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En medio de una guerra, los soldados más fuertes de la humanidad perderán su razón para luchar, se cuestionaran hasta sus motivos para vivir. Salir de su zona de confort, los llevara a luchar contra sus propios demonios. Demonios que creían olvidados…

"Amame cuando nadie más lo haga, será cuando más lo necesite" suplico con la mirada Mikasa.

"Seguiré tus pasos, aunque no haya camino que recorrer, seguiré tu olor, aun cuando pierda el sentido del olfato. Te rescatare las veces necesarias, cuando te hundas en tu propio infierno. Y todo por ver, una vez más, el cielo en tu mirada" Levi, contesto mentalmente el suplicio mudo de ella, mientras secaba sus lágrimas.

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He de confesar que soy pésima con esto, pero heme aquí, haciendo mis pininos de escritora. Y de paso torturándolos. De antemano me disculpo por los horrores de ortografía con los que se toparan. Así, talvez se topen con un poco de spoiler. Y lemon… mucho lemon. Y sin más que advertir, ¡bienvenidos! A esta loca historia, producto de mi amor por esta pareja tan cool.

P.D. Las oraciones entre comillas y cursivas, son los pensamientos del personaje.

Está por demás aclarar, que ningún personaje me pertenece (excepto Levi) le pertenecen al genial Hajime Isayama.


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Capítulo I "El nuevo escuadrón"

Año 850, Arco de la Insurrección

Cuartel General de Investigación entre los distritos Ehrmich y Trost.

Decenas de papeles se encontraban regados por su escritorio, cuando acepto ayudar a Erwin con todo ese papeleo, jamás creyó que sería tanto, de antemano sabía que resultaría una tarea ardua y aburrida, y definitivamente esto, no era lo suyo. Pero como negarse ayudarlo con algo como esto, Erwin ya no podía hacerlo, aunque quisiera, la falta de su brazo derecho y sumado a la presión bajo la que estaba, le impedían asumir todo su trabajo.

El ruido de dos golpes huecos lo saco de sus pensamientos, no tuvo necesidad de girar o indicar un "adelante" sabía quién era al escuchar abrirse la puerta, solo alguien tocaba de esa forma y entraba sin ser invitada.

― ¡Pequeño Levi! ― grito entusiasta la comandante Hanji Zoe al cruzar el umbral.

El capitán Levi sin cambiar su expresión antipática, desvió la vista a la ventana que tenía frente a él y dedico toda su atención al grupo de soldados que en ese momento entrenaban frente al cuartel.

― ¡Uff! Tan huraño como siempre ― le soltó molesta mientras se recargaba con los brazos cruzados junto a la ventana por la que miraba Levi.

Al no obtener el típico saludo "Largate cuatro ojos" por parte de su compañero, lo observo detenidamente por algunos segundos, si bien su semblante lucia como siempre aburrido, cansado, arrogante e indiferente, su mirada expresaba algo distinto a lo normal. Si había alguien que lo conocía muy bien a parte de Erwin, esa era ella.

― ¿Qué pasa Levi? ― le pregunto en un tono de voz cargado de preocupación.

Él le hizo un movimiento con la cabeza, para que observara lo mismo que él, miraron con sumo interés el entrenamiento de soldados, detectando su entrega y coraje en cada movimiento.

― Son los nuevos que se han vuelto la elite dentro de la legión ― Hanji los reconoció al ver a Mikasa Akerman en el grupo ― lamento mucho lo que le paso a tu viejo escuadrón.

Por un momento Levi cerró los ojos ante el recuerdo, su viejo escuadrón, el que fue masacrado por Annie, al que ni siquiera pudo darle sepultura por tener que tirar los cadáveres al huir de los titanes. El que lucho bajo su mando sin cuestionar jamás sus decisiones los últimos cinco años. El que jamás volvería a ver.

Hanji se reprochó mentalmente por el comentario, coloco su mano sobre los nudillos de Levi, que estaban alcanzando un color blanco por la presión ejercida mientras él tenía cerrado el puño. Sin embargo sabía que no era esa pena lo que tenía a Levi desconcertado.

― Levi…

― Todo este tiempo hemos matado humanos… ― soltó sin más al tiempo que admiro los perfectos movimientos de la soldado Akerman ― ¿crees que ellos seguirán peleando igual de fuerte cuando lo sepan?

― La mayoría de ellos ya lo saben, o a estas alturas lo intuyen ― giro su rostro en dirección a él ― creo que la verdadera cuestión aquí, no es si ellos seguirán peleando… ¿seguirás luchando tú?

Guardaron silencio por varios minutos, lo que le pareció a Hanji una eternidad, sabía que era mejor dejarlo solo, se enderezo y camino hacia la puerta, con la misma pregunta en la mente "¿Seguirás luchando Levi?" estaba por jalar la puerta…

― Esta era mi segunda oportunidad…

Hanji se detuvo y bajo la cabeza, sabía el significado tras esas palabras, la historia que encerraban, la tristeza que embriagaban.

― Ya no hay un motivo…

Esas nuevas palabras la cabrearon un poco.

― ¡Pues busca uno nuevo! ― Le exigió antes de salir de la oficina. Ella también estaba impactada por la nueva verdad, aunque era algo que venía intuyendo hacía tiempo desde que conociera a Eren. Tal vez eso es lo que la había ayudado a digerir mejor la noticia. Eso y las especulaciones de su comandante, sobre quien era el verdadero enemigo.

Últimamente los ánimos estaban por los pies, el viejo cuartel no se encontraba habitado ni a la cuarta parte de su capacidad, las bajas que tuvieron al rescatar a Eren de Reiner y Bertolt esta vez habían sido muy altas, reduciendo a tan solo treinta y dos soldados a la Legión de Reconocimiento. De los cuales, cinco pasaron a formar parte del escuadrón de operaciones especiales, mejor conocido, como la elite del ejército de Paradis. Bajo el mando del capitán Levi.

― ¡Eren pon atención! ― reprendió Mikasa a su amigo después de que este no esquivara el golpe de Sasha.

― ¡Lo siento! ― Sasha corrió a levantar a Eren, no entendía cómo fue capaz de tirarlo, él era más fuerte que ella.

― No te preocupes Sasha, ha sido mi culpa por tener la cabeza en otro sitio ― con el dorso de su mano se limpió el hilo de sangre que corría por su barbilla, mientras trataba de ignorar las palabras y miradas de Mikasa. ― Pero he de confesar que te has vuelto más fuerte ― le guiño el ojo para tratar de relajar a su compañera de entrenamiento.

Mikasa acorto la distancia he intento revisar que tan profunda era la cortada que Eren tenía en el labio, pero desistió al recibir un manotazo por parte de él. Dio un paso atrás y miro al piso, no comprendía porque cada vez sentía que algo la distanciaba más de él.

Si bien los últimos años había notado que se estaban distanciando, desde la captura de Anni se percató que esa brecha entre ellos cada vez era más palpable. Las acciones y palabras de Eren hacia ella, se volvían más toscas.

Jean se acercó para disolver el ambiente tenso, últimamente los desplantes de Eren hacia Mikasa eran más notorios e hirientes. ― ¿No les parece raro?, llevamos dos semanas siendo oficialmente parte del escuadrón de elite, y ninguno de esos días el capitán se ha dignado a entrenarnos.

Todos a excepción de Mikasa se miraron entre ellos, tenía días que se hacían la misma pregunta en silencio.

― Eso es justamente en lo que estaba pensando ― explico Eren.

― Tal vez aún está de luto por su viejo escuadrón ― intervino Sasha.

― O tal vez no cree que seamos tan buenos como su viejo escuadrón y cree que esto es una pérdida de tiempo ― confeso su mayor temor Connie.

Todos guardaron silencio mientras meditaban esas palabras, para cada uno de ellos había sido un honor que él comandante Erwin, personalmente les anunciara su nueva posición dentro de la Legión. Pero la ausencia del Capitán Levi les hacía pensar que tal vez él no estuviera de acuerdo con la decisión del comandante.

― Pero ni siquiera Mikasa que ya sabíamos que formaría parte de la elite ha recibido trato por parte de él, ¿verdad? ― Jean miro a su compañera en busca de que reafirmara su comentario.

Pero no es hasta que Mikasa sintió la mirada fría de Eren penetrándola que decidió contestar ― No.

Todos soltaron el aire que sin saber estaban conteniendo, porque si Mikasa no había recibido acercamiento por parte del Capitán, tal vez su ausencia no se debía a que estuviera inconforme con los nuevos integrantes de su escuadrón.

Mikasa al sentir una mirada sobre ella, levanto el mentón, en cuestión de segundos ubico a la persona que la estaba observando, en el tercer piso del cuartel, en una de las ventas del centro, el culpable de las inseguridades que en este momento agobiaba a sus compañeros, el Capitán Levi, había posado su mirada sobre ella, lo observo intentando descifrar su mirada fría, pero antes de descubrir algo, él bajo el rostro y perdió contacto con sus ojos, resoplo molesta por la indiferencia que él mostraba hacia ellos.

― Entremos, Eren, está por llover ― ordeno Mikasa al sentir unas pequeñas gotas en su rostro.

Apretó fuertemente los puños hasta que sintió que se hacía daño con sus uñas, estaba harto de esa situación, por más que se lo pedía y explicaba, ella parecía hacer oídos sordos a sus palabras, " ¿Cómo rayos se supone que me gane la confianza del capitán y sargento si parece que siempre necesito de sus cuidados?" pensó.

― ¡Entra tú! ― le grito en respuesta ― entra y dejame en paz de una puta vez, ¿cuantas veces más tengo que repetirte que no necesito que cuides de mí?

Mikasa sintió sus palabras como puñales que la atravesaban, si bien Eren últimamente le contestaba mal, cada vez se excedía más. ― Eren…

― ¡¿Qué?! ― Sin pensarlo se voltio y sujeto a la joven de las solapas de su chamarra, sabía que estaba perdiendo el control, pero francamente estaba harto.

Nadie supo que hacer, todos se quedaron en shock ante el arrebato de su compañero. Mikasa solo alcanzo a poner las manos sobre el pecho de él para intentar alejarlo, al ver la furia en sus ojos se dio cuenta de lo que se avecinaba…

― Jaeger ― una voz baja, pero autoritaria, hizo reaccionar a todos, incluso a Eren.

― ¡Capitán! ― todos hicieron el saludo militar ante la presencia del Capitán Levi, todos, menos Mikasa que aún no entendía que era lo que había pasado y lo que hubiera ocurrido sin la intervención de él.

― Jaeger, espéreme en los calabozos ― le ordeno fríamente. ― El resto, limpien la cocina y preparen la cena.

Levi, que había vuelto a mirar al grupo, al escuchar los gritos del joven titán y ver su postura tensa, se preocupó que tuviera una transformación involuntaria. Había saltado por su ventana con ayuda de su equipo y en cuestión de segundos se había colocado a sus espaldas.

Todos salieron corriendo a seguir las órdenes de su Capitán, era increíble el respeto y temor que Levi imponía con su sola presencia.

― Akerman, ¿no me ha escuchado? ― se detuvo a un lado de la joven al ver que no se movía. ― ¡Akerman! ― tuvo que gritar para sacarla de su ensoñación.

― ¡Si, señor! ― saludo y estaba dando la vuelta para dirigirse al cuartel, aún no asimilaba nada, no se había dado cuenta en qué momento se quedó sola con él Capitán.

― ¿Hasta cuándo Akerman? ― Levi la miraba intensamente, intentando saber que pasaba en ese momento por su cabeza.

Mikasa se giró al escucharlo, jamás habría creído que él Capitán Levi pudiera hablar en un tono de voz suave. Pero en efecto, no había nadie más ahí bajo la lluvia que comenzaba hacer intensá.

― ¿Perdón? ― no logro comprender lo que él le preguntaba.

Levi solo negó con la cabeza y volteo al frente, al pasar a su lado se quitó su capa de la Legión y la poso sobre los hombros de la joven, al estar entrenando, ella solo llevaba una blusa de tirantes y pantaloncillos cortos.

Ella quedo descolocada ante aquel gesto, la capa en el acto le brindo calor, observo alejarse a Levi con destino al establo. Por su parte, ingreso al cuartel y a toda prisa se dirigió a su cuarto, no tenía ánimos de recibir la miradas de lastima de sus compañeros y no creía que la reportaran por no ir ayudarlos. Mientras más se acercaba a su habitación que compartía con Historia, las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas, eso la molestaba aún más. Odiaba llorar.

― Eren… ― susurro entre su llanto mientras sujetaba fuertemente su bufanda.

Solo la tormenta que en esos momentos que azotaba afuera podría representar el sentir en ese momento de Mikasa, cientos de recuerdos venían a su mente, en la mayoría de ellos Eren era el protagonista, ya ni siquiera podía recordar la última vez que él le había regalado una sonrisa. Eran tan lejanos esos días.

Cuando intentaba recordar los buenos tiempos, sentía que se trataba de otra vida, la desorientación hacia mella en ella, de poco en poco se había dado cuenta que sin Eren, su vida no tenía sentido, él era todo su mundo, y si había algo que le dolía más aparte de saber que él jamás la querría en la misma forma que ella a él, era salir de su vida. Hacía tiempo que se había conformado con formar parte de su vida, como hermana. Ho amenos era lo que se repetía constantemente.

La tormenta continuo por toda la noche, solo de esta forma fue posible que Historia no escuchara su llanto que no seso hasta la madrugada. Se levantó antes de que saliera el sol, necesitaba darse una ducha para mejorar su aspecto. A pesar de que estaban entrando al otoño, el agua del rio que corría a tres kilómetros del cuartel, estaba templada, ella tomaba una ducha a la semana en ese lugar. Ahí siempre lograba relajarse, y ese día más que nunca, lo necesitaba.

Saco su caballo lo más silenciosa que pudo, de inmediato lo monto y se dirigió a su destino, solo contaba con dos horas. Aun iba inmensa en sus recuerdos, no se percató de la ropa que estaba pulcramente doblada sobre una roca a tan solo dos metros de donde ella se detuvo. Bajo del caballo y sin pensarlo comenzó a desnudarse. El abrigo lo dejo sobre el suelo, luego comenzó con la blusa, tan solo le faltaban los dos últimos botones de debajo cuando sintió que el corazón se le detuvo por la imagen que presenciaba.

Justo en ese momento el Capitán Levi iba saliendo del río, tal y como había llegado a este mundo, desnudo. Su andar era lento, por más que Mikasa intento no hacerlo, no pudo evitar recorrer el cuerpo de su capitán. Su cabello estaba completamente echado hacia tras, mostrando su amplia frente, sus manos de él no le permitieron ver su rostro, su cuello era algo largo, sus hombros mostraban que tenía la espalda ancha, los bisep de sus brazos eran muy notorios, y su abdomen estaba perfectamente marcado, daban a entender porque era considerado el soldado más fuerte de la humanidad.

Su cintura era estrecha, el camino de bello que comenzaba bajo su ombligo era muy delgado, y al tiempo que su mirada lo seguía un nudo comenzaba a formarse en su garganta, trago en seco cuando se encontró con el miembro de su capitán "Santo cielo, si así es su tamaño mientras duerme, no quiero imaginar cómo será…

― Akerman, si ya termino de admirarme, ¡lárguese!

Mikasa reacciono como si alguien le hubiera soltado un latigazo, no tuvo valor para mirarlo a la cara, dio media vuelta y monto a su caballo partiendo lo más rápido que pudo.

Levi se restregó la cara con pesadez, en todos sus años jamás había estado en una situación tan comprometedora, no era la primera vez que una mujer lo veía desnudo, pero si la primera vez que una de sus subordinadas lo hacía. Y para colmo, él también se había deleitado con los senos de la joven, jamás habría pensado que para su corta edad, estuviera también desarrollada la mocosa, menos mal que reacciono antes de que ella se diera cuenta de cómo la estaba mirando.

― ¡Mierda! ― maldijo al sentir la erección que estaba teniendo. Era la primera vez que observaba a Akerman como mujer, y no como soldado.

Respiro tranquilamente para apaciguarse, cuando acabo de vestirse se dirigió a su caballo, en el camino se topó con un abrigo tirado, dudo si recogerlo o no, lo último que quería era ver nuevamente a la dueña. Después de unos segundos cogió con suma molestia la prenda. Estaban por comenzar los fríos y sabía que los soldados tenían muy pocas posesiones. Aún no comprendía como era posible que la joven no se percatara que había alguien más en el rio.

"Te creía menos torpe Akerman" pensó. El camino de regreso lo hizo lento, si había algo que el Capitán disfrutaba más que el té de Hanji, eran los paisajes, esos que le habían sido privados por más de veinte años, a veces aún se seguía sorprendiendo con la existencia de algunos. Pasada una hora regreso al cuartel, después de guardar a su caballo se dirigió al comedor, se sentó frente a Erwin y Hanji y sin cruzar palabras comenzó su desayuno.

― ¡Buenos días enanin! ― saludo Hanji con demasiada euforia para el gusto de Levi. ― Uff, ¿Qué a ti nunca se te acaba el mal humor? ― le reprocho ante su silencio.

― Muérete ― contesto con voz cancina Levi.

Erwin solo emitió una pequeña sonrisa, si había algo de lo que jamás se cansaría, seria de la interacción de sus amigos, si, para el comandante Erwin más allá de sus subordinados y brazos derechos, ellos eran sus amigos, y en su corazón, su familia.

Con Hanji tenía trabajando codo a codo diez años, desde que se habían enlistado formaron una estrecha amistad, siempre había tenido su apoyo y confianza. Algunas veces él había querido cruzar la línea de amistad, pero entonces se recordaba que él había decidido hacía muchos años, renunciar a su humanidad en pos de conseguir la libertad para todos. Ella jamás sabría todas las emociones y sentimientos que él sentía cuando se resignaba a solo decirle "Gracias Hanji".

Una vez más se encontraba meditando en ella, cuando una plática a la distancia robo su atención "Pobre Eren, debe morir de hambre…" levanto la vista y miro a Levi.

― ¿Hasta cuando te seguirá esperando en el calabozo? ― cuestiono el comandante.

― Necesito realizar unos experimentos y débil no me servirá ― reprocho Hanji.

― Si muere de hambre, podrías diseccionarlo, te encantaría, ¿no? ― Sin inmutarse por sus comentarios siguió comiendo sin dignarse a mirarlos. No le sorprendía que estuvieran al tanto de la situación.

Hanji volteo a ver a Erwin con entusiasmo ante el comentario de Levi, no era que ella deseara la muerte del joven, pero de tan solo imaginar la cantidad de conocimiento que podrían adquirir le hacía olvidar la estima que tenía sobre Eren.

Erwin tuvo que contener la risa al ver la cara de decepción de Hanji cuando le negó con un movimiento de cabeza la solicitud. ― Levi…

― Debe aprender una lección ― si por él fuera, el joven podría pasar una semana esperándolo. Lo había decepcionado al darse cuenta que tenía intenciones de golpear a su compañera.

― Como las que deberían estar aprendiendo tu nuevo escuadrón ― declaro Erwin mientras se ponía de pie y regresaba a su oficina.

Levi comprendió al instante la orden, así había sido siempre entre ellos, Erwin no necesitaba ser explicito cuando le comunicaba algo. Levanto la vista al percatarse del silencio en el que se quedó, no era normal que Hanji no estuviera parloteando. Se encontró con los ojos cafés de su compañera inspeccionándolo con preocupación.

― Levi… ― dijo su nombre como si temiera matarlo con tan solo pronunciarlo. Sabía que su amigo se encontraba en un debate interno, y cual fuera la decisión que tomara, seria trascendental, porque así siempre era con Levi, podía obviar cosas que para otros eran de suma importancia. Podía contar con los dedos de una sola mano, las veces que algo o alguna situación habían puesto a Levi en una encrucijada en los últimos siete años que tenían de conocerse.

Sin embargo, el capitán se marchó en silencio. Sabía que estaba preocupando a Hanji y se preguntaba cuanto tiempo tardaría en correr con Erwin y hacerle saber sus temores, esperaba que para cuando eso ocurriera, él ya tuviera una respuesta. Bajo las escaleras que lo conducían a los calabozos y se quedó por un rato en las penumbras observando a Jeager.

Si había algo de lo que podía jactarse el capitán, era de lo bien que se le daba leer a la gente. Cada gesto, postura y mirada le daban un claro panorama de lo que era la persona y podía esperarse de ella. Era la primera lección que le había enseñado su tío, lección que le había sido de mucha utilidad para sobrevivir en el mundo subterráneo.

Ira y determinación seguían siendo lo que veía en Jeager des el día que lo había conocido. Él joven carecía de fuerza, y la mayoría de sus acciones eran impulsos de su furia, pero el hecho de que estuviera dispuesto a dar su vida en el combate y anudado a que se pudiera convertir en titán, era lo que le habían dado el pase a formar parte de su escuadrón. Dio un paso a delante y salió de las penumbras haciendo saltar al joven por su repentina aparición.

― ¡Capitán! ― saludo Eren formalmente.

Levi lo examino unos segundos más, ocasionando que el joven se pusiera inquieto bajo su escrutinio.

― Lamento mi comportamiento de ayer capitán, no volverá a ocurrir ― sabía que el silencio del capitán lo estaba invitando a hablar. Podía sentir como el sudor comenzaba a recorrer su nuca, no se atrevía a mirarlo a los ojos. Hasta había olvidado que sentía que estaba muriendo de hambre.

― No creo que se conmigo con quien deba disculparse Jeager ― ante la mirada atónita de Eren, explico ― No fue a mí a quien estuvo a punto de golpear.

Eren quedo pálido ante la absurda idea, él jamás se atrevería a golpear a su capitán, él aún tenía muchos titanes que matar antes de morir de una forma lenta y dolorosa.

Levi espero, pero al darse cuenta que Eren no comprendía y sus cavilaciones habían tomado un camino muy diferente intervino ― va a disculparse con Akerman ― el ceño fruncido del joven ante la anterior orden, lo molesto más, claro, si es que era posible.

La rebeldía y desdén que mostraba el joven, le preocupaba, parecía que había algo que no estaba comprendiendo sobre el joven. No entendía cuál era el motivo de sus acciones tan crueles hacia la joven. Harto de la situación y recordando lo que tenía que hacer a partir de esa mañana, se giró y comenzó a partir.

― También limpiaras las letrinas durante una semana después de la cena y comunícale a tus compañeros que se preparen, el entrenamiento comenzara en treinta minutos ― partió dejando a un Eren molesto.

La verdad no es que limpiar letrinas fuera algo tan deplorable, pero pedirle disculpas a Mikasa si, no entendía porque debía hacerlo, después de todo era ella la que lo había llevado a asa situación, en esa frustración estaba cuando la culpable de todo apareció frente a él. Y para colmo, con una charola de comida.

― Eren… ― saludo con timidez, sabia por sus compañeros que su amigo había sido castigado y se había perdido la cena del día anterior y el desayuno del día, le había costado mucho robar comida, pero no le habían preocupado los riesgos, Eren era alguien que no podía perderse el desayuno jamás, de lo hacerlo sufría dolores de estómago todo el día.

Extendió la charola en dirección de él.

― Mikasa, discúlpame por lo de ayer ― pronunciar las palabras le habían costado demasiado.

Un calorcito se situó en el pecho de la joven al escuchar las palabras, se atrevió a mirarlo a la cara tímidamente. Cuanto deseo no haberlo hecho, haber vivido con la mentira de esa palabra. El rostro de Eren, detonaba ira, por más que él intentaba disimularlo, sus miradas se cruzaron y antes de que él lo expusiera, ella lo comprendió.

Porque ella sabía leerlo como jamás nadie podría hacerlo, ella entendía que había detrás de cada gesto, de cada sonrisa, por que para ella, Eren era como un libro abierto, antes de que él pronunciara las palabras que lo cambiarían todo, ella pudo sentir como algo dentro de ella se rompió.

― Mikasa ― pronuncio su nombre fuerte ― lo mejor será que te mantengas alejada de mi…

― Eren… ― sintió que colapsar al instante.

La miro contener su llanto y eso lo enfureció más ¿Por qué lloraba?, ¿Por qué no entendía? Ella era la culpable de todo esto, si tan solo ella no se hubiera… ― El capitán nos espera para entrenar ― paso de largo y su codo choco con la charola que la joven sostenía, haciendo derramar todo en el piso. No se inmuto y siguió su camino.

Observo el desastre en el piso, jamás se sintió más identificada con algo ― ¿Cómo alejarme de ti? Si estas tan lejos…

Armin, que también había ido a ver como estaba su amigo, llego por otro camino, no pudo evitar escuchar las palabras de Eren, se acercó a ella y comenzó a limpiar el desorden del piso. Cuanta pena le causaba su amiga, hacía tiempo que pronosticaba que esto pasaría entre ellos.

― Debes desacerté de él Mikasa ― suplico al sentir sus manos frías rozar las suyas mientras le ayudaba a recoger todo.

― ¿Cómo deshacerme de él? Si no lo tengo ― contesto en un susurro, estaba haciendo hasta lo imposible por no echarse a llorar sobre su amigo.

― Mikasa… ― se lamentó al escucharla.

Armin era una persona pacifica, en su vida había tenido tantas ganas de golpear a alguien, como lo sentía en ese momento, quería ir y buscar a Eren y obligarlo a golpes a disculparse con su amiga. Sabía que había mejores formas de decir las cosas.

Mikasa inhalo profundamente y se puso de pie ― La sargento me pidió que en cuanto te viera, te informara que el comandante te espera en su oficina ― le dedico un leve sonrisa para tranquilizarlo, no le gustaba causar esas molestias en él.

Armin asintió mientras la observo marcharse, el sentía sumo respeto y admiración por ella. Recordó que él había sido espectador incontables veces en que su amigo la había lastimado, y había guardado silencio, el remordimiento se coló muy dentro de él. Se prometió en ese momento, que jamás volvería a quedarse callado si alguien se atrevía a lastimar a su amiga. "Te lo juro Mikasa, nunca más"

Levi se encontraba corriendo al frente de su escuadrón, les marcaba el ritmo de la velocidad, dio un vistazo sobre su hombro y le molesto ver que solo Sasha y Akerman lo siguieran de carca, el resto del escuadrón venia rezagado casi con quinientos metros.

"Sera mejor detenernos, si completan este ejercicio, no les quedara fuerza para los demás" negó con la cabeza mientras los guio al centro.

Todos llegaron agitados y rojos del cansancio que los invadía, se colocaron en hilera mirando al frente. Se inquietaron bajo la mirada de su capitán, no decía nada, solo los miraba, su rostro no detonaba ninguna expresión. Solo paseaba su mirada de uno a otro.

La inexpresión de su rostro los estaba comenzando a poner nerviosos, incluso Mikasa se preguntaba que rayos estaría pensando.

Tras lo que parecieron años, Levi rompió el silencio. ― Muy bien, comenzare evaluando su condición en combate, y francamente espero que sea mejor que su lamentable desempeño al correr.

Todos tragaron en seco y comenzaron hacer parejas, todos querían demostrarle que se merecían estar en su escuadrón.

― Jamás ordene que hicieran parejas ― todos lo miraron confundidos ― yo seré su oponente.

Comenzaron a mirarse unos a otros.

"Estoy muerto" pensó Connie.

"Por favor Maria, Rose, Sinna, no dejen que muera hoy, aún hay muchos platillos que no he probado" Suplico en voz baja Sasha.

"¿Habrá forma de saltarme esto?", se preguntó perturbado Jean mientras intentaba buscar escusas.

"Este es mi momento, podre demostrarle al capitán de que estoy hecho" se animó solo Eren.

"Eren, espero que no te lastime de nuevo" se preocupó Mikasa.

― No se contengan ― les ordeno ― yo no lo are, no deben caer al piso. Jean, al frente ― se arremango la chaqueta.

Jean se colocó a un metro frente al capitán, el resto les concedió más espacio, tímidamente se puso en guardia, con un asentimiento de cabeza el capitán lo invito a comenzar. Inhalo profundamente, se inclinó y soltó el primer golpe, directo al rostro de Levi. Ni siquiera lo vio moverse, pero de inmediato sintió un dolor enorme en la boca del estómago, tosió y escupió sangre, de inmediato se dejó caer sobre sus rodillas mientras sujetaba fuertemente su estómago. Levanto la vista y miro a Levi, parecía que ni siquiera se había movido de su lugar.

Levi giro noventa grados en su lugar y miro a Connie, por instinto el joven retrocedió un paso, su mirada iba de Jean a su capitán, se limpió el sudor de la frente y avanzo, aun no se ponía en guardia cuando el capitán le soltó un golpe directo al ojo. Lo siguiente que vio Connie fue a Jean ayudándolo a ponerse de pie.

― Jearger ― volvió a girar y se puso frente a él.

Eren, se quitó la chaqueta, giro un poco su cuello y confiado se puso en posición de ataque, intento imitar el golpe que Levi le había dado a Jean, fallo estrepitosamente, el capitán lo tomo del brazo y lo giro sobre su cuerpo, ocasionando la ruptura de la muñeca del joven en el proceso y lanzándolo al piso.

― ¡Eren! ― gimió Mikasa, una mirada por parte de él le impidió correr a su lado.

Levi dio un par de pasos y se colocó frente a Sasha, la pobre se sintió como una presa ante su depredador "No deben caer al piso" recordó. Y ante la mirada atónita de todos, se dejó caer hacia tras, así cual larga era.

― ¡Ups! Ya caí ― declaro ante el ceño fruncido de su capitán.

― Cobarde ― la reto Levi.

― No capitán, es instinto de supervivencia ― le aclaro la joven mientras se ponía de pie.

― Una semana sin cenar Sasha ― sentencio Levi.

― ¡No capitán, espere! ― intento sujetarlo mientras él se dirigía a Mikasa. Ella prefería todos los huesos rotos que pasar una sola noche sin cenar.

Levi giro y golpeo su hombro, pero eso no fue suficiente para derribarla, ella intento patearlo, él sujeto su pierna y la giro haciéndola caer al piso, Sasha cayo boca abajo, el impacto le disloco la nariz que no tardo en comenzar a sangrar, se giró sobre su cuerpo y recostó sobre su espalda, Connie corrió a revisarla.

― ¿Te sientes bien, por qué sonríes? ― La cuestiono Connie, temió que estuviera ida.

― Porque salve mis cenas ― contesto ella.

Levi solo negó con la cabeza "Qué montón de estúpidos me han tocado" se lamentó. Se posiciono frente a su último contrincante, aquella que decían que valía por cien soldados. "Muy bien, veamos de que estas hecha Akerman" la reto con la mirada.

La observo tomarse su tiempo para disminuir la distancia entre ellos, no vio miedo en sus ojos, como en el resto de sus compañeros, vio determinación, y coraje, mucho coraje. Sonrió mentalmente, lo había conseguido, sabía que si lastimaba a Eren más que al resto, conseguiría incentivar a la joven.

"Demuéstrame que alguien aquí vale mi tiempo".

Continuara…


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Bueno hasta aquí el primer capítulo, espero no recibir muchos tomatazos, nos leemos pronto.

XOXOX DLM

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