*Quisiera, pero Orgullo y Prejuicio no es mio, Pertenece a la gran Jane Austen*
Yorkshire
Julio 1810
En la casa perteneciente a un afluente comerciante muy para el pesar de un miembro de la casa, el miembro mayor de la familia, la tía abuela del respetado señor Bingley, el último de esa familia dedicado abiertamente al comercio se debatía si informarle al hermano y jefe de la familia en este momento de la actitud demostrada por la más joven de sus hermanas, siendo soltera la corrección de su carácter había sido dejado en sus manos, pero hoy más que nunca quedaba claro que tal vez esa era una tarea que le quedaba grande al joven, ella siempre había mostrado su reticencia a que las niñas fueran educadas fuera de casa, ella era de la idea de que una jovencita debía ser educada en el seno familiar, ¿que podía enseñarles un extraño después de todo? y veía la actitud de Caroline Bingley como la prueba de que ella tenía la razón, pero si esperaba por una respuesta esta tal vez no sería la que ella quería, no en este caso era mejor tomar acción y solo informarle a Charles que ella esperaba su cooperación en lo que ella iba a a hacer si no se arriesgaba a que el trabajo de generaciones de Bingleys se fueran por tierra si Caroline lograba regresar a Londres, solo quedaba en Charles dar el paso siguiente en el avance familiar, ella solo esperaba que fuera el paso correcto.
En otra habitación de la casa se encontraba la que, en su mente, era el miembro más refinado de dicha familia, expresando su descontento con las noticias dadas por vía de una carta de su hermano, en ella él tenía el descaro de notificarle que no solo había cumplido con el sueño de su padre escogiendo un estado en el campo, sino que lo había hecho sin consultar con ella, quien sabía que su hermano habría escogido la comarca menos refinada en existencia, llena de pueblerinos sin la mas minima sofisticación sin ningun personaje de abolengo con el que valiera la pena codearse, seguramente nada en las cercanías del estado del que ella estaba destinada ser señora, no el tenía es descaro de informarle que su opinión no importaba y que ella no sería recibida porque él dedicaría todo un año para entender el manejo de un estado, no lo más ridículo era que su hermano tenía el descaro de informarle que su amigo, y su futuro esposo, Fitzwilliam Darcy se había casado, no eso no podía ser, no lo creería ni aún viéndolo, no ella tenía que dar con ese estado, tomar a su hermano de la oreja y él tenía que llevarla con su esposo, si eso tenía que hacer, ella iría allí y, bueno tal vez después de desquitar su enos lo con esas garras que la tía abuela consideraba cortinas.
Dicha tía había ordenado a una doncella retirar todos los vestidos finos de la sobrina, sus joyas y cristalería, dejarían en la habitación solo un par de cambios sencillos y empezaria la reeducación de una Caroline Bingley.
Hertfordshire
Longbourn
Agosto 1810
En esta casa también se estaba desarrollando una escena por muchos de ellos esperada, ya que la señora de la casa se encontraba en ese momento reprochando a su hermano varias cosas pero sobre todo que regresara a sus hijas de Londres sin siquiera haberlas comprometido.
Ya te he dicho que ellas serán quienes escojan a sus parejas, aún son jóvenes y tienen mucho tiempo para escoger.
Pero yo no quiero que esperen, que no te das cuenta que tan pronto una de ellas se case yo puedo salir de este encierro, yo me case con un terrateniente esperando ser quien dirigiera la sociedad local, solo para que esa malagradecida y engreída niña decidiera cada uno de mis gasto, no más, llevalas de vuelta a londres y búscales marido. Así yo me puedo ir a vivir con una de ellas, pero eso si, mi Jane no se casará con nadie que no sea al meno un conde, o mejor aún un duque
Y quien dijo que si me caso con un duque seas bien venida en mi hogar ¿Tú deberás crees que cuando me case dejare que tú dirijas mi hogar?
La señora Benett que hasta este momento esperaba que tan pronto su querida Jane no se encontraba bajo la influencia de Elizabeth, ella sería quien la aconsejara en todo, la belleza de su hija, que ella no se cansaba de decir la había obtenido de ella, y la ventaja de poder visitar Londres y las sospecha de que su hermano había guardado dinero para una dote, sería suficiente para garantizarle una mejor oportunidad de matrimonio, ella estaba segura, solo era cuestión de sacarla de la influencia de su segunda hija.
A propósito ,¿No vas a preguntar dónde está tu segunda y más querida hija, Mama?
¡Hola!
A todos quienes me han tenido paciencia espero que les guste este capitulo, voy a ser honesta hace tanto que no escribo, ya saben como puede ser la vida con la y con la contingencia sanitaria y todo, afortunadamente aunque varios en la familia nos contagiamos no sufrimos pérdidas, y ya estamos en camino de recuperación, solo puedo decirles a todos gracias por su paciencia y espero que el próximo capítulo no tarde tanto, mientras tanto sigan cuidándose, y por favor dejen un comentario, tal vez no pueda contestar todos pero todos los leo, y saben que son lo que anima a un escritor a continuar, a todos los que siguen mi historia, nuevamente muchas gracias.
Atte:
Airam