuras, DCAO, pociones, alquimia, aritmancia, encantamientos, transformaciones, magia mental y magia elemental.
Los documentos no dejaban lugar a dudas, aquel hombre era alguien de gran poder, por primera vez en años Dumbledore vio peligrar ser el mago más poderoso de la tierra, debía encontrar una manera de detener o al menos tener como subordinado a Lord Peverell. Se dio cuenta de que los títulos de pociones y alquimia tenían la firma de Nicolás Flamel, por lo que tendría que hablar con el experto alquimista creador de la piedra filosofal sobre el hombre. Las otras especialidades estaban firmadas por eminencias de cada una de las materias, lo que más sorprendía era que tanto en artes oscuras como en DCAO no solo tenía el grado de maestro, sino que tenía el de gran maestro lo que le permitía impartir clases en cualquier escuela mágica de la tierra o incluso formar su propia escuela, al momento el director ideo un plan para tener cerca al hombre.
- Lord Peverell es algo impresionante, por las maestrías que usted posee me gustaría ofrecerle el puesto de DCAO en la escuela de Hogwarts, un hombre de su condición estoy seguro que beneficiara en gran medida a los estudiantes.
- Será un honor para mi enseñar en una institución como Hogwarts, si le parece bien en el día de mañana me pasare por el colegio para llevar a cabo los juramentos y ceremonias necesarios para desempeñar el puesto que me ha ofrecido.
Adriano sabía que Dumbledore usaba eso para tenerlo cerca, conocía lo suficiente al hombre para saber que quería investigarlo.
- Pues entonces pasaremos al siguiente punto del día, todo esta correcto con Lord Peverell, por lo que procedamos con esta reunión.
Durante media hora estuvieron debatiendo sobre algunas leyes vigentes por si era necesario cambiarlas o reformarlas, pronto los miembros de la sala vieron que Lord Peverell cumplía con lo que había dicho, votaba leyes que votaban tanto del lado oscuro como del lado de la luz, claramente votaba las leyes que al hombre le beneficiaban. En el momento de proponer nuevas leyes fue Adriano quien hablo ya que nadie proponía nada.
- Llevamos años de paz desde la desaparición del mago conocido como Lord Voldemort - el hombre paro unos segundos por el estremecimiento de la gente - me he dado cuenta de que en estos años se ha invertido casi nada en el DLME ni en la oficina de Aurores, se que son tiempos de paz, pero es mejor estar preparados para lo peor y poder evitarlo que tener que lamentarnos, por eso como Lord Peverell propongo un aumento del 25% de los presupuestos de ambos organismos cada uno.
La votación se llevo a cabo y fue aprobada con casi un 70 % de los votos, las familias grises votaron a favor de la propuesta al igual que varias familias de la luz que Adriano vio que no eran aliadas de Dumbledore o que diferían en los puntos de vista del anciano. Claramente las casas alineadas a la magia oscura votaron en contra pero no pudieron hacer nada, esas familias ahora estaban temerosas de que sus actividades clandestinas e ilegales fueron descubiertas.
- ¿Algún punto más Lord Peverell?
- Eso es todo profesor Dumbledore.
- Doy entonces por terminada la sesión del día de hoy, como es acordado a no ser que se trate de una emergencia nos procederemos a reunir dentro de tres meses, que pasen un buen día señoras y señores.
Los miembros se levantaron, algunos a saludar personalmente al nuevo Lord, el mismo Dumbledore se acerco al hombre.
- Lord Peverell.
- Director Dumbledore, como he dicho me pasare mañana a las diez de la mañana por el colegio, dado que soy heredero de dos de los fundadores me gustaría que me tuviera preparados los diferentes documentos sobre la escuela, de esa manera podremos saber si se debe hacer algún cambio, re-estructuración o invertir más dinero.
- Claro Lord Peverell.
- De igual manera me gustaría reunirme con los diferentes profesores de la escuela también.
- No habrá ningún problema.
Dumbledore se despidió del hombre pero no estaba nada contento, tenía claro que Adriano Peverell iba a ser un grave problema, por lo menos lo tendría cerca y esperaba de esa manera tenerlo controlado, además, si hiciera falta se encargaría de que el futuro profesor de DCAO tuviera un percance, ningún profesor duraba un año desde que Lord Voldemort maldijo ese puesto.
Tras terminar de hablar con Dumbledore estuvo tranquilamente conversando con sus aliados de la facción gris, la última fue Isabella Zabini, la cual claramente intentaba seducirlo.
- Un gran espectáculo Lord Peverell.
- Lady Zabini - dio un beso en la mano de la mujer - un placer conocerla.
- Le gustaría que habláramos un rato? debo reconocer que me tiene intrigada.
- Claro señora, si le apetece podemos ir a mi morada.
Tras salir del ministerio, Adriano creo un portal para aparecer en el castillo Peverell, la mujer estaba impresionada, había visto mansiones y riqueza de todo tipo, pero nada comparable a aquel lugar, si la parte externa estaba perfectamente cuidada, la parte interna era exquisita, se notaba la riqueza y el poder del castillo, pero a la vez era un lugar confortable, llegaron a una pequeña sala donde Adriano acerco un asiento a la mujer.
- Señora Zabini, he escuchado muchos rumores sobre usted, pero le puedo asegurar aquí y ahora que no voy a decir nada en contra de usted.
- Sus palabras me congratulan señor Peverell.
- Digo estas palabras no por ignorancia como hace el resto de la sociedad inglesa, sino debido a que conozco la verdadera naturaleza de su cargo, se que usted ostenta el cargo de sacerdotisa de la fertilidad.
Isabella Zabini jamas se hubiera esperado aquello, había ocultado su cargo debido a que en los últimos años la sociedad británica había rechazado las artes mágicas relacionadas con la fertilidad y el sexo, leyes promulgadas por Albus Dumbledore que le habían quitado su verdadera naturaleza.
- Pretendo que la magia que ha sido retirada de este país durante años sea restaurada, magia originaría de los druidas que habitaron hace siglos nuestros bosques.
- Ha sido difícil esconderse, ninguno de los hombres con los que he estado ha estado a la altura y eso ha llevado a su muerte, debido al desconocimiento de las artes en las que soy maestra.
- Es por eso que aquí y ahora, en este castillo lleno de magia le propongo un juego señora Zabini.
- ¿De que estaríamos hablando?
- Usted tiene quince minutos para solo con su boca y sus manos llevarme al máximo placer, de conseguirlo ingresare en su bóveda familiar la cifra de 50 mil galeones para que siga con su búsqueda.
- ¿Y si no lo consiguiera?
- Pues que durante cuarenta y cinco minutos más podre disponer de su cuerpo a mi antojo, tras eso la daré la misión de buscar un número determinado de mujeres que serán dos, cuatro o seis, las que consiga para realizar el ritual que me convertirá en sumo sacerdote.
Isabella entonces comprendió al hombre, pero se dio cuenta de que estaba versado y tenía conocimientos extensos, el número de mujeres pedido era significativo ya que según el número que fuera el resultado sería diferente.
- Digamos que consigo otras seis mujeres ¿que obtendría yo?
- Sería nombrada suma sacerdotisa.
- Entonces acepto el reto Lord Peverell.
- Por aquí entonces.
Una puerta conectaba la sala con los aposentos principales del hombre, una gran cama de matrimonio era su destino. Isabella vio como Adriano con un movimiento de báculo quedaba completamente desnudo, mostrando su virilidad completamente erecta, un miembro de entre 25 y 30 cm, un miembro que sería solo para ella. Al momento ella con un movimiento de varita también quedo desnuda y se arrodillo para comenzar su tarea, debía dar el máximo placer que le fuera posible para conseguir su objetivo.
Adriano sonrió al sentir los labios y la lengua de la mujer, notar como con una mano acariciaba sus testículos para estimularlos y con la otra mano veía como se recogía el pelo para que no le molestara en su labor. Se notaba que la mujer era hábil, no lo podía dudar, pero en su otra vida había estado con sumas sacerdotisas de varios países por lo que sabía que aguantaría el placer que le diera la mujer. Para Isabella era algo increíble, muchos hombres con los que había estado ya estarían jadeando de placer, pero claramente aquel hombre estaba aguantando con una calma inusitada, sabía que no había estado en contacto con ninguna sacerdotisa ya que de un hombre así se hubiera hablado en su circulo, pero ahora mismo no le importaba perder la apuesta, un miembro así le daría el placer que durante años había buscado, si aquel hombre lograba ser sumo sacerdote y con su poder político muchas antiguas costumbres regresarían al país, costumbres que habían sido retiradas por conservadores y gente que no veía que perder esa magia lo único que provocaba era perder el equilibrio de la magia, era cierto que estaba dando el máximo que podía, pero solo pensaba en lo que vendría después.
- El tiempo ha terminado Isabella.
- Eso parece - dijo la mujer incorporándose - parece que voy a ser suya.
Adriano entonces la cogió con fuerza entre sus brazos y la tumbo en la cama, se coloco de tal manera que la cabeza de su pene quedara en la entrada de la vagina de la mujer y empujo suavemente. Isabella sintió como poco a poco aquel hombre penetraba su sexo, con suavidad, con pasión, sentía como se incorporaba sobre ella y besándola con pasión en los labios, como los dedos de una mano recorrían sus pezones y con la otra mano estaba en su cintura para empujar cada vez más.
- No te cortes Adriano, dale todo.
El hombre no se lo pensó y agarrando fuertemente la cintura procedió a meter su miembro, con fuerza y rapidez haciendo que la mujer diera un grito de placer, entrando y saliendo con fuerza para que en cada embestida entrara cada vez más hasta que Isabella sintió como los testículos del hombre chocaban contra su cuerpo, como ahora cada vez que embestía era para meter todo el pene entero.
- Dios, nunca me he sentido tan completa y llena, estoy en el cielo.
- Aun no hemos terminado Isabella.
Tras decir eso saco el pene de la mujer, le dio la vuelta y con suavidad coloco la punta en la entrada de su ano, poco a poco fue empujando, no era la primera vez para Isabella, pero estaba claro que nunca había entrado un pene tan grande por lo que Adriano fue con suavidad, esta vez no eran embestidas fuertes y rápidas, sino suaves y lentas para que cada vez la tensión fuese menor, para que se fuera acostumbrando hasta que lo consiguió meter entero.
- Adriano, deja lo un rato dentro por favor.
- Claro Isabella, si aun ni hemos empezado.
Tras un rato completamente dentro el hombre empezó a sacar y meter el pene cada vez más rápido y fuerte, comenzó a cabalgar a la mujer con fiereza y pasión mientras esta con una mano se acariciaba su vagina para darse más placer ella misma. Duraron varios minutos en ese posición hasta que Adriano saco el pene y lo puso enfrente de la cara de la mujer.
- Ahora viene tu recompensa, lo que debías haber conseguido en los primeros minutos.
Ante aquella burla la mujer no dijo nada y con su boca procedió a dar placer al hombre hasta que tras unos minutos eyaculo de forma abundante, Isabella fue capaz de tragar gran parte del esperma pero aun así algunos chorreones cayeron a su rostro y a su pecho. Tras eso la mujer quedo tumbada en la cama exhausta del placer que aquel hombre que apenas conocía le había proporcionado. Lo que le parecía asombroso a la mujer era que incluso tras la espectacular eyaculación el miembro del hombre estaba como si aun quisiera mas.
- Bueno Isabella,si quiere puede asearse antes de salir y comenzar con la misión que le he encomendado.
- Gracias por su amabilidad Adriano, no me llevara más que unos minutos.
La mujer cogió su ropa y entro al cuarto de baño, se miro en el espejo y sonrió ante todo lo que acababa de pasar, aquel hombre sería alguien con quien disfrutaría a limites insospechados, tenía ese presentimiento. Tras volver a vestirse salió y vio que Adriano le esperaba con una sonrisa.
- He conectado la chimenea del dormitorio a la red Flu, a pesar de estar en otro plano si yo doy permiso se puede conectar con el mundo normal, pero no puedes venir sin avisar por lo que a conexión permanecerá cerrada tras tu marcha.
- Gracias Adriano espero con ilusión nuestro próximo encuentro.
La mujer cogió un puñado de polvos Flu y tras besar al hombre, los arrojo a la chimenea.
- Mansión Zabini.
La mujer se fue por la chimenea dejando a un Adriano con una gran satisfacción ante lo que había logrado en el primer día tras ingresar al Wizengamot. Ahora solo le quedaba prepararse para la reunión que tendría con los profesores al día siguiente, debía mandar varias cartas a determinadas personas para que todo fuera a la perfección.
Pero si para Adriano las cosas habían sido perfectas era todo lo contrario para aquellas familias de lado oscuro, el jefe de la casa antigua Nott había llamado a sus aliados tanto en el Wizengamot como de fuera para una reunión de gran importancia. Cuando estuvieron todos reunidos el hombre hablo.
- Gracias a todos por venir, como mis compañeros del lado oscuro que han estado hoy en el Wizengamot saben se ha producido un suceso que deben saber con urgencia.
- ¿Es cierto la casa Peverell ha regresado?
- En efecto Lucius, pero es más grave, a elegido el bando gris y una de las primeras leyes que ha promovido y la cual se ha aceptado ha sido la subida de inversiones al departamento de aurores y al DLME de un 25%.
- ¿Como ha salido ese voto a tramite?
- Debido a que el señor Peverell ostenta además los títulos de Gryffindor y Ravenclaw como casas antiguas y nobles, además, por vasallaje tiene los títulos Potter y Gaunt, por lo que el solo tiene 40 votos, eso sumado al resto de casas grises y algunas casas de la luz han dado por aprobado ese aumento en los presupuestos.
- ¿Que podemos hacer? - dijo otro hombre.
- De momento nada, esperaremos para saber como evoluciona todo, como es heredero de dos fundadores quiero ver si decide realizar algunos cambios y de que tipo en el colegio y en la enseñanza de nuestro país.
- ¿Que mas se sabe de ese hombre?
- Tiene varias maestrías - dijo Nott repartiendo varios documentos a los que no habían estado en la reunión - como veis lo más preocupante es que tiene dos grados de gran maestro, algo que en Inglaterra solo había sido alcanzado por Dumbledore en transformaciones y por nuestro señor en artes oscuras en el último siglo, debemos ser cautelosos y dejar nuestras actividades al mínimo para no llamar la atención de tan poderoso y peligroso adversario.
Todos asintieron y se dio la terminada la reunión, el único que quedo en la casa fue Lucius Malfoy.
- Hacía tiempo que no te veía tan preocupado Arthur.
- Como no voy a estarlo Lucius, ese hombre podría borrar de un plumazo todo lo que hemos conseguido desde la caída de nuestro señor, además, si nuestro señor volviera nuestros enemigos no estarían débiles y desprotegidos como nos hubiera gustado.
- Quizás deberíamos intentar encontrar algún rastro de nuestro señor, de esa manera cuanto antes regrese menos poder tendrán nuestros adversarios.
- Tal vez, debemos pensar con detenimiento.
- Entonces me retiro, que tu resto del día sea más favorable.
Lucius se fue por la chimenea dejando a un hombre pensativo, un nuevo jugador había entrado en escena y lamentablemente no sabían nada de esa persona, algo en su interior le decía que la vida que se había labrado a base de sobornos y engaños podría estar cercana a acabarse.
Para Albus Dumbledore no era un día feliz, ahora tenía que preparar una gran cantidad de documentación a parte de avisar sobre la entrevista a los profesores, solo esperaba que Adriano Peverell no pidiera muchos cambios, se había logrado a base de tiempo y esfuerzo una gran reputación, un estúpido advenedizo no detendría sus planes, sino podía hacer ver al hombre que él era el mejor para esos títulos y esas posiciones tendría que librarse de él. Tras terminar con toda la documentación aviso mediante el encantamiento patronus a todos y cada uno de los profesores, debían estar preparados para lo que pudiera pasar. El anciano director miro la varita en su mano, la varita de saúco había reaccionado ante la presencia de Lord Peverell, lo había notado, solo esperaba que el hombre no supiera que la poseía al igual que la capa de invisibilidad que había pertenecido a los Potter, la capa que era la tercera reliquia de la muerte, si solo encontrase el anillo de la resurrección su poder sería mayor y de esa manera sería conocido por ser el mago más grande de todos los tiempos.
Hogwarts se despertó aquella mañana como si fuera un día normal de vacaciones, pero en verdad era todo lo contrarió, la llegada de un nuevo profesor no era raro, pero la llegada del heredero de dos los fundadores de tan insigne colegio era algo que no pasaba todos los días. Los profesores estaban de los nervios, cada uno por un motivo, pero todos estaban nerviosos. Cuando el director Dumbledore anuncio en la escuela lo sucedido con Adriano Peverell no pudieron evitar sentir algo de temor, los mismos profesores sabían que todo cambiaría si no tenían cuidado.
Adriano llego al castillo, a la entrada lo estaba esperando Hagrid, el fiel Hagrid, otro peón de Dumbledore, un peón que no era capaz de ver al verdadero director.
- Bienvenido Lord Peverell, soy Rubeus Hagrid, guardabosques de Hogwarts.
- Gracias por el recibimiento Rubeus, por su aura y su estatura puedo asumir que es usted semi-gigante, antes de que diga nada no estoy en contra de los suyos, no importa como nacemos sino lo que hacemos con nuestra vida.
- Es usted muy amable y si en efecto soy semi-gigante.
Estuvieron tranquilamente mientras Hagrid conducía a Adriano al despacho del director.
- Gracias Rubeus.
Adriano entro al despacho, los retratos de los anteriores directores se quedaron mirando con interés al hombre, al heredero del castillo, Dumbledore mientras estaba mirando de forma indiferente a su invitado aunque por dentro estaba bastante nervioso.
- Bienvenido Lord Peverell, tengo los documentos que pidió preparados.
- Se lo agradezco pero antes de todo debo hacer algo de lo que ahora estoy seguro.
Sin sentarse alzo su báculo y sus palabras llenaron de poder el despacho.
- Yo Adriano Peverell hago un llamamiento para convocar los artículos de la familia Peverell que ahora se encuentran en esta habitación.
Al momento la varita de saúco y la capa de invisibilidad volaron a las manos del hombre que resplandecieron al reconocer a su maestro. Dumbledore derrotado tuvo que sacar su varita propia al haber perdido la reliquia de los Peverell.
- Lo siento mucho director, en la sala del Wizengamot no estaba seguro, pero cuando he entrado al despacho lo he notado con más fuerza.
- No pasa nada Lord Peverell, esas reliquias son suyas, no me voy a interponer.
Claro que pasaba, ahora el había perdido dos de las tres reliquias de la muerte, debía al menos encontrar la última y alejarla del hombre.
- Pues comencemos a revisar la documentación y las finanzas del colegio.
Adriano tomo asiento, con calma se puso a revisar todos y cada uno de los documentos, Dumbledore veía como el hombre cada cierto tiempo usando un método de escritura muggle que eran un bolígrafo y un cuaderno paraba y escribía. Al cabo de varios minutos Adriano había terminado y se puso en pie.
- Me gustaría conocer a los profesores de las distintas materias.
- Nos esperan en la sala de profesores.
Fue un camino tenso, Dumbledore estaba nervioso ya que no sabía lo que el hombre había apuntado en aquel sistema de escritura que no conocía, mas bien que no quería conocer, por mucho que defendiera de vez en cuando a los muggles, era solo para seguir manteniendo su posición como líder de la luz. Para el hombre los muggles se estaban volviendo cada vez más peligrosos con tantas invenciones. Cuando llegaron al despacho todos los profesores estaban sentados, miro a cada uno, había algunos a los que hacía mucho que no veía.
- Buenos días a todos, como el director Dumbledore les habrá anunciado mi nombre es Adriano Peverell y voy a ser el profesor de DCAO, pero como heredero de dos de los fundadores quiero conocer a los profesores y revisar el castillo para determinar si hay que hacer cambios.
Los profesores asintieron algo nerviosos, según lo que pasaba podía ser el fin de sus carreras.
- Lo primero de todo es encargarme de lo más apremiante, si el profesor Binns se adelanta se lo agradecería.
El fantasma de historia se adelanto.
- Yo Adriano Peverell hago un llamamiento a la magia antigua, para que este espíritu pueda por fin descansar en paz y de un paso hacía la siguiente vida.
En ese momento el fantasma de Cuthbert Binns empezó a brillar, al cabo de unos segundos antes de desaparecer dio las gracias y desapareció de lugar. Al profesor solo le ataba a este mundo que alguien lo liberara, su familia había muerto hacía siglos y solo su compromiso de enseñar lo mantenía, pero ahora todo había terminado para él. Los profesores vieron aquello con sorpresa, pero enfadado por dentro estaba Dumbledore, había mantenido al fantasma que solo se centraba en las guerras con los duendes para mantener en la oscuridad a la gente sobre el pasado del mundo mágico, solo esperaba que el siguiente profesor fuera de su agrado.
- Del siguiente profesor me encargare de encontrarlo personalmente, ahora me gustaría hablar con cada uno de los profesores en privado, también me gustaría conocer el lugar en el que enseñan.
Minerva McGonagall se adelanto haciendo ver que sería la primera, fueron al aula de transformaciones, donde el hombre le pidió que le mostrara y hablara de su método de enseñanza. También le pidió la demostración de sus habilidades y de sus conocimientos.
- Profesora voy a hablarle con franqueza, claramente es usted una profesora justa e imparcial, tengo entendido que algo severa, pero entiendo que lo hace sobre todo para que ningún alumno salga herido.
- En efecto.
- Lo que no me gusta es que usted parece que se ha estancado, tiene grandes conocimientos y un gran potencial, debería modernizar sus métodos de enseñanza y si tiene tiempo aumentar sus conocimientos para de esa manera incluso poder llegar a obtener el título de gran maestra.
- Me encantaría, pero entre las clases, ser subdirectora y jefa de Gryffindor apenas tengo tiempo.
- Habrá que buscar una solución, estoy seguro que al final se me ocurrirá algo.
Regresaron a la sala de profesores, allí uno por uno fue llamando a todos los profesores y realizo lo mismo que con la profesora de transformaciones. El último fue el profesor Snape, eso lo hizo por un motivo, Dumbledore estaría ocupado con los demás profesores y no podría intervenir ante lo que iba a pasar.
- Profesor Snape, es para mi un placer conocerlo, he tenido el placer de leer el libro sobre introducción de pociones que usted escribió.
- Lamentablemente no he podido sacarlo a la venta, la falta de inversión me lo ha impedido.
- Pues le puedo asegurar que me ocupare de eso, pero hay algo que me tiene preocupado de lo que he escuchado de algunos estudiantes.
Por el camino Adriano fue revisando al profesor Snape, ahora tenía claro que en ese tiempo ya el hombre era victima de varios hechizos de compulsión que le hacían odiar a los alumnos de todas las casas salvo a los Slytherin, todos obra de Dumbledore para tener a su espía listo para el regreso de Voldemort. Retiro los hechizos que tenía el hombre y entraron en el aula.
- Esto es de lo que hablo, claramente este lugar no esta preparado para dar pociones.
- ¿Que quiere decir?
- Es una clase que no esta preparada para expulsar los vapores causados por las pociones, además, el tejado esta lleno de los restos de los vapores de pociones a lo largo de los años, pero eso se puede solucionar.
- No sabía eso.
- Me lo imaginaba profesor, las leyes de este colegio sobre seguridad están ligeramente anticuadas con las del resto del mundo, pero es debido a la política del ministerio y de los gobernadores que no son capaces de darse cuenta de que aunque esta escuela siga siendo la más importante del mundo poco a poco se esta quedando atrás.
- ¿Que se puede hacer?
- Se llevara durante el verano una reforma de la clase de pociones, además, como heredero habilitare las demás salas del castillo que se han ido cerrando con los siglos.
Estuvieron hablando durante un buen rato, Adriano recrimino al profesor su forma de comportarse pero le dijo que aun estaba a tiempo de rectificar, era joven y tenía un potencial para no solo sobresalir en pociones sino también en DCAO, podría incluso convertirse en gran maestro de ambas materias. Para Severus Snape por primera vez en mucho tiempo tenía un apoyo real, el apoyo de un hombre que estaba seguro que iba a cambiar los aspectos del mundo mágico ingles. Regresaron a la sala de profesores donde los profesores tomaron asiento.
- Debo decir que en parte estoy contento con la enseñanza que es impartida en este colegio, hay profesores con los que estoy descontento por varias razones y los voy a nombrar ahora.
Los profesores estaban algo nerviosos, no querían perder sus puestos de trabajo.
- Lo primero es la profesora Charity Burbage, es usted una buena profesora, pero tiene el problema que el temario que usted da esta muy desfasado, en los libros de la asignatura apenas se habla de los inventos y la historia del mundo muggle en los últimos cincuenta años, es por eso que que le voy a recomendar a un conocido mio para que se ponga al día, tendrá dos años mínimo para adquirir los conocimientos que necesita, su sueldo será rebajado durante ese tiempo en un 25 % pero no perderá sus derechos para cuando pueda volver a no ser que no apruebe un nuevo examen.
- Entiendo Lord Peverell y se lo agradezco, se que los muggles se han modernizado en los últimos tiempos, pero no he tenido tiempo de ponerme al día.
- Ese es otro asunto del que hablaremos ahora después, pero antes de todo va a tener lugar la expulsión de un profesor de esta escuela debido a sus métodos de enseñanza, me refiero a Sybill Trelawney.
- ¡No puede! - chillo la mujer - ¡no tiene derecho!
- Como heredero tengo todo el derecho, además, he ido al consejo de videntes y tras informarse de sus métodos de enseñanza han decidido que usted no esta cualificada y quieren una reunión con usted.
Adriano saco un pergamino sellado con el escudo del consejo internacional de videntes.
- Tiene usted media hora para recoger sus pertenencias e irse de esta institución.
La mujer miro a sus compañeros para pedir ayuda, pero se dio cuenta de que solo Dumbledore quería que permaneciera, es más, comprobó que McGonagall parecía contenta con su marcha. Salió del despacho acompañada por Adriano que no quería que la mujer intentara nada estúpido. Mientras en la sala de profesores Dumbledore estaba furioso, aquella mujer estaba bajo su protección ya que sabía que era quien habían hecho la profecía sobre Harry Potter y Lord Voldemort, la necesitaba por si volvía a realizar otra profecía. Estaba sumido en sus pensamientos cuando Adriano entro de nuevo en la sala.
- Gracias a todos por esperar, me había informado de antes sobre las clases en el colegio y lo que había escuchado en la clase de adivinación no era de mi agrado, prosigamos con esta reunión.
Adriano tomo asiento ignorando las miradas de Dumbledore de desapruebo ante lo que había echo, saco varios documentos y los puso sobre la mesa.
- Mi idea era aumentar los fondos del colegio en un 10 %, pero he decidido aumentarlos en un 25 % y les voy a explicar lo que pretendo.
Durante varios minutos Adriano informo que las clases de 1º a 4º serían dadas por un profesor que se hubiera sacado la maestría recientemente o que se la estuviera sacando para de esa manera tuvieran experiencia en el ámbito, las clases de 5º a 7º serían impartidas por los actuales profesores los cuales agradecían aquello ya que de esa manera estarían menos agobiados por tanto trabajo, el trabajo de subdirector ya no lo llevaría una persona, sino que sería llevado entre los cuatro jefes de casa, cada mes el jefe de casa tendría esa responsabilidad. Todos los profesores estuvieron encantados con aquellas nuevas reglas y procedimientos, solo Dumbledore estaba disgustado ya que aquellos cambios no le gustaban para nada, pero no podía hacer ningún movimiento hasta que se viera que aquel sistema era ineficaz. Se procedió también a expulsar a Argus Filch, no solo por que a ser squib su forma de limpieza era lenta, sino por su claro odio y celos por los alumnos que podían hacer magia y el no podía, se contrataría a un servicio de limpieza que se encargaría de limpiar la escuela cada dos días, habrían nuevas reglas que se impulsarían sobre las zonas comunes para intentar evitar que los alumnos ensuciaran lo mínimo posible. Otras reglas que se impulsaron fue para animar la cooperación entre los alumnos de las diferentes casas, claro que tendrían sus diferencias pero palabras que muchos Slytherin usaban como su fuera normal, como sangre sucia, serían sancionadas y castigadas. También se pondrían buzones para los alumnos por si tenían alguna sugerencia, de esa manera se estudiaría si los cambios iban por buen camino o habría que hacer más reformas. Todos y cada uno de los cambios serían transmitidos a la junta de gobernadores y al departamento de educación del ministerio para que estuvieran informados, no podrían hacer nada debido a que Hogwarts es anterior a la fundación del ministerio por lo que se podría intervenir en determinadas ocasiones, la junta se podría quejar, pero ese órgano se había formado ante la falta de herederos de los fundadores y como ahora este había regresado su papel ya no tendría que ser útil. De todos modos mantendría a los gobernadores cerca para de esa manera tener vigilado a Lucius Malfoy.
- Eso es todo por ahora, si tienen alguna pregunta.
- ¿Esta usted seguro de los cambios señor Peverell? esta escuela se ha mantenido durante siglos con el mismo sistema.
- Cierto director Dumbledore, pero es momento de dar un paso adelante, las escuelas del resto del mundo usan este sistema de enseñanza y cada vez obtienen mejores resultados.
El hombre no dijo nada, había quedado con reunirse con Nicolás Flamel para intentar saber más sobre Adriano Peverell, esperaba que su antiguo mentor le proporcionara información para controlar a aquel hombre. Solo lo conocía desde hacía 24 horas y se estaba convirtiendo en un problema. Mientras Dumbledore marchaba a la mansión Flamel, Adriano junto a Snape decidieron ir a Gringotts.
En la mansión Flamel una chimenea se encendió en la sala de estar, sentado en un asiento estaba Nicolás Flamel esperando al director de Hogwarts que apareció al segundo.
- Albus, bienvenido, parecía urgente.
- En efecto Nicolás, me gustaría si me pudieras hablar sobre Adriano Peverell.
- Claro, claro, es normal que te intereses, que de la nada aparezca alguien de tales conocimientos y poderes es intrigante.
- En efecto, nada más llegar esta haciendo cambios que parecen ser para ayudar, pero tiendo a sospechar de una persona así.
Estuvieron hablando durante largo rato, el tiempo que pasaron juntos cuando el hombre se saco sus maestrías, como tuvieron el honor de conocerse.
- Te puedo asegurar Albus que no debes temer nada, este hombre traerá prosperidad al mundo mágico ingles, además, si lo has contratado como profesor te puedo asegurar que tus alumnos se enriquecerán académicamente.
- Si piensas eso, espero que la maldición que hay en el puesto de DCAO no interfiera, a pesar del tiempo no he conseguido averiguar que hizo Lord Voldemort cuando vino a pedir ese puesto y se lo denegué.
- ¿Tienes alguna idea?
- Solo se me ocurre que el foco pueda estar en la cámara de los secretos, pero como no sabemos donde esta no podemos intervenir.
En realidad sabía donde estaba a la perfección, pero eso le servía a Dumbledore para de esa manera mantener a los alumnos con pocos conocimientos, que sobresalieran solo en lo que el quería y cuando el quería. Mantuvieron una conversación tranquila, dos viejos amigos que se encontraban tras mucho tiempo si verse.
En el banco de Gringotts se encontraban Adriano y Severus hablando con el gerente de cuentas Peverell, el profesor de pociones estaba firmando varios documentos por los cuales aceptaba la ayuda financiera y política del profesor de DCAO. Había varios puntos que el hombre debía seguir para que las ayudas se mantuvieran y era lo que se encontraba firmando.
- Esto es lo que usted ha firmado, en primer lugar usted acepta enseñar correctamente y según las normas del consejo mundial de pociones a todos y cada uno de sus alumnos sin importar procedencia sanguínea, la casa en la que estudie o si usted hubiera tenido alguna rivalidad pasada con los padres del alumno.
- Correcto gerente Garruk.
- En segundo lugar parte de los beneficios serán destinado al joven Harold James Potter, debido a que este libro fue escrito en parte con la ayuda de Lady Lilian Potter, tal y como se reflejara en los autores.
- Así es gerente Garruk.
Uno por uno se volvieron a revisar los diez puntos que tenía el documento, Adriano sabía que ahora Snape podría estar resentido a los que fueron sus compañeros de Hogwarts, pero que no pagaría ese dolor con alumnos presentes y futuros. Al cabo de un buen rato Adriano y Severus salieron del banco.
- Bueno Severus, ha sido un placer ayudarte, veo un futuro muy prometedor ante usted, será par mi un gran honor ayudarlo si sigue el camino que se ha propuesto.
- Gracias Adriano, gracias por todo y por ayudarme.
Severus fue a un punto de control donde se apareció de nuevo al castillo, por su lado Adriano decidió que tenía que hacer una visita a su yo más joven, era el momento de ir preparando a Harold Potter para cuando se uniera al colegio de Hogwarts.
Privet Drive número 4 estaba en calma aquel mediodía de verano, los dos jóvenes integrantes de la casa jugaban en el exterior tranquilamente mientras su tía miraba por la ventana como su hijo y su sobrino se divertían. La mujer vio entonces como un hombre adulto se acercaba a casa, no lo conocía y parecía ser un hombre normal, pero algo dentro de ella le decía que no era sí.
- ¿Desea algo señor?
- Estoy buscando a unas personas ¿es usted Petunia Dursley? ¿hermana de Lilian Potter?
- En efecto señor.
- Mi nombre es Adriano Peverell y deseo hablar con usted y luego más tarde si es posible con su sobrino, estando usted presente claramente.
- Adelante por favor, mi marido no esta - la mujer hizo una señal a los muchachos - jugar en una de vuestras habitaciones mientras hablo con este hombre.
Los dos niños subieron corriendo y riéndose aunque miraron con curiosidad a aquel hombre.
- ¿Desea una taza de te?
- No gracias señora, tengo poco tiempo, pero otro día no negare que se la vaya a aceptar.
- Pues dígame de que desea hablar.
- Soy profesor de DCAO en el colegio de Hogwarts ¿se acuerda de un hombre llamado Severus Snape?
- Fue compañero de mi hermana.
- El profesor Snape va a sacar a la venta un libro con varias notas con las que colaboro con su hermana, un tanto por ciento de esas ganancias serían para su sobrino por derechos de autor de su difunta madre, he venido sobre todo para si notaban una subida de dinero en sus ingresos supieran de donde venía.
- ¿Hay algo que deba firmar?
- Tengo varios documentos que debe firmar como tutora del joven Potter.
La mujer así lo hizo, firmo todos y cada uno de los documentos.
- Ahora si es posible me gustaría hablar con Harold.
- Claro profesor - la mujer se acerco a la escalera y llamo a su sobrino - Harry baja por favor.
Al instante corriendo por la escalera bajo el joven con una sonrisa.
- Hola tía Petunia ¿quieres algo de mi?
- Hay alguien que debes conocer - entraron en la cocina - te presento a Adriano Peverell, profesor de DCAO en Hogwarts.
- Un placer conocerlo profesor.
- El placer es mio Harold, he venido para que te vayas preparando para cuando vayas a entrar a Hogwarts, eso claro si quieres ir.
- Claro que quiero ir al colegio de Hogwarts, no solo por conocer donde se conocieron mis padres, sino para aprender sobre magia.
- Lo que debes saber Harold es que debido a la falta de tus padres tendrás varias responsabilidades dentro del mundo mágico, es por eso que te ofrezco darte clases sin ningún tipo de coste para que estés preparado.
- ¿Cuando serían las clases?
- Es por eso que he venido, quiero saber sobre las actividades de Harold para de esa manera organizarnos.
Petunia cogió un par de folios que tenía en la sala de estar donde estaban apuntados los horarios académicos y extracurriculares de Harold y Dudley. Le entrego la hoja de los horarios de Harold. Adriano la reviso durante varios minutos y sonrió.
- Bien Harold, si le parece bien a tu tía, daremos esas clases los sábados por la tarde.
- No hay problema profesor Peverell, estoy segura de que Harold se aplicara en sus clases.
- No tengo ninguna duda, pues si les parece bien, vendré a recoger al joven Potter el sábado dentro de dos semanas para su primera clase, mi idea es que este con otros muchachos del mundo mágico por lo que lo tengo que tener todo organizado.
- No se preocupe, ¿hay algún material que Harold deba llevar?
- Un par de cuadernos y algo para escribir.
Adriano entonces se despidió de Petunia y del joven Harold, cuando salió de la casa no pudo evitar derramar varias lagrimas, ojala en su otra vida las cosas hubieran sido así, solo años más tarde de la batalla final se había reconciliado en verdad con su familia materna. Toda la reunión había sido protegida para evitar que Arabella Figg supiera lo que había pasado e informara a Dumbledore, sabía que la mujer había estado informando sobre la situación de Harold, pero como Adriano había intervenido las cartas y como el director en persona no se había acercado al lugar, tras haber dejado al muchacho, estaba en la inopia.
Los años pasaron con tranquilidad, los cambios que Adriano había introducido en el mundo mágico podían no ser del agrado de todo, pero el hombre era muy popular, leyes de ayuda a los nacidos de muggles y mestizos habían ayudado en gran medida a una parte de la comunidad mágica que a pesar de ser muy numerosa antes apenas tenía poder, los cambios en el colegio ayudaron a que Hogwarts elevara su nivel académico por primera vez en los últimos años a nivel internacional, se modernizo el colegio para que determinadas invenciones muggles funcionaran a pesar de las poderosas salas de la escuela. Ahora todos los alumnos tenían algo tan básico como duchas de agua caliente con reguladores, antes se tenía que calentar el agua con runas que era necesario reformarlas cada cierto tiempo y costaba un dinero que ahora se ahorraría. En cuestión de enseñanza Adriano era uno de los profesores más apreciados, el ahora profesor se había encargado de la maldición de DCAO alterando el foco que se encontraba en el trofeo de Tom Riddle, no destruyo el objeto para que Dumbledore pensara que todo estaba como siempre. Por otro lado las clases de Harold iban a la perfección, al joven se habían unido el heredero Longbottom y el heredero Zabini, estaban también las herederas Greengrass, la heredera Davis junto a las herederas Lovegood y Bones, también había otros pocos jóvenes de familias menores o extranjeras a las que Adriano había ofrecido dar esas clases. El no era el único profesor de ese pequeño grupo de estudio, los diferentes padres o tutores se turnaban para que los muchachos aprendieran desde varios puntos de vista.
También durante ese tiempo Isabella Zabini había conseguido reunir a otras seis mujeres que estuvieron de acuerdo con ellas para volver a recuperar la magia ancestral de Inglaterra, cuando llego el momento de realizar el ritual ya se habían recuperado varias antiguas tradiciones que habían sido abolidas durante las últimas décadas, al principio a pesar de tener la mayoría del Wizengamot mucha gente estaba en contra, eran sobre todo personas espoleadas por las palabras de Dumbledore, pero poco a poco esos grupos se fueron reduciendo cuando se comprobó que los beneficios estaban siendo muy satisfactorios para el mundo mágico, solo pequeños focos estaban aun en contra, pero su número era tan escaso que con que estuvieran vigilados bastaba para mantenerlos a raya. Algunas familias antiguas oscuras intentaron aumentar su poder, pero las nuevas leyes que el DLME había impulsado y gracias a la subida de presupuestos fueron detenidos y obligados a pagar fuertes multas, eso hizo que muchas de esas familias vieran su poder financiero y político mermado. Se invirtió una gran suma de dinero en en hospital de San Mungo en forma de investigación, contratación de personal y modernización del edificio. Todas esas mejoras y cambios aumentaron la popularidad de Adriano en poco tiempo, el hombre se ganaba a la gente con sus medidas, con sus métodos de enseñanza y con su amabilidad, era cierto que muchas mujeres le buscaban de forma seductora pero el hábilmente las rechazaba. Ya tenía siete mujeres a las que complacer como sumo sacerdote de la fertilidad y de momento no quería más.
Esas mujeres que se habían unido a Isabella Zabini eran Amelia Bones, Selene Lovegood, Narcissa Malfoy, Caroline Delacour, Ariana Grindelwald y Regina Greengrass. Cada una de ellas con una historia, cada una de ellas con un motivo.
Selene Lovegood se había unido por dos motivos simples, no solo porque sentía la conexión mágica que tenía el hombre con la tierra, además, le había salvado la vida cuando uno de sus experimentos había estado a punto de costarle la vida, no lo hacía como deuda de vida ya que la familia Lovegood estaba muy conectada con la magia haciendo que vieran las auras de las cosas a niveles que solo gente con mucho entrenamiento era capaz, ahora Adriano entendía de donde venía la forma de ser de Luna en la otra vida, entre la prematura muerte de su madre y haber presenciado aquella muerte le había trastocado, como no había recibido ayuda profesional la muchacha se había refugiado en su mundo de fantasía para escapar del dolor, pero ahora ya no era así y la muchacha crecía sana y fuerte.
Amelia Bones desde el día que había conocido al hombre se había sentido atraída por Lord Peverell por lo que no fue muy difícil convencerla, entre eso y la ayuda que el hombre le había proporcionado en el ministerio estaba segura de que no le importaba tener que compartir a Adriano con otras seis mujeres o las que hicieran falta.
Regina Greengrass, hermana menor de Marcus Greengrass había tenido que huir del país cuando había estado a punto de ser descubierta practicando las artes antiguas cuando estaban prohibidas y no quería arriesgarse, pero tras la anulación de las antiguas leyes regreso, se había escondido en Francia donde había conocido a Caroline Delacour, una mujer veela, matriarca de la familia Delacour y suma sacerdotisa de la fertilidad en aquel país, la cual se había unido al saber que Inglaterra derogaba las leyes, de esa manera los enclaves de Francia e Inglaterra se unieron.
Narcissa Malfoy se unió para intentar escapar y tener libertad, desde la llegada de Adriano Peverell su marido pasaba casi todo el tiempo fuera con sus compañeros de fechorías intentando socavar y recuperar el poder que habían perdido por la llegada de Lord Peverell, además, su hijo Draco lamentablemente se alejaba de ella para acercarse a las ideologías de su padre por lo que decidió unirse a Isabella, aparte de los motivos anteriores quería estar cerca de alguien tan insigne, como nacida Black se le había enseñado sobre la nobleza de del mundo mágico ingles y el apellido Peverell de siempre se había relacionado con el poder.
Ariana Grindelwald había sido toda una sorpresa, no sabía que Gellert Grindelwald hubiera tenido descendencia y que Isabella viniera con la sobrina-nieta del que había sido rival de Dumbledore era toda una sorpresa, por lo visto ni Albus ni Gellert sabían de la existencia de la muchacha, el hermano del mago oscuro había ocultado y había cambiado el apellido a su familia para evitar las represalias. Era la más joven de las siete mujeres pero era la que tenía más potencial ya que en Alemania donde ella vivía era no solo suma sacerdotisa de la fertilidad, sino que tenía los títulos de maestra de encantamientos y transformaciones. Bajo el apellido Brander se había trasladado a Inglaterra donde la mujer sería le encargada de dar clases a los alumnos de 1º a 4º en transformaciones en el colegio de Hogwarts.
El ritual tuvo lugar en los exteriores de la mansión Peverell, en un enclave conectado mágicamente a Stonehenge, una de las zonas de poder mágicas más grande del mundo entero. Esa conexión hizo que el ritual fuera el más poderoso de los últimos siglos, además, al haber siete mujeres el ritual sería inmenso, el número siete era el más poderoso dentro del mundo mágico y eso hizo que cuando se completara el ritual no solo la magia de Adriano aumentara, sino la magia de las siete mujeres lo hiciera, pero además de la magia se noto que las mujeres sufrieron ligeros cambios físicos haciéndolas más atractivas y seductoras tanto a los ojos de las mujeres como de los hombres. El ritual consistió en tener que practicar sexo con cada una de las siete mujeres en un orden determinado, siendo las sumas sacerdotisas las últimas para de esa manera ver si Adriano era capaz de satisfacerlas a todas, se comprobó que no hubiera hechizos o pociones en su organismo para no aumentar el rendimiento y que todo fuera legal ante los espíritus que bendecían el ritual.
El ritual fue un éxito, además de los beneficios que las mujeres recibieron, Adriano no fue nombrado sumo sacerdote no solo de Inglaterra, sino sumo sacerdote tanto en Francia como de Alemania. Eso haría que sus aliados fueran aun mayores, además, Francia y Alemania eran dos países con comunidades mágicas no tan extensas como la de Inglaterra, pero eran muy importantes a nivel internacional por lo que sería tener esas conexiones. Todo parecía ir a favor de Adriano, pero debía ser cauteloso, no quería que un exceso de confianza le perjudicara.
En los bosques de Albania una sombra sobrevivía a base de poseer a los animales de la zona, esa sombra era Lord Voldemort o más bien lo poco que quedaba del mago oscuro tras haber atacado a la familia Potter, cuando escapo había esperado que alguno de sus súbditos acudiera en su búsqueda, pero ninguno de los que habían quedado libres lo había hecho, pero no se preocupo, era inmortal gracias a sus horrocruxes por lo que tenía el tiempo que fuera necesario para regresar, castigar a los que no le habían buscado, pero sobre todo limpiar el mundo mágico de muggles y mestizos para continuar la labor de su antepasado Salazar Slytherin y por segundo acabar con Harry Potter, el maldito mocoso que estaba predestinado a acabar con él según la profecía. Pero no lo permitiría, el sería el vencedor, el se convertiría en el mago mas grande del mundo mágico y sería ovacionado por haber limpiado y esclavizado a aquellos que no eran dignos de poseer magia.
Dentro de poco podría tener una guerra en el mundo mágico, una guerra que de darse costaría la vida a cientos de personas y de extenderse demasiado haría que el mundo muggle tuviera que intervenir, era lo que quería prevenir Adriano Peverell al haber viajado en el tiempo, que por la codicia de unas pocas personas tuviera que sufrir una gran comunidad, por esos motivos y para que aquellos que en su otra vida le habían engañado triunfara había decidido alterar el mismo tiempo.
Hasta aquí el primer capítulo. Tengo pensado que sea la primera historia de una serie de historias en las que Harry viajara por el multiverso, tengo pensado que aparezca en tramas de varias series de televisión, cambie escenas de películas, etc. Pero aun no es seguro ya que quiero ver como se desarrolla la historia y la aceptación que tiene. Como muchas veces he dicho en mis otras historias si tienen alguna duda o pregunta escriban a mi correo electrónico o directamente a Jaimol en fanfiction, estaré gustoso de contestarlas. Si no pudiera escribir antes del inicio del nuevo año ya quiero desear a todos una feliz navidad y un prospero año nuevo.