Harry Potter no es de mi propiedad, es de J.K. Rowling.

El crédito de la imagen no es mío.

Nota: Este fic participa en el reto #14: "Amortentia al azar" del foro Hogwarts a través de los años.

Nota 2: Este fic fue producido gracias a la valiosa ayuda de mi amada Amai Star of Darkness. Gracias Jho, te quiero, me las vería muy difícil sin tu valiosa ayuda. Casi eres mi beta, sólo me falta pedírtelo.

Advertencias: Contiene Slash / Yaoi / BL / relación Hombre x Hombre, es un AU, en este fic Severus Snape es un Hado Oscuro. Mala ortografía y gramática.


[CAPITULO DOS|ORQUÍDEA]

Alicia no dudo en saltar a un hoyo oscuro por seguir al conejo blanco. James no dudaría en seguir a su hada, incluso si la tierra bajo sus pies desapareciera.

El jardín era basto, y se extendía aún entre los árboles. Que bañados bajo el sol del atardecer resplandecían en dorado. Un par de arboles juntaban sus ramas, en un hermoso arco. Sus raíces uniéndose bajo la tierra como uno solo. Rodeado de flores silvestres y un efecto de ensueño, brillantes reflejos dorados asaltando la imagen. La grácil figura de Severus caminó adentrándose a la imagen, sin destruir la armonía. En cambio parecía traer un toque mágico a ella. Con alas vibrando, cruzó la puerta en el bosque.

Asombrado James, observo como Severus camino entre los dos árboles y un brillo dorado le absorbió, desapareciendo frente a sus ojos. Una ráfaga de viento, proveniente del portal recién descubierto, trajo a él el delicado aroma de las orquídeas. Entre pétalos de rosa y hojas doradas. Era claro que el mundo del otro lado era algo que ningún humano podría imaginar.

Sin temor corrió tras esa delicada fragancia. Con un brillo dorado el mundo a su alrededor dejo de existir. Retozo lleno de felicidad, al ver tan amplio campo, un jardín lleno de flores. Quienes hablaban entre ellas y cantaban sus pensamientos. Árboles bailando en su regocijo, ya que el hijo del rey, el amado príncipe, estaba de nuevo entre ellos. Diviso entre la algarabía y destellos de magia a su hado, entre las flores colgantes. Camino hacía él, sus cuatros patas en sincronía.

Su delicada figura cubierta por una bata oscura de tela traslucida, dejando en su estela una embriagante oscuridad. Pero que cubría perfectamente cada pedazo de piel, sin dejar de quitar sensualidad a su figura. Su dulce voz se coló en sus divagaciones, ahora no creía poder superar este enamoramiento. Ese hermoso hado, cantaba en un tono alto y dulce junto a las orquídeas y rosas, los anturios y belenes dando los graves. Severus sin problemas, se adapto a la voz de los anturios dando nota graves, como el chocolate amargo, como una oscura promesa susurrada al oído, era una voz excepcional, que embriagaba a James. El hado cantaba alegre en respuesta a la alegría por su presencia, mientras caminaba a un destino previsto.

La curiosidad que guio a Alicia a entrar a una oscuridad sin fin, es la misma que me guía a mi a seguir un camino sin fin. La curiosidad era la fuerza para seguir, debía encontrar al conejo blanco. La expectación y anhelo es la fuerza que me guía. Debo encontrar el complemento de mi alma. Pues solo falta una pieza en este rompecabezas...