.
.
Capítulo XV Deseos del cuerpo, anhelos del corazón.
.
Año 850, Arco de la Insurrección
Cuartel General de Investigación entre los distritos Ehrmich y Trost.
La primera vez… había escuchado algo sobre eso, noches atrás escucho a Sasha decirle a Historia que le había dolido como los mil demonios, pero que Armin fue considerado y que para ser la primera vez, no fue un total desastre, que claro, ahora después de bastante práctica, todo salía mejor y se sentía mucho mejor. Pero meses atrás, mientras se bañaba, algunas jóvenes platicaban fuera de su baño, mencionando que siempre era mejor tener su primera vez con alguien que tuviera experiencia, para que el recuerdo fuera más placentero, pero que claro, se corría el riesgo de quedar como una tonta al no saber hacer nada cuando el hombre era bastante experimentado…
¿Por qué rayos estaba pensando en eso? Debido a que esta vez era diferente, podía ver la determinación en los ojos de Levi, esta noche se consumaría aquello que llevaban bastante tiempo postergando. Pero a diferencia de las ocasiones anteriores en las que todos sus encuentros habían sido espontáneos, nunca tuvo tiempo de meditar lo que estaba sucediendo, estaba más ocupada sintiendo que pensando. En esta ocasión, él se estaba tomando su tiempo, permitiéndole gravar en su mente cada segundo y meditar en lo que estaba ocurriendo.
¿Y si no lograba complacerlo? Esa era su mayor incógnita y temor. Trago el nudo que se le estaba formando en la garganta y se pasó una mano por el rostro y respiró hondo, intentando tranquilizarse.
Levi la sintió temblar levemente bajo su cuerpo, le beso el dorso de su mano derecha y la deposito sobre la cama, se inclinó lentamente sobre ella, hasta quedar a centímetros de su rostro, en ningún momento dejo de mirarla directamente a los ojos, la forma en que brillaban sus pupilas lo hipnotizaban.
Ella podía sentir el aliento de él, tibio, cercano, acariciándole los labios. Su corazón empezó a latir con la fuerza de un tambor. Su agitación fue tal, que con vergüenza pudo ver cómo una sonrisa se iba formando en el rostro de él, al percatarse de lo que ocasionaba en su cuerpo. Sus ojos seguían mirándola con gran intensidad.
― Escúchame bien, porque no creo que lo vuelva a repetir jamás.- le dijo en tono bajo y profundo. Sus palabras eran susurrantes y la hacían estremecerse. – No sé cuándo, ni cómo lograste hacerlo, pero no puedo, no soporto, estar alejado de ti.
Se acercó aún más a ella. Sus narices se rozaban. Ella se sonrojo tras esa declaración y sus ojos grises quedaron atrapados en los verdes de él, hasta que Levi le dio tregua, él cerró los ojos al tiempo que inhalo profundamente el aroma que provenía de sus cabellos. Es dulce olor que tenía tiempo volviéndolo loco y haciéndolo adicto.
Levi levanto un poco la cara y elimino la distancia entre ellos, con su nariz recorrió su rostro, comenzando por la frente, bajando por su pómulo derecho, acariciando su mejilla con deleite, posándose sobre sus labios rosados durante unos segundos y terminando su recorrido en su clavícula, donde con un movimiento lento de su lengua probó la piel de la joven. El corazón de Mikasa se detuvo, solo para volver a latir con más fuerza.
Después de deleitarse con el sabor de su piel, hizo el mismo recorrido con su mano derecha, solo que esta vez no se detuvo en su clavícula, siguió descendiendo, rodeo su seno con lentitud, prosiguió por la parte lateral, la sintió estremecerse cuando llego a su cintura, siguió por su cadera hasta llegar a sus largas y torneadas piernas, detuvo su andar sobre la rodilla de ella y se la presiono suavemente.
La respiración de ella se volvió rápida y pesada. Su pecho subía y bajaba rítmicamente, agitado, y no tenía idea de cómo controlarlo. ¿Cómo era posible que él pudiera ponerla en ese estado con solo una caricia?
Levi regreso su mirada a sus ojos, se deleitó al notar como comenzaban a dilatarse sus pupilas, ese sonrojo sobre sus mejillas, solo la hacía ver más adorable y apetecible. Sello sus labios sobre los de ella, con delicadeza atrapo su labio inferior y comenzó a succionarlo lentamente, mientras que sus manos empezaron a liberar los botones de la blusa de ella.
Mikasa hundió sus manos en el cabello de él y lo jalo más hacia ella, libero su labio de esa adorable prisión y comenzó a besarlo con toda la pasión contenida que había acumulado en sus anteriores encuentros. Se sintió gloriosa cuando escucho el gemido que le arrebato y se estremeció al sentir las manos de él sobre su piel. Ella saco sus manos de las mangas de su blusa, en ningún momento dejaron de besarse.
Levi sintió que el tacto de la piel de ella era lo mejor que había tocado en toda su vida, era suave y cálida, acaricio el sector expuesto de sus senos, aquella parte que se escapaba de su sujetador, Mikasa entrelazo sus piernas en la cadera de él y recorrió su torso desnudo, deleitándose con sus formas y músculos marcados. Detuvo sus manos tras el cuello de él.
Separaron sus labios para permitirse respirar, agitado coloco su frente sobre la de ella, metió sus manos bajo su espalda y desabrocho su sostén, ella dejo de respirar, sus dedos ascendieron nuevamente hasta su pecho, acomodo sus manos justo bajo sus senos, levanto su rostro y la atrapo con su mirada, tortuosamente lento subió sus manos hasta depositarlas completamente sobre sus cumbres y los presiono con suavidad.
Mikasa entre abrió los labios y dejo salir un suspiro. Sentía el corazón en su garganta y no pensaba con coherencia. No podía moverse, tampoco. Estaba atrapada en la mirada profunda e intensa de Levi, una mirada que la estaba consumiendo.
Ha Levi le estaba costando de todo su autocontrol ir lento, sabía que era su primera vez, y que estaba asustada o preocupada, quería que fuera una noche memorable para ella.
Mikasa recobro el control de su cuerpo, se quitó el sostén y lo lanzo lejos, coloco ambas palmas sobre la cama y se sostuvo en ellas, acerco su cara al hombro de él y comenzó a depositar besos en un camino que la llevo a su lóbulo. Por nada del mundo quedaría como una inexperta ante él, y no porque se tratara de una competencia, simplemente ella quería hacerle sentir el mismo éxtasis que el provocaba en ella.
Los labios de ella lo quemaron instantáneamente, produciendo un incendio en su interior. Era un ardor que lo cubría por completo y que lo hacía temblar. Y cuando ella empezó a hacer un camino de besos hacia su clavícula, bajando por éste, utilizando sus labios y su lengua tal y como lo había hecho días atrás él con ella, perdió todo tipo de noción del espacio y la realidad. Era imposible articular ideas o pensamientos. Su raciocinio había quedado anulado.
Le estrujo los senos con vehemencia, sacándole un largo suspiro que fue a dar a su piel, le tomo ambos pezones y comenzó acariciarlos, dándoles leves apretones y jalones. Ella hizo un gran esfuerzo por no gemir cuando sintió los labios de él en el inicio de sus senos, su respiración de él sobre su piel le erizaba los bellos, poco a poco había comenzado a sentir calor sobre toda su piel, el cual se estaba dirigiendo a su centro y comenzando acumularse.
Levi deposito cálidos besos sobre sus senos, hasta que llego a uno de sus pezones y lo atrapo con su boca, lo acaricio con su lengua y comenzó a succionarlo, con su otra mano atendía el otro, entre suaves mordidas y besos logro sacarle un sesión de gemidos que le llegaron como música a sus oídos.
Mikasa se arqueo bajo sus caricias, sentía que poco a poco le robaba la cordura, cada que sentía presión sobre sus pezones no podía evitar presionar los hombros de él y jalarlo más hacia ella con sus piernas. Todas las sensaciones que él despertaba en su cuerpo eran arrolladoras.
Él comenzó a descender su mano libre, desabrocho con maestría su cinturón y desabotono su pantalón, el cierre lo bajo con lentitud, en espera de que ella se diera cuenta de lo que ocurría y lo detuviera si era su decisión, más ninguna intromisión llego por parte de ella, por lo contrario, levanto la cadera y bajo sus piernas para darle mejor acceso a que se lo quitara. Finalmente su pantalón termino en el piso junto con sus botas, dejándola solo con una prenda negra que cubría su parte más íntima.
Intensifico las caricias sobre sus pezones y deslizo su mano bajo la prenda de ella, cuando estuvo justo sobre su sexo, libero su seno y miro su rostro.
― Mikasa… ― su respiración era errática, ― Este es el punto sin retorno, si quieres detenerme, este es el momento para que lo hagas. No tengo intención alguna de controlarme. Ni ahora, ni en el futuro.
Sus ojos oscurecidos la miraban con deleite, con excitación, con lujuria, él hablaba del punto sin retorno, si supiera que ese punto había quedado mucho tiempo atrás. Coloco sus manos a ambos lados de su rostro y lo atrajo hacia ella, penetro su boca con gran intensidad y deseo desmedido.
Levi no pudo evitar gemir dentro de la boca de ella e introdujo su dedo corazón dentro de su intimidad, la calidez y humedad que lo recibieron fueron un nuevo catalizador para responder el beso con mayor frenesí, le introdujo un dedo más y sujeto entre ellos su clítoris, comenzó con caricias suaves y de poco a poco subieron de intensidad.
Mikasa comenzó a retorcerse bajo su tacto, se aferró a sus hombros y pego su cuerpo al de él. La sensación del calor del cuerpo de Levi, la hicieron desearlo con mayor ímpetu, sentía que la llama que recorría su cuerpo se volvía incandescente, ya solo podía sentir, el resto de sus sentidos estaban nublados, la forma en como la acariciaba haya bajo y como jugaba con su pezón, añadido a la manera en que respondía sus besos, estaban en perfecta sincronía, conduciéndola a una culminación inminente.
Él acelero sus movimientos cuando sintió la presión de las piernas de ella a sus costados, tomo el control sobre su boca y jugo con su lengua, estrujo un poco más su montículo y se deleitó con el sonido de su voz cuando pronuncio su nombre al provocarle un orgasmo.
Ella sucumbió ante el aborigen de sensaciones que se habían apoderado de ella, relajo todo su cuerpo y cerró los ojos, sintió como fue libre de todas esas partes donde él la había hecho su presa, tras varios segundos logro regular su respiración y abrió con lentitud sus ojos, lo primero que vio fue la mirada socarrona de Levi, en otro momento le hubiera molestado su pedantería, pero en ese instante se le hacia la visión más sexi del planeta. Sus cabellos caían de forma juguetona sobre su frente, sus ojos estaban totalmente dilatados, presas de la misma euforia que ella. Su corazón hasta hace unos segundos controlado, comenzó nuevamente a desenfrenarse ante la mirada penetrante de él.
Solo le dio tregua por unos segundos, nunca en su vida había deseado tanto a Mikasa, era increíble lo que cada roce le producía por dentro. Sentía en el centro de su pecho el deseo por ella, volviéndose una llama incandescente. Poco le importaban las consecuencias, estaba dispuesto a tomar lo que le pertenecía: Mikasa.
Sí, ella le pertenecía; y además, él la necesitaba. Nadie la conocía como él; habían llegado a tal punto que podían comunicarse con miradas o ciertos gestos, con nadie había logrado ese tipo de compenetración. El absurdo autocontrol que había estado poniendo de barrera era una excusa para no admitirse a sí mismo que la deseaba y que le importaba mucho más de lo que había llegado a imaginar. Aun con todas las diferencias, aun con todo lo que encontraba irritante e insufrible en ella; Mikasa había actuado como un virus dentro de él, se había anidado casi imperceptiblemente, causado molestias, y luego, expandido como una enfermedad por todo su cuerpo. Necesitaba apagar esa ansiedad, ese fuego, esa necesidad de tenerla. Ya no iba a seguir negando lo innegable.
Quería tenerla y al diablo con las consecuencias.
La beso nuevamente, jamás se cansaría de probar esos carnosos labios, suaves y dulces, le provocaban querer beberle hasta el alma. Y como siempre ella correspondió con la misma intensidad, con la misma pasión, con la misma excitación. Deslizo sus manos hasta su cadera y la estrujo al tiempo que la atrajo más hacia él. La manera en que ella lo besaba lo enloquecía, él jamás se había sentido tan poco dueño de sí mismo como en ese momento. Tomo la pequeña prenda que se interponía entre su deseo y se la jalo de un tirón, provocando que esta se rompiera y la dejara libre ante él.
Tomo su almohada y la coloco bajo la cadera de ella, se quitó su pantalón y se colocó entre sus piernas, acariciando esas piernas suaves, largas y esbeltas que antes le habían parecido insignificantes y ahora lo hacían delirar. Ella soltó un gemido y Levi se estremeció. El solo sonido de los gemidos de ella era capaz de acabarlo en aquel mismo instante. Tomó sus muslos y los coloco a la altura de su cadera.
Mikasa tembló al sentir la erección de él chocando contra su zona pélvica. Se sonrojó intensamente y sintió un cosquilleo intenso recorriéndole el cuerpo. Comenzó a sentirse nerviosa y seso el beso, su respiración era sumamente agitada, su deseo por él era descomunal, y a pesar de que su cuerpo jamás se había sentido tan bien, tuvo miedo, por efímeros segundos, tuvo miedo.
Los dos se miraban directamente a los ojos, hipnotizados el uno en el otro, diciéndose todo aun en el silencio. El acaricio su rostro con ternura, descendió su caricia lentamente, paso entro sus senos y se detuvo sobre su ombligo. Ella se estremeció bajo su tacto, miro su pecho y se deleitó con esa imagen, tan perfecta, tan surreal, suspiro profundo y poso una palma sobre el corazón de él. Sintió sus latidos fuertes y acelerados y se preguntó si ¿era cada uno de esos latidos por ella y para ella?
Para él la visión de ella era exquisita, jamás se le había hecho tan hermosa como en ese momento, la mirada de sus ojos era una mezcla de lujuria y temor, sus labios entre abierto intentaban controlar su respiración acelerada, su pecho subía y bajaba de forma descontrolada, sus piernas lo aprisionaban con fuerza, más el tacto de su mano sobre él, era suave, tierno, hasta podría jurar que temeroso.
Volvió a besarla e introdujo su lengua, ella siguió su ritmo, repentinamente todos sus miedos absurdos desaparecieron, lo abrazo con fuerza y lo atrajo lo más posible a ella. Sus pechos presionados sobre su pecho de él lo hicieron sentir poderoso, solo él podía besar y poseer su cuerpo, ella era suya y después de que entrara en ella le pertenecería por siempre, sin importar si en un futuro no estaban juntos, ella siempre sería suya.
Mikasa apretó sus dedos en la espalda de Levi, una espalda fuerte y torneada.
― Va a dolerte un poco ― le advirtió en un susurro sobre sus labios.
― No importa ― gimió ella en respuesta.
Él quería ser delicado, pero ella no se lo ponía fácil, quería que siempre atesorara ese momento. Era la mujer más apasionada con la que jamás hubiese estado, sus besos, sus caricias, sus movimientos, todo era fogoso en ella y le hacían olvidarse de todo, nada más existía, solo el placer que ella le hacía sentir y la forma en que lo consumía.
Intensifico el beso y se colocó justo en su entrada, se acomodó de manera perfecta y de una sola estocada la penetro. La estreches y humedad con la que ella lo recibió lo envolvió en ondas de placer. Por su parte, Mikasa en respuesta no pudo evitar morderle el labio inferior para no gritar y clavar sus uñas en su espalda, el dolor que sintió la hizo congelarse en el momento, tensarse por completo y contener la respiración.
Él le permitió que se acostumbrara a su intromisión, poco a poco comenzó un vaivén suave. Cuando finalmente ella libero su labio hundió su rostro en su cabello y acelero un poco su penetración.
El dolor estaba allí, pero no era nada comparado con las oleadas de placer que cubrían todo su cuerpo. Cada vez que Levi entraba en ella, sentía que el mundo iba a colapsar justo sobre su cabeza. Sentía el aliento de él contra su oreja, y podía sentir el placer que él estaba sintiendo mezclándose con el suyo, eliminando toda frontera, todo límite divisorio.
Cuando por fin la sintió relajarse y soltar el agarre de su espalda, se irguió y estrujo sus senos, comenzó acelerar el ritmo de sus movimientos. La escuchaba gemir, cerrar los ojos, apretar sus brazos y arquear su espalda, lo enloquecía, si definitivamente, Mikasa era su perdición. Cada vez que entraba en ella, un placer, lo acababa, lo destruía y lo volvía a construir, haciéndolo desear más y más.
― Levi… ― soltó ella entre gemidos y sus ojos se abrieron.
― Mikasa… ― aumento todo lo posible sus embestidas.
Minutos después ella sintió algo recorrer todo su cuerpo, juntarse en su centro y explotar, arqueo lo más posible su espalda y presiono con demasiada fuerza los brazos de él. Al sentirle sucumbir y contraerse alrededor de él, se dejó liberar dentro de ella. El clímax los golpeó a la vez con una fuerza única, y entre gemidos Levi se dejó caer sobre ella, agitado, sintiéndose extrañamente diferente; como si, desde ese preciso momento, nada pudiera volver a ser como antes.
Mikasa acaricio sus cabellos, su corazón amenazaba con salirse de su pecho.
― Tu corazón parece caballo desbocado ― enuncio lo evidente con voz rasposa y entrelazó su mano con la de ella.
Ella rio ante su ocurrencia, se sentía tan bien, tan liberada, tan en paz con el mundo entero, si en ese momento la muerte tocara a su puerta, ella podría recibirla sin problema alguno, ya nada le hacía falta, se sentía plena. Podría abrazar cualquier destino que la vida le designara.
― Levi… ― logro decir entre respiraciones entrecortadas, no lograba equilibrarse.
― Mmm ― contesto él, se estaba deleitando con sus latidos acelerados.
― Eso fue… genial ― le confeso y el sonrojó sobre sus mejillas se hizo presente.
Levi sonrió descaradamente sobre su seno ― eso fue solo el comienzo ― le aviso de forma tenaz.
― ¿Qué? ― pregunto de inmediato ella. ¿Cómo que solo el comienzo? Ella estaba exhausta, a pesar de que no había hecho nada.
― Que solo estoy esperando a que te tranquilices, no me apetece provocarte un paro cardiaco o respiratorio ― le confeso. Él todavía tenía una larga lista de posiciones en las que quería hacerla suya.
Mikasa no supo cómo interpretar eso, era verdad que ni durante sus combates con titanes o en sus entrenamientos se había sentido tan agitada, pero bajo ninguna circunstancia ella quedaría como una tonta frente a él. Lo tomo por los hombros y giro con el sobre la cama, ahora era el quien estaba abajo, se sentó ahorcadas sobre él y le sonrió.
― Es mi turno de explorar tu cuerpo ― se mordió el labio inferior y comenzó a estampar besos sobre su pecho.
Levi se quedó perplejo ante la sorpresa de sus movimientos, ante la agradable sorpresa de sus caricias. Se recostó placenteramente y se dejó consentir por la calidez de sus labios y la suavidad de sus manos. Mikasa prometía hacerle sentir una experiencia única, y él estaba decidido a dejarse sucumbir ante sus exploraciones.
Mikasa saboreo su piel, sabia salada y a la vez dulce, una extraña combinación que solo la incitaba a probar más, se deleitó con la forma perfecta de sus músculos, tan bien trabajados, sin rayar en lo exagerado, no pudo evitar presionar esas partes donde estaban sus cuadros marcados, y sus bíceps se le antojaban, en esas partes deposito mordidas, a su paso hacia abajo fue dejando leves marcas rojizas, quería marcar todo a su paso, hacerle saber al mundo que le pertenecía a ella y solo ella. Llego a su línea fina de bellos, que la fueron conduciendo a su miembro, que para ese momento ya estaba erguido nuevamente.
Abrió los ojos de par en par al vislumbrar su tamaño, estaba segura que era mucho más largo que su palma y que no podría cerrar su mano alrededor de él, como niña con juguete nuevo lo tomo con delicadeza y comprobó que no podía cerrarla alrededor de el, lo apretó levemente y Levi gimió en respuesta, levanto la vista y miro su rostro, tenía los ojos cerrados pero la expresión en su rostro manifestaba el placer que estaba sintiendo. Aún no podía creer que había sido capaz de albergar todo eso en su interior.
Comenzó a subir su mano de arriba hacia abajo sin soltar su falo, lo apretó un poco más y aceleró el ritmo, se deleitó con la forma en que el cernía sus puños sobre las mantas, y apretaba los labios. Pronto un líquido transparente comenzó salir de la zona superior, ella se relamió los labios y se preguntó que sabor tendría. Observo que tenía un poco de sangre y resto de otros fluidos que seguramente eran de los dos, pero lejos de asquearla los ignoro, ella solo quería saber a qué sabía eso que salía de él.
Detuvo sus movimientos y se inclinó sobre su miembro, Levi gruño ante su cese de acción y abrió los ojos, se asombró cuando vio lo que estaba por hacer.
― Espera ― logro detenerla al sostenerla de su cabeza.
― ¿Por qué? ― quiso saber ella, él lo había hecho con ella, la había probado, ¿Por qué ella no podía hacer lo mismo?
― Esta sucio ― le explico lo evidente y tomo asiento.
― No me importa ― le explico y comenzó a descender nuevamente.
― Pero a mi si ― no podía dejar que ella lo llevara a su boca en esas condiciones. Pero la determinación en sus ojos le dejo claro que iba hacerlo. Se liberó de ella y se puso de pie muy rápido, fue a su escritorio y tomo la jarra de agua que estaba encima y con su contenido enjuago su miembro. Regreso a su encuentro y se paró frente a ella.
Mikasa no pude evitar sonreír, se puso de pie también, lo empujó hacia la cama para que este tomara asiento en la orilla, le abrió las piernas y se colocó en medio, recorrió su pecho con ambas manos hasta llegar a sus piernas, y comenzó a descender, se colocó en rodillas y volvió a estimular su miembro. En respuesta Levi cerro los ojos y hecho la cabeza para ataras y se agarró con fuerza de la orilla de la cama. Cuando ella logro que él lubricara nuevamente sin pensarlo se llevó su falo a la boca y se deleitó con su sabor, era dulce.
No le cabía por completo en la boca, tuvo que hacer ayuda de su mano para abarcarlo y cubrirlo por completo, puso en sincronía sus movimientos, con su lengua lo acariciaba sin dejar de ascender y descender, tuvo cuidado de no lastimarlo con sus dientes.
Levi sentía que estaba en el paraíso, Mikasa lo estimulaba con maestría, sabía que puntos acariciar exactamente, que fuerza emplear y que velocidad tomar, la forma en que lo estaba degustando amenazaba con hacerlo terminar pronto. El placer que se extendía por su cuerpo era perturbador, jamás nadie lo había hecho gozar o estremecerse de esa forma.
Podía sentir como sus músculos comenzaban a tensarse con cada succionada de ella, los minutos se le hicieron eternos, la tomo por los cabellos con una mano y acelero un poco más sus movimientos y se deleitó con la imagen ante sus ojos.
Ella obedeció sus suplicios y acelero su paso, la mano de él la presionaba hacia abajo, sin lastimarle la garganta, cedió un poco más y lo escucho respirar de forma acelerada y agitada, presiono con su mano un poco más su miembro.
― Saca…lo estoy… por termi…nar ― le anuncio él. No quería venirse en su boca y que ella tuviera una mala experiencia.
Pero esas palabras, lejos de ser una orden para ella, fueron una estimulación, acelero lo más que pudo y pese a que sintió un jalón en sus cabellos para que se retirara trago gustosa todo el contenido que él inevitablemente dejo salir dentro de su boca.
― ¡Joder Mikasa! ― se dejó caer sobre su espalda al estallar en su boca, era la primera vez que terminaba dentro de la boca de alguien. Pero maldita sea que había sido tocar el cielo, y todavía lo estaba siendo, podía sentir como ella seguía succionando todo, limpiándolo con su lengua cualquier residuo, sin darle tregua.
En cuestión de pocos minutos, bajo sus caricias, logro volver a ponerlo firme, lo soltó y se puso de pie, recostado sobre la cama, completamente desnudo frente a ella, se le antojo como la visión más sexi que jamás había visto. Subió sobre él y con las piernas abiertas a sus costados se sentó sobre él, dejando sus sexos rosándose.
Se inclinó y comenzó a besarlo desde su mentón hasta su boca, él enredo sus manos en sus cabellos, apretando su cara contra la de él. Levi saqueaba su boca como un perfecto ladrón, ella le robaba hasta el último aliento de sus labios, mientras acariciaba su cuerpo de forma frenética. Estaba insaciable quería más y más de él. Se mordieron y lamieron hasta fundir sus bocas lo más posible y sentirse saciados. Una ola de electricidad los recorría, generando un magnetismo entre ambos imposible de romper. Se distanciaron para respirar, solo la falta de oxígeno era posible de romper sus besos.
Se miraron agitados con el anhelo tatuado en sus rostros, una imagen que cada uno inmortalizaría en su memoria para siempre, ella tenía todo el cabello revuelto, a causa de él, pero así de salvaje se veía caóticamente hermosa y sexi. Él con su semblante duro, mirada oscura y totalmente desnudo bajo ella, lucia absolutamente decadente, sexy y malvado.
― Móntame ― le ordeno él. En ese momento lo que más le apetecía era volver estar dentro de ella.
Ella se mordió su labio inferior y obedeció complacida, acomodo el miembro en su abertura y se deslizo sobre el, Levi la tomo de las caderas y la jalo lo más posible hacia abajo mientras levantaba su propia cadera, estaba tan jodidamente estrecha que lo envolvía como si se tratara de un guante, empezó a empujar con fuerza dentro de su cuerpo. Ella se sujetó de sus hombros, se colocó en cuclillas sobre sus pies y comenzó el vaivén, se estremecía cada vez que su miembro llegaba a un punto sensible en su interior.
Él la tomo por las nalgas para hundirse mas en su cuerpo, comenzó a besar su cuello y llevo una de sus manos a un seno, se lo apretó y acaricio con el pulgar su turgente pezón rosado que lo coronaba. Las caderas de ella lo buscaban ansiosa, él la embistió más fuerte algunas veces, ella grito cuando lo sintió en lo más profundo de su ser, llevo su boca a su hombro para silenciarse, lo mordió con cada embestida que le daba.
Levi succiono su cuello, lamio su clavícula, ambos aceleraron el paso, por varios minutos ella domino bastante bien la posición y la técnica, pero ambos llegaron al borde de las sensaciones, derretidos por todo el éxtasis que sus cuerpos generaban en sincronía, presas de todas emociones que en ese momento los embargaba, y extasiados por todo el placer que se propiciaban mutuamente, ambos sucumbieron al mismo tiempo en un orgasmo más.
Esta vez ella se dejó desplomar sobre su pecho, el acaricio su cabello y nuca, y comenzó hablarle al oído, en un tono ronco y seductor.
― Me vuelve loco… estar dentro de ti ― su voz era entrecortada ― tu calor y suavidad… son en suma… placenteros.
Ella sonrió complacida por sus palabras, se removió con fuerza nuevamente, él le beso su frente aperlada, sus labios entre abiertos, su mentón duro, su cuello suave, hasta tomar uno de sus senos con su boca, succionándolo para luego tomar su pezón con los dientes y jalarlo. Ella gimió, era una combinación de dolor y placer indescriptible.
La tomo de las caderas y se la quitó de encima, la coloco sobre la cama, la giro para colocarla boca abajo y le jalo las caderas hacia arriba para que quedara a gatas, se arrodillo detrás de ella y se hundió sin contemplaciones en su cavidad, empezó a penetrarla con más ahincó. La embestía como si quisiera partirla en dos, se inclinó sobre ella y metió una mano por debajo, entre sus pliegues y atrapo su clítoris, comenzó acariciárselo sin disminuir la velocidad y fuerza de sus embestidas.
La hizo enloquecer, se sujetaba lo más fuerte posible sobre la cama que yacía destendida bajo ellos, sentía que no aguantaría más, sentía su cuerpo a punto de explotar nuevamente, debía ser catalogado como inapropiado la forma en que el la poseía, se aferró con las uñas al colchón, abrió la boca en busca de aire, pero de ella salió un gemido muy sonoro.
El acelero los movimientos, se sujetó con fuerza de su cadera, acaricio con más ímpetu su clítoris y cuando fue evidente que ella estaba llegando, se unió a su clímax, se corrió dentro de ella como no lo había hecho en toda su vida. Mientras eyaculaba la siguió envistiendo, sus cuerpos húmedos resbalaban el uno del otro, su semen corría con abundancia por los muslos de ella, poco a poco la tormenta pasional aminoro. Sus respiraciones acortadas y el sonido de sus gemidos de placer llenaron la habitación hasta hacerse inaudibles. El salió de sus adentros y la tomo de la cintura para recostarse, ella giro para quedar de frente a él. Levi extendió su brazo y ella aceptó la invitación, se recostó sobre el y lo abrazo, él la tomo por el mentón y le levanto el rostro, comenzó el beso nuevamente, pero esta vez fue más cálido y lento por parte de ambos.
Ella acaricio su rostro hasta depositar su mano a la altura de su hombro y dejarla ahí. Finalmente saciados, el rompió el beso y deposito uno más sobre su frente. La atrajo más hacia su pecho y comenzó acariciar su espalda. Dibujando círculos sobre ella. Mikasa se entregó al cansancio que su cuerpo le reclamo al instante de que sucumbió en su brazo. Cuando recupero la conciencia de sí misma, estaba metida dentro de la bañera con Levi a sus espaldas. El agua estaba tibia, sus músculos relajados y los primeros rayos del sol entraban por la ventana. Se sentía somnolienta y lánguida, si no fuera por el cuerpo de él que la sostenía, estaría seguramente hundida.
Le estaba lavando el cabello, y por cómo se sentía su piel, ya había hecho el resto con su cuerpo, al ser consciente de ello enrojeció por completo al saber que él la había visto completamente desnuda, de inmediato razonó que era una tontería, claro que ya la había visto desnuda y ella a él, era una estupidez a esas alturas ser pudorosa. Sintió una agradable sensación cuando el agua caliente bajo por su cabeza, cerró sus ojos y le permitió terminar su tarea.
Se estremeció cuando sintió sus labios sobre su espalda y sus manos aprisionar sus senos.
― Estaba ansioso porque despertaras ― le susurró al oído. Después de que se quedara dormida, solo le dio tregua por una hora, preparo la bañera y se introdujo con ella, la baño con delicadeza hasta que ella finalmente despertó. Esa mujer lo había vuelto loco durante semanas, ahora no la dejaría salir de su habitación hasta que no se saciara de ella, aunque como pintaban las cosas, eso jamás ocurriría, pues entre más la poseía, más quería perderse dentro de ella.
Mikasa se sintió poderosa ante esas palabras.
Levi se recargo en la bañera y la jalo más hacia él, apoyo su barbilla en su hombro, rodeo con sus manos su cintura, y bajo una lentamente hasta su monte de venus, acaricio sobre su bello púbico y con su dedo comenzó a estimularla, mientras su otra mano la subía hasta colocarla sobre uno de sus senos, lo amasó hasta ceder ante su pezón que ya estaba erguido demandando su atención, abajo comenzó a penetrarla con dos dedos, ella abrió más las piernas mientras se retorcía, balanceando más sus caderas para clavarlas más en sus dedos, luego de un rato, Levi salió de sus partes privadas, verla tan entregada lo éxito de nuevo, la tomo de la cadera y con facilidad la giro sobre él, hasta dejarla a ahocadas y la penetro de una sola embestida.
A pesar de que ella era la que estaba encima, era él quien llevaba el ritmo de la penetración, ella solo tuvo tiempo de sostenerse con fuerza de sus hombros, clavo sus ojos en él, ahí estaban de nuevo sus ojos nublados por la excitación, se había percatado que le gustaba rudo, rápido y caliente, y valla que a ella le gustaba de la misma forma. Ciertamente esa noche él había desplegado todos sus encantos y habilidades como amante. Ella creía que perdería nuevamente la razón cuando sintió su siguiente orgasmo a la puerta de su centro.
La jalo del cuello para estampar sus labios sobre ella, ciertamente jamás se cansaría de poseerla, de acariciarla. Los dos se acoplaban perfectamente, de forma armónica y sincronizada, como si fueran parte de un mismo engranaje; como si además de sentirse mutuamente, también pudieran entenderse de forma absoluta e irrefutable. Ella era pasión desmedida, se entregaba por completo a sus emociones y se dejaba hacer en sus brazos. Se entregaba por completo a él. Ella lo besaba como si su vida dependiera de ello, él correspondía con la misma tenacidad.
Ella rompió el beso y se irguió para dejarle una mejor entrada, el apuro el paso y apretó su cadera dejando marcas que a ella después le sacarían una sonrisa al recordar cómo fueron hechas. El placer era infinito e indescriptible, podía sentir como él deseaba todo de ella, desde cuerpo hasta su alma.
Levi sentía como el fuego lo quemaba por dentro, había estado con varias mujeres, pero nunca una lo había hecho sentir todo eso, no sabía cómo despertaba ternura y deseo al mismo tiempo dentro de él. Verla dormir sobre su brazo le hizo creer que ella era un ángel, tan harmoniosa y hermosa a la vez, trayendo paz a su existencia. Levanto la vista y se enfrasco en sus ojos, esos de color metálico que en ese momento estaban clavados en él con lujuria. Incremento el vaivén y ambos alcanzaron la liberación al mismo tiempo.
Ambos gritaron el nombre del otro al mismo tiempo, ella estaba por dejarse caer hacia atrás, pero él la sujeto con ambas manos y la atrajo hacia su pecho. Las ondas de placer dieron paso al cansancio, ella suspiro profundamente sobre su piel y sonrió, con toda la alegría que en ese momento sentía. Habían hecho el amor durante toda la noche, había sido una experiencia que toco fondo en ella, porque no solo fue la satisfacción física, ella se sintió muy unida emocionalmente a él como nunca antes, era palpable el vínculo que se había formado entre ellos.
― ¿Qué voy hacer contigo? ― dijo él en voz baja, sin evitar soltar un suspiro que salió desde lo más profundo de su pecho y beso sus cabellos.
― Creo que ya has hecho bastantes cosas conmigo ― contesto ella.
― No me refiero a eso ― La quería a su lado, viviendo con él, pero existían demasiadas complicaciones, y también muchos secretos, asuntos que él temía revelarle.
Pero ella era más astuta, podía sentir como el miedo comenzaba apoderarse de él, y lo último que quería era ponerlo en una encrucijada o que echará a perder el momento con una de sus estúpidas oraciones.
― Esta amaneciendo, debemos prepararnos para el entrenamiento ― con eso zanjo cualquier discusión que estuviera por venir.
Se levantó de la tina y salió de esta chorreando agua, se fue directo a la habitación, cuando cruzo frente a la ventana, los cálidos rayos del sol acariciaron su piel, Levi vio la figura de su cuerpo desnudo contra luz y enseguida sintió como su boca se secaba y su miembro masculino volvía a despertar. En verdad jamás se cansaría de hundirse en su cuerpo.
La escucho vestirse aprisa, pero se negó a salir de la bañera, sabía que si lo hacía, no le permitiría dejar la habitación sin hacerle el amor, por lo menos unas cuatro veces más. Tras diez minutos, ella regreso al baño, camino hasta él y se inclinó sobre su cabeza, lo tomo de la nunca y le estampo un beso. El la sujeto de un brazo y profundizo el beso, ella se soltó en contra de su voluntad de él y se alejó. Negó con la cabeza mientras le sonreía.
― Es hora de irme, capitán ― le cerro un ojo y salió del baño y de la habitación. Corrió al cuarto de sus compañeras, Historia y Sasha en vez de buscar otra habitación para ella, consiguieron otra cama y un buro, de esa forma ella pudo regresar a su vieja habitación.
Levi se recostó y cerró los ojos, inhalo profundamente y soltó lentamente el aire. Se dejó embriagar por ese calor que se extendía en su pecho y provenía de su corazón. Jamás en sus treinta años se había sentido de esa forma, tan glorioso y en paz con él mismo. No sabía que fue lo que hizo para merecer la presencia de ella en su vida, pero definitivamente estaba agradecido con quien fuera el que la había puesto en su camino.
Continuara…
.
.
Lo sé, he tardado lo que parece una eternidad. Espero el capítulo fuera lo que esperaban, gracias por todos sus hermosos comentarios, en esta ocasión les voy a deber la respuesta.
Mil gracias por sus nominaciones en los RivaMika Awards, son un amor.
XOXOX DLM