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Capítulo II "Rosas Silvestres"

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Año 850, Arco de la Insurrección

Cuartel General de Investigación entre los distritos Ehrmich y Trost.

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Si digiera que no tenía miedo, seria mentira, había sido asombroso la facilidad con la que había hecho caer al piso a cada uno de sus compañeros, podía sentir la tensión en cada uno de sus músculos, pero de ahí a que le demostrara su temor, jamás, ya vería ese enano de lo que ella era capaz. Se quitó su chaqueta y la lanzo hacia Sasha para que la sujetara. Acorto la distancia entre ambos. Pudo ver claramente el reto en la mirada del capitán y eso la molesto aún más.

"Te are besar el piso" pensó decidida.

Lanzo hacia él un derechazo, pero solo fue para distracción, seguido arremetió su puño izquierdo directo al abdomen de él, por su parte, Levi sin ningún esfuerzo detuvo el golpe con su palma derecha, pero percibió que la joven era bastante fuerte, quiso sujetar su puño izquierdo para hacerla girar sobre su espalda, pero en medio vuelo, Mikasa pudo sujetarse del cuello de él.

Ella intento hacerle una llave al cuello ahora que estaba a sus espaldas, pero él lo evito al golpearla con su codo en el abdomen, el dolor hizo que lo soltara. Levi giro de lado y le lanzo una patada que dio en el hombro derecho de ella, la hizo retroceder unos cuantos pasos, pero no logro derribarla. Mikasa, arremetió de inmediato, contestando igualmente con una patada dirigida a su rostro, Levi solo tuvo que agacharse y buscar paso libre para situarse justo frente a ella, paso muy cerca de su rostro y pudo notar el desconcierto de ella ante su velocidad. Sus miradas se conectaron por unos segundos.

"¿Cómo puede ser tan rápido?" pensó ella.

"Lo estás haciendo muy bien Akerman" él estaba conforme con su desempeño. "Pero es momento de terminar con esto"

Levi giro y coloco su pie derecho tras ella, al intentar sujetarla por el pecho, sin querer la sujeto por los senos, mientras comenzaba a levantarla, un recuerdo llego a su mente al sentir la piel blanda pero firme de la joven, una Mikasa con la blusa abierta mostrando un sujetador blanco que aprisionaba sus pechos, los cueles no eran nada pequeños, ese día se preguntó si cabrían en sus manos, ahora lo sabía, si, encajaban perfectamente bien.

Mikasa no entendió que sucedió, y a pesar de estar cohibida al sentir las manos fuertes de su capitán sobre sus senos, cosa que cabe aclarar no le desagrado, aunque jamás lo admitiría, aprovecho el desconcierto en que lo vio, mientras seguía girando impulso su pierna derecha hacia atrás y golpeo fuertemente en la pierna de Levi, lo que lo obligó a soltarla y trastabillar un poco, a ella por su parte, el movimiento la ayudo a no caer al piso.

Esa fue la primera vez, que Mikasa pudo leer una expresión que no fuera de aburrimiento en su rostro, estaba molesto, después de algunos minutos de combate, ella por fin había logrado golpearlo. Levi tenía levente fruncido el ceño y la miraba directamente a los ojos. Reconoció el brillo y peligro en su mirada.

Levi no le dio tiempo de reaccionar, le soltó un golpe al estómago, y sin darle tiempo a reaccionar, giro noventa grados y la patio en la cabeza. Todos contuvieron el aliento al verla caer al piso más allá de dos metros donde originalmente estaba parada.

El capitán jamás había dudado durante un combate, pero más allá de ser un soldado, era un hombre, uno que había reaccionado al contacto con los senos de una mujer, tenía bastante tiempo que no compartía la intimidad con una mujer, a diferencia de varios soldados, el seleccionaba minuciosamente a las mujeres con las que compartía cama. Agradeció mentalmente que sus cadetes estuvieran tan adoloridos como para haber prestado atención. Obvia mente no vio a la persona que los miraba desde su laboratorio.

Lo siguiente que vio Mikasa cuando abrió los ojos, fueron unos enormes ojos color café que la miraban detrás de unos lentes.

― ¡Mikasa! Por fin despiertas, ¿Cómo te sientes? ― La mayor Zoe estaba casi sobre ella.

― Mmm ― fue lo único que logro contestar, diviso su entorno, se cercioró que estaba en el laboratorio de Zoe. ― ¿Por qué no estoy en la enfermería? ― preguntó.

― No te preocupes Mikasa, soy tan buena como un doctor ― le aclaro mientras le concedía espacio y le pasaba un vaso con agua.

Mikasa se sentó lentamente e inspecciono el lugar, siempre había creído que la mayor Zoe tendría un desorden en su lugar de trabajo, por su personalidad imperativa y extrovertida, por lo cual se sorprendió de lo ordenado que estaba el lugar. La cama donde ella estaba situada, se encontraba en una esquina junto a la pared, de su lado derecho había un pequeño buro, solo tenía encima una lámpara de aceite, una jarra de agua y el vaso que ella misma coloco después de beber de el. A lado del buro había una enorme ventana que daba al patio de entrenamientos.

Unos tres metros más allá, había dos mesas paralelas largas, como de tres metros cada una, la primera estaba llena de recipientes de vidrio en diferentes tamaños y contenidos que ella desconocía, frascos alineados en una tabla con etiquetas, la segunda mesa estaba repleta de herramientas, la mayoría jamás las había visto ella. Y al fondo, cuatro roperos que llegaban hasta el techo perfectamente alineados. Lo único que parecía no encajar era la silla que estaba detrás de Hanji, parecía que había sido colocada de improvisto.

― Fue genial la patada que le acomodaste ― le concedio Zoe.

Mikasa la miro desconcertada, no entendía de qué le hablaba.

― La patada hacia atrás que le diste a Levi ― le aclaro al ver su cara de cero entendimientos. Esta era la primera vez que veía que alguien lograba golpear a su amigo.

― Ho, ― se sintió enrojecer por el alago, la mayor la veía como si se tratara de una diosa. ― No fue tan bueno, de haber sido así, no estaría yo aquí ― recordó el fuerte golpe que recibió en las sienes, ahora lo entendía, se había desmayado. Jamás nadie había logrado noquearla, y en batalla solo una vez había ocurrido, se sintió decepcionada de si misma.

― Tonterías ― Hanji hizo un movimiento con su mano para quitarle importancia ― ¡fue genial! Ya quisiera yo tener tu fuerza para poner al enanin en su lugar.

Mikasa se sintió agradecida por las palabras, pero no supo expresarlo, solo bajo la vista y entrelazo sus manos.

― En cuanto te sientas mejor, puedes marcharte, la cena está por comenzar. ― Hanji decidió darle espacio, la joven era reservada y no quería atosigarla. Se levantó y salió de su laboratorio.

Armin entro justo después de que saliera Hanji, al verla corrió a hacia su amiga, la tomo de los hombros y la evaluó de pies a cabeza.

― ¿Cómo te sientes Mikasa? ― el pequeño rubio había corrido en busca de ella, en cuanto escucho la noticia al llegar al comedor.

― Bien, solo fue un golpe ― se puso de pie e intento tranquilizar a su amigo ― vamos a cenar, tengo hambre ― lo tomo de la mano y jalo de él. Tal vez nunca se lo había dicho, y tal vez jamás lo haría, pero su amigo tenía el don de darle paz con su sola presencia.

― Jean, dice que le diste batalla al capitán ― la miro de reojo ― yo dije que por supuesto, tu eres Mikasa Akerman, y no hay nada que no puedas hacer. ― el pecho del rubio se llenó de orgullo.

Mikasa esbozo una pequeña sonrisa y agradeció mentalmente las palabras de su amigo, "¿Y qué es lo que quiero hacer?" se preguntó. Siguió tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta en que momento llegaron al comedor, sintió el jalón de Armin conduciéndola hacia otra mesa, no a la habitual que siempre usaban.

Cuando levanto la vista, se dio cuenta que estaban en la mesa de Levi, no había reparado en que ahora que por fin su capitán los reconocía como su escuadrón, tenían derecho a sentarse en la misma mesa, aunque no entendió porque su amigo se sentaba también ahí, no quería que lo corrieran, ella no tenía problema en sentarse en su vieja mesa con él e Historia. Pero al recorrer la mesa con la mirada se dio cuenta que la rubia platicaba amenamente con Hanji, y Armin ya se había sentado frente a Erwin e intercambiaban comentarios en voz baja.

Eren como siempre discutía de alguna tontería con Jean, Connie se reía por lo que sea que estuvieran discutiendo sus amigos, Sasha solo tenía ojos para la comida en ese momento. Resoplo resignada y tomo asiento en el único lugar vacío, en medio de la mesa, frente al capitán Levi.

― ¿Cómo se siente Akerman? ― pregunto el comandante.

― Bien gracias ― respondió con voz queda.

― Espero que Levi no usara demasiada fuerza, no queremos que inhabilite a nuestra segunda mejor soldado ― Erwin la veía mientras cortaba un trozo de carne.

Levi soltó un suspiro de fastidio y siguió comiendo mientras los ignoraba, quería terminar pronto, odiaba el bullicio y esos mocosos parecía que no sabían guardar silencio.

Mikasa lo volteo a ver en espera de una respuesta, al escuchar su bufido, rodo los ojos y comenzó a comer, "Ni siquiera va a preguntarme como estoy, maldito enano" gruño.

― ¿Akerman? ― se preocupó Erwin al escuchar el gruñido que confundió con un gemido.

― Estoy bien ― se apresuró a contestar, no le gustaba ser el centro de atención.

― Buen provecho ― Levi se levantó y llevo consigo su plato de comida a medio terminar, no se molestó en mirar a nadie, después de dejar su plato sobre la mesa de trastes sucio se dispuso a salir del lugar.

Solo Mikasa lo miro confundida, lo observo hasta que abandono la habitación, sintió una vista sobre ella, se giró y descubrió a Hanji mirándola, esta le cerró un ojo y se giró a seguir su plática con Historia. A lado de ellas estaba Eren, su amigo que en ningún momento la observa, se sintió desanimada, su apetito desapareció, pero sabía que si se levanta sin cenar pensarían que se sentía mal. Comió con desgano y no converso con nadie el resto de la cena. Se sentía tan sola e ignorada.

Lejos estaba de pensar, que en ese momento en otro lugar del cuartel, cierto capitán se reprendía por estar pensado en ella sin motivo o razón.

El nuevo día llego, y con ello el temor en las cabezas del escuadrón de elite, temían que su capitán repitiera los enfrentamientos del día anterior, y no estaban equivocados. Solo que esta vez Levi lo había dejado para el último, al ver que ninguno había quedado en condiciones de seguir entrenando. Al pertenecer al escuadrón de operaciones especiales se les exigía más, a diferencia del resto de escuadrones que solo estrenaba cuatro horas de lunes a sábado, ellos debían entrenar ocho horas de lunes a domingo.

De seis a siete de la mañana tenían que correr alrededor de todo el cuartel a ritmo rápido, de siete a nueve hacían salto de obstáculos mientras corrían, también levantaban pesas y hacían abdominales. De nueve a diez tenían permiso de ir a desayunar, de once a doce hacían calentamiento junto con estiramientos. De una a cuatro era lo que todos preferían, Levi les enseñaba maniobras con el equipo de maniobras tridimensionales, de cuatro a cuatro treinta les enseñaba movimientos de lucha cuerpo a cuerpo. Y de cuatro treinta a cinco, era la hora que más temían, combatían uno por uno contra él, les había dicho que quien consiguiera seguir de pie después de diez minutos, les concedería no entrenar el domingo, cabe mencionar que solo Mikasa lo conseguía. Aunque no con el resultado que ella esperaría.

Después de las cinco, partían a comer, de seis a ocho debían hacer actividades de limpieza, Levi les había dejado muy claro que no por pertenecer a la elite, no ayudarían con el mantenimiento del cuartel, casi todos se bañaban de ocho a nueve, y a las nueve bajaban a cenar.

Así había trascurrido ya cinco días, con una rutina que les pedía dar más de lo que podían, pero ninguno estaba dispuesto a tirar la toalla. Sasha le había suplicado a Mikasa que le ayudara a entrenar cuerpo a cuerpo, las jóvenes llegaban al campo desde las cinco de la mañana, Connie, Eren y Jean se apuraban a terminar sus quehaceres y regresaban al campo hacer ejercicios de resistencia y fuerza.

Ninguna de estas actividades había pasado desapercibida para Levi o Erwin, los cuales en ese momento tomaban una copa de whisky en la oficina del comandante, mientras veían a los jóvenes entrenar fuera de su horario.

― ¿No vas a reprenderme por estar exigiéndoles tanto? ― pregunto Levi, hacia días que notaba a su amigo raro.

― Te pedí un escuadrón fuerte, supongo que no puedo quejarme porque lo estés cumpliendo ― le contesto mientras tomaba un informe y se lo pasaba.

Levi lo leyó en silencio, levanto la cabeza expectante y miro a su amigo ― ¿Tan mal estamos? ― pregunto preocupado.

Erwin asintió con la cabeza ― seguramente, en unas semanas te pediré que partas a las montañas con tu escuadrón y el de Hanji.

Levi giro su rostro y miro por la ventana el cielo que comenzaba a oscurecer, ya lo veía venir hace tiempo, pero había creído que tendrían más tiempo. A largo su copa para que su amigo la rellenara y bebió todo de un solo trago. Erwin lo emito, pasaron varios minutos en silencio y más copas consumieron.

Erwin abrió su cajón izquierdo y saco de el un papel doblado, por su color y aspecto se podía deducir que tenía años que había sido usado, no lo desdoblo, solo lo miro con añoranza, Levi conocía el contenido de esa carta, una carta que jamás había podido ser enviada a Erwin por su dueña al creerla perdida, y que nunca tuvo el valor de volver a escribir, y que sin embargo, por caprichos del destino había sido el propio comandante quien la había encontrado, no tenía nombre del emisor, pero Erwin conocía a la perfección esa caligrafía, la había observado en tantos reportes.

Una noche en que se les pasaron las compas a ambos, ya hacía muchos años, Erwin se la mostro, con eso el comprendió el enorme sacrificio que realizaba su comandante en nombre de la libertad y la enorme confianza que depositaba sobre él al mostrarle algo tan personal. Ese día se reafirmó su voluntad de siempre seguir sus órdenes.

Jamás había dudado de que su comandante los llevaría a derrotar a los titanes…

― Levi… ― susurro Erwin mientras acariciaba el papel con ternura.

― La cuidare ― prometió el capitán. Se puso de pie y dejo solo a su amigo, en momentos como ese, recordaba que Erwin también era mortal y tenía batallas con sus propios demonios.

Mientras tanto, en el laboratorio de Hanji, Mikasa se acomodaba en posición de feto sobre la cama, ese día no tenía ganas de levantarse e ir a cenar. Se sentía sumamente deprimida, era el sexto día que despertaba en la enfermería después de su enfrentamiento con su capitán, sabía que en cualquier momento su amigo Armin atravesaría la puerta con la cara llena de preocupación.

A pesar de resistir más de diez minutos y golpear con todas sus fuerzas a Levi, no lograba hacerle daño, y mucho menos evitar que la noqueara. Sus compañeros no se cansaban de decirle que era hilarante verla pelear contra el capitán, pero el hecho de que siempre perdiera y la distancia absoluta de Eren la desanimaba.

"¿Hasta cuándo Eren?" se preguntó mientras intentaba contener el llanto.

― ¡Mikasa! ― saludo contento Armin al ingresar y dirigirse a la silla que estaba frente a ella.

― Estoy bien ― contesto un poco brusca antes de que le preguntara.

Armin en vez de ofenderse por su tono de voz, le sonrió de lado y arrastro su silla para estar más cerca de ella.

― Lo sé ― le confirmo, él sabía qué hacía falta más fuerza para lastimar a su amiga realmente. ― Hoy he visto tu pelea desde la oficina de Erwin, de hecho los dos la hemos visto, y concordamos que has mejorado mucho esta semana, ¡Mikasa, resististe por veinte minutos! Fue increíble.

Pudo sentir el orgullo en cada palabra de su amigo, pero lo hizo a un lado ― ¿Erwin? ¿Desde cuándo tuteas al comandante? ― recordó que también durante las cenas los dos platicaban, a veces muy animados y otras veces con el ceño fruncido, se lamentaba nunca haber puesto a tención a sus palabras.

― Desde que él me lo pidió ― le contesto como si nada. ― ¿Qué te parece si mañana damos un paseo a medio día? Tienes el día libre ― le recordó.

― Mañana tengo entrenamiento, termina hasta las dos ― se comenzó a levantar lentamente.

― No, Jean me ha dicho que si alguno de ustedes lograba mantenerse de pie durante diez…

― Lo sé, pero asistiré ― lo interrumpió mientras se ponía pie y comenzaba a tender la cama. Lo último que necesitaba era tiempo libre para atormentarse con recuerdos.

― Mikasa…

― ¿Te parece después de la comida? ― le ofreció al escuchar el tono de preocupación.

Armin asintió y le ayudo con la tarea, le preocupaba lo distante que estaba últimamente su amiga, sabía que lloraba por las noches, en las mañanas sus ojos rojos la delataban, durante las cenas, que eran las únicas que compartían, le había descubierto mirando con anhelo muchas veces a Eren.

La cena transcurrió como las anteriores, sus compañeros le preguntaban cómo se sentía, Historia platicaba con Hanji, Armin con el comandante, los chicos discutían, Eren ignoraba por completo su presencia, Sasha devoraba todo a su paso y lo que dejaba el resto de lado, y su capitán al igual que ella, comía en silencio ignorando a todos.

Pero esa noche hubo un leve cambio, Levi en vez de levantarse de la mesa al terminar su cena, comenzó a tomar té, Mikasa se percató por primera vez que tomaba su taza de una forma muy peculiar. Sin saber porque, eso le causo gracia, lo que la hizo esbozar una pequeña sonrisa, que solo él pudo percibir.

"Vaya, nunca pensé que la señorita frialdad, supiera sonreír" se mofo mentalmente el capitán.

Ella lo noto al instante, no sabría cómo explicarlo, tal vez el cambio en su mirada, o la forma en que rodo lo ojos, pero sabía que se estaba burlando, y su instinto le decía que era de ella. Molesta ante la idea se paró un poco brusca y abandono el lugar.

"¿Qué le pasa al muy imbécil? Mira que reírse a mis costillas" dio un portazo al cerrar la puerta, estaba por dejarse caer a su cama, cuando encontró una prenda negra doblada correctamente sobre su cama. La tomo y desdoblo, un aroma a rosas inundo su nariz. Era su abrigo, el que había dejado olvidado a la orilla del rio cuando…

De tan solo recordar ese día, un bochorno la consumió plenamente, sacudió su cabeza, pero ni eso evito que su memoria invocara los recuerdos del perfecto cuerpo desnudo del capitán.

"¿Desde cuándo creo que es perfecto su cuerpo? Bueno, tampoco puedo negar que a pesar de ser delgado, estaba muy bien marcado, no de forma exagerada, solo de forma correcta y sexi… ¿sexi? Desde cuando yo pienso en esas cosas?"

Ella ya había sepultado ese recuerdo, pero solo una persona le podría haber regresado su abrigo, y esa prenda le recordaba que era real lo que había sucedido y no un sueño.

Aventó el abrigo al piso, como si el tuviera la culpa de sus pensamientos, se colocó su ropa para dormir y recostó, afuera una tormenta comenzaba a caer sobre el cuartel. En algún momento de la noche, mientras dormitaba, bajo su mano izquierda y levanto el condenado abrigo, se giró hacia la pared y lo abrazo toda la noche.

Al llegar el alba, se despertó de mejor humor, eran casi las ocho de la mañana, se había permitido descansar un poco más. Le sorprendió ver a Historia colocándose su equipo de maniobras tridimensionales.

― ¿Adónde vas? ― le pregunto mientras se ponía de pie.

― El capitán Levi me permitió ir con ellos al bosque ― le contesto muy emocionada.

"Así que es ahí donde nos llevara" no podía recriminarle su emoción, desde hacía un mes que los rescataran a ella y Eren, el cuartel tenia toque de queda, y no podían abandonar el terreno sin alguna orden. Al ver que su amiga ya casi estaba lista, se apresuró a vestirse, seguramente anoche cuando se retiró de la mesa, le habría dicho que los quería más temprano de lo que ya se había acordado.

― ¿No vas a tomar tu día libre? ― pregunto Historia mientras se colocaba su chaqueta.

― ¿Y perderme este día a fuera? Ni de broma ― contesto agitada por la prisa, sabía que no la esperarían aunque lo solicitara.

Historia sonrió, como solo ella sabía hacerlo, se acercó a ella y comenzó a ayudarla, Mikasa se detuvo por la sorpresa, pero reacciono rápido y siguió con los suyo. Después de diez minutos las dos corrían por los pasillos con destino al patio, en el transcurso, Mikasa se iba colocando la chaqueta y su bufanda, con las prisas había olvidado su capa, se dio cuenta de ello hasta que estuvo afuera y el frio se le coló hasta los huesos.

Todos ya estaban montados sobre sus caballos, solo había uno libre, el de Historia.

― Llegas tarde Historia ― la reprendió Levi mientras daba vuelta en su caballo y miraba al frente ignorando a Mikasa.

Historia vio de reojo a Mikasa, esta le indico con la cabeza que partiera, no quería meter en problemas a su compañera. La rubio corrió y monto su caballo.

― En línea recta hasta donde comienzan los pinos ― ordeno Levi, todos obedecieron al instante.

Ella estaba por girarse y regresar a la calidez de su cuarto, "tal vez no sea mala idea dar ese paseo temprano con Armin" medito.

― Arriba Akerman ― ordeno el capitán.

Mikasa se quedó congelada al escuchar las palabras "¿Quiere que monte con él?" se cuestionó. Pero no tuvo tiempo de meditarlo más, al no obtener respuesta por ella, Levi había comenzado avanzar. Sin pensarlo corrió hacia el caballo y monto delante del capitán, por nada se perdería esa excursión.

Levi habría jurado que no montaría, de hecho cuando dio la orden, fue solo para irritarla, pero ahí estaba, nuevamente sorprendiéndolo. Ponto comenzaron a tomar velocidad, a la distancia podía ver a sus soldados corriendo en sus caballos con ímpetu, al parecer estaban en una carrera.

Comenzó a sentir un temblor entre sus brazos, era ella, la ráfaga les daba de frente y sumado al frio de la mañana, estaba temblando de frio, suspiro resignado.

― Toma las riendas ― le ordeno.

Mikasa se sobresaltó al sentir un cosquilleo cerca de su oído, pero mayor fue su inquietud cuando sintió algo cálido sobre ella, Levi se había quitado su capa y la cubrió con ella.

― Espero que no se le haga una costumbre no regresarme mis capas ― la reprendió mientras pasaba sus manos sobre las de ella para tomar nuevamente las riendas.

Recordó en el acto, que en lo más profundo de su cajón tenía una capa del capitán, aun no sabía que la había impulsado a guardarla en vez de regresársela. ― No señor ― contesto.

Mientras avanzaban el cabello de Mikasa ondeaba sobre el rostro del capitán, Levi se sorprendió a si mismo inhalando el olor que desprendía el cabello de la joven, olía a rosas silvestres y le gustaba.

Recordaba perfectamente la primera vez que degusto ese olor.

Era su segunda salida fuera de las murallas, iban a trote lento, el camino era seguro, un dulce aroma había llegado a su nariz, era tan penetrante que por más que quiso no lo pudo ignorar, desvió un poco su camino y siguió el olor con los ojos cerrados, después de unos cuantos metros, se detuvo ante un matorral de flores rosas, de inmediato supo que de ahí venia el aroma.

¿Qué sucede Levi? ― pregunto Erwin al detener a su lado.

No he podido ignorar el aroma ― confeso.

Son rosas silvestres ― le explico el comandante ― muy poco comunes en este lugar, son la tercer ves que las veo en mi vida ― le confeso.

Sabes enenin, hay una leyenda que cuenta, que estamos en el bosque de los aromas del amor, cuando alguien necesitado de paz, transcurre por este lugar, encontrara el aroma que desprenderá la persona que está destinada a él, de esa forma, reconocerá al amor de su vida, a su complemento, a su…

Para con tus cursilerías cuatro ojos ― dio vuelta y siguió su camino. No supo en que momento Hanji llego a ellos.

― Tu cabello me pica, ponte la maldita capucha ― le ordeno molesto.

Mikasa no comprendía los cambios tan repentinos de humor de su capitán. Gracias al cielo ya divisaba a sus compañeros esperándolos bajo sus caballos. Aunque, no podía negar que la calidez que sentía entre los brazos de su capitán, no le molestaba.

Continuara…

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Bueno, primero que nada, quiero agradecer a las personas que le dieron me gusta a mi historia y agregaron alerta.

Cerisier Jin

MaRu-chan MKV

Mikateshi-2701

dianaprince24

Y Cerisier Jin, muchas, muchas gracias, por animarte a dejarme un comentario, nunca me ha gustado pedirlos, pero me sobre embriaga cuando me encuentro con uno nuevo, siempre es genial saber, que alguien disfruta de tus disparates. Tan solo por eso, ¡Te amo! He tomado como tiempo de narración, el arco de insurrección, porque en esta etapa será, donde Levi dudara sobre participar o no, y ya sabrás ¿Qué vamos hacer sin el guerrero más fuerte de la humanidad?

Otra vez, mil gracias por comentar, solo por eso me he animado a subir tan pronto el segundo capítulo.

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XOXOX DLM

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