ACLARACIONES:

Los diálogos están con - y se cierran también con -

Los pensamientos están con "" y en cursiva.

Los cambios de escena se verán con….*******…

Si no se ven ninguno de estos signos y aun así continua, es solo la narración de los hechos.

DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

La trama se centrara casi al final de, el anime INUYASHA, cuando kagome es llevada por el meido hacia el interior de la perla e inuyasha va en busca de ella, desde ahí ambientare la historia a mi gusto. GRACIAS POR LEER.

********AMANE2306********

LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 1

-Dime miko ¿cuál es tu deseo? –Pregunto la perla, Kagome estaba asustada y desesperada, no toleraba estar en esa oscuridad sola, sus amigos no se encontraban en ningún lado y la perla parecía presionarla cada vez más a que pida un deseo, sabía que no debía confiar en ella, era engañosa y aunque su temor la incitaba a pedir salir de esa oscuridad, sabía que no debía decir nada hasta no estar segura de lo que eso desembocaría.

-No quiero pedir nada ¡deja de preguntar! –Pidió ella desesperada, la voz corrupta de la perla resonaba en sus oídos torturándola, no sabía cuánto tiempo soportaría todo eso.

-¡Tú también debes pedirme un deseo! ¡Si no nunca saldrás de aquí! –Sentencio la perla, asustándola hasta hacerla temblar. "no quiero morir aquí" "Inuyasha"

-¿A qué te refieres con que yo también? –Pregunto nerviosa, pero la perla parecía ya no querer hablar.

En ese momento escucho la voz de Inuyasha que la llamaba desesperado, volteo a todas partes buscando el origen de la voz pero no lo veía en ninguna parte, hasta que sintió una presencia tras de sí, sabía que era él, fijo su mirada llorosa y lo vio justo al lado, estaba preocupado, se abrazo a él sin perder tiempo y sin que ella lo hubiera imaginado sintió los labios de Inuyaha rozando los suyos en un beso suave.

En el momento en el que deshicieron el beso, ella se armo de valor y decidió pedir su deseo final. –Voy a pedir mi deseo. –Dijo segura de sí misma. – ¡Quiero que te destruyas! ¡Para siempre! –Afirmo, y la perla empezó a resquebrajarse en mil pedazos y exploto, desapareciendo e iluminando toda la oscuridad, Inuyasha tomo con más fuerza la mano de Kagome al sentir el fuerte resplandor de poder que causo la perla, pero cuando la vio a su lado está también resplandecía intensamente.

-Kagome ¡¿qué ocurre?! –Pregunto temeroso, pero ya no sentía su mano, era como si se desvaneciera en el aire.

-Inu…yasha… –La voz de ella apenas podía salir de su garganta, tenía miedo y estaba agitada, la respiración le fallaba y sentía una fuerte opresión en el pecho. De pronto la luz se intensifico y se dejo ver como varias luces salían del cuerpo de Kagome desplegándose y perdiéndose en el vacío y luego todo quedo en blanco, no se podía ver nada.

*************************…

En una aldea pequeña, se encontraban unos pobladores muy asustados por los raros acontecimientos que se habían venido suscitando.

-¿Dígame para que he sido requerido en esta aldea? –Preguntaba un monje anciano.

-Lamentamos haberlo hecho venir su excelencia Kaoru-sama. –Decían los ancianos de la aldea. –Lo que pasa es que desde hace unos días, hay un extraño resplandor que rodea una cueva cercana a la aldea, y desde que empezó eso ha habido constantes temblores, que nos dejan sinceramente muy asustados, y lo que más nerviosos nos tiene es que cuando intentamos acercarnos, una barrera extraña nos repele.

-Ya entiendo. Podría ser la guarida de un demonio, llévenme a ver la cueva. –Pedía el monje mientras era guiado hacia el lugar.

-Puedo sentir una gigantesca energía emanar de la cueva. –Decía con gran asombro el monje.

-¡¿Es una energía demoniaca?! –Preguntaban con miedo los ancianos.

-No. Se trata de una energía espiritual, eso es lo que me asombra más, la energía es inmensa, nunca había sentido nada como esto –Contestaba el monje, tratando de acercarse a la cueva y siendo repelido por el campo de protección.

-Es extraño, la cueva no debería repeler a otros que posean energía espiritual, pero esta repele a todos por igual –Decía sin quitar la cara de sorpresa que tenia.

-¡¿Entonces cree que pase algo malo!? –Preguntaban temerosos.

-La energía espiritual, no podrá hacerles ningún daño, porque son seres humanos, pero de lo que puedo estar seguro es que algo asombroso está por venir cuando el ser que reside adentro salga. –Decía el monje con seriedad. Todos se asustaron mucho más al oír las palabras del monje.

-No se preocupen, no creo que lo que reside aquí los dañe, pero vengan a presentar sus respetos siempre que puedan. –Finalizaba el monje, para luego ser despachado por los aldeanos que se quedaron más tranquilos con sus consejos, y eso hicieron, traían ofrendas y siempre venían a orar y dar sus respetos.

Con el pasar del tiempo el rumor sobre la presencia espiritual no tardo en expandirse, decían que era la energía espiritual más intensa que se haya sentido incluso más de lo que se había podido sentir cuando la Gran Miko Midoriko aun vivía, los aldeanos sin falta presentaban sus respetos y muchos viajeros emprendían viajes lejanos solo para llegar a esa aldea a recibir los buenos augurios de esta, incluso un campo de energía cubría la aldea, que los protegía de todos los seres malignos con malas intenciones que desearan irrumpir; pero lo más extraño del campo de fuerza es que se les permitía el paso a algunos seres sobrenaturales y hanyous que venían sin la intención de provocar ningún daño; al principio los aldeanos se alarmaron ante esto, pero con el tiempo se fueron acostumbrando, convirtiéndose así la aldea en un refugio tanto para humanos, como para demonios y hanyous sin intenciones oscuras; y en honor al ser espiritual cambiaron el nombre de la aldea a la aldea Shin.

Todos los habitantes, empezaron a narrar leyendas acerca de lo que creían que habitaba en ese lugar sagrado, y terminaron por creer que aquel ser, era el espíritu de un santo de gran corazón que vino a salvarlos, por el sufrimiento y las constantes guerras que habían pasado. Es por ese hecho que en sus rezos lo llamaban Shin que significaba corazón.

Así transcurrieron los años de manera tranquila, hasta que la calma se acabo cuando una horda de centenares de youkais se dispuso ingresar de manera brusca al campo de fuerza, los aldeanos veían con temor como los youkais y monstruos se acercaban, todos empezaron a entrar en pánico resguardándose en sus cabañas, y otros no cabían del shock y solo estaban rígidos esperando el momento en que llegaran, pero ni bien estos hacían conexión con el campo se purificaban al instante, aun así seguían insistiendo en el ataque, tanto que por la potencia con la que intentaban romper la barrera la tierra temblaba con brusquedad, pasaron horas hasta que el ataque cesara ante la vista temerosa de los pobladores, que veían con alivio como la barrera había resistido tanto. El respeto que tenían hacia la santidad Shin creció en gran magnitud, haciendo que todos preparen una ceremonia y un altar ante la gran cueva, pero grande fue su sorpresa al presenciar a la persona que salía dentro de ella.

.********************…..

Abrió sus ojos pesadamente, todo estaba oscuro, pensó en levantarse rápidamente pero su cuerpo no le respondía como quería, era como si estuviera completamente entumido, hizo más esfuerzo logrando al fin moverse, trato de enfocar mejor la vista para ver el lugar en donde se encontraba. "¿Porque esta tan oscuro aquí?" Se sentía extraña, toco su garganta al sentir que la voz a penas y le salía. La vista empezó a mejorar al ver el pequeño brillo que se vislumbraba desde arriba, vio el lugar con más claridad y no pudo evitar alarmarse al encontrarse en una gran cueva oscura –¿Que hago en este lugar? –Se pregunto nuevamente en voz alta, tratando de aclararse la voz que aun le salía de forma extraña, pero cuando poso sus ojos en sus manos fue cuando se llevo la mayor de las sorpresas. Se levanto rápidamente observando su pequeño cuerpo. –¿Que me paso? –Se pregunto asustada, queriendo entrar en un ataque de pánico por verse a sí misma de esa forma, mientras se removía inquieta tocando su cuerpo para asegurarse a sí misma de que era ella tropezó con algo y cayo de bruces al suelo, vio entonces la luz a lo lejos y queriendo ir en esa dirección tomo su carcaf con flechas que había sido el culpable de su caída y levanto el arco que se encontraba mas allá, o más bien lo arrastro al ser este muy grande para ella.

Al salir de la cueva por un momento la luz del día la encegueció, pero fue recuperando la visión, y se quedo estática al ver a todos esos aldeanos que la veían con cara de sorpresa, no sabía qué hacer en ese momento, hasta que vio como los aldeanos le daban una reverencia solemne, no supo cómo comportarse en ese instante, pero tampoco tuvo mucho tiempo para pensarlo ya que sintió que las visión le fallaba y perdió la conciencia.

…..****************…..

Pudo escuchar lo que parecían ser varios murmullos y susurros de lo que supuso serian muchas personas, abrió los ojos muy despacio y vio a diez personas hablar con rostros preocupados, hasta que notaron que ella había despertado, y después de una muy cortes reverencia la miraron fijamente.

Ella entendió que algo extraño estaba pasando, se levanto aun sintiéndose diferente y miro a las personas sentadas a dos metros de ella. –¿Como llegue aquí? –Pregunto ella.

Aquellas personas la miraron confundidos, hasta que el hombre de más edad entre ellos decidió hablar. –Eso mismo deseábamos preguntarle a usted Shin-sama. –Contesto él anciano que tenía un porte de seriedad bastante imponente.

-¿Shin-sama? –Pregunto ella desconcertada.

-Ese es el nombre que le pusimos a la santidad guardiana de la aldea, pero nunca nos imaginaríamos que fuera una mujer y menos aun que fuera una niña tan pequeña. –Respondió con lo que parecía ser una mueca de fastidio.

-¿Se refiere a que ustedes creían que yo era una santidad guardiana? –Pregunta tratando de entender por completo lo que decía aquel hombre que la estaba empezando a irritar con su escrutinio y mirada de desprecio.

Otro de los hombres intervino, uno que tenía una mirada más respetuosa. –Nuestra aldea era una muy pobre y victima de cientos de ataques de youkais casi todos los días, por ser uno de los puntos neutrales y fronterizos entre las tierras del oeste y las del este. Pero un día un campo de protección apareció en la cueva que se encuentra en el lado norte, fue algo extraño para nosotros, pensamos que era obra de un youkai ya que nos repelía incluso a nosotros que éramos seres humanos, luego nos enteramos que era energía espiritual, comenzamos a venerar al guardián que vivía adentro y poco tiempo después una enorme kekai se levanto en toda la aldea protegiéndonos de los youkais que querían invadirnos, pero al mismo tiempo esa kekai deja pasar a hanyous y seres sobrenaturales sin malas intenciones, estuvimos asustados, pero conforme paso el tiempo se hizo costumbre. –Cuenta el hombre, que poco a poco cambio su tono a uno de admiración.

-¡Pero ya sabemos que usted no puede ser un guardián santo! –Dijo el anciano que la miraba con cierto desprecio, ganándose la atención de todos los que la miraban con recelo.

-Tienen razón. –Contesta ella molesta con todos aquellos que la veían de esa forma odiosa. –¡Yo no soy un guardián! ¡Ni menos una santa! ¡Y mi nombre no es Shin! ¡Mi nombre es Kagome! "¡Haberse visto! ¡Semejante descortecia!"–Responde ella con tanta seguridad que asombro a muchos de los que estaban ahí. –Y si me disculpan, tengo mis propios asuntos que atender ¡Gracias por su hospitalidad! –Dijo lo último con algo de ironía, para levantarse dispuesta a irse. Hasta que sintió como todos los demás se levantaban como impidiendo su paso.

-¿Qué ocurre? –Pregunto ella molesta al ver que no querían dejarla pasar.

-No puede irse de aquí cuando usted quiera, si la dejamos salir usted será un peligro. –Respondió el mayor de los ancianos.

-¡Yo me voy cuando yo quiera! ustedes no tienen ningún derecho a retenerme aquí, además ¡yo nunca lastimaría a nadie! –Contesto Kagome, caminando en dirección a la salida.

La mayoría de los hombres no se atrevieron a tratar de retenerla, algunos por respeto, otros por miedo, pero el mayor de todos la detuvo sin pensarlo, sosteniéndola entre sus brazos mientras ella empezaba a removerse tratando de zafarse, pero era muy pequeña para ello.

A pesar de las quejas y los gritos que ella les daba a aquellos hombres, aquel hombre tosco al que llamaban Takeshi la llevo hasta una habitación cerrada con apenas una pequeña ventana a lo alto.

-¡ABRAN LA PUERTA AHORA! –Grito ella molesta por todo lo que le estaba ocurriendo. –¡Como puede ser posible que todo esto me este pasando! Me veo como un niña pequeña, Inuyasha desapareció, no sé cómo llegue a este aldea, y no sé porque… ¡PORQUE MALTRATAN A UNA NIÑA TAN PEQUEÑA COMO YO! –Dijo lo último con la ira queriendo salir de su pequeño cuerpo.

No supo cuanto tiempo estuvo esperando ahí, su garganta ya no daba, había gritado cientos de maldiciones y nadie venia en su ayuda, incluso grito decenas de "Abajo" esperando escuchar el retumbe de la tierra ansiando que Inuyasha la estuviera buscando. Escucho que la puerta al fin se abría con la esperanza de que sus amigos o Inuyasha la hayan encontrado pero solo vio entrar a una mujer anciana.

La mayor se acerco con un cuenco de lo que parecía un guiso y otro con arroz, a Kagome se le hizo agua la boca y antes de que siquiera la mujer le dijera que puede comer, ella tomo los alimentos para comer de forma desesperada, como si no hubiera comido hacia años.

-Le traje agua para lavarla y ropa nueva. –Le indica la mayor al ver que Kagome ya casi había acabado su comida.

-Muchas gracias señora. –Le sonrió Kagome dejando al lado los platos de comida ya vacios, observando el recipiente de agua, viendo su reflejo en este, se miro detenidamente, toco su rostro con cuidado como si de otra persona se tratara, era ella misma solo que parecía que hubiera vuelto a la época en la que tenía ocho años, aunque con algunos cambios que pareció descolocarla, una piel más clara y pálida, sus labios rosados como si se hubiera propuesto pintárselos, el iris de sus ojos chocolate con motas rosas y su largo cabello azabache con mechones rosa por lo bajo. –¿Que me paso? –Pregunto para sí misma olvidándose de que no estaba sola.

-Usted parece una pequeña diosa. –Dijo la mujer llamando la atención de Kagome. –Bueno es claro que no es una diosa, pero es tan hermosa que muchas de las personas creen que lo es. –Dijo la mayor sonriéndole dulcemente.

El jefe de la aldea Takeshi, había ordenado que se tenga sumo cuidado con la pequeña pero ella no podía ver a Kagome con desconfianza, pues era una niña muy hermosa y no parecía querer hacerle daño a nadie, es mas muchos pensaban como ella, por eso afuera de la pequeña cabaña en donde la habían encerrado habían algunos aldeanos que oraban en agradecimiento a los años de protección que les había brindado la pequeña.

…..***********…

-¡Esa niña es un peligro! ¡No sabemos en qué momento se pueda poner en nuestra contra! –Decía Takeshi al consejo de la aldea.

-Pero ella nos protegió con su kekai, además el monje Kaoru-san uno de los más sabios y poderosos, dijo que lo que emanaba de ella era energía espiritual. –Comento otro de los ancianos del consejo que no veía con malos ojos a Kagome.

-Es cierto que nos protegió ¡Pero eso fue mientras se encontraba inconsciente! ¡Ahora que esta despierta no sabemos si con una rabieta pueda matarnos a todos! ¡Todos de seguro sospechan que si esa niña se molesta con nosotros podría destruirnos a todos! –Dijo iracundo, tratando de convencer a los del consejo de que Kagome era una amenaza.

La mayoría asintió dándole la razón al mayor y líder de todos. El que se encargaba de la defensa de Kagome hablo nuevamente. –¿Entonces que planea hacer con la niña? ¿Cuál es su plan para mantenerla al margen? ¿Debemos desterrarla de aquí, para protegernos?

El hombre sonrió de lado con una mirada calculadora. –No podemos dejar que salga de la aldea, primero porque muchos ansiaran quitarle su poder, y segundo esa niña con su presencia aquí está levantando la kekai que protege nuestra aldea.

-¿Entonces porque nos está tratando de convencer de que la niña es un peligro si su plan es que ella se quede aquí mismo? –Pregunta nuevamente el otro anciano.

-La idea es esta. –Dijo levemente entusiasmado –Mandaremos a traer a varias sacerdotisas para que sean las guardianas de la niña y para que la mantengan al margen, así la niña no será un peligro para nadie, y al mismo tiempo nos protegerá. –Sonrió satisfecho con su propio plan, todos aceptaron ante la idea a excepción de él anciano que defendió primero a Kagome.

….***********…

-Se ve adorable. –Sonrió la anciana al ver a Kagome con un pequeño kimono rosado con flores de loto en él.

Kagome sonrió ante la amabilidad de la anciana, pero su mirada se torno preocupada nuevamente al ver su camisa de la escuela a un lado, que hasta hace minutos traía puesta casi colgando al ser esta mas grande para su cuerpo que parecía haberse hecho pequeño por arte de magia, pensó que todo podría ser obra de la perla, pero quiso negarlo para sí misma, ya que ella vio cuando la perla desapareció. No encontraba respuesta a nada, y eso la estaba inquietando, se sentía sola y abandonada.

-¿Kagome-sama? –Pregunto la mujer, al ya saber su nombre.

Kagome la miro a los ojos fijamente y las lagrimas comenzaron a salir sin que pudiera evitarlo, se sentía perdida, sus amigos habían desaparecido, y algo le había pasado a su cuerpo que no podía explicar. La mujer la miro sorprendida y no pudo evitar alejarse temerosa.

Kagome vio como la mujer que se había portado tan bien se marchaba temerosa de ahí dejándola nuevamente sola, se observo a ella misma y vio una luz extraña salir de su cuerpo, ella se asusto más que nadie retrocediendo y cayendo de espaldas sin saber cómo dejar de brillar de esa forma, sus sentimientos y emociones estaban alterados, y mientras más confundida se sentía más brillaba intensamente causando una conmoción fuera de la cabaña donde se encontraba, las personas huían despavoridas al creer que algo malo se acercaba. Kagome cerró los ojos asustada y se cubrió los oídos esperando no escuchar los gritos, así fue que las cosas se empezaron a tranquilizar, su cuerpo dejo de emitir ese extraño brillo que ella ya sospechaba que era, pero no podía admitirlo, no quería, pero la idea retumbo en su mente. "¿Mi cuerpo otra vez es el recipiente de la perla?"

…..*************….

Habían pasado varios días, Kagome no estaba segura de cuantos exactamente, solo sabía que la mujer que al principio la había tratado bien, ahora la atendía con más cuidado, casi nunca la miraba, y había una mezcla de respeto y temor en su voz, ella ya se había resignado a que las cosas resultaran así, hasta que alguien más entro en esa habitación haciendo que se ponga a la defensiva prácticamente al instante. –¿Tu porque estás aquí? –Pregunto alertada y con desconfianza ante la mujer que la veía con seriedad.

-Mi nombre es Tsubaki y soy la sacerdotisa que se encargara de cuidarte y enseñarte. –Dijo la mujer para sorpresa de Kagome.

-¿¡A que te refieres con protegerme!? ¡Tú eres una miko malvada! –Contesto Kagome aun recordando cuando ella le lanzo esa maldición que casi la mata.

-¿Miko malvada? –Pregunto con un tono de burla. –Yo soy una Miko sagrada, como puedes decir eso. –Dijo la mujer con tono burlesco. –Yo soy la única que te ayudara, es tu decisión quedarte aquí en esta habitación oscura o seguirme para que te ayude a controlar tus poderes. –Dijo saliendo de la habitación dejando la puerta abierta.

Kagome lo pensó por unos minutos, era cierto que no quería quedarse en ese lugar más tiempo, ya estaba cansada y no era lo suyo quedarse quieta, además Tsubaki no parecía reconocerla y tampoco se veía rodeada de un aura maligna es mas su apariencia era un poco diferente a la Tsubaki que conoció, ya que esta tenía el cabello negro y no blanco como la anterior. "¿Pero porque Tsubaki seguía viva?"

Salió afuera, y vio como Tsubaki la esperaba de pie, le sonrió arrogantemente y con la mirada le indico que la siguiera, eso hizo Kagome pero nunca bajo la guardia, las personas de la aldea la miraron con algo de desconfianza para su mal humor. –¡Hay pero que me miran! ¡Como si nunca hubieran visto una niña! –Dijo ella para luego suspirar al recordar que no parecía una niña normal.

Fue llevada hasta un enorme templo, vio a varias Mikos cuidando la entrada, parecían ser muy jóvenes, tal vez aprendices, se veían nerviosas. Ingreso al santuario y vio como casi estaba completamente vacío, había una mesa en una esquina, un pequeño cojín en medio del salón, la habitación estaba rodeada de pergaminos y sellos, eso la hizo arquear una ceja con molestia, tenía la impresión de que no le agradaría lo que pasaría a continuación.

-Este será tu nuevo hogar, y aquí aprenderás muchas cosas. –Dijo al fin Tsubaki.

Kagome la miro aun sin entender. –¿Dices que me quedare aquí encerrada a vivir? ¿Por cuánto tiempo?

-Por toda tu vida. –Dijo Tsubaki dejando a Kagome helada.

….*********…

Seshomaru caminaba pensativo por los pasillos del palacio, la guerra entre los puntos cardinales había terminado hacia algunas décadas, pero parecían haber ciertos avistamientos de energía demoniaca en la frontera las últimas semanas y entre ellas pudo sentir la clara presencia de el Lord Ryukuroi del Este, su antiguo enemigo y rival en cuanto a poderío, suponía que el acuerdo de paz de hacia cincuenta años podría quebrantarse en cualquier momento, pero no entendía la lógica de hacerlo en ese momento en el que el Oeste pasaba su mejor época y claramente podría vencer a cualquier que insinuara siquiera una guerra.

-Amo, lo he estado buscando con urgencia. –Le interrumpe el pequeño demonio kappa, que había sido su compañero de viajes en su época de rebeldía contra su padre ante la indignación que precedió del nacimiento del mestizo y que ahora que había tomado el puesto de Lord del Oeste se encargaba casi siempre de la organización del personal del castillo.

-Que quieres Jaken –Exigió Sesshomaru amedrentando a Jaken como casi siempre.

-Lo que sucede amo, es que se ha presentado en el palacio el Lord del Este, y desea verlo. –Jaken temblaba como una hoja al viento, sabía muy bien que su amo detestaba de sobremanera al actual Lord del Este y la mirada que le dedico su señor no hizo más que confirmar que se desquitaría con el luego.

-¿Amo? ¿Qu…que hago con el Lord del Este? –Pregunto Jaken nervioso al ver como Seshomaru no le daba contestación y solo se marchaba.

Sesshomaru desvió su caminata rutinaria por el castillo y se encamino hacia donde sentía la presencia de su indeseado invitado, pensando que si su presencia ahí era para fomentar a una nueva guerra no se la negaría, después de todo el se lo había buscado al pisar de incognito la frontera del Oeste hacia un par de semanas.

-A que debo la presencia del Lord del Este en mis tierras, y además sin previo aviso. –El tono de Sesshomaru era frio aunque cortes.

-Pero miren a quien tenemos aquí ¡Lord Sesshomaru! ¿Tú nunca cambiaras tu forma tan cálida de tratar a las personas no es así? –Decía con ligera burla el Lord del este.

-Dime que te trae aquí, Lord Ryukuroi –Sabia que debía ser un asunto serio aunque la sonrisa estúpida del Lord Dragón parecía decir todo lo contrario.

-Que directo, eres Sesshomaru ¡Porque no puedes ser tan cordial como tu padre! –Ante eso, Sesshomaru hizo una mueca de molestia que le divirtió al Lord del Este.

–Bueno, básicamente lo que quiero es tu permiso, para llevarme a mis tierras a alguien de tus tierras, ves como respeto los acuerdos entre nuestras tierras… Ves… –Decía con un tono burlesco.

La molestia de Sesshomaru se hizo evidente, el Lord dragón se atrevía de burlarse de él en su propio castillo, no pudo evitar mostrarle los colmillos como muestra de hostilidad. –Cálmate… cálmate. –Se rió el Lord del este. –No vine a incentivar nuevamente a una guerra.

-Que te propones. –Exigió saber Sesshomaru. –¿Piensas acaso en cortejar a alguien de mis tierras? ¿Es que no tienes suficientes hembras en las tuyas? –No sabía a lo que se refería el Lord del este y eso lo llenaba de ira pero además la curiosidad empezó a embargarlo.

-Uhm ¿cortejar? Aun no lo sé, ya lo veré. –Decía con una sonrisa calculadora, causando aun más la curiosidad de Sesshomaru.

-Si es un simple emparejamiento, cual es la necesidad de venir en persona, podrías haber enviado una solicitud como se acostumbra a hacer, eso solo indica que el asunto tiene mucha más importancia de la quieres dejar ver, en todo caso si es algo que te favorecerá, haz cometido un grave error en mostrarte ante mí.

-Sesshomaru que astuto, aunque no creas que no lo pensé, mi visita aquí, ha sido mi segunda opción, y antes de llegar a la tercera, preferí no causar revuelo entre los cuatro puntos cardinales.

-¿Debo tomar eso como una amenaza? –Pregunto Seshomaru con un tono de burla aparente, nunca le tuvo ningún temor a romper el concilio con el Este, aunque prefería no verse envuelto en asuntos innecesarios. – ¿A quién se debe tales medidas de tu parte?

-Es una humana –Contesta el lord del este, de lo más normal.

-¿Una humana? Que bajo has caído Lord Ryukuroi –Contesta con repudio Sesshomaru.

-¿Bajo? Su respetable padre no pensaría lo mismo. –Responde con sorna.

Al instante en que esas palabras fueron escuchadas por Sesshomaru arremetió contra el Lord del Este, tomándolo del cuello y elevándolo del piso mientras le gruñía en advertencia, sus ojos rojos mostraban toda su furia ante aquel insulto.

-Lord Sesshomaru, pero que falta de educación, tratar así a un invitado. –Sonreía sarcástico el Lord del este, mientras hacía presión para liberarse de las garras venenosas de Sesshomaru que se le estaban incrustando en el cuello.

Sesshomaru lo soltó con repudio no dispuesto a seguir cayendo en sus provocaciones.

-Ves que no te agradan los humanos, por eso mismo no deberías tener problemas con el asunto. –Continúa insistiendo.

-¿Cuál es tu objetivo real? –Pregunta Sesshomaru, con la poca paciencia que le quedaba, sabía perfectamente que no debía fiarse de las intenciones del Este.

-Vaya así que al famoso Seshomaru Taisho conocido como el Taiyoukai más frio le causo curiosidad. –Sonríe con burla el Lord del este, mostrando sus colmillos al sonreír con cinismo. Lord Ryukuroi del este, era mayor que Seshomaru de unos ojos verde oliva y el cabello largo color negro ébano, venia de uno de los clanes más antiguos de dragones siempre en guerra con la raza Inuyoukai.

Ante su evidente burla Seshomaru frunció el ceño con molestia y lo miro con un aire amenazante. No hizo falta que dijera nada, puesto que el Lord del este comprendió que eran suficientes burlas por esa ocasión. –No se enfade Lord Seshomaru, le diré. –Dice poniéndose más serio. –Deseo llevarme la Shikon no tama. –Dijo esta vez absolutamente serio.

"¿La Shikon no tama?" No creyó escuchar esa respuesta, ya que hacía siglos que no se sabía nada de aquella perla que causo guerras y batallas intensas en busca de su poder. –¿Se encuentra en mis tierras? –Pregunto mirando al Lord del Este.

El lord Dragón sonrió al ver el pequeño interés que tenia Seshomaru hacia aquello. –¿Porque lo pregunta Lord Sehomaru, siente interés por ella?

Seshomaru dejo escapar su youki molesto ante lo que creía era una afrenta a su orgullo. –No es de mi interés poseer ese artefacto "¡no lo necesito!"

El lord del Este sonrió –Tranquilícese mi lord solo preguntaba. Hace algunos días escuche rumores de que había aparecido en una aldea entre nuestras fronteras, y antes de ir a verificar, preferí formalmente pedir su permiso para llevármela.

Seshomaru miro atentamente al Lord Ranmaru al ver su gran interés por la Shikon no tama, en realidad a él no le interesaba aquello, pero por algún motivo sentía que esta nueva aparición causaría problemas, pensó por un momento que no le importaba con tal de que no le afectara a él ni a sus tierras, los otros Lores podrían matarse entre ellos por ese inútil poder con tal de que no lo inmiscuyeran en el asunto, estuvo a punto de aceptar, pero sintió una presencia ingresar a sus tierras, frunció el ceño fijando su vista en la puerta principal, hasta que la vio entrar, tan elegante como siempre y con una sonrisa fría en su rostro.

-Querido hijo. –Saludo Irasue.

CONTINUARA… Este vendría siendo mi tercer fic y el primero de la serie Inuyasha, lo tenía escrito hace mucho tiempo, pero no me animaba a publicarlo porque seguían en publicación otros dos que tenía en proceso, pero leyéndolo entre mis tantas historias guardadas, creí que era un desperdicio que estuviera solo en mi computadora y como nada es predecible, decidí al fin dejar ver la luz a este.

Normalmente publico dos al inicio y uno por semana después.

Les agradecería Reviews por favor, si veo que hay bastantes publicare continuamente. Gracias.

ALGUNOS TÉRMINOS UTILIZADOS:

Kekkai: Barreras espirituales

Youkai o Yokai: Apariciones, espíritus, demonios, o monstruos.

Reiki: En el anime Inuyasha, se toma como una energía espiritual utilizada por humanos sagrados (monjes, sacerdotisas) que utilizan para repeler el Youki de los demonios y para la sanación o purificación. Aunque si lo buscan podrán encontrar otro tipo de definiciones.

Youki: Energía demoniaca, presente en todos los Youkais.

Kappa: son criaturas mitológicas según el folclore japonés, se dice que este monstruo vive en el agua y vive en los estanques y lagos de todo Japón.