La fría noche cubría a Nerima, como un gran manto negro. En el cielo nocturno, la luna se alzaba majestuosa, e inalcanzable.
Abajo, en el pequeño distrito de Nerima, estaba una joven, esa joven mujer, brillaba como la luna, majestuosa, a su propia y retorcida manera. Esa mujer, era Kodachi, vestía un largo vestido azabache, como la noche. Su lago cabello fluía libremente sin ataduras, sufría a merced del viento. Su hermoso rostro, no mostraba expresión alguna, en cambio, sus ojos reflejaban sus sentimientos, brillaban con un dejo de tristeza, y nostalgia.
Kodachi caminaba descalza, perdida en sus pensamientos por las vacías calles de Nerima, sus pies rozaban el frío pavimento.
Ranma había huído, la había abandonado, al igual que su padre.
El rostro de Kodachi, se retorció de furia, apenás contenida.
Pensar en ese hombre, su padre, le hacía recordar a su madre, su pobre madre.
Kodachi respiró profundo, y rió. "Ohohohoho~" Kodachi sabía de los efectos que tenía su risa en los demás, a ella en cambio, reír de esa forma le calmaba.
Pronto su risa, tuvo el efecto esperado.
'¿Dónde estás ahora Ranma-sama?', Kodachi sabía la respuesta a esta pregunta, aunque le dolía aceptarlo, su prometido, Ranma, estaba con la chica Tendo.
Cuando Ranma no se presentó a su combate diario, supo que algo andaba mal, Ranma no era alguien quien se saltará un combate, él ama las artes marciales con gran pasión, él no haría eso, no sin una buena razón.
Kodachi se dirigió preocupada a Furinkan, no le encontró. Le dijeron que había partido con Akane, furiosa se dirigió al Dojo Tendo.
En el camino se encontró con Nabiki Tendo, Kodachi la reconoció como la degenerada que vendía fotos de su propia hermana, para Tatewaki, su hermano.
Por una módica suma, Nabiki confirmó que Akane y Ranma están juntos.
Ranma había roto su promesa. Kodachi quería indignada gritarle, exigirle que cumpla su palabra, su pacto. Kodachi quería que él estuviera ahí para ella.
'No me iré.' Esas palabras que Ranma había pronunciado, le habían dado esperanza a Kodachi, que tal vez, él no se marcharía, que tal vez, él estaría junto a ella, Kodachi se aferró a las palabras de Ranma, con un pequeño dejo de esperanza. Esa noche Ranma había ganado la confianza de Kodachi.
Furiosa y un poco decepcionada, salió Kodachi a buscarlos. No tuvo suerte.
Probablemente estén lejos, muy lejos.
Al igual que su padre, Ranma le había abandonado. Pensó con amargura. No era algo nuevo, era siempre dejada atrás, olvidada.
Ranma había roto su palabra, su confianza.
¿Por que le habían abandonado?, ¿Acaso su honor no valía?, ¿Su honor pesaba menos que el de esa zorra?
Un sin fin de preguntas se arremolinaban en su mente.
Escuchó un ruido a lo lejos, Kodachi levantó la mirada del suelo, por primera vez, en toda su caminata, pues durante su caminata no había visto más que a sus pies. Inconsciente, caminó en una dirección al azar, sus pies le habían llevado a un pequeño distrito residencial, ¿Cual?, no sabía y no le importaba a Kodachi.
Kodachi continuó caminando, dirigiéndose a un conjunto de apartamentos.
Rápidamente llego a su destino, sin utilizar las escaleras, subió a la terraza del edificio con agilidad, testimonio de su gran habilidad.
Ranma le había abandonado, eso era un hecho.
Kodachi contemplo los acontecimientos que le habían llevado a ese edificio.
Luego de su infructuosa búsqueda, Kodachi regresó a la mansión, derrotada. Se dio un baño, y decidió caminar, sus pies la había llevado hasta aquí.
Kodachi observó desde las alturas del edificio, y se sorprendió levemente. Ella ese había alejado bastante de la mansión.
Kodachi se sentó en el frío techo, y observó el cielo nocturno, buscó cobijo en las estrellas, tal vez, ellas le ayudarían, ellas le guiarían.
La luz artificial de los edificios, atenuaba la luz de las distantes estrellas, las nubes oscurecían la poca luz de las estrellas.
'Lloverá pronto' Kodachi notó.
'Tengo que volver a casa', pensó Kodachi, renuente.
Kodachi no sabía como actuar. La partida de Ranma, le dolía, se sentía traicionada.
Kodahci pensó en seguirlo, hacerle cumplir su acuerdo. Kodachi descarto esto, si ella lo encontraba, ¿Que pasaría?, Kodachi supuso que Ranma huiría nuevamente. Él ya había huido, abandonado su palabra. Él había descartado las cadenas del honor, sin esas cadenas que le ataban a ella, ella no podría hacer mucho.
Kodachi tenía que resignarse. Esto generaba sentimientos encontrados en la gimnasta, le entristecía dejar ir a Ranma, sin poder hacer nada, impotente.
Por otra parte, una pequeña parte de Kodachi se alegraba por él.
Había bajado la guardia, las promesa que Ranma tan descuidadamente había hecho, Le habían hecho bajar la guardia. Ella era culpable también, el que Ranma hubiera huido, era su culpa. El que Ranma hubiera huido con esa ... Zorra. Pensar en esa mujer, nublaba el juicio de Kodachi.
'La culpa es de esa zorra.' Kodachi culpó a Akane, ella le había alejado de Ranma, ella tendría que pagar...
Kodachi sacudió la cabeza de manera caotica, y rió hasta quedare sin aliento. "Hohohohohohohohohoho~"
El ataque de risa de Kodachi, fue seguido por uno tos seca.
Kodachi se retorció en el suelo, entre tos y risa.
Pronto el silencio volvió a reinar.
Kodachi se levantó con elegancia, su anterior ataque olvidado, como si tal cosa nunca hubiera sucedido. Su actual estado era la única prueba de su caótico comportamiento, su hermoso vestido azabache tenía varias roturas, y olía a polvo, el anterior brillo de su cabello fue remplazado por un ligero color gris, y el olor a polvo, además estaba descalza.
Kodachi era la personificación de la locura, del delirio, o eso aparentaba, sus pensamientos eran alejados de esos conceptos, en sus pensamientos no se encontraba locura alguna, ni mucho menos delirios ... por ahora.
Kodachi agradecía que nadie había escuchado, o visto su inadecuado comportamiento. Bueno, excepto los habitantes del edificio, los cuales tendrían pesadillas, recordando aquella perturbadora risa, que helaba la sangre, en una oscura noche de invierno.
'Es mi culpa.' Ella reconoció, para Kodachi, una persona que valoraba en gran medida su orgullo, estas palabras eran peor que tragar veneno, le dolían tan sólo pensarlas.
Sin embargo, Kodachi se obligo a pronunciar esas palabras. "Fue mi culpa..." ella continuó forzándose a decir aquella palabras, que tanto dolían. "Esa ... mujer no tiene toda la culpa, yo también soy responsable." Ella con su actitud había alejado aún más a Ranma.
Tal vez, todo esto era lo mejor, Ranma sería feliz, donde quiera que estuviese ahora. Y ella atesoraría los recuerdos de su corto tiempo juntos. Ella nunca lo olvidaría, y Kodachi deseaba que él nunca la olvidara.
Los pensamientos de Kodachi, llegaron a una abrupta conclusión, cortesía de un relampago.
El frío viento de invierno soplaba, Kodachi reprimió un leve escalofrío.
La anterior predicción de Kodachi, con respecto al clima, resultó ser cierta. Las primeras gotas de lluvia caían en el pequeño distrito de Nerima.
Kodachi se preparó para marcharse a su mansión, sin embargo, un fuerte ruido la interrumpió.
Curiosa, se acerco a la cornisa. Sus descalzos pies generaban un suave ruido, en el húmedo techo.
'tap, tap'
Con cada paso, Kodachi se acercaba más a la fuente del molesto ruido, la luna le miraba expectante.
Kodachi contuvo un estornudo, y dirigió su mirada hacía la calle, allí vio al culpable del ruido, o mejor dicho, las culpables.
'La zorra pelirroja', Kodachi reconoció a una de ellas, se preguntó si debía atacarle, como era costumbre.
Kodachi descartó la idea de atacar a la pelirroja, no tenía nada que ganar, Ranma ya no estaba. Además, dejar que su rival le viera en su estado actual, era algo inaceptable.
"Shampoo matar Ranma." Gritó la desconocida, Shampoo.
Esas pocas palabras de Shampoo, hicieron cambiar de opinión a Kodachi.
Kodachi apretó la mandíbula con rabia, los hombros de Koachi temblaban con furia apenas contenida.
"¡Ha!" La pelirroja se burló, e invitó a Shampoo a atacar con un movimiento de mano.
Las dos artistas marciales intercambiaban insultos y golpes bajo la mirada de Kodachi.
'La zo-... pelirroja está peleando por Ranma-sama', En ese momento, la opinión de Kodachi, de la pelirroja subió varios puntos, '¡Esa mujer quiere matar a Ranma!'
Esa campesina, esa sucia extranjera, quería matar a su amado, Ranma. Y ella había pensado en irse, ignorando la lucha de esas dos, Kodachi se avergonzaba.
Ella no dejaría que nadie le haga daño a Ranma, no mientras ella estuviera viva. No importaba que él ya no estuviera cerca, que él la hubiera abandonado. Kodachi sabía que no era sana su relación con Ranma, pero no le importaba, ella lo amaba igual.
Kodachi sonrió, su ojos brillaban con vitalidad.
Con un veloz movimiento descartó su vestido negro, el cual lanzó al aire. En cuestión de segundos, Kodachi ahora vestía su confiable leotardo verde.
Sin importar su andrajoso estado, su desordenado cabello, o su empapado cuerpo. Esas cosas triviales no importaban, no cuando Ranma estaba en peligro, ella le defendería. Kodachi saltó al vacío, maniobro con agilidad su caída, dirigida hacia la extranjera
Shampoo que no esperaba un ataque de esa dirección fue sorprendida, recibiendo de lleno el ataque de Kodachi. Sin embargo, esto no le impidió a Shampoo rodar con el golpe, reduciendo así el daño que esta sufrió.
"Hohohohoho~" Kodachi rió, se regocijó al ver a su oponente estremecerse ante su risa.
"¡Aiyah!, ¡burlón un espíritu!" Shampoo exclamó, asustada rebuscó en sus bolsillos, buscando algo para apaciguar el alma en pena que le atacaba.
Kodachi ignoró el balbuceo de Shampoo. "¡Tienes agallas, campesina!" Kodachi reconoció, "¡Proclamar tus intenciones de hacerle daño a mi amado Ranma-sama! ¡¿Quien te crees que eres?!"
"¡No te metas en mis peleas, Kodachi!" La pelirroja le reprendió.
"Hohohohoho~" "Yo, Kodachi Kuno, no puedo permitir que esta campesina intente herir a él, a quien yo amo." Kodachi proclamó dramáticamente.
Un grito interrumpió su discusión. "¡¿Eh?!"
Shampoo no tenía grandes habilidades lingüísticas, sin embargo, había logrado descifrar el significado de lo dicho por el espíritu, Kodachi como se había auto proclamado.
Shampoo venía de una cultura matriarcal, el principal pilar de su cultura era la mujer, el hombre tenía un rol secundario. El limitado números de hombres fuertes, les forzaba a las jóvenes amazonas, que habían pasado los dieciséis años a buscar pareja, sangre fuerte y fresca, para revitalizar la tribu, pues, no podían perder terreno antes las otras tribu circundantes a Jusenkyou, si su pueblo se debilitaba, podrían ser invadidos, y aniquilados. Pensando en esto el consejo de sabios amazonas, creo un grupo de leyes para preservar, y asegurar la continua existencia de la tribu Amazona, en un entrono tan hostil, como era la cordillera Byankala.
Entre ellas se encontraba el beso de la muerte. Si alguna amazona fallaba en su misión, el amazona infractor debería pagar con un castigo adecuado, generalmente la Matriarca Amazona, maldeciría al infractor. Fallar dos veces, significaba la expulsión de los registros de la tribu, despojado de su nombre, expulsado de su tribu, el acusado sería condenado a un destino peor que la muerte para las Amazonas, el exilio.
Otra famosa ley amazona era el beso del matrimonio, los jóvenes amazonas veían con anhelo el día que podrían dar aquel beso, o recibirlo, era parte del orgullo amazona. Las amazonas mayores de 16 años, salían en busca de un hombre, o mujer, el cual sería el receptor, o receptora de este beso. De hecho, un amazona que trajera a un hombre, o mujer de extraordinaria fuerza a la tribu, sería premiado por la mismísima Matriarca con una Barraca de Nobles, una vivienda que hablaba de el prestigió de quienes allí vivían.
En resumen, las amazonas fortalecían su tribu, con sus propios cuerpos, atrayendo hombres y mujeres fuerte, que luego serían asimilados por la cultura Amazona.
Para Shampoo esto también era así. Shampoo estaba en la edad de salir en casería, en busca de un marido, tristemente, ella no podía dar, ni recibir el beso del matrimonio, mientras el beso de la muerte se encontraba vigente, Shampoo tendría que cumplir con el beso de la muerte, para así poder buscar un marido.
Shampoo se encontró en una perdida de palabras, si su limitado 'dominio' del idioma Japonés, no sabía que decir.
Shampoo escuchó la proclamación de amor de la chica loca, sí, Shampoo notó que no se trataba de un fantasma, era sólo una chica loca, aunque Shampoo no sabía que era peor.
Shampoo pensó que no se trataba más que de una chica pervertida, exclamando sus preferencias a todo pulmón. Para su gran sorpresa, Ranma, su rival, evitó su mirada, avergonzada, además, Ranma no negó las palabras de la chica loca.
Shampoo no era tonta, ella había recibido una buena educación, mucho mejor que las de sus hermanas amazonas, gracias a su linaje, y posición en la tribu Amazona. No le fue difícil legar a una conclusión. Ellas eran amantes, la chica loca defendería a Ranma, aún si su vida dependiera de ello, Shampoo supo esto al ver la convicción en los ojos de Kodachi, sería irrespetuoso de Shampoo exigir que no se entrometa en su lucha.
Shampoo asintió ante Kodachi, reconociendo la convicción de esta.
Shampoo abrió la boca, y hablo. "Ranma ser un pervertido, Shampoo estar decepcionada." Shampoo provocó a sus oponentes, sabía que estaba en desventaja, estaba cansada por la continua lucha con Ranma, y ahora tenía que enfrentar a dos hábiles oponentes. Shampoo decidió provocares, si lograba que alguna de ellas perdiera la calma y le atacara, ella podría deshacerse de una de ellas. Huir nunca pasó por la mente de la joven amazona, tal cosa traería vergüenza a su nombre.
Esto sorprendió a ambos, a Ranma, y a Kodachi.
"¿Eh?" Con la elocuencia que le caracterizaba, Ranma dijo.
"¡Como te atreves a mancillar el nombre de mi amado, campesina!" Gritó Kodachi indignada, ante tal acusación.
Kodachi estaba irritada más allá de toda razón, producto de su irracional rabia, atacó.
Kodachi saltó en dirección a Shampoo, azotando su cinta con fuerza.
Shampoo sonrió internamente, su provocación habían funcionado.
Con un rápido movimiento, desvió el azote de la cinta de Kodachi con su chúi, y atacó hacía la pierna de Kodachi.
Kodachi evitó el ataque de Shampoo, sin saberlo, eso era lo quería Shampoo.
Shampoo sacó su mano de su bolsillo, el cual ella había estado hurgando hasta ahora, tenía en sus manos una pequeña daga, bañada en veneno.
Shampoo calculó la trayectoria que tendría la daga, y la lanzó. Al menos, eso intento Shampoo, Ranma frustró sus intensiones con una fuerte patada al abdomen de Shampoo.
Shampoo sorprendida, salió volando por la fuerza del golpe.
Shampoo aterrizo bruscamente en el duro hormigón. Shampoo apretó los dientes ante el dolor de sus extremidades.
Shampoo maldijo en su lengua natal, nuevamente su descuido le había ganado unos nuevos golpes. 'No estoy acostumbrada a este tipo de combates', pensó Shampoo, era injusto, pues gran parte de sus combates habían sido uno contra uno, o tal vez, eran sus particulares luchas con Mousse que la habían convertido en complaciente, que consistían en golpearle hasta que él perdiera el conocimiento.
Mientras Shampoo maldecía, Kodachi se había calmado un poco, asintió levemente agradecida ante la pelirroja, debían luchar juntas.
Kodachi le lanzó a Shampoo un par de pelotas, pelotas que Shampoo exploto con su chúi, para la mala suerte de Shampoo, dichas pelotas contenían gas paralizante.
Shampoo al ver el gas que le rodeaba, aguantó el aliento, y saltó lejos. Sólo para ser atacada por la espalda, por Ranma.
Shampoo salió volando por el golpe de Ranma, Shampoo hizo una mueca, los golpes de la pelirroja eran fuertes y rápidos.
En su corto vuelo improvisado, Shampoo notó con pesar que había soltado uno de sus chúi.
Shampoo trató de levantarse, apoyándose en su chúi. Kodachi no se lo permitió, atacando sin piedad en su espalda expuesta con su cinta. Shampoo mareada, y un poco irritada, ante su injusta situación, atacó con su puño, su puño no tuvo el placer de golpear la carne de su oponente, en cambio, golpeo algo gomoso, y maleable. Otra pelota, pensó Shampoo con amargura.
Con un sonido 'poof' la pelota explotó, rociándola de gas paralizante una vez más, saltó tratando de evitar el gas, en un patético intento. Que Ranma frustró con una patada.
Shampoo salió volando, otra vez, trató de minimizar su impacto, no tuvo éxito.
El gas había hecho mella en la amazona, se encontraba desarmada, herida, y parcialmente paralizada, a merced de dos fuertes oponentes.
Shampoo trató de levantarse, sus tambaleantes piernas casi no podían soportar su peso, y casi cae, sin embargo, Shampoo se irguió orgullosa, sabía que había perdido, producto de su poca habilidad, su inexperiencia, había traído una vez más deshonra y vergüenza ante su tribu, y nombre, sin embargo Shampoo no bajaría la mirada, no mostraría debilidad, no ante sus enemigos, ella no les daría el gusto, se convenció a sí misma.
Shampoo se encontraba empapada, por su cabeza fluía sangre, sus piernas temblaban inestables ante su peso, su brazo izquierdo colgaba inútil, su armadura, un regalo de la Matriarca para celebrar su victoria en el torneo Amazona, se encontraba con grandes grietas, cortesía de las fuerte patadas de Ranma. Shampoo era la clara imagen de la derrota.
"Hohohohoho~" Kodachi rió, tapándose la boca con la mano, en un pobre intento de ocultar su alegría ante el estado de Shampoo.
"Habla, ¿Por qué quieres matar a Ranma-sama?" Preguntó Kodachi.
Shampoo miró a los ojos a Kodachi, de manera desafiante.
Shampoo no diría nada, no traería más vergüenza a sus ancestros, sus enemigos la habían derrotado, ella estaba a su merced, pero Shampoo no diría nada, cualquier otra actitud de la joven amazona, sería indigna como campeona de las amazonas, y familia directa de la matriarca.
Kodachi apretó sus puños, enojada ante el desafió de esta recién llegada, se acercó a Shampoo, dispuesta a hacerla hablar. Ranma se lo impidió, la sujeto por un brazo, y la detuvo.
"¿Por qué me detienes?" Exigió saber Kodachi.
"Déjala."
"Ella quiere hacerle daño a Ranma-sama, ¡no permitiré que nadie le haga daño!."
"Ranma es más fuerte que yo, ella no podrá hacerle nada."
"¡Insisto!, es inadecua-" Kodachi iba a continuar hablando de no ser por Ranma quien la interrumpió.
"Yo te diré, Kodachi."
"¿Qué cosa?"
"Todo, te explicaré por qué ella quiere hacerme... hacerle daño a Ranma." La pelirroja le respondió a Kodachi.
Kodachi asintió, en otro tipo de circunstancias ella se habría quejado, sin embargo, habían luchado juntas, con un mismo objetivo, esto le hizo ganar el respeto a regañadientes de Kodachi.
Kodachi confiaba en el juicio de la pelirroja.
Durante la lucha, la pelirroja había luchado por Ranma, como si se tratara de ella misma, como si fueran cuerpo y alma, como si fueran un sólo ser, cualquier insulto hacía él era un insulto hacía ella. Kodachi le envidiaba, ella sabía que su amor por Ranma no tenía fin, y aún así, no se comparaba con el de la pelirroja, ella no había dudado en defender a Ranma, aun cuando él se encontraba con otra, ¿Que tan grande es el amor que ella siente?, Kodachi se preguntaba, envidiosa, ante un amor que empequeñecía incluso al que ella sentía.
"Entonces, ¿qué hacemos con ella?" Preguntó Kodachi, refiriéndose a Shampoo.
Ranma se acercó a Shampoo, pensativo. Shampoo miró a los ojos de Ranma, retándole a acabar con esto de una buena vez.
Ignorando su mirada, Ranma cargó a Shampoo, en un hombro, al igual que un saco de patatas, saltó a la azotea de un edificio, allí dejó a Shampoo.
En un instante Ranma regresó a su posición anterior junto a Kodachi, dejando a Shampoo sola en el techo.
Shampoo sacudió la cabeza, su rival, Ranma, era suave y amable, cualidades que no le son de ningún bien a un guerrero.
Shampoo suspiró. Su casería no había terminado, no aún. '¿Acaso algún día la terminaré?' Shampoo había entrenado duro, mejoró su técnica, pero nada había importado, Ranma aún le superaba. ¿Algún día podrá ganarle?, una pequeña parte de ella, deseaba que eso no fuera así, pese a que su misión era matar a Ranma, no era de agrado para la joven amazona. Ranma había ganado su respeto, era una digna mujer.
Shampoo sacudió la cabeza, despejando tales pensamientos inútiles. Ella era el campeón de su tribu, era familiar de la Matriarca, y antes de todo ella respetaba todas y cada unas de las costumbres y leyes amazonas.
Shampoo fortaleció sus creencias, su voluntad, y juró en su lengua natal. "La próxima vez, te mataré Ranma." Sus palabras fueron suaves, aunque sonaron como el quejido de un enfermo, aun así sus palabras estaban llenas de convicción.
En las oscuras calle de un Nerima, se encontraba un pequeño lechón.
El lechón, Ryoga, se encontraba perdido, para variar. Esto no era causa de su actual angustia, estar perdido era algo natural para él, su angustia nacía de su imposibilidad de ver a Akane, el collar en su cuello se impedía.
¡Oh! ¡Cuan cruel era los dioses!, le habían hecho pasar por tanto, y su sufrimiento todavía no tenía fin. Le dolía estar separado de su amor, su dulce Akane, seguramente ella está llena de angustia, por no poder verle. Pensar en ella, le entristecía, el estar separada de él, seguramente no la dejaba dormir.
Pensar en ella, le hacía brotar lagrimas en los ojos. Podía escucharla claramente, lamentado su partida, llorando su ausencia, culpándose.
Imaginar a Akane sufriendo, por su culpa, le enojaba.
No, estaba equivocado, esto no era culpa suya, se dijo.
Era culpa de alguien más, ¿Quién?, se pegunto, la respuesta llego a él con rapidez.
Eso era, simple ¿no?, 'él' era el culpable de todos sus males, 'él' no le dejaba ser feliz, Ranma le había humillado en la escuela, también había huido de su combate, por su culpa ahora se convertía en un cerdo, incluso le robó a Akane. Ryoga recordó cada uno de los actos que cometió Ranma en su contra.
Ryoga sacudió su pequeña cabeza porcina. Ranma no era el culpable, para variar.
Ryoga dijo el nombre de su nuevo enemigo, "Azusa.", o eso intento, actualmente era un cerdo, y todo el odio con el cual había pronunciado el nombre de su odiado enemigo, había salido como un lastimero "Bwee"
Había logrado escapar de su forzado cautiverio, cortesía de Azusa, pensar en ella, generaba en Ryoga un intenso rencor, que sólo era superado por su mayor odio hacía Ranma.
Le sorprendía a Ryoga, que en tan sólo un par de semanas, esa chica, Azusa, había logrado ganarse un puesto cómo su segundo enemigo más odiado.
Sin embargo, Ryoga logró escapar, gracias a los frutos de sus esfuerzos, luego de servir como conejillo de indias por semanas, para la chica, Azusa le había hecho probar varios vestidos, mientras le llamaba Charlotte.
Ryoga se estremeció ante sus recuerdos, él tendría pesadillas esta noche, lo sabía.
Ryoga quería ver a Akane, y olvidar todo. Él no podía para su mala suerte, sin contar su mal sentido de orientación, Ryoga no estaba en condiciones de encontrarse con Akane, pues, en su cuello reposaba un collar, Ryoga no podía pretender que nada había sucedido, el collar era prueba de su tiempo con Azusa. No podía presentarse de esa forma ante Akane.
Ryoga había intentado romper el collar, sus erfuerzos no habían dado frutos hasta ahora, sus cortas patas no tenían la destreza, ni la fuerza necesaria. En ese momento, Ryoga se dio cuenta que no estaba tan libre, como había creído, tan sólo su celda, se había hecho un poco más grande.
Él no podía ir a ver a Akane, aun cuando su corazón se lo pedía a gritos, no debía dejar que Akane lo viera así, seguramente el delicado corazón de Akane se rompería al ver el collar que él ahora poseía.
Ryoga maldijo a Ranma, por costumbre, más que todo, en cada una de las lenguas que conocía, que por cierto eran varías. En ese momento empezó a llover, era una fuerte lluvia, cortesía de el caótico clima de Nerima.
Ryoga miró al cielo, y maldijo una vez más a Ranma, esto tenía que ser su culpa, de alguna manera. "¡Bwee bwee grrrr!."
Esta escena recibió a Akane, quien se dirigía con prisa, al Dojo Tendo.
"¡P-chan!" Ella lo llamo, feliz.
"¡Bwee!" El cerdo exclamó, sorprendido, no esperaba ver a Akane, no tan pronto, pensó en ocultarse. Ryoga descartó ese pensamiento, ya le habían visto, no valía la pena.
Ryoga contempló huir, pensar en huir de Akane, le dolía, pero eso haría.
Akane fue más rápida que él, sujeto el lechón en sus brazos, y acunó el pequeño cerdo en su pecho, frustrando así la improvisada huida de Ryoga. Con esto, cualquier pensamiento coherente dejó a Ryoga.
Akane notó algo frío y duro que le tocaba, levantó al lechón y examinó a su mascota con atención, notó el collar que colgaba del cuello del cerdo, era rosado, gravado en su superficie decía 'Charlotte'
"Charlotte" Leyó Akane, confundida. Esto sacó a Ryoga de su ensueño, le generaba escalofríos escuchar ese nombre.
Ryoga notó alarmado que Akane había visto su collar, se removió incomodo ante la mirada de Akane.
"¿Quien te puso esto?" Le preguntó Akane.
Ryoga respondió con el equivalente a una perorata molesta, "¡Bweee!, bweeeh grrrr bweeh, bweeeh; wee Bwee."
Obviamente Akane no le entendió, ella sacudió al cabeza, ante su tonta pregunta, era imposible que P-chan le entendiera, él era un cerdo, nada más. Aunque ella admitía que la inteligencia de su mascota le sorprendía.
"Vamos a casa, P-chan, te quitaré ese estúpido collar."
Ella no le había rechazado, Akane lo acepto incluso con ese collar, incluso prometió ayudarle a librarse de el.
'Soy un idiota' pensó Ryoga. Akane nunca le rechazaría, ella estaría siempre ahí para él.
Akane cumplió con su palabra, en unos pocos minutos habían llegado a su destino.
Akane silenciosamente abrió la puerta, así evitando ser vista, se dirigió a las escaleras y subió por ellas. Entró al baño, saco una toalla, y se secó con ella, para luego secar con ella a P-chan.
Ryoga se sonrojó ante el olor que ahora le impregnaba, su sentido del olfato era mucho más agudo en su forma maldita.
Ryoga escuchó un chasquido, volteó alerta, solo para encontrar la cara sonriente de Akane.
"¿Bwee?" Preguntó el lechón.
Akane no le respondió, en cambió le mostró su mano, en la cual ella tenía aquel collar, el cual le había ocasionado tanto sufrimiento, Akane sin saberlo liberó a Ryoga de su prisión.
P-chan se abalanzó hacía Akane. Ryoga lamentó no estar en su otra forma, no podía abrazarla, no con sus pezuñas, lo que más podía hacer era abalanzarse hacía Akane, con la esperanza que ella le sostuviera.
Akane cumplió con las expectativas de Ryoga, lo sostuvo en sus brazos, y le dijo. "Bienvenido a casa, P-chan."
Ryoga se quedó paralizado. Akane tenía razón, había vuelto a casa, no aquel pequeño apartamento, el cual visitaba unas pocas veces cada mes, ese no era su hogar, su verdadero hogar estaba aquí, junto a Akane.
Ryoga, desde niño había sufrido por su mal sentido de orientación, destinado a vivir vagando sin rumbo, sin un hogar, sin una razón. Hoy Akane le había dado un motivo, un hogar. Ryoga por primera vez se sintió en casa. Por primera vez, el peso de su maldición, su rencor hacia Ranma, nada de eso importaba, sólo importaba Akane.
Esa tormentosa noche, Ryoga lloró lagrimas de alegría.
Notas Del Autor.
Primero que todo, ¡Feliz Navidad!
Les contaré un secreto, cuando publiqué el capitulo 5, había pensado publicar este en un par de días después, afortunadamente no les había dicho nada, pues este capitulo fue uno de los más difíciles de escribir, borre y reescribí todo varias veces, y todavía no estoy muy convencido con la parte de Ryoga, no sé, no me convence del todo.
¡Bah!, basta de peroratas incomodas, me divertí escribiendo las partes de Shampoo, imaginar la vida en la aldea Amazona es fascinante, quería que Shampoo tuviera un Flashback, o algo, pero dicho 'Flashback', terminó en unas lindas 4.000 Palabras, casi la misma cantidad que este capitulo, así que lo descarté, aunque fue divertido escribirlo, Tal vez algún día lo publique como una historia independiente.
Trataré de escribir el próximo capitulo, lo más pronto que pueda. No prometeré nada, no quiero terminar mintiéndoles.
Saludos.
Pd: Lean mi otra historia que acabo de subir junta a esta.