Disclaimer: personajes de JK Rowling. No gano nada haciendo esto más que divertirme y divertirlos.
Nota: este fic participa del Amigo Invisible 2017 del foro Hogwarts a través de los años.
Mi amiga invisible sorteada fue Tami MG. Esta es tu petición número dos. ¡Espero que te guste!
A escondidas
I
…
Escucharla jadear lo hacía perder la cabeza, sentir la piel femenina contra la suya propia mientras él la dominaba por completo sólo conseguía encenderlo más a cada segundo.
Lily Luna Potter no es alguien sumisa.
Scorpius Malfoy no es una persona que acostumbre a ser dominante.
Pero en esos momentos los papeles estaban invertidos.
Él la tenía acorralada contra la pared de piedra mientras que se hundía en ella, completamente perdido en las sensaciones que lo invadían y en dejarse llevar para aprovechar el momento.
Ella estaba aferrada a la espalda masculina, con la cabeza hacia atrás y los ojos abiertos sin querer perderse ningún detalle de la expresión de placer que él tenía.
Había algo excitante en estar haciendo el amor en pleno pasillo del colegio cuando cualquiera que pasara por ese pasillo podría descubrirlos, y seguramente ese era el motivo por el que Scorpius hubiera dejado de ser el chico tímido para sacar a relucir un carácter similar al de su padre.
A ella le encantaba esa inhibición que sólo veía en situaciones límites como aquella: en el último día de colegio, con la posibilidad de que todos pudieran verlos y la relación dejara de ser secreta y con la impotencia de perder la oportunidad de seguir juntos una vez que regresaran a casa.
Lily decidió no seguir pensando cuando sintió las lágrimas picándole en los ojos. En cambio los cerró por completo y gimió cuando él reclamó sus labios en un beso ardiente. Las lenguas se entremezclaban, los dientes chocaban y ellos se devoraban.
Scorpius soltó su pelo y en su lugar la tomó por los glúteos, sin que le importara el hecho de rasparse los nudillos con la piedra. Ella también siguió el mismo camino que su acompañante y le devolvió el gesto, lo que provocó que él se olvidara de todo y embistiera con movimientos más profundos y fuertes, arrancándole a ella pequeños gritos que los dejaban incluso más expuestos a ser encontrados.
Cuando la sensación de torbellino comenzó a subir por la columna vertebral de Lily supo que el final estaba cerca, así que gimiendo una última vez el nombre de su amado se arrojó al vacío.
—Scorpius —pronunció con voz ronca cuando el orgasmo la alcanzó.
Él gruñó una respuesta inentendible y sus movimientos se convirtieron en erráticos, anunciando que estaba en el borde. Ella pudo sentir el momento exacto en el que se derramó en su interior y la forma en la que todo el cuerpo masculino pareció volverse gelatina al terminar, aflojándose por completo y exhalando un suspiro satisfecho.
La paz, sin embargo, duró poco.
—¡Confringo! —Lily escucha la voz de su hermano pronunciar el hechizo, pero no es capaz de ver nada que no sea el cuerpo de su amante cayendo desplomado sobre el suelo.
Ella grita cuando lo ve en el piso con los ojos cerrados, presa de la desesperación y trata de reanimarlo con la varita. Varios Ennervates después y todavía sin tener respuestas comienza a temer que el rubio no vuelva a levantarse. Así que fija su atención en Albus, que sigue en el pasillo con los ojos verdes refulgiendo de rabia, y le espeta:
—¿¡Qué demonios hiciste!?
Él la mira, totalmente inexpresivo, y se le acerca a paso lento.
Nunca lo había visto actuar de esa manera, así que a medida que su hermano la alcanza ella retrocede, asustada de que pueda hechizarla a ella también. Pero a último momento, cuando lo tiene a sólo milímetros, alza la barbilla en una actitud desafiante.
Sólo para quedarse congelada cuando las palabras de Albus la golpean como si fueran un puñetazo.
—Sabías que estoy enamorado de él, sabías que iba a confesarme en cuanto terminara el colegio este año y sabías, maldita perra, que Scorpius era lo más importante en mi vida. Aún así tú —pronunció ese pronombre como si lo estuviera escupiendo—, tuviste que robármelo también. Como si tener a toda la condenada familia comiendo a tus pies no fuera suficiente.
Lily no supo qué responderle, con toda la valentía Gryffindor perdida en su garganta y con las lágrimas cayendo de sus mejillas, sintiéndose peor de lo que nunca lo ha hecho por lastimar de esa manera a su hermano. Ni Scorpius, ni Albus, ni ella eran culpables de lo crueles que podían llegar a ser los sentimientos, pero el daño ya estaba hecho.
El siguiente capítulo será colgado la semana que viene, y así sucesivamente con los que restan. No, no sabrán cuántos son hasta que no estén todos colgados.
Besos, Ceci.